Los despistes no son cosa de la edad, sino de los despistados. Lo que voy a contar sucedió hace treinta y cinco años, cuando yo solo contaba treinta. Estaba construyendo mi casa. Bueno la estaban construyendo los albañiles pero, en aquella época, uno colaboraba en cuanto podía pues no había los impedimentos legales de ahora. Acarreaba el agua, acercaba los ladrillos al albañil, preparaba la mezcla de cemento y arena, etc., etc. En un momento determinado el albañil me dijo que se les había terminado el yeso y necesitaba plantar unas reglas con las que alinear la nueva pared a construir.
- ¡Tranquilo! -le dije- voy en un momento y te lo traigo.
El yeso se envasa en prácticos saquitos de 20 Kg. Con uno tenía de sobras para atender las necesidades del albañil pues este material se gasta poco al comienzo de la obra. El almacén de materiales de construcción estaba a unos 300 metros de mi casa y marché con mi SEAT-600 a comprar el yeso solicitado.
- Hola, buenos días -saludé a la llegada al almacén.
En un pequeño pueblo de 3000 habitantes todos nos conocíamos y había una cordialidad que actualmente empieza a faltar. Le dije al empleado lo que necesitaba y tras firmar el correspondiente albarán me dijo que cogiera el saquito yo mismo de la pila, con lo cual me lo eché al hombro y marché rápidamente para hacérselo llegar al albañil.
La mañana transcurrió sin incidentes. Se plantaron las reglas de alineación y la pared subía rápidamente puesto que yo ayudaba en todos los menesteres y el albañil no paraba de colocar un ladrillo tras otro. Ya cerca del mediodía sonó el teléfono.
- ¿Rafael? -oí al otro lado.
- Dime, ¿quien es? -respondí.
- Soy José Miguel, del almacén de Materiales el Arco. Oye que... ¿tú no has perdido nada? -me dijo.
- Pues no. Creo que no. ¿Porque lo dices? -respondí.
- Por nada, por nada... ¡es que tenemos en la puerta un coche aparcado con las puertas abiertas parecido al que tú tienes y pensé si sería el tuyo...
- ¡Ostia, que cabeza, he ido en coche y he vuelto con el saco al hombro...!
RAFAEL FABREGAT
PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
30 de junio de 2014
1428- REPÚBLICA DE INDONESIA.
Con ellos llegaron las influencias budistas e hinduistas. Ya en los siglos VIII y X de nuestra era dominaron y decayeron las dinastías Saliendra y Mataram que dejaron importantes monumentos en la isla de Java. El reino hindú de Majapahit se fundó en el siglo XIII, un brillante periodo que se conoce como la "edad de oro" y que se expandió por la casi totalidad de Indonesia. A pesar de la gran expansión islámica que hubo en la práctica totalidad del Viejo Continente a partir del siglo VII, los primeros asentamientos musulmanes en Indonesia son posteriores al siglo XIII, establecidos en la isla de Sumatra. Tanto allí como en Java el islam fue la religión dominante a partir del siglo XVI, aunque siempre entremezclada con las religiones ya existentes a su llegada.
Los primeros europeos en llegar a Indonesia fueron los portugueses capitaneados por Francisco de Serrao, que llegaron el año 1512. Rápidamente intentaron monopolizar la producción de pimienta, nuez moscada y clavo de las islas Molucas. Menos de un siglo después, en 1602, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales se convirtió en la potencia dominante en la zona. Tras la quiebra de la compañía, el gobierno de los Países Bajos estableció una colonia que le permitió seguir el control de la región, aunque solo en las zonas costeras e islas de mayor interés. No fue hasta comienzos del siglo XX cuando los Países Bajos ampliaron su control en todo el territorio de Indonesia.
No tardaron en surgir rebeliones independentistas, guerras que duraron más de treinta años y que no cesaron hasta la debilitación del adversario colonialista. A pesar de las notables diferencias entre los indonesios, todas las fuerzas se unieron en la lucha contra el invasor. La llegada de la Segunda Guerra Mundial y consiguiente ocupación japonesa acabó radicalmente con la presencia holandesa en el archipiélago y alentó más si cabe el independentismo de los indonesios. Tras la rendición de Japón en Agosto de 1945, el líder nacionalista Sukarno declaró la independencia y fue nombrado presidente. Los Países Bajos intentaron restablecer el control sobre al archipiélago iniciando una lucha armada y diplomática que finalizó cuatro años después (1949) con la victoria de los indonesios.
Los conflictos internos se alternaron con tiempos de paz durante años. Ya a finales del siglo XX y con más de un millón de muertos en estos enfrentamientos, el último dictador renunciaba a su cargo. Se iniciaría un largo proceso democrático que finalizaría en 2004 con un programa autonómico y elecciones presidenciales. Lo cierto es que sigue la inestabilidad política, la corrupción y la agitación, factores que frenan el normal desarrollo del país. Ha mejorado la relación entre las diferentes religiones y etnias, pero sigue habiendo descontento en amplios sectores minoritarios que producen constantes problemas en algunas regiones.
Indonesia está dividida en 34 provincias, responsables de llevar a cabo los servicios gubernamentales. La capital de Indonesia es Yakarta, ubicada en la isla de Java, ciudad más grande del país con un total de 10 millones de personas que suman más de 25 millones en su área metropolitana. Es la 10ª ciudad más poblada del planeta. De las 17.508 islas de Indonesia solo están habitadas unas 6.000, siendo las más importantes: Java, Sumatra, Kalimantan (parte indonesia de Borneo), Nueva Guinea (parte indonesia de Papúa) y Célebes. Indonesia comparte fronteras terrestres con Malasia, en Borneo, con Papúa Nueva Guinea, en Papúa, y con Timor Oriental, en la isla de Timor.
