Un georadar de gran potencia ha detectado la presencia de un tren cargado de oro enterrado a 100 metros profundidad bajo las montañas de la ciudad de Walbrzych, al sureste de Polonia. Parece una película de ciencia ficción pero es que demasiadas veces ésta se ve superada por la realidad. La cuestión es que dos cazatesoros han detectado este tren, desaparecido en 1945, con una carga de 300 toneladas de oro, joyas y otros tesoros saqueados por los soldados de Hitler. Algunos han equiparado el hallazgo con el pecio del Titanic pero lo cierto es que pocos o nadie saben de su contenido.
Se sabía que las citadas montañas guardaban en su interior inmensas galerías algunas de las cuales fueron voladas en un momento determinado, lo que no se sabía era lo que se guardaba en su interior. Nada se sabía de presentes que hubieran quedado vivos para atestiguarlo. Después... el tiempo pasa. Acaban las guerras y siguen tiempos de una paz entremezclada con venganzas, prisión y fusilamientos. Motivos más que suficientes para mantenerse callado, sin siquiera contar lo que sabes a los tuyos, no sea cosa que... Y el tiempo pasa inexorable hasta que llega un momento en el que nadie sabe nada. Las autoridades polacas han asegurado que de tratarse de riquezas expoliadas se buscará a sus dueños para devolvérselas.
Parece ser que todavía no se ha accedido a la galería y por lo tanto nadie ha visto el tren y su preciada carga, de la misma forma que nadie puede asegurar que pertenezca al Tercer Reich pero el Ministerio de Cultura de Polonia está obteniendo los permisos para preparar el rescate del misterioso Tren del Oro. Desde este organismo se pide prudencia puesto que no se conoce el origen del convoy y su carga. De acuerdo con la información publicada por Radio Wroclaw se sabe, eso sí, que está en un tramo de cuatro Km. entre las ciudades de Wroclaw y Walbrzych, pero no se puede hablar con precisión de su contenido. El tren mide algo más de 100 metros de largo y está blindado, lo que sugiere contenido de alto valor.
El alcalde de la citada ciudad ha corroborado el hallazgo, pero no ha mencionado el contenido del mismo. El Ministerio del Tesoro y el de Cultura han sido avisados y se espera una comunicación al respecto. De todas formas la leyenda del enterramiento de un tren cargado de oro en la región, siempre había circulado. Lo que nadie podía imaginar es que fuera cierto. Según la misma los nazis abandonaron la zona al final de la contienda ante el avance del Ejército Rojo que clamaba venganza por todas las barbaridades cometidas por los alemanes contra los rusos. Como ya se había hecho en otras ocasiones, las riquezas saqueadas a los rusos habían sido cargadas en un misterioso tren que desapareció de la noche a la mañana.
A 100 Km. de la salida del convoy éste desapareció misteriosamente en las proximidades del Castillo de Ksiaz, en Silesia, bajo las montañas próximas a Walbbrzych. Todo quedó sepultado en el misterio y la leyenda y los investigadores posteriores nunca tomaron en serio lo que consideraron simples habladurías. Todo esto podría haber quedado en el olvido si no fuera porque un minero alemán confesó lo sucedido a un amigo polaco antes de salir de la zona ocupada. La noticia, después considerada simple leyenda, era que un tren cargado de riquezas había sido puesto sobre una vía muerta en los últimos días de lucha. Se trata de una serie de túneles mandados construir por el propio Hitler como parte del Proyecto Riese y con fines desconocidos.
Se ha llegado a pensar que el desaparecido convoy podría contener las riquezas desaparecidas de la Sala Ámbar de Federico I de Prusia y que estaban catalogados como la octava maravilla del mundo. Las inmensas galerías podían haber sido construidas con fines estratégicos. Refugio antiaéreo, almacén de armas e incluso laboratorio para el diseño de nuevas tecnologías armamentísticas. Durante dos años unas 20.000 personas trabajaron en este proyecto extraordinario de minería. El complejo no llegó a terminarse puesto que fue descubierto por los soviéticos en 1945. Una parte de estos corredores están abiertos al público pero otros fueron cegados por miles de metros cúbicos de hormigón armado.
Hasta ahora se pensaba que el tren había escapado con los alemanes, pero también pudo quedar escondido tras el hormigón como parece demostrado. Parece ser que un testigo presencial de lo ocurrido informó en su lecho de muerte e incluso proporcionó un mapa del lugar para poder encontrar el convoy. El Ministerio de Cultura ha prohibido el acceso a esta parte de los túneles con la excusa de que ningún curioso pueda ocasionarse daños, debido a las malas condiciones del túnel y porque el tren puede estar incluso minado a fin de evitar su apertura. Peligroso o no, lo lógico y natural es que las autoridades accedan en primer lugar al tren y a su contenido y se informe o decida sobre lo allí encontrado. Sin duda todo ello será noticia de primera magnitud...
RAFAEL FABREGAT
PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
31 de agosto de 2015
30 de agosto de 2015
1867- SETAS MAESTRAZGO 2015 (3ª)
Pues sí amigos. La gente normal, la que trabaja para ganarse la vida, no puede ir a buscar setas en días laborables puesto que ha de procurar el sustento diario de su familia. Así pues, salvo casos excepcionales, suelo ir en fines de semana o festivos y siempre acompañado de mi mujer e incluso con mis hijas y nietas, amén de mis yernos. Ayer sábado fue uno de esos días de asueto familiar en los bosques del Maestrazgo turolense. Ocho buscadores de 5 a 66 años, bien avezados y armados hasta los dientes que, a las 11:00 de la mañana no habíamos encontrado ni siquiera una docena de robellones (níscalos sanguifluus) entre todos y además agusanados. Yo siempre digo que no soy un buen aficionado a esto de buscar setas, porque cuando no las encuentro me pongo nervioso. Me aburro enseguida. No puedo evitarlo. Otros siguen y siguen, no sé si serán mejores, pero siguen...
Los demás todavía estarían por allí dando vueltas, pues saben que el sitio que habíamos escogido es, con diferencia, el mejor en el que nuestra familia suele buscar. Sitio en el que tenemos recogidas dos cestas cada uno en menos de una hora, pero las setas necesitan agua y no siendo de la zona no podemos saber por donde han pasado las tormentas. Estaba claro que por allí no habían pasado los negros nubarrones cargados de agua, así que con cuatro silbidos y dos gritos reuní al clan familiar y les dije que estábamos perdiendo el tiempo. Lo estábamos perdiendo porque yo no seré un buen aficionado, pero sí una persona que se conoce muchos puntos de búsqueda realmente excepcionales y en todas las direcciones del término municipal de que se trate. Uno de mis yernos dijo entonces una palabra mágica pero difuminada por la neblina mañanera...
- En el bar dijeron que donde más había llovido era en (...) pero, claro, yo no tengo ni idea de donde, ni por donde, tenemos que ir.
- ¡Pues yo sí! -le respondí, con más dudas que seguridades.
No hacía falta saber más. Al norte, al sur, al este, al oeste y en todas las direcciones intermedias, conozco sitios excepcionales y poco conocidos por la gente corriente que hace imposible el regreso a casa con las cestas vacías. Solo hacía falta saber la zona aproximada en la que había llovido en más cantidad o más recientemente.
- Seguídme -les dije. Al pasar por el pueblo paramos a tomar un café. El dueño nos preguntó y le dije la verdad. Nada de nada. Había que probar en otro lugar.
- Es pronto -dijo el dueño del bar. No estaba de acuerdo pero no dije nada. Si hay humedad a finales de agosto ya hay robellones hasta mediados de Septiembre y después sigue el níscalo anaranjado o incluso mezclados, según zonas.
Dejamos allí uno de los coches que era turismo y seguimos solo con los dos todoterreno. El lugar elegido no estaba cerca y todo por pistas de tierra. Tardamos una media hora en llegar y diez minutos más en internarnos en el bosque. Ni un alma. Silencio absoluto. Paré en el lugar que acostumbro a hacerlo porque allí mismo ya puedes empezar a buscar y me dí cuenta entonces que el coche de mi hija mayor no iba detrás nuestro. A los cinco minutos, cuando yo ya me disponía a ir a buscarles, apareció por el camino.
- Nos hemos parado porque hemos visto setas. Deberíamos volver.
- Tranquilos -les dije- Ya iremos después. Miremos primero esta zona en la que estamos.
