Es una de las mejores opciones para la gente modesta y amante del vino blanco. Un gran vino a precios moderados e incluso bajos.
Estamos hablando, claro está, de un verdejo 100% sin mezcla de otras variedades y una graduación de entre 12º y 13º, afrutado y de acidez media.
Personalmente estoy consumiendo el "Abadía mercier" de Bodegas San Isidro (vino de la tierra de Castilla) adquirido en los supermercados "consum" al precio (en oferta) de 1,49 €, todo un regalazo.
Yo jamás he encontrado un vino de esa calidad y a ese precio. Vale, es un vino joven, de dos años a lo máximo, que no tendrá la finura de un vino de barrica, cepas viejas y tierra de pizarra, pero cumple perfectamente su cometido como vino de consumo diario. ¡Y con tapón de corcho!.
Con una graduación tan alta, no hay vino malo y más aún si se trata de un "Verdejo" 100%. Yo siempre digo que no hay "Verdejo" malo y lo digo porque así lo pienso.
Al mismo precio y con parecida graduación, la misma bodega y por lo tanto el mismo supermercado, tiene el rosado (Sirah) y el tinto de la misma marca, elaborado con uvas Tempranillo-Merlot-Sirah. Si tenéis ocasión, os recomiendo probarlos.
RAFAEL FABREGAT
PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
30 de enero de 2019
28 de enero de 2019
2711- EL SALVAJE OESTE.
Son muchos quienes resumen en tan solo tres palabras al salvaje oeste norteamericano del siglo XIX: ORO, SEXO, y REVOLVER. No andan desencaminados. Especialmente en los poblados fronterizos, ningún negocio fue tan lucrativo como el de la prostitución. Solo hay que tener en cuenta que las prostitutas suponían el 25% de la nueva población norteamericana y por sus cantinas, algunas veces desvencijadas y otras con lujos que no tenían parangón, pasaba buena parte del oro de los desgraciados mineros y el de los salteadores de caminos, trenes y diligencias. El cine nos ha mostrado una parte importante de lo que era subsistir en aquellos tiempos y lugares. El juego era también otra forma de entretenerse y, con trampas o sin ellas, manera de conseguir ese trago de alcohol y esa meretriz dispuesta a todo a cambio de unas monedas.
También había lupanares de alta categoría, donde se exigía el bien vestir y el buen comportamiento. Lugares donde el sexo oral no se practicaba por considerarlo conducta poco decorosa, solo típica de las francesas. De todas formas, unos y otros eran lugares sórdidos donde solo prosperaba el juego, el alcohol, las enfermedades venéreas y todo tipo de miserias. Aún así, incluso las mismas mujeres decentes, consideraban a los prostíbulos un mal necesario. Con tantos sitios donde desahogarse, ellas y sus hijas estaban más o menos a salvo. Claro que, en aquellos tiempos, los recientemente creados Estados Unidos eran todavía un territorio a medio explorar y estaba latente el peligro de los indios, dispuestos a perder la vida por sus históricas tierras.
El peligro de internarse en territorio desconocido era muy alto para los europeos, pero las ciudades estaban superpobladas y muchas familias y solitarios aventureros no tenían nada que perder. Emigrantes llegados de la vieja Europa y otras partes del mundo fueron internándose hacia el desconocido "oeste americano". Muchos murieron en el intento, pero hay que entender que no había otra solución. El problema principal eran los indios, nativos allí asentados desde muchos siglos atrás y que no estaban dispuestos a que sus tierras fueran colonizadas. Se enfrentaban a un territorio desconocido e interminable. Los rumores de penalidades eran muchos y bien fundados, pero aquello no detuvo a los colonos. Los pequeños pueblos, tantas veces vistos en la películas, se establecieron para ir cobijando a la población que llegaba de forma continuada y para dar los necesarios servicios.
Animales y herramientas para la minería, barberías, salones donde disfrutar sus horas de ocio, puestos avanzados para el ejército, autoridad local, herrería... Especialmente los viajeros de paso buscaban en estos pequeños pueblos un lugar donde comer, descansar y echar un trago. Mejor si, además, había disponible alguna chica con la que pasar un buen rato. Lo duro era que, en aquella primera expansión hacia el "oeste" eran todo hombres. Las familias se incorporaron más tarde, cuanto el territorio había sido descubierto y más o menos colonizado. No era extraño pues que algunos hombres se dieran a mantener relaciones sexuales con otros hombres, aún sin ser homosexuales, sin que aquello fuera mal visto. En fiestas organizadas por aquellos primeros colonos y especialmente en los bailes, una parte de ellos se vestían de mujeres y ejercían como tales.
Finalmente la necesidad de ocio de todo tipo hizo llegar a aquellos pueblos avanzados el tradicional "saloon" y las prostitutas que solían acompañarlos. Un simple farolillo rojo dejaba claro y patente si el "saloon" en cuestión tenía o no este servicio. Durante toda la mitad del siglo XIX eran más de 50.000 las mujeres que ejercían de meretrices en estos territorios interiores en expansión. Como se ha dicho anteriormente, en algunos lugares el número de meretrices era tan importante que superaba el 25% de la población. Muchas, al ser abandonadas por maridos o compañeros, no tenían otra alternativa que dedicarse a ello para poder subsistir. Otras, las más jóvenes y estimadas, eran resultado de la muerte de sus progenitores. El caso era que, perdida su virginidad, ya no podían encontrar marido. Algunas niñas eran capturadas por los indios y obligadas a unirse a ellos de por vida. Otras eran abandonadas después de un tiempo y ya eran mal vistas entre los suyos, no teniendo otra solución que hacerse prostitutas.
Algunas estaban casadas y el matrimonio vivía de los ingresos obtenidos. Incluso las había no prostitutas pero sí dedicadas al baile y al alterne en el mismo "saloon". Como en cualquier oficio había diferentes categorías, desde la que ofrecía sus servicios en plena calle o la que lo hacía en un hotel bien equipado. En algunos pueblos una "madame" mantenía activas a mujeres de edad más avanzada en sus propios domicilios. Como tantas veces hemos visto en el cine, la mayoría de los prostíbulos eran de dos plantas: Bar, música y juego en la planta baja (saloon) y habitaciones en el primer piso. En los locales más refinados, las prostitutas estaban obligadas a comportarse con decoro, vestir corsé y jamás decir ninguna palabrota antes de subir a la habitación. Es lo que gustaba a los hombres. Que fueran damas en la sala de estar y putas en el dormitorio. En unos y otros locales, todas las mujeres sin protección alguna, los embarazos y las enfermedades venéreas eran algo común. Cuesta entenderlo pero, así era el salvaje oeste siglo y medio atrás.
RAFAEL FABREGAT
También había lupanares de alta categoría, donde se exigía el bien vestir y el buen comportamiento. Lugares donde el sexo oral no se practicaba por considerarlo conducta poco decorosa, solo típica de las francesas. De todas formas, unos y otros eran lugares sórdidos donde solo prosperaba el juego, el alcohol, las enfermedades venéreas y todo tipo de miserias. Aún así, incluso las mismas mujeres decentes, consideraban a los prostíbulos un mal necesario. Con tantos sitios donde desahogarse, ellas y sus hijas estaban más o menos a salvo. Claro que, en aquellos tiempos, los recientemente creados Estados Unidos eran todavía un territorio a medio explorar y estaba latente el peligro de los indios, dispuestos a perder la vida por sus históricas tierras.
El peligro de internarse en territorio desconocido era muy alto para los europeos, pero las ciudades estaban superpobladas y muchas familias y solitarios aventureros no tenían nada que perder. Emigrantes llegados de la vieja Europa y otras partes del mundo fueron internándose hacia el desconocido "oeste americano". Muchos murieron en el intento, pero hay que entender que no había otra solución. El problema principal eran los indios, nativos allí asentados desde muchos siglos atrás y que no estaban dispuestos a que sus tierras fueran colonizadas. Se enfrentaban a un territorio desconocido e interminable. Los rumores de penalidades eran muchos y bien fundados, pero aquello no detuvo a los colonos. Los pequeños pueblos, tantas veces vistos en la películas, se establecieron para ir cobijando a la población que llegaba de forma continuada y para dar los necesarios servicios.
Animales y herramientas para la minería, barberías, salones donde disfrutar sus horas de ocio, puestos avanzados para el ejército, autoridad local, herrería... Especialmente los viajeros de paso buscaban en estos pequeños pueblos un lugar donde comer, descansar y echar un trago. Mejor si, además, había disponible alguna chica con la que pasar un buen rato. Lo duro era que, en aquella primera expansión hacia el "oeste" eran todo hombres. Las familias se incorporaron más tarde, cuanto el territorio había sido descubierto y más o menos colonizado. No era extraño pues que algunos hombres se dieran a mantener relaciones sexuales con otros hombres, aún sin ser homosexuales, sin que aquello fuera mal visto. En fiestas organizadas por aquellos primeros colonos y especialmente en los bailes, una parte de ellos se vestían de mujeres y ejercían como tales.
Finalmente la necesidad de ocio de todo tipo hizo llegar a aquellos pueblos avanzados el tradicional "saloon" y las prostitutas que solían acompañarlos. Un simple farolillo rojo dejaba claro y patente si el "saloon" en cuestión tenía o no este servicio. Durante toda la mitad del siglo XIX eran más de 50.000 las mujeres que ejercían de meretrices en estos territorios interiores en expansión. Como se ha dicho anteriormente, en algunos lugares el número de meretrices era tan importante que superaba el 25% de la población. Muchas, al ser abandonadas por maridos o compañeros, no tenían otra alternativa que dedicarse a ello para poder subsistir. Otras, las más jóvenes y estimadas, eran resultado de la muerte de sus progenitores. El caso era que, perdida su virginidad, ya no podían encontrar marido. Algunas niñas eran capturadas por los indios y obligadas a unirse a ellos de por vida. Otras eran abandonadas después de un tiempo y ya eran mal vistas entre los suyos, no teniendo otra solución que hacerse prostitutas.