Pequeños estrechos separan el país con Singapur, Filipinas y Australia. Situada al borde de la placa tectónica del Pacífico, es lugar propenso a los terremotos y erupciones volcánicas. Situada en el mismo Ecuador, Indonesia posee un clima tropical con una temperatura media de 28-30º a lo largo de todo el año y precipitaciones anuales de 2000 mm. en las tierras bajas y 6000 mm. en las regiones montañosas. La humedad es generalmente elevada, superior al 80%. Estas condiciones meteorológicas convierten a este país en el 3º del mundo en cuanto a biodiversidad. Algunas islas como Sumatra, Java, Borneo y Bali tienen gran variedad de fauna asiática y grandes especies como el elefante, rinoceronte, tigre, leopardo y orangután.
La selva cubre más del 60% del territorio. Sus 80.000 Km. de costa están bañados por mares tropicales que contribuyen a esta biodiversidad. A pesar de todo eso, Indonesia ya no es el lugar paradisíaco de unos años atrás. La superpoblación y la rápida industrialización del país conlleva la sobre explotación de recursos, la destrucción de hábitats naturales y la contaminación del aire y de las aguas.
Todo ello amenaza la supervivencia de muchas especies endémicas y la de los propios indígenas que viven en zonas selváticas. Actualmente ya hay 140 especies de mamíferos amenazadas y 15 en peligro de extinción. Indonesia es en este momento la economía más grande del sudeste asiático, con un 41% del PIB en la industria. La principal es la petrolera, seguida del gas natural, textil y la minería. Su riqueza mineral es el estaño, el cobre y el oro. Sin embargo la corrupción y el terrorismo han frenado el progreso y bienestar general. Por increíble que parezca, el 49% de la población vive con menos de 2 dólares diarios.
RAFAEL FABREGAT
28 de junio de 2014
1427- LA PERSÉPOLIS DE DARÍO I
Darío I el Grande (549-486 a.C.) fue el tercero de los reyes de la dinastía Aqueménida, rey de Persia desde el año 521 a.C. hasta su muerte en el 486 a.C. Según nos cuenta el historiador Heródoto, con la ayuda de algunos aristócratas amigos,
Darío ascendió al trono tras asesinar a Esmerdis, hijo de Ciro II, que había usurpado el poder a su hermano Cambises II en su ausencia. No obstante hay grandes controversias sobre la realidad de lo sucedido, ya que otras fuentes indican que Esmerdis ya había sido asesinado en secreto un año antes por Gaúmata, un mago medo que estaba usurpando el poder mientras el rey estaba controlando Egipto.
Sea como fuere Cambises regresó de Egipto para sofocar la revuelta (real o ficticia) de su hermano, muriendo en el camino a causa de un accidente. Es entonces, al conocerse la muerte de Cambises, cuando Darío y sus amigos mataron al falso Esmerdis y fue coronado rey de Persia al ser el último descendiente de la dinastía aqueménida, junto a su padre y abuelo, que abdicaron a su favor. Para afianzar su derecho al trono Darío se casó con Atosa, primogénita de Ciro y viuda de Cambises y de Gaúmata. La sucesión no fue fácil pues algunos seguidores de Gaúmata se sublevaron, pero Darío fue controlando las diferentes movilizaciones y aniquilando a sus adversarios hasta despejar totalmente su camino.
Darío disolvió las milicias de su antecesores, organizó un nuevo ejército que guardaba la seguridad interior y fundó las satrapías, especie de feudo medieval europeo, como forma de controlar el vasto imperio. El cargo era elevado, tanto como el de un virrey o rey vasallo. También construyó una red de carreteras que unieran las diferentes áreas del imperio, muy especialmente el "Camino Real" que unía grecia con Susa y Persépolis y del que se ramificaban los demás.
Dominadas las revueltas y estabilizado el Imperio, Darío trasladó la capital imperial de Pasargada, fundada por Ciro II a tierras persas. Principalmente a Susa y Persépolis, dos ciudades próximas que gozaban del favor de Darío a partes iguales. Si bien Susa quedó registrada como su residencia principal, Darío inició la construcción de una nueva ciudad que quedara para la posteridad. Esa ciudad fue Persépolis y en ella estableció la capital imperial y centro administrativo. Como era lógico Darío tenía en ella un segundo palacio, aunque de menores dimensiones que el de Susa. El nombre de la ciudad era "Parsa", el mismo que tenía el país. Fueron posteriormente los griegos quienes le cambiaron el nombre por el de Persépolis, que literalmente significa ciudad o capital persa.
Aunque el centro administrativo de Persépolis no se alargó en el tiempo la ciudad siguió creciendo a la muerte de Darío I en el 486 a.C. El complejo palaciego fue ampliado por su hijo Jerjes y por su nieto Artajerjes y la ciudad mantuvo su capitalidad ceremonial y las fastuosas fiestas de Año Nuevo. Situada en un enclave remoto y montañoso Persépolis no era el mejor lugar para residencia real, motivo por el cual los reyes solo lo ocupaban en temporadas cortas del año, especialmente en primavera.
Persépolis siguió en construcción durante más de dos siglos. Sin embargo, justamente por encontrarse en el centro del imperio, no se consideró necesario dotarla de defensas sólidas. Por este motivo, en su campaña de Oriente Alejandro Magno ocupó y saqueó la ciudad incendiando el palacio. Según las noticias de diferentes historiadores la conquista de Persépolis significó la matanza de todos sus habitantes y el saqueo de sus riquezas, como venganza al saqueo que Jerjes I había llevado a cabo en Atenas muchas décadas antes. Con la destrucción de Persépolis y el asesinato de sus moradores, Alejandro quiso anunciar al mundo el fin del dominio persa. Sin embargo la vida del emperador macedónico sería corta y la ciudad de Persépolis sería reconstruida y utilizada por las dinastías persas sucesivas.
