Un calamar de 8 metros de longitud apareció en la playa de Santa Mónica, California (EEUU) hace un par de años.
No fue el único, ni la única especie de animal marino de tamaño desorbitado que se ha avistado. Se ignora si es una cuestión de modificaciones genéticas o radioactivas, o si este fenómeno ha existido siempre en la profundidad de nuestros mares.
El nombre de Kraken se asocia a una especie de calamar gigante llamado "Architeuthis dux" animal poco avistado debido a las grandes profundidades en las que habita. Además de su gigantismo resulta chochante la desproporcionado tamaño de sus ojos, extremadamente grandes.
Esta especie de monstruos marinos ya eran descritos en las narraciones fantásticas del siglo XIII en tierras noruegas, salidas con toda seguridad de los relatos de algún viejo marino con dos copas de más. Sin embargo la práctica ha demostrado que tenían un trasfondo de certeza. Aquellas narraciones nórdicas siguieron durante cuatro o cinco siglos. Después pasaron de moda y nadie más las sacó a colación hasta bien entrado el siglo XIX cuando la aparición de un ejemplar y las novelas de Julio Verne las rescataron de nuevo.
Estos avistamientos que se relataban en la antigüedad, solían ocurrir en mares del norte y principalmente en la región de Islandia, aunque también hay noticias al respecto en el Atlántico sur, frente a las costas de Angola. La primera prueba de la existencia de estas criaturas gigantes se dio en 1857, cuando se pudo capturar uno de dichos ejemplares. Tal hallazgo influyó seguramente en los escritos y descripciones que Julio Verne plasmó en sus novelas, momento a partir del cual estas criaturas marinas fueron de conocimiento general para todo el orbe.
Considerado el padre de la novela de "Ciencia ficción" Julio Verne fue condecorado con la medalla de la Legión de Honor por su contribución a la educación y a la ciencia. Hoy en día son ya varias las criaturas rescatadas del fondo de los mares, con medidas que oscilan entre los 15 y 20 metros de longitud total. Esto viene a corroborar que aquellas narraciones fantásticas de siglos pasados eran una realidad y puede ser muy probable que el mar guarde todavía muchos misterios que no conocemos. Por increíble que nos parezca, en tiempos en los que ya exploramos otros mundos del espacio sideral, todavía desconocemos muchas de las cosas que tenemos en nuestro mundo. Así somos nosotros los humanos. ¡Casa del herrero...!
RAFAEL FABREGAT
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