Algunas estaban casadas y el matrimonio vivía de los ingresos obtenidos. Incluso las había no prostitutas pero sí dedicadas al baile y al alterne en el mismo "saloon". Como en cualquier oficio había diferentes categorías, desde la que ofrecía sus servicios en plena calle o la que lo hacía en un hotel bien equipado. En algunos pueblos una "madame" mantenía activas a mujeres de edad más avanzada en sus propios domicilios. Como tantas veces hemos visto en el cine, la mayoría de los prostíbulos eran de dos plantas: Bar, música y juego en la planta baja (saloon) y habitaciones en el primer piso. En los locales más refinados, las prostitutas estaban obligadas a comportarse con decoro, vestir corsé y jamás decir ninguna palabrota antes de subir a la habitación. Es lo que gustaba a los hombres. Que fueran damas en la sala de estar y putas en el dormitorio. En unos y otros locales, todas las mujeres sin protección alguna, los embarazos y las enfermedades venéreas eran algo común. Cuesta entenderlo pero, así era el salvaje oeste siglo y medio atrás.
RAFAEL FABREGAT
24 de enero de 2019
2710- LAS MUJERES DE COLÓN. Lo que nunca nos habían contado.
Según los registros de la Corona, a lo largo del siglo XVI viajaron al Nuevo Mundo 45.327 colonos españoles de los cuales 10.118 fueron mujeres. Sin embargo poco o nada nos han contado sobre ellas, a pesar de que algunas tuvieron un papel relevante en la conquista y desarrollo de aquellos territorios. Demasiada despreocupación por parte de las autoridades españolas por permitir que los británicos, llegados un siglo más tarde a las tierras del Nuevo Mundo, fueran vistos como pacíficos colonos mientras a los españoles se les tachaba de sádicos y barbudos colonizadores en busca de oro y sexo. En cuanto a las mujeres, se estima que pudieran ser media docena en el primer viaje de Colón de 1492, quince o veinte en el segundo viaje de 1493 y algo más de treinta en el tercer viaje del almirante de 1498.
Mientras los españoles no se preocupaban en absoluto del impacto de su llegada al Nuevo Mundo, las autoridades británicas ya entrevieron que, para la conquista de aquellas tierras era importante resaltar las cualidades positivas de sus tropas y las negativas de las españolas. Tanto fue así que, en el imaginario popular, todavía hoy se tiene a los británicos como colonos pacíficos que solo buscaban la prosperidad del nuevo territorio y de todos aquellos que lo ocupaban y lo ocuparían en adelante, mientras que decir españoles era lo mismo que decir gente salvaje, sádicos que buscaban apropiarse de la riqueza de aquellas tierras desplazando a todos aquellos que la habían habitado hasta entonces y que se interpusieran en su camino. Ni tanto ni tan poco, a favor o en contra.
En su tercer viaje de 1498, a su llegada a Santo Domingo Colón no encontró más que gente alborotada y una numerosa cantidad de enfermos de sífilis. Lejos de preocuparse por tanta enfermedad y sedición, el almirante pasó de largo y marchó en busca de nuevas tierras y tesoros que pudieran esperarle lo cual, cuando estas noticias llegaron a España, levantaron las críticas y los insultos contra el navegante. En la primavera de 1499 los reyes españoles tomaron cartas en el asunto y mandaron al oficial y caballero Don Francisco de Bobadilla para que averiguara de primera mano lo que estaba ocurriendo. En base a esta investigación el año 1500 Colón fue apresado y enviado a España con los grilletes puestos. Tal como se ha dicho anteriormente, en este tercer viaje acompañaron a Colón más de 30 mujeres a fin de que las nuevas ciudades prosperaran.
No se trataba de prostitutas como algunos pudieran pensar, aunque alguna habría sin duda. Efectivamente la mayoría eran madres solteras, cansadas de que en sus tierras de origen las tacharan de rameras, cuando en realidad eran simples muchachas engañadas por sus pretendientes. En el Nuevo Mundo buscaban una vida mejor, en la que poder criar a sus hijos con normalidad. Más de 300 de estas mujeres llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y otras muchas lo harían en los posteriores. Tal fue así que en 1580 las mujeres eran ya una tercera parte de los pasajeros llegados al nuevo continente, la mayor parte de las cuales (60%) eran solteras y muchas de ellas con hijos. De estas cifras la mitad eran andaluzas, un 34% castellanas y un 16% extremeñas.
A partir de 1515 la Corona había ordenado que todos los cargos y empleados públicos que embarcasen debían hacerlo obligatoriamente con sus esposas, madres y hermanas. Fuera cual fuera su oficio, todos los viajeros debían ir provistos de un certificado de buena conducta. Más adelante, en 1549, se prohibió el embarque de judíos y moros conversos, esclavos de cualquier color y personas no nacidas dentro de territorio español. Todo eso nos indica que de ningún modo los españoles emigrados eran tan sádicos como los ingleses pregonaban, ni ellos tan dóciles ni pacíficos como pretendían ser vistos por las gentes autóctonas. Muchas de las españolas llegadas a América destacaron y llegaron a ser regentes de territorios y cargos de gran importancia.
Sin embargo la desidia de unos y otros hizo que ninguno de esos nombres fueron conocidos a ningún nivel, ignorando que la propaganda juega un papel decisivo en la Historia. Los ingleses cuentan que mientras los caritativos, puritanos y pacíficos británicos desembarcaron en Norteamérica, llegados a bordo del Mayflower, los barbudos españoles, violentos y dados al desenfreno sexual, ocupaban las tierras más al sur acompañados de soeces prostitutas enfermas de todo lo imaginable; que mientras los británicos arreglaban tierras y caminos, creando escuelas, iglesias y universidades, los españoles arrasaban cuanto encontraban a su paso violando a las mujeres de todos los colores y razas. No fue así pero, como siempre, así lo escribió la Historia de los vencedores. Es verdad que el primer prostíbulo del Nuevo Mundo se fundó por la Corona Española, el año 1526 y en la ciudad de Santo Domingo, pero se hizo para bien. "Para evitar que nadie molestase a las mujeres casadas y en pro de la honestidad de la ciudad".
RAFAEL FABREGAT
Mientras los españoles no se preocupaban en absoluto del impacto de su llegada al Nuevo Mundo, las autoridades británicas ya entrevieron que, para la conquista de aquellas tierras era importante resaltar las cualidades positivas de sus tropas y las negativas de las españolas. Tanto fue así que, en el imaginario popular, todavía hoy se tiene a los británicos como colonos pacíficos que solo buscaban la prosperidad del nuevo territorio y de todos aquellos que lo ocupaban y lo ocuparían en adelante, mientras que decir españoles era lo mismo que decir gente salvaje, sádicos que buscaban apropiarse de la riqueza de aquellas tierras desplazando a todos aquellos que la habían habitado hasta entonces y que se interpusieran en su camino. Ni tanto ni tan poco, a favor o en contra.
En su tercer viaje de 1498, a su llegada a Santo Domingo Colón no encontró más que gente alborotada y una numerosa cantidad de enfermos de sífilis. Lejos de preocuparse por tanta enfermedad y sedición, el almirante pasó de largo y marchó en busca de nuevas tierras y tesoros que pudieran esperarle lo cual, cuando estas noticias llegaron a España, levantaron las críticas y los insultos contra el navegante. En la primavera de 1499 los reyes españoles tomaron cartas en el asunto y mandaron al oficial y caballero Don Francisco de Bobadilla para que averiguara de primera mano lo que estaba ocurriendo. En base a esta investigación el año 1500 Colón fue apresado y enviado a España con los grilletes puestos. Tal como se ha dicho anteriormente, en este tercer viaje acompañaron a Colón más de 30 mujeres a fin de que las nuevas ciudades prosperaran.
No se trataba de prostitutas como algunos pudieran pensar, aunque alguna habría sin duda. Efectivamente la mayoría eran madres solteras, cansadas de que en sus tierras de origen las tacharan de rameras, cuando en realidad eran simples muchachas engañadas por sus pretendientes. En el Nuevo Mundo buscaban una vida mejor, en la que poder criar a sus hijos con normalidad. Más de 300 de estas mujeres llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y otras muchas lo harían en los posteriores. Tal fue así que en 1580 las mujeres eran ya una tercera parte de los pasajeros llegados al nuevo continente, la mayor parte de las cuales (60%) eran solteras y muchas de ellas con hijos. De estas cifras la mitad eran andaluzas, un 34% castellanas y un 16% extremeñas.
A partir de 1515 la Corona había ordenado que todos los cargos y empleados públicos que embarcasen debían hacerlo obligatoriamente con sus esposas, madres y hermanas. Fuera cual fuera su oficio, todos los viajeros debían ir provistos de un certificado de buena conducta. Más adelante, en 1549, se prohibió el embarque de judíos y moros conversos, esclavos de cualquier color y personas no nacidas dentro de territorio español. Todo eso nos indica que de ningún modo los españoles emigrados eran tan sádicos como los ingleses pregonaban, ni ellos tan dóciles ni pacíficos como pretendían ser vistos por las gentes autóctonas. Muchas de las españolas llegadas a América destacaron y llegaron a ser regentes de territorios y cargos de gran importancia.