A pesar de todo en la época parta Persépolis fue abandonándose en beneficio de la vecina Istajr situada 5 Km. al norte. Ya en estado ruinoso los sasánidas llamaban al lugar "st stwny" (las cien columnas). Sin embargo diferentes saqueos en tiempos posteriores hicieron que desde el siglo XIII las ruinas de Persépolis fueran conocidas por el nombre de "ciudad de las cuarenta columnas" y no de las cien que se nombraban anteriormente. El primer viajero europeo que pasó por el lugar y mencionó el histórico enclave arqueológico fue el monje Odorico, que viajaba a Catai en 1318. El misionero portugués Antonio de Gouvea lo hizo en 1602. Era el comienzo por el interés arqueológico del sitio, al que siguió su estudio en los dos siglos siguientes. Las primeras excavaciones no empezarían hasta el año 1878.
RAFAEL FABREGAT
Darío ascendió al trono tras asesinar a Esmerdis, hijo de Ciro II, que había usurpado el poder a su hermano Cambises II en su ausencia. No obstante hay grandes controversias sobre la realidad de lo sucedido, ya que otras fuentes indican que Esmerdis ya había sido asesinado en secreto un año antes por Gaúmata, un mago medo que estaba usurpando el poder mientras el rey estaba controlando Egipto.
Sea como fuere Cambises regresó de Egipto para sofocar la revuelta (real o ficticia) de su hermano, muriendo en el camino a causa de un accidente. Es entonces, al conocerse la muerte de Cambises, cuando Darío y sus amigos mataron al falso Esmerdis y fue coronado rey de Persia al ser el último descendiente de la dinastía aqueménida, junto a su padre y abuelo, que abdicaron a su favor. Para afianzar su derecho al trono Darío se casó con Atosa, primogénita de Ciro y viuda de Cambises y de Gaúmata. La sucesión no fue fácil pues algunos seguidores de Gaúmata se sublevaron, pero Darío fue controlando las diferentes movilizaciones y aniquilando a sus adversarios hasta despejar totalmente su camino.
Darío disolvió las milicias de su antecesores, organizó un nuevo ejército que guardaba la seguridad interior y fundó las satrapías, especie de feudo medieval europeo, como forma de controlar el vasto imperio. El cargo era elevado, tanto como el de un virrey o rey vasallo. También construyó una red de carreteras que unieran las diferentes áreas del imperio, muy especialmente el "Camino Real" que unía grecia con Susa y Persépolis y del que se ramificaban los demás.
Ruinas de Persépolis en 2005. |
Aunque el centro administrativo de Persépolis no se alargó en el tiempo la ciudad siguió creciendo a la muerte de Darío I en el 486 a.C. El complejo palaciego fue ampliado por su hijo Jerjes y por su nieto Artajerjes y la ciudad mantuvo su capitalidad ceremonial y las fastuosas fiestas de Año Nuevo. Situada en un enclave remoto y montañoso Persépolis no era el mejor lugar para residencia real, motivo por el cual los reyes solo lo ocupaban en temporadas cortas del año, especialmente en primavera.
Añadir leyenda |
A pesar de todo en la época parta Persépolis fue abandonándose en beneficio de la vecina Istajr situada 5 Km. al norte. Ya en estado ruinoso los sasánidas llamaban al lugar "st stwny" (las cien columnas). Sin embargo diferentes saqueos en tiempos posteriores hicieron que desde el siglo XIII las ruinas de Persépolis fueran conocidas por el nombre de "ciudad de las cuarenta columnas" y no de las cien que se nombraban anteriormente. El primer viajero europeo que pasó por el lugar y mencionó el histórico enclave arqueológico fue el monje Odorico, que viajaba a Catai en 1318. El misionero portugués Antonio de Gouvea lo hizo en 1602. Era el comienzo por el interés arqueológico del sitio, al que siguió su estudio en los dos siglos siguientes. Las primeras excavaciones no empezarían hasta el año 1878.
RAFAEL FABREGAT
27 de junio de 2014
1426- EL CAVIAR DE LOS CERDOS.
Los tiempos cambian que es una barbaridad. El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) indica que hasta finales del siglo XIX y principios del XX el esturión era pez muy abundante en el río Guadalquivir (España) y poco apreciado por ser de carne muy basta. Tan abundante era este pescado que se vendía ya limpio a precios del pescado más barato y sus tripas (y por consiguiente el caviar) se tiraba o se daba a los cerdos. No se trataba de cerdos de familia de alta alcurnia, sino justamente todo lo contrario. Familias humildes que apenas tenían qué darles de comer, rescataban los "desperdicios" de la basura portuaria para alimentar a sus animales.
Escaso valor tenían en aquellos tiempos las huevas de éste ni cualquier otro pescado y lo que ahora son exquisiteces de sibarita, solo al alcance de grandes fortunas, en otro tiempo eran comida de pobres o simplemente de cochinos como en este caso. Hasta apenas hace un siglo, eran muchos los ríos españoles en los que el esturión era abundante y su carne era poco apreciada en fresco, motivo por el cual solía ahumarse desde muy antiguo como única forma de vender la producción estacional.
En el río Guadalquivir los Reyes Católicos otorgaron el monopolio del ahumado de esturión y la salazón de "caviale" a los monjes de la Cartuja de Sevilla. El esturión vive normalmente en el mar, aunque en zonas litorales de poca profundidad. Entra en los ríos a desovar y después regresa a su hábitat natural. Tras la eclosión de los huevecillos, los alevines de esturión (poliquetos) siguen viviendo en el río que los ha visto nacer entre uno y dos años para después trasladarse al mar. Con toda probabilidad al estuario del río en el que han nacido. Ya mayores, en otoño algunos ejemplaress llevan a cabo viajes migratorios hacia los mares del Atlántico Norte.
Su presencia en la Península Ibérica está registrada desde 18.000 años atrás en pinturas
rupestres y yacimientos. En épocas migratorias de desove su presencia en el Guadalquivir era tan elevada que, a pesar de su bajo precio, era rentable. Por otra parte se llevaban a cabo artes de pesca destructiva que eliminaban alevines a millares pues no había legislación al respecto. Los pescadores del Guadalquivir colocaban telas metálicas en la desembocadura de los canales del río y no dejaban pasar a los jóvenes esturiones hacia el mar que eran pescados con facilidad.