Eran las 12:30 cuando empezamos a buscar. Apenas salir del camino ya todos empezamos a encontrar níscalos. Aquello era una fiesta.
Tamaño medio y reunidos en familias de 4 a 8 ejemplares, en menos de una hora teníamos las cestas llenas. Eran casi las 13:30 y teníamos reservada mesa en el restaurante para las 14:00 horas pero mi hija mayor y su marido querían que parásemos a la salida del bosque en el lugar que les había llamado la atención a la entrada. Daba igual donde parásemos porque había setas allí donde miraras, pero había que darles satisfacción y subimos a los coches en dirección a la salida, con mi yerno delante. Paró a los cuatrocientos metros de donde estábamos al inicio y empezamos a mirar. Como en el sitio anterior, había setas por doquier y siguió la fiesta hasta casi darnos las dos de la tarde. Con otra media cesta más, por cada uno de nosotros, marchamos a comer cargados a tope de níscalos. Solo en ese bosque quedaron sin recoger toneladas de robellones y de hecho pensamos volver la próxima semana.
Vuelvo a recordar a los profanos en la materia que estos primeros níscalos no son los de color rosado, que todo el mundo está acostumbrado a ver en mercados y fruterías. El robellón es más blancuzco (primera foto) menos bonito y también menos sabroso. En la segunda foto se ven los diferentes tipos. El níscalo anaranjado es, para mí, más tierno y sabroso pero para los que no podemos esperar hasta mediados de Septiembre el basto robellón cumple perfectamente todas nuestras expectativas.
Claro que esta es mi opinión, pues hay cocineros que dicen lo contrario y consideran más sabrosos los marrones. Ayer encontré media docena de níscalos deliciosus (anaranjados) pero es pronto todavía para encontrar esa variedad, al menos en esta zona. Hay que esperar que llueva bastante más en las dos semanas que faltan para la salida masiva de esta variedad y de todas las que suelen acompañarle.
La comida excepcional y altamente gratificante por la reunión familiar que representaba. El único problema se presentaba con la llegada a la casa. Casi dos horas de trabajo para la limpieza y clasificación de las setas recogidas. Bonitas, feas, alguna agusanada en el pie. En fin, la inevitable tragedia que sigue a la fiesta de la búsqueda. Menos mal que algunas las regalamos sin limpiar, porque las setas... una vez llegados a casa, ¿para qué las quieres?.
Un plato aquí, otro allá... tíos, amigos, vecinos... A nosotros nos gustan, pero estamos saturados. Todavía nos quedan en el congelador varias bolsas del año pasado. Nos gusta comerlas, pero nos gusta más buscarlas. Igual mi mujer como yo, buscándolas disfrutamos como niños con zapatos nuevos, pero una vez llegas a casa ¿qué mas da quien se las coma...?
RAFAEL FABREGAT
Los demás todavía estarían por allí dando vueltas, pues saben que el sitio que habíamos escogido es, con diferencia, el mejor en el que nuestra familia suele buscar. Sitio en el que tenemos recogidas dos cestas cada uno en menos de una hora, pero las setas necesitan agua y no siendo de la zona no podemos saber por donde han pasado las tormentas. Estaba claro que por allí no habían pasado los negros nubarrones cargados de agua, así que con cuatro silbidos y dos gritos reuní al clan familiar y les dije que estábamos perdiendo el tiempo. Lo estábamos perdiendo porque yo no seré un buen aficionado, pero sí una persona que se conoce muchos puntos de búsqueda realmente excepcionales y en todas las direcciones del término municipal de que se trate. Uno de mis yernos dijo entonces una palabra mágica pero difuminada por la neblina mañanera...
- En el bar dijeron que donde más había llovido era en (...) pero, claro, yo no tengo ni idea de donde, ni por donde, tenemos que ir.
- ¡Pues yo sí! -le respondí, con más dudas que seguridades.
No hacía falta saber más. Al norte, al sur, al este, al oeste y en todas las direcciones intermedias, conozco sitios excepcionales y poco conocidos por la gente corriente que hace imposible el regreso a casa con las cestas vacías. Solo hacía falta saber la zona aproximada en la que había llovido en más cantidad o más recientemente.
- Seguídme -les dije. Al pasar por el pueblo paramos a tomar un café. El dueño nos preguntó y le dije la verdad. Nada de nada. Había que probar en otro lugar.
- Es pronto -dijo el dueño del bar. No estaba de acuerdo pero no dije nada. Si hay humedad a finales de agosto ya hay robellones hasta mediados de Septiembre y después sigue el níscalo anaranjado o incluso mezclados, según zonas.
Dejamos allí uno de los coches que era turismo y seguimos solo con los dos todoterreno. El lugar elegido no estaba cerca y todo por pistas de tierra. Tardamos una media hora en llegar y diez minutos más en internarnos en el bosque. Ni un alma. Silencio absoluto. Paré en el lugar que acostumbro a hacerlo porque allí mismo ya puedes empezar a buscar y me dí cuenta entonces que el coche de mi hija mayor no iba detrás nuestro. A los cinco minutos, cuando yo ya me disponía a ir a buscarles, apareció por el camino.
- Nos hemos parado porque hemos visto setas. Deberíamos volver.
- Tranquilos -les dije- Ya iremos después. Miremos primero esta zona en la que estamos.
Eran las 12:30 cuando empezamos a buscar. Apenas salir del camino ya todos empezamos a encontrar níscalos. Aquello era una fiesta.
Tamaño medio y reunidos en familias de 4 a 8 ejemplares, en menos de una hora teníamos las cestas llenas. Eran casi las 13:30 y teníamos reservada mesa en el restaurante para las 14:00 horas pero mi hija mayor y su marido querían que parásemos a la salida del bosque en el lugar que les había llamado la atención a la entrada. Daba igual donde parásemos porque había setas allí donde miraras, pero había que darles satisfacción y subimos a los coches en dirección a la salida, con mi yerno delante. Paró a los cuatrocientos metros de donde estábamos al inicio y empezamos a mirar. Como en el sitio anterior, había setas por doquier y siguió la fiesta hasta casi darnos las dos de la tarde. Con otra media cesta más, por cada uno de nosotros, marchamos a comer cargados a tope de níscalos. Solo en ese bosque quedaron sin recoger toneladas de robellones y de hecho pensamos volver la próxima semana.
Vuelvo a recordar a los profanos en la materia que estos primeros níscalos no son los de color rosado, que todo el mundo está acostumbrado a ver en mercados y fruterías. El robellón es más blancuzco (primera foto) menos bonito y también menos sabroso. En la segunda foto se ven los diferentes tipos. El níscalo anaranjado es, para mí, más tierno y sabroso pero para los que no podemos esperar hasta mediados de Septiembre el basto robellón cumple perfectamente todas nuestras expectativas.
Claro que esta es mi opinión, pues hay cocineros que dicen lo contrario y consideran más sabrosos los marrones. Ayer encontré media docena de níscalos deliciosus (anaranjados) pero es pronto todavía para encontrar esa variedad, al menos en esta zona. Hay que esperar que llueva bastante más en las dos semanas que faltan para la salida masiva de esta variedad y de todas las que suelen acompañarle.
La comida excepcional y altamente gratificante por la reunión familiar que representaba. El único problema se presentaba con la llegada a la casa. Casi dos horas de trabajo para la limpieza y clasificación de las setas recogidas. Bonitas, feas, alguna agusanada en el pie. En fin, la inevitable tragedia que sigue a la fiesta de la búsqueda. Menos mal que algunas las regalamos sin limpiar, porque las setas... una vez llegados a casa, ¿para qué las quieres?.
Un plato aquí, otro allá... tíos, amigos, vecinos... A nosotros nos gustan, pero estamos saturados. Todavía nos quedan en el congelador varias bolsas del año pasado. Nos gusta comerlas, pero nos gusta más buscarlas. Igual mi mujer como yo, buscándolas disfrutamos como niños con zapatos nuevos, pero una vez llegas a casa ¿qué mas da quien se las coma...?
RAFAEL FABREGAT
28 de agosto de 2015
1866- EL CAMPO DE LOS MIRLOS.