Sin embargo la desidia de unos y otros hizo que ninguno de esos nombres fueron conocidos a ningún nivel, ignorando que la propaganda juega un papel decisivo en la Historia. Los ingleses cuentan que mientras los caritativos, puritanos y pacíficos británicos desembarcaron en Norteamérica, llegados a bordo del Mayflower, los barbudos españoles, violentos y dados al desenfreno sexual, ocupaban las tierras más al sur acompañados de soeces prostitutas enfermas de todo lo imaginable; que mientras los británicos arreglaban tierras y caminos, creando escuelas, iglesias y universidades, los españoles arrasaban cuanto encontraban a su paso violando a las mujeres de todos los colores y razas. No fue así pero, como siempre, así lo escribió la Historia de los vencedores. Es verdad que el primer prostíbulo del Nuevo Mundo se fundó por la Corona Española, el año 1526 y en la ciudad de Santo Domingo, pero se hizo para bien. "Para evitar que nadie molestase a las mujeres casadas y en pro de la honestidad de la ciudad".
RAFAEL FABREGAT
21 de enero de 2019
2709- LA PORNOGRACIA.
Para desgracia de quienes creen los predicamentos de la Iglesia Católica, hay que reconocer que en sus dos mil años de historia ha habido más sombras que luces. Solo hay que leer la vida de los Papas y, dejando a un lado los prejuicios, enterarse de la vida de estos personajes que no eran mejores ni peores de cuantos les rodeaban.
Hoy hemos querido hurgar en uno de los periodos más oscuros de la historia de aquellos que han ocupado la silla de San Pedro. De hecho fue llamado "saeculum obscurum" (edad oscura), un tiempo en que no fueron los Papas, sino diferentes mujeres, las que hacían y deshacían sin que el uso de mitra y báculo les fueran necesarios.
No es una novedad, ni tampoco la primera vez que este asunto es tratado en este Blog, pero en la redundancia siempre entra alguna interesante puntualización normalmente bienvenida.
Durante siglo y medio (del 880 al 1046) la traición, el asesinato y la compra-venta de cargos fueron en el Vaticano el padrenuestro de cada día. El nombre de "pornogracia" vino determinado porque distintas mujeres, adjetivadas como auténticas cortesanas (rameras) manejaron desde las sombras la designación de pontífices, de la misma forma que los apartaron cuando no seguían sus imposiciones. No obstante no se trata de que ejercieran o hubieran ejercido el oficio de prostitutas en cualquier lupanar, sino que buscaban y conseguían hacerse con el poder gracias a su "buen hacer" en la cama y sin que ningún obstáculo fuera para ellas insalvable. Tras el papado de León V, que finalizaba en el año 903, el Papa Sergio III ocupó la silla de Pedro gracias al asesinato organizado por su amante Marozia y el apoyo de su familia, los nobles Spoleto. Marozia era hija de Teodora la Mayor y del cónsul y senador romano Teofilacto I, aunque algunas fuentes otorgan la paternidad al Papa Juan X ya que, en aquellos tiempos y en los demás, los hombres de la Iglesia fornicaban como conejos, como cualquier hijo de vecino.
Después, como es lógico y natural, se pagaban los razonables tributos. La amante del Papa influyó para que los miembros de su familia recibieran los cargos y prebendas correspondientes porque, eso sí, los miembros de la Iglesia siempre han sido muy agradecidos con todos aquellos que les prestan su apoyo. Como no podía ser de otra forma, Sergio III murió de forma natural el año 911, tras siete años de autoritarismos no siempre aceptados por todos los eclesiásticos. A partir de aquel momento Teodora y su hija Marozia se encargaron de que los siguientes Papas fueran algo más dóciles y de escasa influencia. Fue nombrado Anastasio III que les duró 3 años (911-913), después sería nombrado un tal Landón que, durante su corto pontificado de seis meses, no cambió su nombre bautismal. Le siguió Juan X, también anterior amante de Teodora. Juan en persona dirigió las tropas que expulsaron a los sarracenos de Italia el año 915. Gracias a esta victoria consiguió distanciarse de la familia Spoleto pero, como dice el refrán: "contra mayores no vayas" así que poco después, ya fallecida su madre, Marozia se casó con el marqués de Tuscia y juntos atacaron el Palacio de Letrán encarcelando al Papa y asfixiándolo poco después con una almohada.
Marozia se había convertido en la dueña de Roma. Entregó la tiara a León VI, cuyas actuaciones no gustaron a la primera dama y a los seis meses desapareció en extrañas circunstancias. Le sustituyó Esteban VII un Papa que, como todos, había de ser de paja pero el hombre se resistió, desafió a Marozia y le fueron cortadas las orejas y la nariz, no pudiendo volver a presentarse en público. Murió el año 931 por causas sin aclarar. Con estos efímeros Papas, nuestra dama había hecho tiempo para que su hijo y futuro Juan XI alcanzara una edad adecuada para sentarse en la silla de Pedro. Hijo del Papa Sergio III y de Marozia fue nombrado Papa con 20 años, mientras su madre dominaba media Italia desde su castillo de Sant'Angelo del Vaticano. Viuda de nuevo el año 932 decidió unirse a Hugo de Provenza que gobernaba buena parte del norte de Italia.
La ceremonia nupcial tuvo lugar en el Castillo de Sant'Angelo presidida por el hijo y nuevo pontífice pero durante el banquete otro de los hijos de Marozia insultó a su padastro. Alberico II, que así se llamaba, amotinó a Roma contra ellos y aunque Hugo consiguió escapar descolgándose con una cuerda por una de las ventanas, Marozia cayó prisionera de su propio hijo y también el propio Juan XI su hermano. No se supo nada más de la madre. Sí de Juan XI que, después de un tiempo preso, fue privado de todo poder político limitándose en adelante a actuar solamente en el terreno eclesiástico hasta su muerte el año 935. Marozia estuvo en prisión hasta la muerte de su hijo Alberico II en 954. Trasladada a un convento murió al año siguiente. Al igual que hizo su madre, en sus treinta años de mandato Alberico II tuvo tiempo de elegir a su antojo los Papas que habían de ocupar la silla de Pedro.
Tras la muerte de su hermano Juan XI eligió a León VII (936-939), a Esteban VIII (939-942), a Marino II (942-946), a Agapito II (946-955) y a Juan XII (955-964).
Alberico había muerto el año 954 pero demostró su poderío imponiendo al pueblo romano y al propio Papa Agapito II que al fallecimiento de éste, le seguiría su propio hijo Octaviano que reinaría como Papa de la Iglesia Católica con el nombre de Juan XII. Nefasto pontificado el suyo puesto que apoyó la conquista de Italia por parte del alemán Otón I en detrimento de Berengario II reinante en ese momento.
El año 962 Juan XII coronó a Otón I como emperador, naciendo con este acto el Sacro Imperio Romano Germánico. Tras su marcha a Alemania, Otón fue traicionado por Juan XII y el emperador regresó de nuevo provocando la huida del Papa que fue acusado y depuesto.
Se nombra entonces a León VIII pero, a todo esto, el fugado Juan XII se había llevado todos los tesoros de la Iglesia y con su importe había reunido un gran ejército para recuperar su poder pero de poco le sirvió puesto que murió de un martillazo en la cabeza, asestado por un marido que le había sorprendido en la cama con su mujer. Otras versiones cuentan que murió de infarto en pleno acto sexual. Sea como fuere Juan XII murió el año 964 acusado de tener todo un harén a su disposición, haciendo del palacio sagrado una casa de meretrices. Finalizado este capítulo oscuro de la Iglesia Católica, la pornogracia todavía estuvo vigente en la Iglesia Católica hasta la llegada de Gregorio VI en el 1046, que pagó 1500 libras de oro a Benedicto IX a cambio del cargo y previa expulsión de Silvestre III, consiguiendo que lo coronaran Papa hasta tres veces.
RAFAEL FABREGAT
Hoy hemos querido hurgar en uno de los periodos más oscuros de la historia de aquellos que han ocupado la silla de San Pedro. De hecho fue llamado "saeculum obscurum" (edad oscura), un tiempo en que no fueron los Papas, sino diferentes mujeres, las que hacían y deshacían sin que el uso de mitra y báculo les fueran necesarios.
Marozia de Spoleto. |
Durante siglo y medio (del 880 al 1046) la traición, el asesinato y la compra-venta de cargos fueron en el Vaticano el padrenuestro de cada día. El nombre de "pornogracia" vino determinado porque distintas mujeres, adjetivadas como auténticas cortesanas (rameras) manejaron desde las sombras la designación de pontífices, de la misma forma que los apartaron cuando no seguían sus imposiciones. No obstante no se trata de que ejercieran o hubieran ejercido el oficio de prostitutas en cualquier lupanar, sino que buscaban y conseguían hacerse con el poder gracias a su "buen hacer" en la cama y sin que ningún obstáculo fuera para ellas insalvable. Tras el papado de León V, que finalizaba en el año 903, el Papa Sergio III ocupó la silla de Pedro gracias al asesinato organizado por su amante Marozia y el apoyo de su familia, los nobles Spoleto. Marozia era hija de Teodora la Mayor y del cónsul y senador romano Teofilacto I, aunque algunas fuentes otorgan la paternidad al Papa Juan X ya que, en aquellos tiempos y en los demás, los hombres de la Iglesia fornicaban como conejos, como cualquier hijo de vecino.
Teodora y Teofilacto I. |
Papa JUAN XI. |
Alberico II |
JUAN XII. (955-964) |
Alberico había muerto el año 954 pero demostró su poderío imponiendo al pueblo romano y al propio Papa Agapito II que al fallecimiento de éste, le seguiría su propio hijo Octaviano que reinaría como Papa de la Iglesia Católica con el nombre de Juan XII. Nefasto pontificado el suyo puesto que apoyó la conquista de Italia por parte del alemán Otón I en detrimento de Berengario II reinante en ese momento.
El año 962 Juan XII coronó a Otón I como emperador, naciendo con este acto el Sacro Imperio Romano Germánico. Tras su marcha a Alemania, Otón fue traicionado por Juan XII y el emperador regresó de nuevo provocando la huida del Papa que fue acusado y depuesto.