Lo mismo sucedía en el resto de ríos españoles, también ricos en este tipo de pesca. Sin embargo lo que acabó con los esturiones españoles no fue la captura masiva, sino la construcción de embalses llevada a cabo durante el mandato franquista. El dictador Franco abogó por la construcción de pantanos como alivio de la pertinaz sequía que regularmente sufre nuestro país durante el verano. Sin duda la medida favoreció y mucho a millones de agricultores y permitió el correcto abastecimiento de agua de las ciudades, pero se cargó a los esturiones que ya no pudieron remontar los ríos donde históricamente desovaban.
¿Y qué pasó con los cerdos del siglo XX?. En 1931, antes de la llegada de Franco al poder, en Coria del Río (Sevilla) ya se construyó una presa que impidió la remontada de los peces aguas arriba y lo mismo había sucedido mucho antes en el Ebro, principales productores. Actualmente las piscifactorías de esturión cubren la demanda de sus huevas. Las últimas y escasas capturas de este ejemplar salvaje, hoy tan bien considerado, se produjeron en España el año 1970, justamente en el río Guadalquivir. Apenas si fueron dos docenas, pero a partir de ese año capturar un ejemplar fue una rareza pues a día de hoy los esturiones están extinguidos en España.
No pasa nada. Los cerdos andaluces y mucho menos los extremeños, no añoran las huevas del famoso pez. El cerdo ibérico actual, número uno del mundo por su exquisito sabor, come bellotas. Un alimento natural mil veces mejor que el caviar, para los cerdos y para quienes se comen después sus jamones. ¡Hmmmmm!. ¿Caviar?. Vaya porquería...
RAFAEL FABREGAT
Escaso valor tenían en aquellos tiempos las huevas de éste ni cualquier otro pescado y lo que ahora son exquisiteces de sibarita, solo al alcance de grandes fortunas, en otro tiempo eran comida de pobres o simplemente de cochinos como en este caso. Hasta apenas hace un siglo, eran muchos los ríos españoles en los que el esturión era abundante y su carne era poco apreciada en fresco, motivo por el cual solía ahumarse desde muy antiguo como única forma de vender la producción estacional.
En el río Guadalquivir los Reyes Católicos otorgaron el monopolio del ahumado de esturión y la salazón de "caviale" a los monjes de la Cartuja de Sevilla. El esturión vive normalmente en el mar, aunque en zonas litorales de poca profundidad. Entra en los ríos a desovar y después regresa a su hábitat natural. Tras la eclosión de los huevecillos, los alevines de esturión (poliquetos) siguen viviendo en el río que los ha visto nacer entre uno y dos años para después trasladarse al mar. Con toda probabilidad al estuario del río en el que han nacido. Ya mayores, en otoño algunos ejemplaress llevan a cabo viajes migratorios hacia los mares del Atlántico Norte.
Su presencia en la Península Ibérica está registrada desde 18.000 años atrás en pinturas
rupestres y yacimientos. En épocas migratorias de desove su presencia en el Guadalquivir era tan elevada que, a pesar de su bajo precio, era rentable. Por otra parte se llevaban a cabo artes de pesca destructiva que eliminaban alevines a millares pues no había legislación al respecto. Los pescadores del Guadalquivir colocaban telas metálicas en la desembocadura de los canales del río y no dejaban pasar a los jóvenes esturiones hacia el mar que eran pescados con facilidad.
Lo mismo sucedía en el resto de ríos españoles, también ricos en este tipo de pesca. Sin embargo lo que acabó con los esturiones españoles no fue la captura masiva, sino la construcción de embalses llevada a cabo durante el mandato franquista. El dictador Franco abogó por la construcción de pantanos como alivio de la pertinaz sequía que regularmente sufre nuestro país durante el verano. Sin duda la medida favoreció y mucho a millones de agricultores y permitió el correcto abastecimiento de agua de las ciudades, pero se cargó a los esturiones que ya no pudieron remontar los ríos donde históricamente desovaban.
¿Y qué pasó con los cerdos del siglo XX?. En 1931, antes de la llegada de Franco al poder, en Coria del Río (Sevilla) ya se construyó una presa que impidió la remontada de los peces aguas arriba y lo mismo había sucedido mucho antes en el Ebro, principales productores. Actualmente las piscifactorías de esturión cubren la demanda de sus huevas. Las últimas y escasas capturas de este ejemplar salvaje, hoy tan bien considerado, se produjeron en España el año 1970, justamente en el río Guadalquivir. Apenas si fueron dos docenas, pero a partir de ese año capturar un ejemplar fue una rareza pues a día de hoy los esturiones están extinguidos en España.
No pasa nada. Los cerdos andaluces y mucho menos los extremeños, no añoran las huevas del famoso pez. El cerdo ibérico actual, número uno del mundo por su exquisito sabor, come bellotas. Un alimento natural mil veces mejor que el caviar, para los cerdos y para quienes se comen después sus jamones. ¡Hmmmmm!. ¿Caviar?. Vaya porquería...
RAFAEL FABREGAT
1425- RETRETE PREHISTÓRICO.
El retrete más antiguo del mundo ha sido encontrado en la provincia de Alicante (España) y data de hace 50.000 años. Es de la época del hombre de Neardental y ha dejado para la posteridad sus muestras más íntimas. Una anécdota que nos revela parte de su vida. El análisis de estos resíduos revela que no eran exclusivamente carnívoros como imaginábamos, ya que las heces contienen restos vegetales. Este hallazgo se ha producido en el yacimiento de El Salt, término municipal de Alcoy, donde han sido encontradas numerosas ocupaciones de neardentales de hasta 65.000 años de antigüedad.