El Imperio Otomano siempre ha sido ampliamente denostado. Los turcos han pasado a la Historia no por sus logros, sino por su piratería y por ser puerta de entrada a lo desconocido, a la inseguridad. Moros en tierra cristiana. Allí nada tiene un precio definido y ningún foráneo sabe lo que valen las cosas, a pesar de lo cual recibe cada año millones de visitantes gracias a lo pintoresco de sus mercados y a los muchos lugares históricos que se pueden visitar. Oriente Medio fue lugar dominado durante siglos por la cultura romana que, unida a la local, dio lugar a ciudades cuyas ruinas nos muestran todo el esplendor de su pasado. Turquía ha sido históricamente la puerta de Asia y el actual Estambul capital y centro de culturas que todavía hoy muestra al visitante su soberbio pasado cultural.
Sin embargo el Campo de los Mirlos está muy lejos de la actual Turquía. Con este nombre se conoce la que fue una Batalla entablada el 15 de Junio de 1389 por el sultán turco Murad I que quería anexionarse la Serbia de Moraba entonces gobernada por el príncipe Lazar Hrebeljanovic. A esta guerra se la denomina también la Batalla de Kosovo, una cruenta confrontación en la que ambos contendientes perdieron su vida. Lazar había reunido a la práctica totalidad de los caballeros de su reino por medio de esta proclama: "Aquel que sea serbio de nacimiento, con sangre de antepasados serbios y no venga a la Batalla de Kosovo, nunca tendrá descendencia. Ni hijos, ni hijas. Nada crecerá donde toquen sus manos, ni vino oscuro ni trigo blanco y será maldito por los siglos de los siglos".
Fruto del honor o de las supersticiones, Lazar reunió un gran contingente para dar cumplida respuesta a los invasores pero los caballos de origen mongol de los otomanos eran mucho más rápidos y resistentes y el éxito se decantó hacia el bando invasor. El resultado de la batalla no fue decisivo pero el golpe psicológico de la joven pero orgullosa nación no había tenido precedentes. Nada quedó de las doradas armaduras de sus príncipes y poco de la moral del pueblo serbio. Retirado el ejército otomano a la muerte del sultán, de momento no hubo expolio ni ocupación del territorio. Temiendo que los otomanos regresaran, todo lo no expoliado o destruido fue escondido en las iglesias ortodoxas diseminadas por el país, recuerdo de los años vividos en paz y esplendor para los serbios.
El Campo de los Mirlos, a 8 Km. al suroeste de la capital de Kosovo (Pristina) es pues el escenario de la derrota serbia frente a los otomanos. Sin embargo a pesar de ganar la batalla el territorio no sería ocupado por los ganadores hasta siete décadas después. La anexión de llevó a a cabo en 1459. Más de cuatro siglos se mantuvo el poder otomano en tierras serbias, pues no sería hasta 1867 cuando los últimos soldados turcos abandonaron la fortaleza de Belgrado. Sin embargo, a pesar de la derrota, la cultura serbia le otorga al príncipe Lazar un lugar preeminente en la Historia y se refieren a él con el título de zar. La Iglesia Serbia Ortodoxa acabó canonizándole y hasta las iglesias de algunos pueblos llevan el nombre del héroe y santo, cuya festividad se celebra el 28 de Junio.
El final de este drama es que hace hace algo más de dos décadas, en este mismo lugar, un burócrata comunista (Milosevic) reconvertido al populismo más exacerbado creó con sus discursos la que sería una sucesión de guerras con el resultado de más de un millón de muertos. Era el fin de la antigua Yugoslavia y su división entre croatas, serbios, eslovenos, bosnios, kosovares... Nacía un nacionalismo violento, con una población entremezclada, que provocó violaciones, castraciones y muertes por simples diferencias de opinión o de creencias. Había muy pocos territorios étnicamente puros. La moderna nación yugoslava daba paso al hambre, al miedo, a las venganzas y a la muerte. Los musulmanes bosnios, la raza mayoritaria pero más fragmentada, sufrió miles de muertes por el solo hecho de defender lo que era suyo.
Así son las cosas. A las puertas del siglo XXI y ememorando el Campo de los Mirlos o Batalla de Kosovo, del siglo XIV, los musulmanes eran llamados "turcos" y exterminados sin piedad por los fanáticos nacionalistas. El saqueo y el robo de todo cuanto encontraban era el pago de sus haberes. En 1999 la OTAN invadió Kosovo y estableció un protectorado por más de una década. El último acto de las confrontaciones fue la independencia unilateral de Kosovo. Los serbios se oponen naturalmente a ella, pero ni siquiera el apoyo de Rusia pudo impedirla. Lo inconcebible es que, en pleno siglo XXI, se den en territorio europeo este cúmulo de circunstancias que llevan a tales masacres. La sencilla explicación es que, en su condición de neutrales, las fuerzas de la ONU estaban atadas de pies y manos...
RAFAEL FABREGAT
Sin embargo el Campo de los Mirlos está muy lejos de la actual Turquía. Con este nombre se conoce la que fue una Batalla entablada el 15 de Junio de 1389 por el sultán turco Murad I que quería anexionarse la Serbia de Moraba entonces gobernada por el príncipe Lazar Hrebeljanovic. A esta guerra se la denomina también la Batalla de Kosovo, una cruenta confrontación en la que ambos contendientes perdieron su vida. Lazar había reunido a la práctica totalidad de los caballeros de su reino por medio de esta proclama: "Aquel que sea serbio de nacimiento, con sangre de antepasados serbios y no venga a la Batalla de Kosovo, nunca tendrá descendencia. Ni hijos, ni hijas. Nada crecerá donde toquen sus manos, ni vino oscuro ni trigo blanco y será maldito por los siglos de los siglos".
Fruto del honor o de las supersticiones, Lazar reunió un gran contingente para dar cumplida respuesta a los invasores pero los caballos de origen mongol de los otomanos eran mucho más rápidos y resistentes y el éxito se decantó hacia el bando invasor. El resultado de la batalla no fue decisivo pero el golpe psicológico de la joven pero orgullosa nación no había tenido precedentes. Nada quedó de las doradas armaduras de sus príncipes y poco de la moral del pueblo serbio. Retirado el ejército otomano a la muerte del sultán, de momento no hubo expolio ni ocupación del territorio. Temiendo que los otomanos regresaran, todo lo no expoliado o destruido fue escondido en las iglesias ortodoxas diseminadas por el país, recuerdo de los años vividos en paz y esplendor para los serbios.
El final de este drama es que hace hace algo más de dos décadas, en este mismo lugar, un burócrata comunista (Milosevic) reconvertido al populismo más exacerbado creó con sus discursos la que sería una sucesión de guerras con el resultado de más de un millón de muertos. Era el fin de la antigua Yugoslavia y su división entre croatas, serbios, eslovenos, bosnios, kosovares... Nacía un nacionalismo violento, con una población entremezclada, que provocó violaciones, castraciones y muertes por simples diferencias de opinión o de creencias. Había muy pocos territorios étnicamente puros. La moderna nación yugoslava daba paso al hambre, al miedo, a las venganzas y a la muerte. Los musulmanes bosnios, la raza mayoritaria pero más fragmentada, sufrió miles de muertes por el solo hecho de defender lo que era suyo.
RAFAEL FABREGAT
27 de agosto de 2015
1865- LA CIUDAD DEL ÓPALO.
Coober Pedy, así se llama el pequeño pueblo australiano enterrado bajo tierra. Primer productor mundial de ópalo, una piedra preciosa relacionada con la familia de los cuarzos aunque no sea cuarzo en sí. Se trata de sílice hidratada formado por capas de trimidita y cristobalita que se caracteriza por su brillo pero también por una peligrosa astillabilidad. Los hay de todas las formas y colores pero, además, su enrejado de diferentes estructuras cristalinas hacen que sea la única gema capaz de reflejar la luz recibida en todos los colores del arco iris y que, según los expertos, el fenómeno se debe a la penetración de la luz a través de esas diferentes estructuras y su reflexión entre los minúsculos vacíos que hay entre ellas. Milagros de la naturaleza. Pero volvamos al principio...
Coober Pedy apenas parece una simple aldea a los ojos del viajero que llega por primera vez a este tórrido lugar donde la vida casi parece imposible. Tierra seca y enclave polvoriento a lo largo de todo el terreno que se ve a simple vista. Mediocre asentamiento minero para quien no sabe lo que se esconde en el subsuelo.