BENEDICTO IX. Vendiendo y recuperando su cargo fue Papa tres veces. |
RAFAEL FABREGAT
17 de enero de 2019
2708- ¡QUIEN LO HABÍA DE DECIR...!
Efectivamente, ¡quien lo había de decir...! A pesar de no tener otros estudios más que los primarios, a mi siempre me ha gustado mucho escribir. Eso sin contar que la mayor parte de mi vida ha transcurrido sin otra tecnología que no fuera la máquina de escribir y que, por supuesto, tampoco tuve a mi disposición hasta bien entrados los treinta años. Empecé como empezaron todos los niños de mi época, con un lápiz, una goma de borrar y una pluma de las que se mojaban de vez en cuando en el tintero escolar, aquel que estaba integrado en el pupitre y que de forma parsimoniosa el propio maestro nos rellenaba cada mañana. Después, con el tiempo, llegaron los bolígrafos y mucho más tarde los rotuladores. Llegué a conocer el portaminas, pero ese ya era artilugio más propio de la élite entre la que, siendo pobre de solemnidad, no podía contarme. Hay que añadir a todo lo anterior que treinta años después de yo venir al mundo, las comunicaciones entre familia, amigos y especialmente entre clientes y proveedores seguía siendo epistolar. Aunque hacía mucho tiempo que el teléfono había desplazado al telégrafo, las comunicaciones telefónicas eran poco o nada seguras y caras además. Todo o casi todo se hacía por carta y estas empezaban indefectiblemente con el encabezamiento de lugar y fecha del remitente.
Quizás por la mala salud de mi madre, que murió a los dos años de venir yo al mundo, nací con escasa salud y con esa poca fortaleza se desarrolló mi niñez y toda mi juventud.
No sería hasta 35 años después cuando se descubrió aquella enfermedad que afectaba a mis huesos y salud general, recibiendo el oportuno tratamiento casi por casualidad. Para entonces yo ya tenía más de cuarenta años. Digo todo esto porque, justamente por aquella escasa salud y mi gusto por la escritura, siempre pensé que era muy difícil que yo pudiera encabezar mis cartas con aquella cifra mágica de tres ceros que tenía el lejano año 2.000.
Yo hacía cuentas y claro, para llegar al ansiado año 2.000 había de cumplir los 51 años y eso era altamente improbable. Cuando no me dolía un codo, me dolía la rodilla, todo el brazo, las piernas, la cadera, etc. Con cierta frecuencia me dolía la cabeza e incluso llegaba a desmayarme. Había pocas razones para el optimismo y los médicos todo lo achacaban a problemas reumáticos, cuyo tratamiento acabó causándome problemas gástricos y hasta ulcera grastroduodenal. ¿Llegar a los 51 años de edad, para poder fechar mis cartas con el año 2.000?. Difícil. Sin embargo un accidente de tráfico dio con mis huesos (nunca mejor dicho) al hospital a los 41 años de edad.
No hubo fracturas, pero si un concienzudo examen radiológico que puso al descubierto mi enfermedad, para la que ya había tratamiento. Para mí aquello fue como volver a nacer. Un tratamiento de 25 años de duración permitió incluso, si no darme de alta, sí el poder retirarme el tratamiento y ser una persona normal. Excuso decir que, gracias a ello, no solo llegué al ansiado año 2.000 sino que lo sobrepasé ampliamente, puesto que aquí estoy. Aquel año la tecnología todavía no había hecho los estragos actuales y continuaban recibiéndose los comunicados de forma epistolar, registrando mis escritos con el bonito número de tres ceros.
Después llegó el Telefax, que venía a ser lo mismo aunque remitido vía telefónica.
El Fax ya ha pasado a la Historia y actualmente todo se hace vía e-mail, a través del ordenador.
Ahora ninguna comunicación de familiares, amigos o clientes se recibe por correo.
Noticias, fotos y vídeos se reciben a través de los teléfonos móviles, al instante y de forma totalmente gratuita, cuando se trata del sistema de WhatsApp.
Con la llegada del teléfono móvil la gente empezó a caminar por la calle con el teléfono pegado a la oreja. Ahora muchos ya lo hacen por medio de auriculares, dando la impresión de estar hablando solos.
¡Es el mundo de hoy!.
Un mundo al que no podemos ni debemos escapar.
Hay que ir con los tiempos, aunque alguna vez tropecemos con las nuevas tecnologías provocando la risa de nuestros hijos...
Compré a mi mujer un móvil con todos esos adelantos, pero yo sigo con un "trasto" de los de antes, que mis hijas me apremian a lanzar a la basura. En fin, a todo esto tengo el placer de comunicarles que hoy, día 17 de Enero del año 2.019 y día de la festividad de San Antonio Abad, he cumplido los 70 años. ¿Quien lo había de decir...?.
RAFAEL FABREGAT
Quizás por la mala salud de mi madre, que murió a los dos años de venir yo al mundo, nací con escasa salud y con esa poca fortaleza se desarrolló mi niñez y toda mi juventud.
No sería hasta 35 años después cuando se descubrió aquella enfermedad que afectaba a mis huesos y salud general, recibiendo el oportuno tratamiento casi por casualidad. Para entonces yo ya tenía más de cuarenta años. Digo todo esto porque, justamente por aquella escasa salud y mi gusto por la escritura, siempre pensé que era muy difícil que yo pudiera encabezar mis cartas con aquella cifra mágica de tres ceros que tenía el lejano año 2.000.
Yo hacía cuentas y claro, para llegar al ansiado año 2.000 había de cumplir los 51 años y eso era altamente improbable. Cuando no me dolía un codo, me dolía la rodilla, todo el brazo, las piernas, la cadera, etc. Con cierta frecuencia me dolía la cabeza e incluso llegaba a desmayarme. Había pocas razones para el optimismo y los médicos todo lo achacaban a problemas reumáticos, cuyo tratamiento acabó causándome problemas gástricos y hasta ulcera grastroduodenal. ¿Llegar a los 51 años de edad, para poder fechar mis cartas con el año 2.000?. Difícil. Sin embargo un accidente de tráfico dio con mis huesos (nunca mejor dicho) al hospital a los 41 años de edad.
No hubo fracturas, pero si un concienzudo examen radiológico que puso al descubierto mi enfermedad, para la que ya había tratamiento. Para mí aquello fue como volver a nacer. Un tratamiento de 25 años de duración permitió incluso, si no darme de alta, sí el poder retirarme el tratamiento y ser una persona normal. Excuso decir que, gracias a ello, no solo llegué al ansiado año 2.000 sino que lo sobrepasé ampliamente, puesto que aquí estoy. Aquel año la tecnología todavía no había hecho los estragos actuales y continuaban recibiéndose los comunicados de forma epistolar, registrando mis escritos con el bonito número de tres ceros.
Después llegó el Telefax, que venía a ser lo mismo aunque remitido vía telefónica.
El Fax ya ha pasado a la Historia y actualmente todo se hace vía e-mail, a través del ordenador.
Ahora ninguna comunicación de familiares, amigos o clientes se recibe por correo.
Noticias, fotos y vídeos se reciben a través de los teléfonos móviles, al instante y de forma totalmente gratuita, cuando se trata del sistema de WhatsApp.
Con la llegada del teléfono móvil la gente empezó a caminar por la calle con el teléfono pegado a la oreja. Ahora muchos ya lo hacen por medio de auriculares, dando la impresión de estar hablando solos.
¡Es el mundo de hoy!.
Un mundo al que no podemos ni debemos escapar.
Hay que ir con los tiempos, aunque alguna vez tropecemos con las nuevas tecnologías provocando la risa de nuestros hijos...
Compré a mi mujer un móvil con todos esos adelantos, pero yo sigo con un "trasto" de los de antes, que mis hijas me apremian a lanzar a la basura. En fin, a todo esto tengo el placer de comunicarles que hoy, día 17 de Enero del año 2.019 y día de la festividad de San Antonio Abad, he cumplido los 70 años. ¿Quien lo había de decir...?.
RAFAEL FABREGAT
16 de enero de 2019
2707- EL MAR DE LOS PIRINEOS.
Se llama así al Embalse de Yesa, represamiento del río Aragón situado al noroeste de la provincia de Zaragoza y al nordeste de la de Navarra y que inunda los términos municipales de Sigüés, Ruesta, Escó y Tiermas. Sin embargo, para centrar el relato de lo que sucedió con cientos de pueblos españoles durante el franquismo, nos referiremos concretamente al pueblo de Tiermas, ejemplo de pueblo expropiado debido al interés del dictador en proveer al territorio español de los necesarios pantanos y que hoy se considera una de las pocas ideas buenas de este fatídico personaje.
Nos situamos en esta localidad porque, si bien se trataba siempre de pequeños pueblos de escaso futuro, en el caso de Tiermas se rozaban los 1.000 habitantes que vivían holgadamente bien. Para ser comarca montañosa, Tiermas era un pueblo grande y próspero que vivía de las fértiles tierras, orillas del rió Aragón, así como de la ganadería y las termas descubiertas en época romana. La localidad estaba dividida en dos enclaves, próximos uno de otro pero perfectamente diferenciados. Se trataba del pueblo propiamente dicho, enclavado en el altozano y fundado por Pedro II de Aragón el año 1201 dándole murallas y castillo, pero también otro construido desde finales del siglo XIX alrededor de los baños termales.
Finalizadas las diferentes guerras medievales y debido a la empinada cuesta que los agricultores tenían que salvar cada día para acudir a sus trabajos agrícolas, algunos de ellos fueron edificando nuevas construcciones a orillas del río, junto al balneario.
