18 de junio de 2014

1414- NI FASCISTAS, NI COMUNISTAS.

¿A quien no le gustaría el lujo y la vida fácil?. Con una vida como la de Fidel Castro, cualquiera sería comunista... Una marina repleta de yates de lujo, isla paradisíaca privada, más de veinte mansiones en diferentes puntos estratégicos de Cuba, una mina de oro propia, decenas de cuentas bancarias cifradas en paraísos fiscales, un regimiento de criadas y cocineros para darte todos los caprichos y un largo etcétera más propio de un califa que del comunista con ropa militar, que es la imagen que siempre ha mostrado a sus paisanos y al mundo entero. ¿Alguien se extraña?. En la foto se va de pesca. Dos lanchas y decenas de tripulantes a su servicio. ¿Pasa algo?. ¡Viva el comunismo!.

Cayo Piedra, paraíso privado de Fidel castro. Resultan espeluznantes las vidas de los principales (y más sanguinarios) dirigentes rusos, así como de los diferentes países asiáticos, africanos y sudamericanos que pregonan el comunismo como perfecta forma de gobierno para el pueblo solidario. No hay diferencia alguna con los más duros fascistas de otras partes del mundo. Pie sobre la cabeza del populacho y vida de príncipes para ellos y sus descendientes, con alguna migaja para quienes les apoyan. ¡Vaya novedad!. ¿Qué diferencia hay entre fascismo y comunismo?. Yo no la veo. Unos y otros, dictadores empedernidos que chupan la sangre del obrero en exclusivo beneficio propio.


Castro y su amigo Gabriel García Marquez, otro comunista convencido.
Allí los "jeques" reciben a sus amigos, afines de corazón o de palabra, que gustan del solaz de lugares tan exclusivos en los que no falta de nada. Todo lo más exclusivo del mundo está a su alcance y disposición, mujeres incluidas. 
¡Viva el comunismo! -gritan alborozados los amigos del dictador, todos ellos enemigo público nº1 del proletariado al que dicen servir. ¡Vaya burla para esas sufridas gentes, que deben pedir permiso para comprar una bicicleta de segunda mano, previa justificación de su necesidad. ¡Vaya mierda de mundo, repleto de matones y sinvergüenzas...! 


Mansión de Fidel Castro en "Cienfuegos".
El Infierno es grande y está aquí, en la Tierra. El Cielo también, pero es pequeño, solo para cuatro tunantes. Bueno... no tan pequeño, pues los tunantes son más de cuatro, muchos más. Porque, claro, ¿a quien no le agradaría esa vida?. Otra cosa es cuando piensas que cada migaja que a uno le sobra es porque les falta a los demás. A eso se le llama conciencia, pero de eso los dictadores no tienen. Ni los de izquierda ni los de derecha, porque ambos son igual de fascistas. Y sus amigos, sin agallas pero como ellos. "Dime con quien andas y te diré quien eres"...  En fin, es lo que hay. Oportunistas y manipuladores que se arriman al sol que más calienta.


"Angelitos" del cielo y de la tierra.
Con mesa tan bien servida y las agradables compañías que por allí pululan, todos querríamos ser comunistas. Claro que por la buena vida, se entiende, no por abusar de la buena voluntad de las gentes de bien. Claro que...
  - ¿A quien le importa eso? -piensa esa pandilla de truhanes.
Ellos también tienen claro que solo se vive una vez y bien que emplean su vida, chupando la sangre de los demás y sacándoles hasta las entrañas en beneficio propio. No les importa nada ni nadie. ¡Comunistas que viven como señores feudales...! Y lo más llamativo es que miles de ciudadanos comulgan con sus ruedas de molino, creyendo a pies juntilla que comparten sus ideas y estrecheces. ¡Pobres diablos!.

RAFAEL FABREGAT

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