Los 48ºC que se alcanzan en el verano del lugar, hicieron imposible la vida de los buscadores de ópalo y solo los abandonados de Dios permanecen en esta aldea infernal. El resto de los habitantes de Coober Pedy, incluidos los hoteles y comercios y hasta la propia iglesia están bajo tierra. No en vano el nombre indígena del lugar se llama Kupa Piti, que significa "hombre blanco en un agujero". Todo un espectáculo. Dos tercios de la población de Coober Pedy tienen sus casas bajo tierra, habitáculos llamados dugouts por los indígenas de la zona. Ya dentro del siglo XX la zona era tierra de nadie. Ni un simple árbol bajo el que cobijarse de los duros rayos del sol, pero en 1915 se encontró una de estas gemas y se desató "la fiebre del ópalo".
Exceptuando algún pequeños montículos hasta aquel año 1915 el terreno era desértico y casi llano, polvo rojizo que penetraba hasta el más fino alvéolo pulmonar. Se corrió la voz y decenas de familias llegaron al lugar en busca de fortuna, pero pronto se dieron cuenta de que la salud y hasta la vida peligraba en tan caluroso lugar. Era como atravesar el desierto todos los días y además trabajando duro. La mayoría se volvieron por donde habían venido pero otros, quizás más desesperados, pusieron en marcha su imaginación. Una imaginación que consistió en construir el pueblo bajo la superficie.
Aquellos hoyos excavados en el terreno, en busca de las preciadas gemas, convenientemente asegurados y agrandados a voluntad, bien podían convertirse en lugar donde vivir a una temperatura agradable tanto en invierno como en verano. La idea cuajó hasta el punto de ser aceptada por la mayoría de los que habían decidido quedarse a la espera del milagro que tanto necesitaban. En este momento la gran mayoría ha construido su casa bajo tierra y con todas las comodidades que buenamente puede permitirse cada cual.
Pero el asunto del enterramiento del pueblo de Coober Pedy fue mucho más allá. Como si vivieran en la superficie, amplios pasillos conectaron las casas de unos y otros a modo de calles y allí se abrieron bares y restaurantes, comercios de todo tipo y hasta la iglesia del lugar. Favoreció la idea inicial y la comodidad, el hecho de excavar un gran terraplén que diera acceso de forma natural al primer nivel y después que cada cual profundizara o se elevara según la disposición del terreno. No siendo ilimitada la superficie a ocupar, la mayoría optaron por vivienda de dos niveles y locales comunes o públicos de superficie superior.
La totalidad de las viviendas subterráneas cuentan con luz, agua corriente y aire acondicionado, además de 2 o 3 habitaciones, salón, cocina, baño, etc. en calidades que nada tienen que envidiar a las casas construidas en el exterior. Se estima que la población de Coober Pedy es de 3.500 personas, por lo que al menos 2.000 viven bajo tierra. Una curiosidad que ha atraído a muchos turistas para los que se ha construido incluso un pequeño hotel que cuenta con bar y restaurante.
Lo curioso es que para acudir al trabajo tampoco hay que sufrir los calores del sol puesto que en la mayor parte de los casos las piedras se extraen siguiendo las diferentes vetas del mineral, que en bruto es una especie de grava, cáscara pétrea en cuyo interior se esconde la gema. De todas formas, tratándose de una zona tan amplia, el año 2000 ya había excavados más de 250.000 pozos desde los que se accede a las diferentes vetas. El citado hotel, además de pasar unos días bajo tierra, ofrece a sus clientes la posibilidad de extraer un ópalo con tus propias manos, visitar el pueblo subterráneo y adquirir en sus tiendas, a precios muy ventajosos, las joyas extraídas a escasos metros del centro comercial. Algo que nadie debería perderse. Vamos, que yo me voy a una agencia de viajes a ver si...
RAFAEL FABREGAT
Los 48ºC que se alcanzan en el verano del lugar, hicieron imposible la vida de los buscadores de ópalo y solo los abandonados de Dios permanecen en esta aldea infernal. El resto de los habitantes de Coober Pedy, incluidos los hoteles y comercios y hasta la propia iglesia están bajo tierra. No en vano el nombre indígena del lugar se llama Kupa Piti, que significa "hombre blanco en un agujero". Todo un espectáculo. Dos tercios de la población de Coober Pedy tienen sus casas bajo tierra, habitáculos llamados dugouts por los indígenas de la zona. Ya dentro del siglo XX la zona era tierra de nadie. Ni un simple árbol bajo el que cobijarse de los duros rayos del sol, pero en 1915 se encontró una de estas gemas y se desató "la fiebre del ópalo".
Aquellos hoyos excavados en el terreno, en busca de las preciadas gemas, convenientemente asegurados y agrandados a voluntad, bien podían convertirse en lugar donde vivir a una temperatura agradable tanto en invierno como en verano. La idea cuajó hasta el punto de ser aceptada por la mayoría de los que habían decidido quedarse a la espera del milagro que tanto necesitaban. En este momento la gran mayoría ha construido su casa bajo tierra y con todas las comodidades que buenamente puede permitirse cada cual.
Pero el asunto del enterramiento del pueblo de Coober Pedy fue mucho más allá. Como si vivieran en la superficie, amplios pasillos conectaron las casas de unos y otros a modo de calles y allí se abrieron bares y restaurantes, comercios de todo tipo y hasta la iglesia del lugar. Favoreció la idea inicial y la comodidad, el hecho de excavar un gran terraplén que diera acceso de forma natural al primer nivel y después que cada cual profundizara o se elevara según la disposición del terreno. No siendo ilimitada la superficie a ocupar, la mayoría optaron por vivienda de dos niveles y locales comunes o públicos de superficie superior.
La totalidad de las viviendas subterráneas cuentan con luz, agua corriente y aire acondicionado, además de 2 o 3 habitaciones, salón, cocina, baño, etc. en calidades que nada tienen que envidiar a las casas construidas en el exterior. Se estima que la población de Coober Pedy es de 3.500 personas, por lo que al menos 2.000 viven bajo tierra. Una curiosidad que ha atraído a muchos turistas para los que se ha construido incluso un pequeño hotel que cuenta con bar y restaurante.
Lo curioso es que para acudir al trabajo tampoco hay que sufrir los calores del sol puesto que en la mayor parte de los casos las piedras se extraen siguiendo las diferentes vetas del mineral, que en bruto es una especie de grava, cáscara pétrea en cuyo interior se esconde la gema. De todas formas, tratándose de una zona tan amplia, el año 2000 ya había excavados más de 250.000 pozos desde los que se accede a las diferentes vetas. El citado hotel, además de pasar unos días bajo tierra, ofrece a sus clientes la posibilidad de extraer un ópalo con tus propias manos, visitar el pueblo subterráneo y adquirir en sus tiendas, a precios muy ventajosos, las joyas extraídas a escasos metros del centro comercial. Algo que nadie debería perderse. Vamos, que yo me voy a una agencia de viajes a ver si...
RAFAEL FABREGAT
25 de agosto de 2015
1864- LA HUELLA DEL DIABLO.
Son muchas y muy antiguas las leyendas que corren en las proximidades de la capital de España.
La Sierra de Guadarrama y la construcción de El Escorial dieron pie a todo tipo de leyendas sobre las orientaciones del Diablo al rey Felipe II.
A poco más de un kilómetro del lugar donde el rey, sentado en confortable silla desde la que divisar la marcha de las obras, una imponente roca de extraña morfología dio pie a la leyenda de "la pisada del Diablo". Un simple hueco en la piedra que aparenta ser la huella de una pisada sobre fango y que se dice la produjo el mismísimo Demonio cuando una niña se negó a blasfemar.
La niña en cuestión se llamaba Martiña, una feligresa de la Virgen de Gracia de la que era muy devota.
El Demonio, disfrazado de agricultor, entabló conversación con ella con la abyecta pretensión de adueñarse de su alma. Sin embargo, a pesar de su insistencia, no consiguió en ningún momento que la niña se doblegase ante él por lo que, enrabietado por el fracaso, dio tan fuerte pisotón sobre la roca que dejó marcada su huella para siempre.
Más que una leyenda, yo diría que es fantasioso cuento que nos habla de las creencias y supersticiones que durante siglos acompañaron las culturas de los pueblos del medievo.