Primero fueron pequeños almacenes de aperos agrícolas pero con el tiempo éstos se vieron acompañados de nuevas viviendas a fin de estar más próximos a las fincas y ganar comodidad. Con esta acción se daba el caso de que muchos vecinos, no habían vendido la casa de arriba y tenían duplicidad de vivienda, lo que propiciaba vivir en ambos lugares según si la temporada era una u otra. A comienzos del siglo XX el pueblo tenía unas 120 casas y 800 habitantes, mientras que en el barrio de Los Baños, tenía unas 30 y otros 200 vecinos más.
El pueblo tenía tres tiendas de ultramarinos, tres bares, una carnicería, dos escuelas (niños y niñas) salón de baile, barbería, peluquería de señoras y horno público. En Los Baños había tres tiendas, un bar, una carnicería, salón de baile, fonda, escuela de niños y niñas, puesto de la Guardia Civil y servicio de taxi. Para los dos enclaves había un cura, médico, practicante y servicio de Correos. Telegrafía en el Balneario, molino para moler el grano y producir electricidad. También tenían dos ermitas a los pies de la Sierra de Leyre, sin olvidarnos de una de sus joyas más queridas: su histórico puente medieval, actualmente dentro del embarrado embalse. Tiermas dedicaba sus fiestas mayores a Santa Catalina de Alejandría, la semana del 25 de Noviembre...
Misa con tres sacerdotes sin procesión. A la salida se tomaba el vermut en el bar para después festejar la fecha con una comida especial. Previamente músicos y mozos iban por las calles del pueblo rondando a las mozas en sus casas, donde se les obsequiaba con una pastas y una copa de moscatel. Por la tarde-noche había baile en el salón de Tiermas y en el de Los Baños con músicos contratados de fuera. La mayor parte de los domingos de todo el año se hacía baile en el pueblo y lo mismo en Los Baños en la época estival, que iba de Junio a Septiembre. Desde 1924 se empezó a hablar de la posible construcción del pantano pero los años pasaban y nada se hacía al respecto. Tras el final de la Guerra Civil y cuando ya nadie se acordaba del asunto, el gobierno de Franco volvió a impulsar el proyecto.
Aunque el pueblo estaba en alto, se prohibió construir o modificar las construcciones existentes y se buscó nuevo emplazamiento para la población. Muchos vecinos trabajaron en las obras del embalse y el año 1959 el nivel de las aguas empezó a subir. Aunque escalonadamente los vecinos fueron marchando, dejando entre aquellas paredes los recuerdos de toda una vida. Un tal Bartolomé Torrea fue el último vecino en abandonar Tiermas, pero con los pies por delante. Nunca quiso marchar y el día 24 de Diciembre de 1992 un familiar lo encontró muerto en su casa.
En realidad fueron dos los que no marcharon del pueblo, ya que un tal Honorio también aguantó hasta el final dándose la circunstancia de que, siendo los únicos habitantes del pueblo, no se hablaban. Bajo el barro, más que bajo las aguas, yace para siempre el puente del siglo XI que sostiene lo que fue antiguo Camino de Santiago.
RAFAEL FABREGAT
Balneario de Los Baños a mediados del siglo XX. |
Aldea de Los Baños, Balneario y Puente medieval. |
Primero fueron pequeños almacenes de aperos agrícolas pero con el tiempo éstos se vieron acompañados de nuevas viviendas a fin de estar más próximos a las fincas y ganar comodidad. Con esta acción se daba el caso de que muchos vecinos, no habían vendido la casa de arriba y tenían duplicidad de vivienda, lo que propiciaba vivir en ambos lugares según si la temporada era una u otra. A comienzos del siglo XX el pueblo tenía unas 120 casas y 800 habitantes, mientras que en el barrio de Los Baños, tenía unas 30 y otros 200 vecinos más.
El pueblo tenía tres tiendas de ultramarinos, tres bares, una carnicería, dos escuelas (niños y niñas) salón de baile, barbería, peluquería de señoras y horno público. En Los Baños había tres tiendas, un bar, una carnicería, salón de baile, fonda, escuela de niños y niñas, puesto de la Guardia Civil y servicio de taxi. Para los dos enclaves había un cura, médico, practicante y servicio de Correos. Telegrafía en el Balneario, molino para moler el grano y producir electricidad. También tenían dos ermitas a los pies de la Sierra de Leyre, sin olvidarnos de una de sus joyas más queridas: su histórico puente medieval, actualmente dentro del embarrado embalse. Tiermas dedicaba sus fiestas mayores a Santa Catalina de Alejandría, la semana del 25 de Noviembre...
Misa con tres sacerdotes sin procesión. A la salida se tomaba el vermut en el bar para después festejar la fecha con una comida especial. Previamente músicos y mozos iban por las calles del pueblo rondando a las mozas en sus casas, donde se les obsequiaba con una pastas y una copa de moscatel. Por la tarde-noche había baile en el salón de Tiermas y en el de Los Baños con músicos contratados de fuera. La mayor parte de los domingos de todo el año se hacía baile en el pueblo y lo mismo en Los Baños en la época estival, que iba de Junio a Septiembre. Desde 1924 se empezó a hablar de la posible construcción del pantano pero los años pasaban y nada se hacía al respecto. Tras el final de la Guerra Civil y cuando ya nadie se acordaba del asunto, el gobierno de Franco volvió a impulsar el proyecto.
Aunque el pueblo estaba en alto, se prohibió construir o modificar las construcciones existentes y se buscó nuevo emplazamiento para la población. Muchos vecinos trabajaron en las obras del embalse y el año 1959 el nivel de las aguas empezó a subir. Aunque escalonadamente los vecinos fueron marchando, dejando entre aquellas paredes los recuerdos de toda una vida. Un tal Bartolomé Torrea fue el último vecino en abandonar Tiermas, pero con los pies por delante. Nunca quiso marchar y el día 24 de Diciembre de 1992 un familiar lo encontró muerto en su casa.
En realidad fueron dos los que no marcharon del pueblo, ya que un tal Honorio también aguantó hasta el final dándose la circunstancia de que, siendo los únicos habitantes del pueblo, no se hablaban. Bajo el barro, más que bajo las aguas, yace para siempre el puente del siglo XI que sostiene lo que fue antiguo Camino de Santiago.
RAFAEL FABREGAT
13 de enero de 2019
2706- EL SEXO DE LOS POBRES.
El refranero popular no solo es sabio, sino que reconforta a todo aquel que quiera y sepa escucharlo. Hay muchos y muy curiosos refranes al respecto del hambre y la escasez de alimentos: "Al hambre no hay pan duro", "Cuando no hay lomo todo lo como" y un larguísimo etcétera, tan largo como aquél que lo resume diciendo que "Los males con pan son menos".
Claro que en esta entrada no vamos a hablar de pan, ni de ninguna otra vianda más o menos apetitosa. Nuestro tema de hoy es el sexo de los pobres. No vamos pues a hablar de acostarse con la más guapa del lugar, ni con la prostituta más cotizada. Ni siquiera de hacerlo con la chica de la que estás enamorado, ni tampoco con tu mujer, a la que amas con locura pero que es el menú de siempre, como tú lo eres para ella.
No, no es eso. Ni siquiera el hecho de masturbarse, por necesidad o no, pues no son pocos los que usan de esa práctica incluso estando casados. En todos los casos la meta es la satisfacción final, la tranquilidad física y espiritual de haber llegado al climax. Haber llenado el estómago, cuando se trata de aliviar el hambre y alcanzar el orgasmo cuando se trate de silenciar las necesidades sexuales. Afortunadamente aquello que se creó para estimular las necesidades de la procreación, sirve también para relajar esa necesidad sin tener que traer a nadie más a este mundo de miserias que acompañan al ser humano. No solo se puede practicar sexo sin peligro de quedar "embarazados", sino que se puede alcanzar el orgasmo sin tener pareja. Mejor quedan las cartas escritas en el ordenador pero, si careces de éste, se puede escribir perfectamente a mano y de mil maneras distintas.
A falta de café en las casas particulares de tiempos pasados se utilizaba el EKO, una de las marcas de achicoria más utilizada en el mercado. De la misma manera se hacía chocolate con algarrobas y todavía hoy compramos "gulas" de surimi todos aquellos que no podemos comprar angulas, que somos el 99%. El que no se conforma, porque no quiere. Son sucedáneos, que no es lo mismo que el producto original, pero que no por ello debemos despreciar puesto que cumplen su función específica, cual es la de calmar las ansias del personal. Claro que tampoco podemos obviar que, cuando se utiliza un sucedáneo, nos queda después el regusto amargo de saber que hemos hecho trampas. Que ante la imposibilidad de comprar angulas, hemos tenido que conformarnos con esa pasta de pescado sin valor comercial y un montón de añadidos que mejor ignorar.
Pues bien. Así se entiende con el asunto de la masturbación, algo siempre visto como vileza de adolescentes "salidos" y de viciosos sin remisión. Lo que, ante la imposibilidad de llevar a cabo el coito, tranquiliza igualmente y da placer. La mucosa de una vagina nada tiene que ver con los dedos de una mano encallada que, para ganarse el sustento, en algunos casos están expuestos diariamente a trabajos duros. No es lo mismo un jamón mal curado con aire caliente, que un jamón de bellota que, además de su alimentación sibarita, ha estado expuesto tres o cuatro años al fresco aire de la sierra. En el sexo pasa lo mismo. Como en todo, hay diferentes "calidades" y sobre todo cuando hay amor de por medio. Sin embargo cada cual juega con las armas a su alcance y nada tiene de malo que "el pobre" pueda calmar sus ansias de una u otra forma.