Las muestras obtenidas han sido analizadas por equipos de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de la Laguna en Santa Cruz de Tenerife. Aunque todas evidenciaban el consumo de carne, dos de ellas contenían también materia vegetal, primera prueba científica de que los neardentales eran omnívoros.
Otras investigaciones anteriores ya habían comprobado la existencia de microfósiles vegetales entre los dientes de neardentales pero es ahora cuando se puede garantizar que nuestros antepasados, además de las presas que cazaban, se alimentaban de frutos y gran variedad de plantas. Los análisis geoquímicos han hallado predominio de coprostanol, lípido que se forma al metabolizarse el colesterol en el intestino, lo que demuestra que las heces provenían de un ser humano.
Lo de Alicante no hay sido una deposición casual, sino el emplazamiento de un lugar de visita frecuente y prolongada.
Todas estas investigaciones que a determinados colectivos pueden resultarles banales, sirven para proporcionarnos información del como y el por qué el ser humano ha llegado a una evolución tan destacada sobre el resto de animales y a la total dominación del planeta. Los investigadores están convencidos de que ello tiene que estar relacionado sin duda con la mejora de su alimentación a través del tiempo.
RAFAEL FABREGAT
Las muestras obtenidas han sido analizadas por equipos de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Universidad de la Laguna en Santa Cruz de Tenerife. Aunque todas evidenciaban el consumo de carne, dos de ellas contenían también materia vegetal, primera prueba científica de que los neardentales eran omnívoros.
Otras investigaciones anteriores ya habían comprobado la existencia de microfósiles vegetales entre los dientes de neardentales pero es ahora cuando se puede garantizar que nuestros antepasados, además de las presas que cazaban, se alimentaban de frutos y gran variedad de plantas. Los análisis geoquímicos han hallado predominio de coprostanol, lípido que se forma al metabolizarse el colesterol en el intestino, lo que demuestra que las heces provenían de un ser humano.
Lo de Alicante no hay sido una deposición casual, sino el emplazamiento de un lugar de visita frecuente y prolongada.
Todas estas investigaciones que a determinados colectivos pueden resultarles banales, sirven para proporcionarnos información del como y el por qué el ser humano ha llegado a una evolución tan destacada sobre el resto de animales y a la total dominación del planeta. Los investigadores están convencidos de que ello tiene que estar relacionado sin duda con la mejora de su alimentación a través del tiempo.
RAFAEL FABREGAT
26 de junio de 2014
1424- LOS KIWI DE ISLA STEWART.
Isla Stewart es la tercera isla más grande de Nueva Zelanda y único lugar donde los kiwi están en su hábitat natural. Su superficie es de 1.746 Km2 y tiene poco más de 400 habitantes. Su única población es Oban, situada en la bahía de la Media Luna. Anteriormente había otra población en la isla. Se llamaba Point Pegasus y contaba incluso con servicio de correo pero en la actualidad está deshabitada y la mejor opción para visitarla es por mar ya que, al encontrarse en el extremo sur, habría que atravesar toda la isla por senderos prácticamente cerrados por la vegetación.
Isla Stewart está situada en el Pacífico, a 30 Km. de la Isla Sur de Nueva Zelanda y forma parte de la región de Southland. Cuando fue descubierta por James Cock en 1.770, en la distancia éste pensó que tocaba a tierra y la confundió con una península por lo que le dio el nombre de Cabo Sur. No fue hasta el siglo XIX cuando otros europeos se dieron cuenta de que el Cabo señalado en los mapas cartográficos era en realidad una isla. Su actual nombre se le dio en honor al capitán William Steward que fue el primero en hacer una correcta carta de navegación en 1.809.
Los maorís, habitantes autóctonos de la isla, la llaman Rakiura que significa "tierra del sol resplandeciente". Se debe el nombre a la espectacular aurora austral que aparece en su cielo meridional. La mayor parte de la isla, más de 85%, está catalogado como Parque Nacional. Un lugar de belleza incomparable, cuyos parajes son el destino predilecto de los viajeros que acuden a la isla para hacer senderismo. Aparte de la belleza natural de la isla, muchos turistas van al objeto de ver al Kiwi en su entorno natural. No olvidemos que Nueva Zelanda es el único lugar donde anida esta ave paleognata. Los kiwi son aves no voladoras, del tamaño de una gallina. Hasta la llegada del hombre, hacia el año 1.300, Nueva Zelanda tan solo tenía pájaros y algunos reptiles. Los únicos mamíferos que habitaban estas islas eran murciélagos. Los kiwi carecen de quilla, prolongación del esternón donde van ancladas las alas ya que, al no tenerlas no necesitan esta estructura ósea. También por tratarse de una ave no voladora, su plumaje carece de plumas propiamente dichas y su estructura es similar a unas suaves cerdas de simple protección para las inclemencias del tiempo.
Son criaturas tímidas, de hábitos nocturnos, con verdaderos bigotes junto al pico que les proporcionan un olfato muy desarrollado. Sus fosas nasales las tienen en la punta de su largo pico, que hunden en el suelo en busca de gusanos y todo tipo de insectos. También comen cangrejos, pequeños anfibios y frutas silvestres. Ponen grandes huevos, el doble de una gallina común, en madrigueras, bien subterráneas o en troncos huecos y es el macho el que los incuba. Los pequeños kiwi no son alimentados por sus progenitores ya que, apenas salidos del huevo, se alimentan por sí solos.
Un ferry une Isla Steward con la Isla Sur de Nueva Zelanda. El vieja dura una hora. Todo el Parque Nacional es de una riqueza botánica y faunística incomparable y ello propicia la llegada de visitantes curiosos, amantes de la naturaleza. La leyenda maorí decía que Isla Stewart era el ancla de la gran canoa (Isla Sur) del dios Maui. Lo que sí es sin duda es el paraíso de los Kiwi, pero también de los kaka, apacibles loros juguetones que no temen al ser humano y revolotean por todas partes. Basta que les muestren un cacahuete para que se posen sobre el sorprendido viajero. Lo más curioso es que tampoco se pelean por la comida y sin prisa alguna esperan su turno. Increíble y maravillosa naturaleza...