Quiero acabar este relato con unas palabras que no pretenden ser consejo para nadie. Sin duda tenéis sobrada capacidad para discernir sobre la verdad y la mentira y especialmente sobre el bien y el mal de las cosas. Pocos dudan ya sobre la existencia o no del Cielo y del Infierno. Yo no sé si el cielo existe pero sí tengo claro que el Infierno no tiene ninguna razón de ser. Si es verdad que hay Dios, está clarísimo que en su infinita misericordia nos perdonará todos nuestros pecados y para todos habrá un lugar a sus pies. Somos lo que somos porque así nos han hecho, de tal manera que nadie es culpable de sus pecados, ni merecedor de premio por sus buenas obras.
RAFAEL FABREGAT
La Sierra de Guadarrama y la construcción de El Escorial dieron pie a todo tipo de leyendas sobre las orientaciones del Diablo al rey Felipe II.
A poco más de un kilómetro del lugar donde el rey, sentado en confortable silla desde la que divisar la marcha de las obras, una imponente roca de extraña morfología dio pie a la leyenda de "la pisada del Diablo". Un simple hueco en la piedra que aparenta ser la huella de una pisada sobre fango y que se dice la produjo el mismísimo Demonio cuando una niña se negó a blasfemar.
La niña en cuestión se llamaba Martiña, una feligresa de la Virgen de Gracia de la que era muy devota.
El Demonio, disfrazado de agricultor, entabló conversación con ella con la abyecta pretensión de adueñarse de su alma. Sin embargo, a pesar de su insistencia, no consiguió en ningún momento que la niña se doblegase ante él por lo que, enrabietado por el fracaso, dio tan fuerte pisotón sobre la roca que dejó marcada su huella para siempre.
Más que una leyenda, yo diría que es fantasioso cuento que nos habla de las creencias y supersticiones que durante siglos acompañaron las culturas de los pueblos del medievo.
Quiero acabar este relato con unas palabras que no pretenden ser consejo para nadie. Sin duda tenéis sobrada capacidad para discernir sobre la verdad y la mentira y especialmente sobre el bien y el mal de las cosas. Pocos dudan ya sobre la existencia o no del Cielo y del Infierno. Yo no sé si el cielo existe pero sí tengo claro que el Infierno no tiene ninguna razón de ser. Si es verdad que hay Dios, está clarísimo que en su infinita misericordia nos perdonará todos nuestros pecados y para todos habrá un lugar a sus pies. Somos lo que somos porque así nos han hecho, de tal manera que nadie es culpable de sus pecados, ni merecedor de premio por sus buenas obras.
RAFAEL FABREGAT
24 de agosto de 2015
1863- CATALUÑA, SIN COMENTARIOS...
Difícilmente puede aplicarse ese título a una entrada al blog que, por sí sola, ya es un cúmulo de comentarios. Si de algún modo se justifica dicho título es en base a los pilares históricos sobre los que los independentistas catalanes pretenden que descansen sus pretensiones soberanistas. Desde luego si lo que querían los separatistas era airear la historia catalana, lo han conseguido.
Quedarán pocos españoles, con un mínimo de curiosidad, que en estos últimos meses no se hayan leído varias versiones, según la época, de la historia catalana. El 90% de la población española apenas sabíamos nada de la historia de esta gran región española a la que tanto amamos pero, tan pesados se han puesto algunos, que hemos tenido la curiosidad de ver hasta que punto tenían razón en sus peticiones. Sin embargo, sorpresa morrocotuda al darnos cuenta que es justamente la Historia la que menos razones aporta a sus demandas y aquí tenemos el mapa que se guarda en la ciudad de París. Sabíamos del atraco a mano armada de Guifredo el Velloso a los herederos de Carlomagno y de los usos y abusos de los diferentes condes que mataron de hambre durante siglos a quienes se dejaban la vida cultivando un terruño con el que apenas podían subsistir, tras el pago de diezmos y primicias a unos condes demasiado involucrados con la iglesia, cuando no la iglesia misma.
Sabíamos que esos condes catalanes y la posterior Generalitat, no suficientemente contentos con quedarse con el sudor de los trabajadores de la tierra, pretendían más y querían eliminar la parte que les reclamaba la Corona para atender los gastos de la Corte. Porque, para quien no lo sepa todavía, la mitad de la actual Cataluña era francesa y el resto aragonesa o mora. Porque Barcelona estaba donde está hace muchos siglos, pero Cataluña no existía. Muerto el pastor (Carlomagno) se descarriaron las ovejas. El Condado de Barcelona fue robado por Guifredo el Velloso al perderse el control de los franceses. En esta entrada se muestra el mapa de Europa tal como era en el siglo XIII, tiempos en los que Barcelona era francesa y lindante al sur con la Corona de Aragón y el Reino de Navarra.
En el siglo VIII Carlomagno "contrató" a diferentes hombres de confianza (condes) para que hicieran de escudo contra los musulmanes. A cambio les ofreció todo cuanto se recaudara en esas tierras para que contrataran los hombres que necesitaran para hacer frente al enemigo. Con este acto y a ese efecto se creó lo que se dió en llamar la "Marca Hispánica" en la que Guifredo era "uno más" de los valedores de Carlomagno.
Siglos después el "condado de Barcelona", el más rico de todos ellos, dejó de serlo al casarse su titular (Ramón de Berenguer) con la hija del rey de Aragón. Convertido en rey consorte y para que su hijo ya naciera rey, renunció al título de Conde y se proclamó rey de la Corona de Aragón. ¡Hay la maldita ambición...! El simple soldado quiere ser caballero, el caballero conde y el conde rey... ¡Siempre corrieron malos tiempos en este planeta y siempre por la misma causa!.
Reyes de Aragón reconquistaron a los moros las tierras de Lérida y Tarragona que quedaron integradas al Condado de Barcelona. Sin embargo, cosas que pasan, las Islas Baleares y Valencia fueron Reinos independientes. Al igual que sucede con los "nuevos ricos", resulta chocante que quienes tienen una Historia independiente de realeza nada reclamen y lo haga justamente quien no tiene derecho a ello. Siemple afán de protagonismo, por parte de los dirigentes independentistas claro. En este momento del siglo XXI pretenden que la rapiña de Guifredo se repita, pero mucho me temo que los tiempos no son los mismos y tampoco las circunstancias. Los actuales dirigentes solo quieren desviar la atención ciudadana, disimular una pésima gestión que ha arruinado las exiguas bolsas de los trabajadores y de paso intentar convertir el cargo de presidente de autonomía en presidente de una nación.
Ser presidente de la Generalitat de Cataluña ya suena a poco cuando uno ya hace tiempo que está en el cargo. Quien ocupa el sillón pretende agrandarlo y convertir la Autonomía en nuevo país europeo, totalmente independizado de la España matriz, más que nada para no tener que dar explicaciones a nadie. Sin embargo ahí están los mapas de la época, para acallar todas las voces que pretenden apoyarse en la Historia. No es una cuestión de Historia, sino de la ambición de cuatro jetas y la ignorancia y consecuente ambición (también quieren entrar en el reparto) de quienes les apoyan. De todas formas, pedir es absolutamente legal. Otra cosa es que te den lo que pides. Para más burla e ineptitud quieren esos cuatro (...) que la Comunitat Valenciana se sume a su causa. ¿Son tontos o acaso ignoran que los valencianos, como pueden suponer, también queremos opinar al respecto...?
RAFAEL FABREGAT
Quedarán pocos españoles, con un mínimo de curiosidad, que en estos últimos meses no se hayan leído varias versiones, según la época, de la historia catalana. El 90% de la población española apenas sabíamos nada de la historia de esta gran región española a la que tanto amamos pero, tan pesados se han puesto algunos, que hemos tenido la curiosidad de ver hasta que punto tenían razón en sus peticiones. Sin embargo, sorpresa morrocotuda al darnos cuenta que es justamente la Historia la que menos razones aporta a sus demandas y aquí tenemos el mapa que se guarda en la ciudad de París. Sabíamos del atraco a mano armada de Guifredo el Velloso a los herederos de Carlomagno y de los usos y abusos de los diferentes condes que mataron de hambre durante siglos a quienes se dejaban la vida cultivando un terruño con el que apenas podían subsistir, tras el pago de diezmos y primicias a unos condes demasiado involucrados con la iglesia, cuando no la iglesia misma.