La masturbación ha sido vilipendiada por la Iglesia por su improductividad. Claro que en la actualidad los miles de juguetes sexuales al alcance de cualquiera han hecho que sean muchas las parejas, incluso casadas por la Iglesia, que en la mesilla de noche tienen a su disposición artilugios de toda clase para hacer del juego sexual la mejor velada del año, un día sí y otro también. De la misma manera algunas parejas, en las que el hombre empieza a tener problemas para "cumplir con lo mandado", han encontrado farmacopea y juguetes de con los que aplazar el final del juego sexual hasta más allá del momento en el que el cuerpo y la mente deja de necesitarlos. La pareja que tenga ganas de juegos, que haga oídos sordos a los eruditos. Mientras apetezca, buena es la achicoria cuando no hay café. Y mejor el chocolate de algarroba en compañía, que el más fino de los chocolates belgas en soledad. Claro que, ¡si se puede tener todo...!
RAFAEL FABREGAT
Claro que en esta entrada no vamos a hablar de pan, ni de ninguna otra vianda más o menos apetitosa. Nuestro tema de hoy es el sexo de los pobres. No vamos pues a hablar de acostarse con la más guapa del lugar, ni con la prostituta más cotizada. Ni siquiera de hacerlo con la chica de la que estás enamorado, ni tampoco con tu mujer, a la que amas con locura pero que es el menú de siempre, como tú lo eres para ella.
No, no es eso. Ni siquiera el hecho de masturbarse, por necesidad o no, pues no son pocos los que usan de esa práctica incluso estando casados. En todos los casos la meta es la satisfacción final, la tranquilidad física y espiritual de haber llegado al climax. Haber llenado el estómago, cuando se trata de aliviar el hambre y alcanzar el orgasmo cuando se trate de silenciar las necesidades sexuales. Afortunadamente aquello que se creó para estimular las necesidades de la procreación, sirve también para relajar esa necesidad sin tener que traer a nadie más a este mundo de miserias que acompañan al ser humano. No solo se puede practicar sexo sin peligro de quedar "embarazados", sino que se puede alcanzar el orgasmo sin tener pareja. Mejor quedan las cartas escritas en el ordenador pero, si careces de éste, se puede escribir perfectamente a mano y de mil maneras distintas.
A falta de café en las casas particulares de tiempos pasados se utilizaba el EKO, una de las marcas de achicoria más utilizada en el mercado. De la misma manera se hacía chocolate con algarrobas y todavía hoy compramos "gulas" de surimi todos aquellos que no podemos comprar angulas, que somos el 99%. El que no se conforma, porque no quiere. Son sucedáneos, que no es lo mismo que el producto original, pero que no por ello debemos despreciar puesto que cumplen su función específica, cual es la de calmar las ansias del personal. Claro que tampoco podemos obviar que, cuando se utiliza un sucedáneo, nos queda después el regusto amargo de saber que hemos hecho trampas. Que ante la imposibilidad de comprar angulas, hemos tenido que conformarnos con esa pasta de pescado sin valor comercial y un montón de añadidos que mejor ignorar.
Pues bien. Así se entiende con el asunto de la masturbación, algo siempre visto como vileza de adolescentes "salidos" y de viciosos sin remisión. Lo que, ante la imposibilidad de llevar a cabo el coito, tranquiliza igualmente y da placer. La mucosa de una vagina nada tiene que ver con los dedos de una mano encallada que, para ganarse el sustento, en algunos casos están expuestos diariamente a trabajos duros. No es lo mismo un jamón mal curado con aire caliente, que un jamón de bellota que, además de su alimentación sibarita, ha estado expuesto tres o cuatro años al fresco aire de la sierra. En el sexo pasa lo mismo. Como en todo, hay diferentes "calidades" y sobre todo cuando hay amor de por medio. Sin embargo cada cual juega con las armas a su alcance y nada tiene de malo que "el pobre" pueda calmar sus ansias de una u otra forma.
La masturbación ha sido vilipendiada por la Iglesia por su improductividad. Claro que en la actualidad los miles de juguetes sexuales al alcance de cualquiera han hecho que sean muchas las parejas, incluso casadas por la Iglesia, que en la mesilla de noche tienen a su disposición artilugios de toda clase para hacer del juego sexual la mejor velada del año, un día sí y otro también. De la misma manera algunas parejas, en las que el hombre empieza a tener problemas para "cumplir con lo mandado", han encontrado farmacopea y juguetes de con los que aplazar el final del juego sexual hasta más allá del momento en el que el cuerpo y la mente deja de necesitarlos. La pareja que tenga ganas de juegos, que haga oídos sordos a los eruditos. Mientras apetezca, buena es la achicoria cuando no hay café. Y mejor el chocolate de algarroba en compañía, que el más fino de los chocolates belgas en soledad. Claro que, ¡si se puede tener todo...!
RAFAEL FABREGAT
7 de enero de 2019
2705- EMPERADOR Y TRAVESTI.
Poco podemos fiarnos de la historia de los emperadores romanos, cuando ésta era siempre escrita por senadores enemigos de la causa. A Tiberio Claudio Nerón, toda su vida respetado por todos, se le describe en la Historia como un pervertido que gustaba de recrearse con jóvenes muchachos en su villa de Capri mientras que a Nerón, que con tanto pesar le despidieron los romanos a su muerte, se le tachó y así ha quedado para la Historia, de pirómano y asesino de madres. Entonces... ¿De quien fiarnos, si la Historia no revela más que mentiras?. El que hoy nos ocupa fue Heliogábalo, marioneta de sus parientes y de todos cuantos vivieron a su costa. Ya pasados los años dorados de la Roma Imperial, Vario Avito Basiano tomó el nombre de Marco Aurelio Antonino al acceder al trono en el año 218.
Era una forma de resaltar su parentesco con el emperador Caracalla, pero no tuvo el éxito deseado y más bien fue conocido como Heliogábalo nombre latinizado de la deidad siria a la que sirvió de sacerdote en su ciudad natal de Homs. La definición que actualmente hace la Real Academia Española sobre Heliogábalo es el de "persona dominada por la gula", debido a la voracidad que tenía dicho emperador. Entre las fuerzas militares su popularidad fue tan escasa que en los libros de Historia su reinado se consideró "interregno". Indudablemente su ascenso no se hubiera producido de no haber estallado una guerra tan turbulenta tras el apuñalamiento de Caracalla, mientras orinaba junto a las murallas de Carrás. Su verdugo ascendió inmediatamente al trono pero rápidamente fue sustituido por el citado Heliogábalo, sumo sacerdote del Dios local, mediante la mentira de que era hijo ilegítimo de Caracalla. Nadie se preguntó si era apto para el alto cargo al que se le destinaba, ni siquiera si era conocedor de las tradiciones latinas. Como era de esperar esto se tradujo en el periodo más estrámbotico de la historia de los emperadores romanos.
En los cuatro años que ostentó el cargo sus esfuerzos solo se centraron en darle a la deidad solar el máximo protagonismo del panteón romano. Durante su reinado las ceremonias al Dios "Sol Invictus" fueron el epicentro de la vida religiosa. El joven, de tan solo 14 años, no sabía de otra cosa. El emperador, con atuendo afeminado y las tetillas al aire, encabezaba las danzas rituales alrededor del altar provocando más de una sonrisa y vergüenza ajenas. La mitología romana hubo de girar rápidamente alrededor de este Dios sirio. Prontamente los miembros del Senado coincidieron en que el nuevo emperador era un payaso llegado de la periferia, del que habían de prescindir lo más rápidamente posible. El colmo del despropósito llegó cuando Heliogábalo, vestido de mujer, se casó con la virgen vestal Aquilia Severa, sabiendo que durante treinta años la virginidad de ésta era de tradicional y obligatoria observancia para la religión romana.
Aunque el emperador quiso tranquilizar los ánimos del Senado explicando que de esta unión nacerían niños parecidos a los dioses, este acto transgredía todas las normas de la fe y el escándalo acercó su reinado al final de la empinada cuesta que ya soportaba desde tiempo atrás. Para colmo de males se dijo que se rodeaba de amantes de ambos sexos, donde primaba la belleza por encima de todo. Incluso para las provincias nombraba siempre a los amantes que tuvieran el pene más grande. El problema no era la homosexualidad, que ya reinaba en Roma, sino las difamaciones de tanto abuso que fueron aprovechadas para ligarlas al plano político. Eran muchos los senadores que tenían amantes masculinos, pero todos lo hacían con discreción y nunca haciendo alarde de ello. Sin embargo Heliogábalo se apoyaba en su posición de emperador para dar rienda suelta a sus instintos más bajos sin guardarse ni percatarse de que cada día aumentaban sus enemigos. Para colmo de males el emperador adoptó el papel pasivo con sus amantes, que incluso lo azotaban en público.
Las visitas a los prostíbulos eran frecuentes, un vicio adicional que en nada ayudaba a mantener las lenguas calladas. En cuanto al vicio del sexo afeminado, a tal punto llegó que incluso consultó con los médicos la posibilidad de someterse a una intervención que permitiera introducir en su cuerpo una vagina.
El año 221 y a fin de salvarle la vida, la matriarca de la familia le aconsejó que nombrara heredero del trono a su primo Alejandro Severo pero en lugar de eso ordenó a la guardia pretoriana que ejecutaran al posible heredero. La guardia no solo se negó a cumplir sus órdenes, sino que ahogaron al emperador en las letrinas y asesinaron a su madre, arrojando ambos cadáveres al río Tíber. Alejandro Severo fue proclamado nuevo emperador y la normalidad religiosa y política regresó por fin a la Roma Imperial.