RAFAEL FABREGAT
Oban, único enclave habitado de la isla. |
Los maorís, habitantes autóctonos de la isla, la llaman Rakiura que significa "tierra del sol resplandeciente". Se debe el nombre a la espectacular aurora austral que aparece en su cielo meridional. La mayor parte de la isla, más de 85%, está catalogado como Parque Nacional. Un lugar de belleza incomparable, cuyos parajes son el destino predilecto de los viajeros que acuden a la isla para hacer senderismo. Aparte de la belleza natural de la isla, muchos turistas van al objeto de ver al Kiwi en su entorno natural. No olvidemos que Nueva Zelanda es el único lugar donde anida esta ave paleognata. Los kiwi son aves no voladoras, del tamaño de una gallina. Hasta la llegada del hombre, hacia el año 1.300, Nueva Zelanda tan solo tenía pájaros y algunos reptiles. Los únicos mamíferos que habitaban estas islas eran murciélagos. Los kiwi carecen de quilla, prolongación del esternón donde van ancladas las alas ya que, al no tenerlas no necesitan esta estructura ósea. También por tratarse de una ave no voladora, su plumaje carece de plumas propiamente dichas y su estructura es similar a unas suaves cerdas de simple protección para las inclemencias del tiempo.
Son criaturas tímidas, de hábitos nocturnos, con verdaderos bigotes junto al pico que les proporcionan un olfato muy desarrollado. Sus fosas nasales las tienen en la punta de su largo pico, que hunden en el suelo en busca de gusanos y todo tipo de insectos. También comen cangrejos, pequeños anfibios y frutas silvestres. Ponen grandes huevos, el doble de una gallina común, en madrigueras, bien subterráneas o en troncos huecos y es el macho el que los incuba. Los pequeños kiwi no son alimentados por sus progenitores ya que, apenas salidos del huevo, se alimentan por sí solos.
Un ferry une Isla Steward con la Isla Sur de Nueva Zelanda. El vieja dura una hora. Todo el Parque Nacional es de una riqueza botánica y faunística incomparable y ello propicia la llegada de visitantes curiosos, amantes de la naturaleza. La leyenda maorí decía que Isla Stewart era el ancla de la gran canoa (Isla Sur) del dios Maui. Lo que sí es sin duda es el paraíso de los Kiwi, pero también de los kaka, apacibles loros juguetones que no temen al ser humano y revolotean por todas partes. Basta que les muestren un cacahuete para que se posen sobre el sorprendido viajero. Lo más curioso es que tampoco se pelean por la comida y sin prisa alguna esperan su turno. Increíble y maravillosa naturaleza...
RAFAEL FABREGAT
25 de junio de 2014
1423- LA CARRETERA DE GUOLIANG.
Guoliang es una aldea china de 350 habitantes ubicada en las montañas Taihang, en la provincia de Henan. Su acceso era poco menos que imposible hasta cuatro décadas atrás cuando sus habitantes decidieron llevar a cabo la construcción de un túnel para salir de su aislamiento. Hasta entonces solo unas peligrosas escaleras excavadas en la roca, a las que llamaban "la escalera del cielo", permitían la salida de los aldeanos jóvenes y fuertes hacia la civilización. Durante décadas rogaron al gobierno chino una solución para que una carretera les conectara con el exterior, pero nunca fueron escuchados.
Cansados de suplicar en vano, los viejos de la aldea se reunieron y tomaron la decisión de hacer aquella carretera ellos mismos. Sin dirección de obra, sin expertos y con tan solo conocimientos de agricultura elemental, el año 1972 el consejo de viejos del lugar mandó a 13 de los más fuertes a emprender el trabajo. Centímetro a centímetro y sin otra ayuda que sus manos y herramientas manuales, que fueron conseguidas a cambio de buena parte de sus animales, fueron abriéndose paso en la roca día a día, en un trabajo impensable para nuestro tiempo, ya finales del siglo XX.
Relevándose semanalmente y tras la muerte de varios jóvenes de la localidad, en 1977, transcurridos cinco años de aquella decisión unánime del consejo, el trabajo estaba terminado. Un colosal túnel de 4,20 m. de ancho por 4,80 m. de alto y algo menos de dos kilómetros. Extraordinaria hazaña, casi sobrenatural. El resultado, como es lógico, es una construcción burda y de escasa seguridad, por lo que no todos se atreven a pasar por ella. Sin embargo ahí está, desafiando todas las leyes de la gravedad.
El túnel de Guoliang es de una sola dirección, aunque en determinados puntos pueden cruzarse dos coches, no sin jugarse la vida. Es un burdo agujero en la inmensa montaña que se convierte en una ruta impresionante, una de las más peligrosas del mundo. Un túnel espectacular, por las vistas y por el duro esfuerzo en aras de permitir el paso de personas y vehículos por un intrincado laberinto de roca. La escasa colaboración del gobierno llegó con el asfaltado de la misma.
Por increíble que pueda parecer, todo el túnel fue excavado por simples labradores y con el único sistema de seguridad de algunos tablones de madera en algunos puntos más débiles. A pesar de su peligrosidad el túnel de Guoliang se ha convertido, por sí mismo, en un atractivo turístico. Para los mayores todo un desasosiego. Ningún peligro había acechado hasta ahora a estas gentes, que nada sabían de impuestos, conflictos, guerras, o adelantos espaciales.
Ningún problema de la zona les había afectado jamás, pero eso ha pasado sin duda a la historia. Para bien o para mal, ya están en el mundo y todos saben de su presencia. Las casas del pueblo eran hace poco de piedra y también las sillas, mesas, cuencos y utensilios para comer. Por lo visto era único material conocido y disponible hasta entonces por estas gentes. Para adquirir las herramientas con las que construir la carretera, se desplazaron los hombres más capacitados del lugar y vendieron sus animales al objeto de conseguirlas. No tenían dinero en efectivo.