Sabíamos que esos condes catalanes y la posterior Generalitat, no suficientemente contentos con quedarse con el sudor de los trabajadores de la tierra, pretendían más y querían eliminar la parte que les reclamaba la Corona para atender los gastos de la Corte. Porque, para quien no lo sepa todavía, la mitad de la actual Cataluña era francesa y el resto aragonesa o mora. Porque Barcelona estaba donde está hace muchos siglos, pero Cataluña no existía. Muerto el pastor (Carlomagno) se descarriaron las ovejas. El Condado de Barcelona fue robado por Guifredo el Velloso al perderse el control de los franceses. En esta entrada se muestra el mapa de Europa tal como era en el siglo XIII, tiempos en los que Barcelona era francesa y lindante al sur con la Corona de Aragón y el Reino de Navarra.
En el siglo VIII Carlomagno "contrató" a diferentes hombres de confianza (condes) para que hicieran de escudo contra los musulmanes. A cambio les ofreció todo cuanto se recaudara en esas tierras para que contrataran los hombres que necesitaran para hacer frente al enemigo. Con este acto y a ese efecto se creó lo que se dió en llamar la "Marca Hispánica" en la que Guifredo era "uno más" de los valedores de Carlomagno.
Siglos después el "condado de Barcelona", el más rico de todos ellos, dejó de serlo al casarse su titular (Ramón de Berenguer) con la hija del rey de Aragón. Convertido en rey consorte y para que su hijo ya naciera rey, renunció al título de Conde y se proclamó rey de la Corona de Aragón. ¡Hay la maldita ambición...! El simple soldado quiere ser caballero, el caballero conde y el conde rey... ¡Siempre corrieron malos tiempos en este planeta y siempre por la misma causa!.
Reyes de Aragón reconquistaron a los moros las tierras de Lérida y Tarragona que quedaron integradas al Condado de Barcelona. Sin embargo, cosas que pasan, las Islas Baleares y Valencia fueron Reinos independientes. Al igual que sucede con los "nuevos ricos", resulta chocante que quienes tienen una Historia independiente de realeza nada reclamen y lo haga justamente quien no tiene derecho a ello. Siemple afán de protagonismo, por parte de los dirigentes independentistas claro. En este momento del siglo XXI pretenden que la rapiña de Guifredo se repita, pero mucho me temo que los tiempos no son los mismos y tampoco las circunstancias. Los actuales dirigentes solo quieren desviar la atención ciudadana, disimular una pésima gestión que ha arruinado las exiguas bolsas de los trabajadores y de paso intentar convertir el cargo de presidente de autonomía en presidente de una nación.
Ser presidente de la Generalitat de Cataluña ya suena a poco cuando uno ya hace tiempo que está en el cargo. Quien ocupa el sillón pretende agrandarlo y convertir la Autonomía en nuevo país europeo, totalmente independizado de la España matriz, más que nada para no tener que dar explicaciones a nadie. Sin embargo ahí están los mapas de la época, para acallar todas las voces que pretenden apoyarse en la Historia. No es una cuestión de Historia, sino de la ambición de cuatro jetas y la ignorancia y consecuente ambición (también quieren entrar en el reparto) de quienes les apoyan. De todas formas, pedir es absolutamente legal. Otra cosa es que te den lo que pides. Para más burla e ineptitud quieren esos cuatro (...) que la Comunitat Valenciana se sume a su causa. ¿Son tontos o acaso ignoran que los valencianos, como pueden suponer, también queremos opinar al respecto...?
RAFAEL FABREGAT
23 de agosto de 2015
1862- LAS LÁGRIMAS DE FURA.
Una de las muchas leyendas de Colombia, cuenta que el dios Are se detuvo a orillas del río Carare y tomando un puñado de barro formó a Fura (mujer) y a Tena (hombre) como padres de la humanidad. Hecho esto los arrojó a la corriente donde tomaron vida y aliento siendo los primeros seres humanos del universo. Posteriormente les mostró los secretos de la agricultura, la alfarería y todo tipo de normas de salud y de vida, diciéndoles que eran libres sin límite alguno. Muchos años después aparecería por el horizonte Zarbi, un hombre de ojos azules y rubia barba, en busca de una flor de cualidades milagrosas. Tras muchas jornadas de búsqueda inútil, acudió a preguntar a Fura donde podía encontrarla.
Bella y seductora Fura lo acompañó a la montaña en la que se encontraban aquellas raras flores, pero el inicial deseo de ayuda al forastero se transformó en amor y en infidelidad hacia su esposo Tena que, al enterarse que había sido burlado, se suicidó y junto con Fura se convirtieron en dos peñascos separados por el río Zarbi o minero. Las lágrimas de una Fura arrepentida se transformaron en esmeraldas y en hermosas mariposas que salpican la tierra de todas las montañas circundantes. Itoco, el hijo que Tena y Fura habían tenido en sus primeros años de amor juvenil sin límites, también acabó convertido en un peñasco cuajado de esmeraldas. No en uno más, sino en el más fructífero de todos.
Estas montañas fueron históricamente lugar de culto de los indios Muzos, por considerar que eran lugar donde habitaban sus dioses y donde tenían instalado el altar para sus sacrificios. En las montañas del municipio colombiano de Muzo, provincia de occidente del departamento de Boyacá, fueron halladas en 1999 las dos esmeraldas más famosas del mundo. Estos yacimientos se encuentran a 170 Km. de Tunja, capital del departamento y a 90 Km. de Chiquinquirá que es la capital de la provincia. En dicho lugar fue localizada la Esmeralda Tena, de 2000 kilates en bruto y que es la más valiosa del mundo por su oscuro color verde. También la Esmeralda Fura de 11000 kilates, la segunda más grande jamás encontrada.
RAFAEL FABREGAT
Bella y seductora Fura lo acompañó a la montaña en la que se encontraban aquellas raras flores, pero el inicial deseo de ayuda al forastero se transformó en amor y en infidelidad hacia su esposo Tena que, al enterarse que había sido burlado, se suicidó y junto con Fura se convirtieron en dos peñascos separados por el río Zarbi o minero. Las lágrimas de una Fura arrepentida se transformaron en esmeraldas y en hermosas mariposas que salpican la tierra de todas las montañas circundantes. Itoco, el hijo que Tena y Fura habían tenido en sus primeros años de amor juvenil sin límites, también acabó convertido en un peñasco cuajado de esmeraldas. No en uno más, sino en el más fructífero de todos.
RAFAEL FABREGAT
1861- LOS CUÑADOS.
Nunca hubo dos hermanas iguales y menos aún lo fueron sus maridos pero esta pasada noche del sábado 23 de Agosto, tal como solemos hacer al menos un par de veces en estos días vacacionales todos los años, salimos juntos los cuatro a cenar. Última semana de vacaciones puesto que empieza la temporada de setas y a esa cita no podemos faltar. El lugar, sobre el papel, parecía bien escogido. Se trataba del Rte. La Bellota, propiedad de un primo apartado de nuestras mujeres y de nuestra misma localidad, que nos obsequió con una ración de jamón de bellota. Supongo que suele tener ese detalle con todos los paisanos que van a comer a su restaurante, situado en la famosa urbanización de Marina d'Or, lo cual no merma nuestro agradecimiento por su atención. El ambiente era acogedor en principio, pero no hasta el final.
Bastante clientela, charlas comedidas y amenas al parecer, con sonrisas de oreja a oreja de todos los comensales en medio del éxtasis vacacional. La comida excepcional. Al plato de jamón de bellota recién cortado se le sumó otro de queso curado, también exquisito y otro de almejas de Carril con una salsita que invitaba a mojar pan. Cada cual pidió su plato principal, la mayoría de estupendas carnes de lechal a la brasa, todo ello servido sobre calientaplatos de triple vela que impide que la comida se enfríe. Todo un detalle poco visto en estas latitudes. En cuanto a la bebida, optamos por pedir un rosado de lágrima de la DO Navarra del que escanciamos dos botellas sin enterarnos y eso que las mujeres también tomaron agua.
Los postres, todos caseros, resultaron ser también excelentes como así lo fueron los estupendos "carajillos" que siguieron a continuación. Solo un pero, que he dejado entrever al final del primer párrafo, pero de eso no tiene la culpa el dueño del restaurante (o sí) y es que allí cada cual hace lo que le viene en gana. No es un restaurante al uso, en el que cada cual se comporta con moderación intentando no molestar nunca al vecino. No, no es así. En el Restaurante la Bellota uno puede traerse la trompeta, si la tiene, o incluso la batería de Los Bravos, o el valenciano "tabalet y la dulzaina" en el que extasiar a todos los comensales con el típico "taritaitá". Nadie te dirá nada porque el dueño entiende que todo eso le da ambiente gratuíto al establecimiento.