RAFAEL FABREGAT
Era una forma de resaltar su parentesco con el emperador Caracalla, pero no tuvo el éxito deseado y más bien fue conocido como Heliogábalo nombre latinizado de la deidad siria a la que sirvió de sacerdote en su ciudad natal de Homs. La definición que actualmente hace la Real Academia Española sobre Heliogábalo es el de "persona dominada por la gula", debido a la voracidad que tenía dicho emperador. Entre las fuerzas militares su popularidad fue tan escasa que en los libros de Historia su reinado se consideró "interregno". Indudablemente su ascenso no se hubiera producido de no haber estallado una guerra tan turbulenta tras el apuñalamiento de Caracalla, mientras orinaba junto a las murallas de Carrás. Su verdugo ascendió inmediatamente al trono pero rápidamente fue sustituido por el citado Heliogábalo, sumo sacerdote del Dios local, mediante la mentira de que era hijo ilegítimo de Caracalla. Nadie se preguntó si era apto para el alto cargo al que se le destinaba, ni siquiera si era conocedor de las tradiciones latinas. Como era de esperar esto se tradujo en el periodo más estrámbotico de la historia de los emperadores romanos.
En los cuatro años que ostentó el cargo sus esfuerzos solo se centraron en darle a la deidad solar el máximo protagonismo del panteón romano. Durante su reinado las ceremonias al Dios "Sol Invictus" fueron el epicentro de la vida religiosa. El joven, de tan solo 14 años, no sabía de otra cosa. El emperador, con atuendo afeminado y las tetillas al aire, encabezaba las danzas rituales alrededor del altar provocando más de una sonrisa y vergüenza ajenas. La mitología romana hubo de girar rápidamente alrededor de este Dios sirio. Prontamente los miembros del Senado coincidieron en que el nuevo emperador era un payaso llegado de la periferia, del que habían de prescindir lo más rápidamente posible. El colmo del despropósito llegó cuando Heliogábalo, vestido de mujer, se casó con la virgen vestal Aquilia Severa, sabiendo que durante treinta años la virginidad de ésta era de tradicional y obligatoria observancia para la religión romana.
Aunque el emperador quiso tranquilizar los ánimos del Senado explicando que de esta unión nacerían niños parecidos a los dioses, este acto transgredía todas las normas de la fe y el escándalo acercó su reinado al final de la empinada cuesta que ya soportaba desde tiempo atrás. Para colmo de males se dijo que se rodeaba de amantes de ambos sexos, donde primaba la belleza por encima de todo. Incluso para las provincias nombraba siempre a los amantes que tuvieran el pene más grande. El problema no era la homosexualidad, que ya reinaba en Roma, sino las difamaciones de tanto abuso que fueron aprovechadas para ligarlas al plano político. Eran muchos los senadores que tenían amantes masculinos, pero todos lo hacían con discreción y nunca haciendo alarde de ello. Sin embargo Heliogábalo se apoyaba en su posición de emperador para dar rienda suelta a sus instintos más bajos sin guardarse ni percatarse de que cada día aumentaban sus enemigos. Para colmo de males el emperador adoptó el papel pasivo con sus amantes, que incluso lo azotaban en público.
Las visitas a los prostíbulos eran frecuentes, un vicio adicional que en nada ayudaba a mantener las lenguas calladas. En cuanto al vicio del sexo afeminado, a tal punto llegó que incluso consultó con los médicos la posibilidad de someterse a una intervención que permitiera introducir en su cuerpo una vagina.
El año 221 y a fin de salvarle la vida, la matriarca de la familia le aconsejó que nombrara heredero del trono a su primo Alejandro Severo pero en lugar de eso ordenó a la guardia pretoriana que ejecutaran al posible heredero. La guardia no solo se negó a cumplir sus órdenes, sino que ahogaron al emperador en las letrinas y asesinaron a su madre, arrojando ambos cadáveres al río Tíber. Alejandro Severo fue proclamado nuevo emperador y la normalidad religiosa y política regresó por fin a la Roma Imperial.
RAFAEL FABREGAT
6 de enero de 2019
2704- ¿QUIENES ERAN LOS REYES MAGOS?.
Hoy día 6 de Enero, día de la festividad de los Reyes Magos, hablaremos de las verdades y las mentiras sobre dichos personajes, puesto que se diría que existir, existieron. Otra cosa es todo lo que se ha contado de ellos... Naturalmente todo van a ser conjeturas, puesto que ni hay constancia alguna de que Baltasar fuera negro, ni de que los Reyes Magos fueran tres y mucho menos que fueran Magos.
Según la tradición, eran tres, eran reyes, eran magos y uno de ellos era negro. Pero Mateo, el único apóstol y evangelista que habla de ellos, nunca dijo nada de esto. ..."Transcurridos dos años llegaron a Jerusalén unos magos que preguntaron: ¿Donde está ese rey que os ha nacido?. Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo".
¿Por qué la tradición nos dice que fueran tres?. Pues bien, se lo debemos al "Liber Pontificalis", un libro del siglo IX que cuenta mitos y leyendas relacionadas con la religión cristiana. La cifra de que los Reyes Magos fueran tres viene determinada porque, lo que sí cita el apóstol Mateo, es que tres fueron los regalos recibidos pero bien pudo haberlos dejado un solo personaje. Ya que en dicha religión se hablaba largo y tendido sobre la Santísima Trinidad, venía bien que también los Reyes fueran tres y no otra cifra distinta. Otros historiadores, contemporáneos nuestros y no de Jesús de Nazaret, cuentan que la cifra de Reyes que agasajaron a Jesús viene del siglo III y que, aunque hay versiones de hasta 60 Magos o más, el teólogo Orígenes, atendiendo razones bíblicas y simbólicas indicó que el número de Reyes Magos fueron tres, número que fue confirmado por el papa León I el Magno en sus sermones sobre la Epifanía.
De todas formas, no habiendo nada escrito al respecto, nada podía saber Orígenes, ni León I, cinco siglos después.
La tradición oriental habla de doce Reyes, la occidental de tres. La occidental se basa en un evangelio apócrifo llamado Pseudo-Mateo, escrito a mediados del siglo VI que trata de la infancia de María, del nacimiendo de Jesús y de la huida a Egipto. La tradición armenia dice sin embargo que los Reyes Magos eran doce.
La misma controversia está en los nombres de sus majestades pero, también en base al "Liber Pontificalis", la religión cristiana estableció en el siglo IX que sus nombres eran Melchior (Melchor), Gathaspa (Gaspar) y Bithisarca (Baltasar). A este respecto el historiador Azanza afirma que en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo VI ya figuran estos nombres. En cuanto a lo de ser magos... el experto Scognamiglio afirma que, contrariamente a la definición actual, en aquellos tiempos ser mago significaba tratarse de una persona con conocimientos científicos y astronómicos. Tampoco se sabe nada de su procedencia. Aunque las comunicaciones eran entonces muy malas, ya después de transcurridos dos años del nacimiento de Jesús y de su posible origen celestial, la noticia llegaría seguramente muy lejos.
Lo más probable es que fueran sacerdotes de origen babilónico o persa, donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia, no descartándose que fueran simples hechiceros que conociendo el acontecimiento del nacimiento del ansiado Mesías, hicieran acto de presencia en el lugar. Nada se sabe de su procedencia, motivo por el cual todas y ninguna son válidas. Tampoco Mateo nos cuenta que fueran Reyes. La corona se la atribuyó el escritor romano y Padre de la Iglesia Quinto Septimo Tertuliano en el siglo III, tras leer el Salmo 72 que decía: "Que los reyes de Saba y Arabia te traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes..." Basándose en esa frase el religioso empezó a denominarles Reyes y así quedó establecido a partir de entonces. También el escritor Santiago de la Vorágine dejó escrito que eran Reyes y Magos.
Señalar por último que a Baltasar no se le presentó como negro hasta el siglo XV. Hasta entonces siempre se les había representado con la tez blanca y descendientes de Noé, vestidos con ropaje persa. Con la intención de darle al cristianismo un carácter universal y no habiendo entonces más que tres continentes conocidos, a finales de la Edad Media se consideró prudente que los Reyes Magos representaran al mundo de forma global y quedó patente que uno de ellos había de representar al continente africano. Esta explicación aparentemente sencilla no lo había sido anteriormente puesto que hasta entonces la gente de color negro era rechazada por considerarla de origen infernal y hasta incluso el mismo demonio. Sin embargo con la llegada del siglo XV nació un gusto creciente por lo exótico y el negro dejó de ser algo demoníaco. Dicho esto... ¿Los Reyes Magos existieron?.
RAFAEL FABREGAT
Según la tradición, eran tres, eran reyes, eran magos y uno de ellos era negro. Pero Mateo, el único apóstol y evangelista que habla de ellos, nunca dijo nada de esto. ..."Transcurridos dos años llegaron a Jerusalén unos magos que preguntaron: ¿Donde está ese rey que os ha nacido?. Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo".
¿Por qué la tradición nos dice que fueran tres?. Pues bien, se lo debemos al "Liber Pontificalis", un libro del siglo IX que cuenta mitos y leyendas relacionadas con la religión cristiana. La cifra de que los Reyes Magos fueran tres viene determinada porque, lo que sí cita el apóstol Mateo, es que tres fueron los regalos recibidos pero bien pudo haberlos dejado un solo personaje. Ya que en dicha religión se hablaba largo y tendido sobre la Santísima Trinidad, venía bien que también los Reyes fueran tres y no otra cifra distinta. Otros historiadores, contemporáneos nuestros y no de Jesús de Nazaret, cuentan que la cifra de Reyes que agasajaron a Jesús viene del siglo III y que, aunque hay versiones de hasta 60 Magos o más, el teólogo Orígenes, atendiendo razones bíblicas y simbólicas indicó que el número de Reyes Magos fueron tres, número que fue confirmado por el papa León I el Magno en sus sermones sobre la Epifanía.
De todas formas, no habiendo nada escrito al respecto, nada podía saber Orígenes, ni León I, cinco siglos después.