Hoy su aldea se ha convertido en lugar de peregrinación de todos aquellos que disfrutan con el peligro y las rarezas de este mundo. Aquel lugar desconocido por todos, es ahora lugar favorito para muchos turistas que disfrutan con la extraña comida y el trato amable de sus gentes.
Las casas se han renovado y algunas se han convertido en bares y tabernas, no abiertas por los autóctonos, sino por gentes llegadas de fuera. Es lo que tiene el progreso...
También se han hecho puentes y caminos que permiten a los visitantes el acceso a lugares con vistas impresionantes que alegren su estancia en lugar tan exclusivo. Su visita sorprende a los aldeanos y hasta casi les molesta, acostumbrados como estaban a la soledad, pero el dinero que ingresan les viene bien para ponerse al día en temas de modernidad. Salir del anonimato no cumplirá las expectativas que aquellas gentes pensaban cuando programaron la construcción del túnel, pero ahora ya es tarde. De todas formas llegar sigue siendo difícil.
A 120 Km de Zhengzhou la estación de tren más próxima te deja a 80 Km. del lugar. Un autobús te lleva a Xinxiang y desde allí otro te deja en las proximidades de la montaña. El trayecto de 65 Km. cuesta más de dos horas. Capitalistas llegados de fuera han construido incluso dos hoteles. (?) En 2011 los aldeanos se rebelaron contra las autoridades por la excesiva llegada de foráneos y el escaso beneficio que a ellos les reportaba. Con el escándalo quedaron restringidas las visitas. Actualmente es barato ir a pie, pero muy caro con vehículo. Hay establecido una cuota de 80 RMB (10€) por cada vehículo que pase. Imagino que con esta tarifa los curiosos ya no serán tantos. Ya tienen carretera, pero siguen estando aislados. ¡Ahora por cuestiones de peaje!.
RAFAEL FABREGAT
Cansados de suplicar en vano, los viejos de la aldea se reunieron y tomaron la decisión de hacer aquella carretera ellos mismos. Sin dirección de obra, sin expertos y con tan solo conocimientos de agricultura elemental, el año 1972 el consejo de viejos del lugar mandó a 13 de los más fuertes a emprender el trabajo. Centímetro a centímetro y sin otra ayuda que sus manos y herramientas manuales, que fueron conseguidas a cambio de buena parte de sus animales, fueron abriéndose paso en la roca día a día, en un trabajo impensable para nuestro tiempo, ya finales del siglo XX.
Relevándose semanalmente y tras la muerte de varios jóvenes de la localidad, en 1977, transcurridos cinco años de aquella decisión unánime del consejo, el trabajo estaba terminado. Un colosal túnel de 4,20 m. de ancho por 4,80 m. de alto y algo menos de dos kilómetros. Extraordinaria hazaña, casi sobrenatural. El resultado, como es lógico, es una construcción burda y de escasa seguridad, por lo que no todos se atreven a pasar por ella. Sin embargo ahí está, desafiando todas las leyes de la gravedad.
El túnel de Guoliang es de una sola dirección, aunque en determinados puntos pueden cruzarse dos coches, no sin jugarse la vida. Es un burdo agujero en la inmensa montaña que se convierte en una ruta impresionante, una de las más peligrosas del mundo. Un túnel espectacular, por las vistas y por el duro esfuerzo en aras de permitir el paso de personas y vehículos por un intrincado laberinto de roca. La escasa colaboración del gobierno llegó con el asfaltado de la misma.
Por increíble que pueda parecer, todo el túnel fue excavado por simples labradores y con el único sistema de seguridad de algunos tablones de madera en algunos puntos más débiles. A pesar de su peligrosidad el túnel de Guoliang se ha convertido, por sí mismo, en un atractivo turístico. Para los mayores todo un desasosiego. Ningún peligro había acechado hasta ahora a estas gentes, que nada sabían de impuestos, conflictos, guerras, o adelantos espaciales.
Ningún problema de la zona les había afectado jamás, pero eso ha pasado sin duda a la historia. Para bien o para mal, ya están en el mundo y todos saben de su presencia. Las casas del pueblo eran hace poco de piedra y también las sillas, mesas, cuencos y utensilios para comer. Por lo visto era único material conocido y disponible hasta entonces por estas gentes. Para adquirir las herramientas con las que construir la carretera, se desplazaron los hombres más capacitados del lugar y vendieron sus animales al objeto de conseguirlas. No tenían dinero en efectivo.
Las casas se han renovado y algunas se han convertido en bares y tabernas, no abiertas por los autóctonos, sino por gentes llegadas de fuera. Es lo que tiene el progreso...
También se han hecho puentes y caminos que permiten a los visitantes el acceso a lugares con vistas impresionantes que alegren su estancia en lugar tan exclusivo. Su visita sorprende a los aldeanos y hasta casi les molesta, acostumbrados como estaban a la soledad, pero el dinero que ingresan les viene bien para ponerse al día en temas de modernidad. Salir del anonimato no cumplirá las expectativas que aquellas gentes pensaban cuando programaron la construcción del túnel, pero ahora ya es tarde. De todas formas llegar sigue siendo difícil.
A 120 Km de Zhengzhou la estación de tren más próxima te deja a 80 Km. del lugar. Un autobús te lleva a Xinxiang y desde allí otro te deja en las proximidades de la montaña. El trayecto de 65 Km. cuesta más de dos horas. Capitalistas llegados de fuera han construido incluso dos hoteles. (?) En 2011 los aldeanos se rebelaron contra las autoridades por la excesiva llegada de foráneos y el escaso beneficio que a ellos les reportaba. Con el escándalo quedaron restringidas las visitas. Actualmente es barato ir a pie, pero muy caro con vehículo. Hay establecido una cuota de 80 RMB (10€) por cada vehículo que pase. Imagino que con esta tarifa los curiosos ya no serán tantos. Ya tienen carretera, pero siguen estando aislados. ¡Ahora por cuestiones de peaje!.