Justo en la mesa al lado de la nuestra, había un grupo de veraneantes madrileños con sus hijos. Gente corriente, como nosotros, pero ellos tenían ese aire de Corrala de Lavapiés en la que todo está permitido y perfectamente coreado. Vivienda característica del viejo Madrid, con corredor interconectado y patio de vecinos, donde todo el mundo conoce las miserias de los demás. No menos de quince en total y presidiendo la mesa el portador de una guitarra que de momento descansaba en el rincón adyacente. Allí estaban, charlando amigablemente y sin tomar consumición alguna hasta bien entradas las diez de la noche. En España la gente sale tarde y fue a partir de las 22 horas cuando el local se fue llenando de comensales.
Para esa hora nosotros, los cuñados, ya estábamos a mitad de la cena y en relajada charla amparada por el sabroso contenido de la primera botella y mediados de la segunda. De repente el que ocupaba la cabecera de la mesa vecina cogió la guitarra y empezó a desgranar algunos acordes y hasta algún punteo de bastante calidad. No teníamos ningún interés en observarles, pero allí el espacio no sobra y estábamos por tanto a escasos centímetros uno de otros. Su cena eran diferentes raciones de las que todos picoteaban, regándolas con cervezas y refrescos. A medida que salían las raciones el nivel de las notas de la guitarra y el acompañamiento de voces y palmas de los contertulios aumentaron notablemente hasta niveles del madrileño Corral de la Pacheca.
La conversación se hizo imposible pues todos hablábamos a gritos y ni aún así oíamos lo que cada cual decía. La cena estuvo bien, pero hubiera podido ser más larga y mejor si todos los allí reunidos hubiéramos sido más comedidos. Llegadas las once de la noche, de todo punto temprano para el horario español, marchamos del local con mayor o menor dolor de cabeza, mientras el sonido de las palmas y los cantos desentonados inundaban aquel barrio que se supone tranquilo y exclusivo para el descanso vacacional, vaya...
El "guitarrero" lo hacía bastante bien pero los palmeros iban a su aire, mientras los cantores (no de Híspalis) convertían el grupo musical en taller de chapa y pintura. Hasta sus hijos abandonaron la mesa. Con un dolor de cabeza más o menos acusado, marchamos sin pedir los cubatas que pretendíamos. Allí quedó la "fiesta", no de tunos sino de tunantes, sin enterarse que las fiestas particulares se celebran en la casa de cada cual y no en locales públicos. Y la noche acabó como acaban esa clase de noches: ¡con una aspirina...!
RAFAEL FABREGAT
Bastante clientela, charlas comedidas y amenas al parecer, con sonrisas de oreja a oreja de todos los comensales en medio del éxtasis vacacional. La comida excepcional. Al plato de jamón de bellota recién cortado se le sumó otro de queso curado, también exquisito y otro de almejas de Carril con una salsita que invitaba a mojar pan. Cada cual pidió su plato principal, la mayoría de estupendas carnes de lechal a la brasa, todo ello servido sobre calientaplatos de triple vela que impide que la comida se enfríe. Todo un detalle poco visto en estas latitudes. En cuanto a la bebida, optamos por pedir un rosado de lágrima de la DO Navarra del que escanciamos dos botellas sin enterarnos y eso que las mujeres también tomaron agua.
Los postres, todos caseros, resultaron ser también excelentes como así lo fueron los estupendos "carajillos" que siguieron a continuación. Solo un pero, que he dejado entrever al final del primer párrafo, pero de eso no tiene la culpa el dueño del restaurante (o sí) y es que allí cada cual hace lo que le viene en gana. No es un restaurante al uso, en el que cada cual se comporta con moderación intentando no molestar nunca al vecino. No, no es así. En el Restaurante la Bellota uno puede traerse la trompeta, si la tiene, o incluso la batería de Los Bravos, o el valenciano "tabalet y la dulzaina" en el que extasiar a todos los comensales con el típico "taritaitá". Nadie te dirá nada porque el dueño entiende que todo eso le da ambiente gratuíto al establecimiento.
Justo en la mesa al lado de la nuestra, había un grupo de veraneantes madrileños con sus hijos. Gente corriente, como nosotros, pero ellos tenían ese aire de Corrala de Lavapiés en la que todo está permitido y perfectamente coreado. Vivienda característica del viejo Madrid, con corredor interconectado y patio de vecinos, donde todo el mundo conoce las miserias de los demás. No menos de quince en total y presidiendo la mesa el portador de una guitarra que de momento descansaba en el rincón adyacente. Allí estaban, charlando amigablemente y sin tomar consumición alguna hasta bien entradas las diez de la noche. En España la gente sale tarde y fue a partir de las 22 horas cuando el local se fue llenando de comensales.
Para esa hora nosotros, los cuñados, ya estábamos a mitad de la cena y en relajada charla amparada por el sabroso contenido de la primera botella y mediados de la segunda. De repente el que ocupaba la cabecera de la mesa vecina cogió la guitarra y empezó a desgranar algunos acordes y hasta algún punteo de bastante calidad. No teníamos ningún interés en observarles, pero allí el espacio no sobra y estábamos por tanto a escasos centímetros uno de otros. Su cena eran diferentes raciones de las que todos picoteaban, regándolas con cervezas y refrescos. A medida que salían las raciones el nivel de las notas de la guitarra y el acompañamiento de voces y palmas de los contertulios aumentaron notablemente hasta niveles del madrileño Corral de la Pacheca.
La conversación se hizo imposible pues todos hablábamos a gritos y ni aún así oíamos lo que cada cual decía. La cena estuvo bien, pero hubiera podido ser más larga y mejor si todos los allí reunidos hubiéramos sido más comedidos. Llegadas las once de la noche, de todo punto temprano para el horario español, marchamos del local con mayor o menor dolor de cabeza, mientras el sonido de las palmas y los cantos desentonados inundaban aquel barrio que se supone tranquilo y exclusivo para el descanso vacacional, vaya...
El "guitarrero" lo hacía bastante bien pero los palmeros iban a su aire, mientras los cantores (no de Híspalis) convertían el grupo musical en taller de chapa y pintura. Hasta sus hijos abandonaron la mesa. Con un dolor de cabeza más o menos acusado, marchamos sin pedir los cubatas que pretendíamos. Allí quedó la "fiesta", no de tunos sino de tunantes, sin enterarse que las fiestas particulares se celebran en la casa de cada cual y no en locales públicos. Y la noche acabó como acaban esa clase de noches: ¡con una aspirina...!
RAFAEL FABREGAT
22 de agosto de 2015
1860- EL CAMINO DE SANTA FE.
El Camino de la Plata, también llamado Camino de Santa Fé o Camino Real de Tierra Adentro, es actualmente una ruta turística que muestra al visitante lugares históricos, tramos de sendero, enclaves originales y hasta incluso museos que recogen toda clase de curiosidades de aquella época próxima al descubrimiento de América. Claro que esta mini ruta turística, que va de Texas a Nuevo México, apenas recorre 650 de los más de 2.500 Km. que tenía la ruta original y que llegaba a Santa Fe, partiendo de la ciudad de México. La Historia les da a los españoles la titularidad de creación de este camino histórico, pero sin duda los mexicas prehispánicos ya lo tendrían mil veces hollado como forma de relación e intercambio entre los diferentes pueblos y regiones.
A la llegada de los españoles, las leyendas que circulaban entre los propios indígenas y que hablaban de lugares fabulosos donde la plata y el oro recubría casas, caminos y personas, llegaron pronto a los oídos del virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, que en 1540 organizó una expedición que fuera en su búsqueda. Hacía pocos años que Álvar Nuñez Cabeza de Vaca había conseguido regresar a Nueva España, con el negro Estebanillo y otros dos españoles, tras un viaje exploratorio de ocho años que había partido desde España y se había internado en la parte meridional de Estados Unidos y México. Cuatro supervivientes eran todo lo que quedaba de un ejército de 600 hombres y cinco barcos, sin que las ciudades de oro fueran encontradas ni en aquel viaje ni en ningún otro.
El Camino Real de Tierra Adentro era un trayecto ancestral que los españoles se encargaron en ampliar, por simple cuestión de interés. La actividad volcánica de miles de años atrás dejó en aquellas tierras numerosos depósitos de plata y oro, además de varios tipos de piedras preciosas. El "camino" siguió pues la ruta marcada por el terreno o aquella que los diferentes hallazgos aconsejaban. El choque de las placas tectónicas abrieron en su día una larga grieta en el centro de Nuevo México, que posteriormente sería llenada de sedimentos por los deshielos de miles de años.