La tradición oriental habla de doce Reyes, la occidental de tres. La occidental se basa en un evangelio apócrifo llamado Pseudo-Mateo, escrito a mediados del siglo VI que trata de la infancia de María, del nacimiendo de Jesús y de la huida a Egipto. La tradición armenia dice sin embargo que los Reyes Magos eran doce.
La misma controversia está en los nombres de sus majestades pero, también en base al "Liber Pontificalis", la religión cristiana estableció en el siglo IX que sus nombres eran Melchior (Melchor), Gathaspa (Gaspar) y Bithisarca (Baltasar). A este respecto el historiador Azanza afirma que en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo VI ya figuran estos nombres. En cuanto a lo de ser magos... el experto Scognamiglio afirma que, contrariamente a la definición actual, en aquellos tiempos ser mago significaba tratarse de una persona con conocimientos científicos y astronómicos. Tampoco se sabe nada de su procedencia. Aunque las comunicaciones eran entonces muy malas, ya después de transcurridos dos años del nacimiento de Jesús y de su posible origen celestial, la noticia llegaría seguramente muy lejos.
Lo más probable es que fueran sacerdotes de origen babilónico o persa, donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia, no descartándose que fueran simples hechiceros que conociendo el acontecimiento del nacimiento del ansiado Mesías, hicieran acto de presencia en el lugar. Nada se sabe de su procedencia, motivo por el cual todas y ninguna son válidas. Tampoco Mateo nos cuenta que fueran Reyes. La corona se la atribuyó el escritor romano y Padre de la Iglesia Quinto Septimo Tertuliano en el siglo III, tras leer el Salmo 72 que decía: "Que los reyes de Saba y Arabia te traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes..." Basándose en esa frase el religioso empezó a denominarles Reyes y así quedó establecido a partir de entonces. También el escritor Santiago de la Vorágine dejó escrito que eran Reyes y Magos.
Señalar por último que a Baltasar no se le presentó como negro hasta el siglo XV. Hasta entonces siempre se les había representado con la tez blanca y descendientes de Noé, vestidos con ropaje persa. Con la intención de darle al cristianismo un carácter universal y no habiendo entonces más que tres continentes conocidos, a finales de la Edad Media se consideró prudente que los Reyes Magos representaran al mundo de forma global y quedó patente que uno de ellos había de representar al continente africano. Esta explicación aparentemente sencilla no lo había sido anteriormente puesto que hasta entonces la gente de color negro era rechazada por considerarla de origen infernal y hasta incluso el mismo demonio. Sin embargo con la llegada del siglo XV nació un gusto creciente por lo exótico y el negro dejó de ser algo demoníaco. Dicho esto... ¿Los Reyes Magos existieron?.
RAFAEL FABREGAT
5 de enero de 2019
2703- EL CASTILLO DE CALAHORRA.
El Castillo de Calahorra domina visualmente el marquesado de Cenete, en el municipio español de Calahorra (Granada). Para su construcción (1509-1512) se aprovecha toda la cantería de la fortaleza árabe que se asentaba en el mismo lugar, motivo que se pudiera completar la obra en tan breve espacio de tiempo. Es el primer trabajo de envergadura de un arquitecto italiano en España. Históricamente es fruto del mayorazgo fundado por el cardenal Mendoza a favor de su hijo Rodrigo Díaz de Vivar, conde del Cid y del que adopta sus apellidos y se erige como sucesor, al ser poseedor de la fortaleza del Cid Campeador en Jadraque. Resulta sin embargo anacrónico que se levantara este castillo en una época en la que la monarquía derribaba las fortalezas existentes para consolidar su poder y a fin de que la nobleza feudal fuera olvidando tiempos pasados.
Pero los Mendoza eran gente de mucho poder para discutir por estas minucias. Tanto poder tenía el cardenal Mendoza que, a pesar de sus múltiples deslices amorosos con numerosas damas, finalmente tuvo con Doña Mencía de Lemos hasta tres hijos de los que nunca renegó. La tan puritana Isabel la Católica, reina de España, decía al respecto que eran los "bellos pecados del cardenal". Las cosas, según quien las hace, son una cosa u otra...
Uno de esos hijos bastardos, después legitimados por los Reyes Católicos, sería justamente el primogénito Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, después I marqués de Cenete y constructor de este castillo-palacio para su dama María Fontseca, a la que superaba en más de veinte años. En cuanto a su apellido, de todo punto ilegítimo, se debió a la pretensión de los Mendoza de estar emparentados con el Cid Campeador (Rodrigo Díaz de Vivar) hasta el punto de crear un condado con ese nombre en tierras de Jadraque y provincia de Guadalajara. Está claro que la Historia la escriben los hombres... Los hombres que mandan.
Rodrigo luchó en la guerras de Granada junto a su tío el II conde de Tendilla, casándose en 1492 con Leonor de la Cerda y pasando el matrimonio a vivir en el castillo de Jadraque donde la mujer murió cinco años después, debido a los disgustos que le proporcionaban las muchas infedelidades de su marido. Ya viudo Rodrigo marchó a Italia donde tomó el gusto por el arte renacentista. Vuelto a España se enamoró de la quinceañera María Fonseca y Toledo, que también quedó prendada del famoso personaje veinte años mayor. La reina Isabel la Católica prohibió la boda encerrando a la muchacha en un convento y amenazándole a él con la cárcel. Rodrigo raptó a la joven y se casaron en Coca. La reina al verse burlada ordenó la detención de Rodrigo que estuvo preso hasta la muerte de ésta en 1504. Liberado por Felipe el Hermoso, Rodrigo construyó este Castillo de Calahorra como palacio para su amada esposa. El interior del castillo está decorado con mármoles italianos de Carrara y biblioteca heredada de su padre el cardenal Mendoza. En el centro un gran patio con pozo y dobles galerías porticadas.
El castillo, recién terminado fue habitado durante ocho años por Rodrigo Díaz de Vivar y su esposa María de Fonseca. A pesar de ser obra relativamente reciente, todavía tuvo un importante protagonismo en la Guerra de los Moriscos (1568-1571) y especialmente violenta en esa zona del marquesado de Cenete. En esos años fue refugio de los cristianos viejos y acuartelamiento del marqués de Mondéjar. Abandonado durante siglos, a principios del siglo XX fue concertada su compra y traslado a Estados Unidos, aunque finalmente fue adquirido por su actual propietario. El castillo es en realidad un palacio renacentista del que faltan algunas piezas importantes desaparecidas durante sus muchos años de abandono.
A los pies del Castillo se encuentra el pueblo andaluz de La Calahorra, inferior a los 700 habitantes, cuando a mediados del siglo XX sobrepasaba los 2.200. Está situado a 1.192 msnm junto al Parque Nacional de Sierra Nevada. En época nazarí esta zona basaba buena parte de sus ingresos en el cultivo de moreras y la industria de la seda. También de todo tipo de cultivos que servían para la alimentación de la población y el ganado. Sin embargo a finales del XIX y principios del XX eso no fue bastante para una juventud que empezó a emigrar hacia Cataluña y el extranjero. Los viejos fueron muriendo y los nacimientos escasearon, abandonándose el campo. Más tarde el Castillo trajo visitantes al pueblo, naciendo la hostelería y los nuevos bares pero aquellos jóvenes que marcharon ya no volvieron jamás.
RAFAEL FABREGAT
Pero los Mendoza eran gente de mucho poder para discutir por estas minucias. Tanto poder tenía el cardenal Mendoza que, a pesar de sus múltiples deslices amorosos con numerosas damas, finalmente tuvo con Doña Mencía de Lemos hasta tres hijos de los que nunca renegó. La tan puritana Isabel la Católica, reina de España, decía al respecto que eran los "bellos pecados del cardenal". Las cosas, según quien las hace, son una cosa u otra...
Uno de esos hijos bastardos, después legitimados por los Reyes Católicos, sería justamente el primogénito Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, después I marqués de Cenete y constructor de este castillo-palacio para su dama María Fontseca, a la que superaba en más de veinte años. En cuanto a su apellido, de todo punto ilegítimo, se debió a la pretensión de los Mendoza de estar emparentados con el Cid Campeador (Rodrigo Díaz de Vivar) hasta el punto de crear un condado con ese nombre en tierras de Jadraque y provincia de Guadalajara. Está claro que la Historia la escriben los hombres... Los hombres que mandan.
El castillo, recién terminado fue habitado durante ocho años por Rodrigo Díaz de Vivar y su esposa María de Fonseca. A pesar de ser obra relativamente reciente, todavía tuvo un importante protagonismo en la Guerra de los Moriscos (1568-1571) y especialmente violenta en esa zona del marquesado de Cenete. En esos años fue refugio de los cristianos viejos y acuartelamiento del marqués de Mondéjar. Abandonado durante siglos, a principios del siglo XX fue concertada su compra y traslado a Estados Unidos, aunque finalmente fue adquirido por su actual propietario. El castillo es en realidad un palacio renacentista del que faltan algunas piezas importantes desaparecidas durante sus muchos años de abandono.
A los pies del Castillo se encuentra el pueblo andaluz de La Calahorra, inferior a los 700 habitantes, cuando a mediados del siglo XX sobrepasaba los 2.200. Está situado a 1.192 msnm junto al Parque Nacional de Sierra Nevada. En época nazarí esta zona basaba buena parte de sus ingresos en el cultivo de moreras y la industria de la seda. También de todo tipo de cultivos que servían para la alimentación de la población y el ganado. Sin embargo a finales del XIX y principios del XX eso no fue bastante para una juventud que empezó a emigrar hacia Cataluña y el extranjero. Los viejos fueron muriendo y los nacimientos escasearon, abandonándose el campo. Más tarde el Castillo trajo visitantes al pueblo, naciendo la hostelería y los nuevos bares pero aquellos jóvenes que marcharon ya no volvieron jamás.
RAFAEL FABREGAT
Suscribirse a:
Entradas (Atom)