RAFAEL FABREGAT
24 de junio de 2014
1422- RUINAS ROMANAS DE SISAPO.
En pleno Valle de Alcudia, paraje de La Bienvenida y término municipal de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) ESPAÑA, se encuentran las ruinas de la ciudad romana de Sisapo, comarca minera mundialmente conocida por su riqueza en plata y cinabrio. El histórico emplazamiento de esta ciudad romana, mencionado por Plinio el Viejo, había sido confundido por la cercana Almadén gran productora de estos minerales. Sin embargo fue en este paraje de La Bienvenida fue donde se encontró la inscripción (S) ISAPON (E) confirmando su titularidad.
Para mayor seguridad, el año 2001 se localizaron nuevas inscripciones romanas que hacen referencia al "municipum municipii SISAPONENSIUM" lo que asegura su correcta identificación.
El asentamiento no fue erigido por los romanos, sino que éstos reutilizaron construcciones tartésicas e ibéricas ya existentes con anterioridad y así lo demuestra una estela de guerrero y restos de cerámica encontrados en este lugar, tanto tartésicos como de importación fenicia.
La fundación de este núcleo se estima en el siglo VIII a.C. mientras que la ocupación romana se constata que tuvo lugar entre los siglos II y I a.C. La práctica totalidad de la población se dedicaba a la explotación de las minas próximas, a través de la Socii Sisaponensis, registrada en Corduba, Capua y en la propia Roma. La explotación mineral y la propia ciudad de Sisapo fue potenciada durante el reinado de Augusto y hasta finales del siglo II de nuestra era.
Plinio el Viejo (23-79 d.C.) en su obra Naturalis Historia
cuenta:
"El minio (cinabrio) lo importamos de Hispania, principalmente de la región sisaponense de la Baética, mina que es propiedad del pueblo romano. Para evitar su robo está prohibido refinarla en plaza y se envía a Roma en bruto y sellada en cantidad de 10.000 libras al año. Se lava en Roma y para que no se sobrevalore se ha fijado por ley un precio de 70 sestercios la libra. Es un material de fácil adulteración, lo cual otorga gran beneficio al comercio. El cinabrio de las minas sisaponenses es de calidad muy especial puesto que las vetas solo son de tierra de cinabrio, con ausencia de plata".
Pasada esa época gloriosa de extracción mineral la ciudad siguió su camino algunos siglos más, lo que se constata con la presencia de abundantes monedas del siglo IV y la construcción de una necrópolis visigoda. A partir de ese momento se ve una reutilización de los materiales constructivos de épocas anteriores y es con la llegada de los árabes cuando se inicia el declive vertiginoso de la ciudad. En pocas décadas solo una escasa presencia árabe y medieval habita el lugar. Con la marcha de sus últimos habitantes comienza el expolio de todo elemento de utilidad y el paso de los años acabará por sepultar su recuerdo. En los últimos siglos nadie habló ni escribió sobre su existencia y no será hasta finales del siglo XX cuando se localice este enclave romano. Los restos más destacados son la llamada "casa de las columnas rojas", con numerosos mosaicos y pinturas murales que hablan claramente de la importancia de su propietario. Las excavaciones son puntuales, a cargo de estudiantes y especialmente en época veraniega. Por falta de presupuesto apenas hay excavados unos 400 m2.
Una depresión circular próxima parece indicar la existencia de un anfiteatro romano, todavía no excavado. Rodean la ciudad restos de una muralla datada del siglo II a.C. que cierra algo más de 10 hectáreas de terreno. El historiador Estrabón menciona el Sisapo Vetus y el Sisapo Nova por lo que los arqueólogos proponen como Nova la mina de Cerro de las Monas, emplazada al sur de Almadén. Invadida la Península Ibérica por las principales culturas de la antigüedad, en España basta escarbar medio metro en el terreno y ya has encontrado vestigios del pasado. Claro que, ¡hay tanto por saber y una vida tan corta para averiguarlo...!
RAFAEL FABREGAT
Para mayor seguridad, el año 2001 se localizaron nuevas inscripciones romanas que hacen referencia al "municipum municipii SISAPONENSIUM" lo que asegura su correcta identificación.
El asentamiento no fue erigido por los romanos, sino que éstos reutilizaron construcciones tartésicas e ibéricas ya existentes con anterioridad y así lo demuestra una estela de guerrero y restos de cerámica encontrados en este lugar, tanto tartésicos como de importación fenicia.
La fundación de este núcleo se estima en el siglo VIII a.C. mientras que la ocupación romana se constata que tuvo lugar entre los siglos II y I a.C. La práctica totalidad de la población se dedicaba a la explotación de las minas próximas, a través de la Socii Sisaponensis, registrada en Corduba, Capua y en la propia Roma. La explotación mineral y la propia ciudad de Sisapo fue potenciada durante el reinado de Augusto y hasta finales del siglo II de nuestra era.
Plinio el Viejo (23-79 d.C.) en su obra Naturalis Historia
cuenta:
"El minio (cinabrio) lo importamos de Hispania, principalmente de la región sisaponense de la Baética, mina que es propiedad del pueblo romano. Para evitar su robo está prohibido refinarla en plaza y se envía a Roma en bruto y sellada en cantidad de 10.000 libras al año. Se lava en Roma y para que no se sobrevalore se ha fijado por ley un precio de 70 sestercios la libra. Es un material de fácil adulteración, lo cual otorga gran beneficio al comercio. El cinabrio de las minas sisaponenses es de calidad muy especial puesto que las vetas solo son de tierra de cinabrio, con ausencia de plata".
Necrópolis visigoda. |
Anfiteatro romano de Sisapo, sin excavar. |
RAFAEL FABREGAT
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