Aquella riqueza del subsuelo fue detectada por los muchos viajeros de la ruta aficionados a la minería y pronto se haría presente la afluencia de compañías mineras interesadas en la extracción.
Cada tres años partía una caravana que desde la ciudad de México llegaba a la frontera, en un dificultoso viaje de seis meses. Algunas veces la crecida de los ríos obligaban a esperas de varias semanas para poder vadearlos.
Lo más peligroso de la ruta eran los asaltos de bandidos que, conociendo el alto valor de las mercancías transportadas, acechaban a las caravanas que no iban suficientemente escoltadas. También los propios indios atacaban aquellas caravanas, principalmente para hacerse con los caballos y con las mujeres y niños. En las zonas más peligrosas, por la noche la caravana formaba un círculo con las carretas a fin de defenderse mejor en caso de ataque. Aquella ruta, primeramente comercial, se convertiría en pocos años en camino de paso obligado para la plata extraída de las minas y mejorando notablemente el camino y su seguridad.
Más allá del Paso del Norte había más de 100 Km. en los que no había ningún punto de aprovisionamiento de agua, pero se crearon postas y poblados que atendían las necesidades de personas y animales, relevando incluso a los fatigados caballos cuando era necesario. A lo largo del camino se crearon también hospitales y haciendas que contribuyeron a la eliminación paulatina de riesgos para viajeros y mercancías. Rodeada de minas por todas partes, la localidad de San Felipe el Real, hoy ciudad de Chihuahua, se convirtió rápidamente en centro comercial y financiero de la Ruta, especialmente en lo concerniente al tramo entre Durango y Santa Fe que se denominaría "Sendero de Chihuahua". También Alburquerque vería la luz en 1706 y se convertiría en importante terminal del camino.
No todo era minería. Nuevo México comerciaba principalmente con ganado vacuno, lana, pieles, sal, nueces y productos textiles, siempre pagados con oro o plata. El año 1765 el Paso ya contaba con 2.635 habitantes, toda una ciudad para la época, que destacaba en el comercio del camino por sus vinos, brandy, vinagre y pasas. Las ferias más importantes de la ruta eran la de San Juan de los Lagos, en Jalisco, la de Saltillo y la de Chihuahua. La feria de Taos era también importante por ser lugar de compra de armas y caballos por parte de los indios utes, navajos y comanches, que ellos adquirían a cambio de oro y pieles. A finales del siglo XVIII la paz entre los españoles y los indios era total gracias a los tratados firmados al respecto. Con ello se incrementó el comercio de todo tipo de productos, incluso algunos llegados al puerto de Acapulco desde la lejana China.
En 1821 México se independizó de España. Durante aquellos tiempos revolucionarios, el camino fue utilizado por ambos contendientes. Prueba de ello es que Miguel Hidalgo lo utilizó para llegar a Chihuahua, donde fue capturado y ejecutado por los realistas. En 1822, ya conseguida la independencia de México, el Camino Real de Tierra Adentro se consolida como Camino de Santa Fe que conectaba también con los territorios estadounidenses de Misuri. En el primer tercio del siglo XIX se había consolidado un lucrativo comercio entre Misuri, Nuevo Méxicho y Chihuahua. Poco tiempo después, en 1846, fuertes disputas fronterizas entre Estados Unidos y México desembocarían en una guerra entre ambos países. El camino de la paz y el comercio, daría paso a la invasión estadounidense, otra historia de aquellas en las que el pez grande se come al chico...
RAFAEL FABREGAT
A la llegada de los españoles, las leyendas que circulaban entre los propios indígenas y que hablaban de lugares fabulosos donde la plata y el oro recubría casas, caminos y personas, llegaron pronto a los oídos del virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, que en 1540 organizó una expedición que fuera en su búsqueda. Hacía pocos años que Álvar Nuñez Cabeza de Vaca había conseguido regresar a Nueva España, con el negro Estebanillo y otros dos españoles, tras un viaje exploratorio de ocho años que había partido desde España y se había internado en la parte meridional de Estados Unidos y México. Cuatro supervivientes eran todo lo que quedaba de un ejército de 600 hombres y cinco barcos, sin que las ciudades de oro fueran encontradas ni en aquel viaje ni en ningún otro.
El Camino Real de Tierra Adentro era un trayecto ancestral que los españoles se encargaron en ampliar, por simple cuestión de interés. La actividad volcánica de miles de años atrás dejó en aquellas tierras numerosos depósitos de plata y oro, además de varios tipos de piedras preciosas. El "camino" siguió pues la ruta marcada por el terreno o aquella que los diferentes hallazgos aconsejaban. El choque de las placas tectónicas abrieron en su día una larga grieta en el centro de Nuevo México, que posteriormente sería llenada de sedimentos por los deshielos de miles de años.
Aquella riqueza del subsuelo fue detectada por los muchos viajeros de la ruta aficionados a la minería y pronto se haría presente la afluencia de compañías mineras interesadas en la extracción.
Cada tres años partía una caravana que desde la ciudad de México llegaba a la frontera, en un dificultoso viaje de seis meses. Algunas veces la crecida de los ríos obligaban a esperas de varias semanas para poder vadearlos.
Lo más peligroso de la ruta eran los asaltos de bandidos que, conociendo el alto valor de las mercancías transportadas, acechaban a las caravanas que no iban suficientemente escoltadas. También los propios indios atacaban aquellas caravanas, principalmente para hacerse con los caballos y con las mujeres y niños. En las zonas más peligrosas, por la noche la caravana formaba un círculo con las carretas a fin de defenderse mejor en caso de ataque. Aquella ruta, primeramente comercial, se convertiría en pocos años en camino de paso obligado para la plata extraída de las minas y mejorando notablemente el camino y su seguridad.
Más allá del Paso del Norte había más de 100 Km. en los que no había ningún punto de aprovisionamiento de agua, pero se crearon postas y poblados que atendían las necesidades de personas y animales, relevando incluso a los fatigados caballos cuando era necesario. A lo largo del camino se crearon también hospitales y haciendas que contribuyeron a la eliminación paulatina de riesgos para viajeros y mercancías. Rodeada de minas por todas partes, la localidad de San Felipe el Real, hoy ciudad de Chihuahua, se convirtió rápidamente en centro comercial y financiero de la Ruta, especialmente en lo concerniente al tramo entre Durango y Santa Fe que se denominaría "Sendero de Chihuahua". También Alburquerque vería la luz en 1706 y se convertiría en importante terminal del camino.
No todo era minería. Nuevo México comerciaba principalmente con ganado vacuno, lana, pieles, sal, nueces y productos textiles, siempre pagados con oro o plata. El año 1765 el Paso ya contaba con 2.635 habitantes, toda una ciudad para la época, que destacaba en el comercio del camino por sus vinos, brandy, vinagre y pasas. Las ferias más importantes de la ruta eran la de San Juan de los Lagos, en Jalisco, la de Saltillo y la de Chihuahua. La feria de Taos era también importante por ser lugar de compra de armas y caballos por parte de los indios utes, navajos y comanches, que ellos adquirían a cambio de oro y pieles. A finales del siglo XVIII la paz entre los españoles y los indios era total gracias a los tratados firmados al respecto. Con ello se incrementó el comercio de todo tipo de productos, incluso algunos llegados al puerto de Acapulco desde la lejana China.
En 1821 México se independizó de España. Durante aquellos tiempos revolucionarios, el camino fue utilizado por ambos contendientes. Prueba de ello es que Miguel Hidalgo lo utilizó para llegar a Chihuahua, donde fue capturado y ejecutado por los realistas. En 1822, ya conseguida la independencia de México, el Camino Real de Tierra Adentro se consolida como Camino de Santa Fe que conectaba también con los territorios estadounidenses de Misuri. En el primer tercio del siglo XIX se había consolidado un lucrativo comercio entre Misuri, Nuevo Méxicho y Chihuahua. Poco tiempo después, en 1846, fuertes disputas fronterizas entre Estados Unidos y México desembocarían en una guerra entre ambos países. El camino de la paz y el comercio, daría paso a la invasión estadounidense, otra historia de aquellas en las que el pez grande se come al chico...
RAFAEL FABREGAT
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