La isla de Jamaica tiene un total de 10.991 Km2. y alrededor de 3 millones de habitantes, de los cuales un millón viven en Kingston, la capital del territorio. Esta isla, que forma parte de las Antillas Mayores, está situada a 150 Km. al sur de Cuba y a 180 Km. de La Española, actualmente repartida entre Haití y la República Dominicana.
Sus primeros pobladores fueron los arahuacanos y taínos, tribus continentales que llegaron a la isla entre el 1000 y el 400 a.C. Esta isla fue descubierta por Cristóbal Colón en el año 1494 que la bautizó con el nombre de Santiago. Colón se había desplazado a ella proveniente de Cuba y La Española al hablarle de la existencia de esta isla (Xaymaca) que en lengua indígena significaba "tierra de oro bendecido" lo cual hizo pensar al ilustre navegante la posibilidad de obtener oro. Su desilusión fue grande al comprobar que aquello que los nativos llamaban "oro bendecido" no era otra cosa que Bauxita, una roca de óxido de aluminio y diferentes tonos que van del amarillo al rojizo.
De poco sirvió la Bula Papal que declaraba los territorios descubiertos por los españoles como pertenecientes a la Corona de Castilla. Pocos años después los constantes ataques piratas y corsarios, principalmente al servicio de Inglaterra, llevaron la inquietud a los colonos españoles y finalmente la isla fue atacada por la armada británica en 1596 y otros cinco ataques más en las siguientes décadas sin ningún respeto a la posesión española. Finalmente en 1655 la isla fue definitivamente arrebatada a la Corona de Castilla por el almirante inglés William Penn y el general Robert Venables. La capital, en la actual Spanish Town, fue incendiada. Una vez reconstruida fue capital del país hasta 1872 cuando pasó a Kingston. Tras la masiva llegada de barcos con esclavos africanos, los ingleses convirtieron a Jamaica en la primera exportadora mundial de azúcar, con una producción de 77.000 toneladas anuales.
La compra de esclavos africanos fue de tales dimensiones que a principios del siglo XIX la población africana era 20 veces superior a la de blancos, situación que empezaba a ser peligrosa. Las revueltas por los abusos de los terratenientes británicos no tardaron en producirse y como consecuencia de dichas revoluciones en 1834 la esclavitud hubo de ser abolida por falta de fuerzas para controlarla. Tras la liberación de los esclavos, éstos marcharon de las plantaciones y se establecieron en las montañas próximas. Siguió una guerra de guerrillas que duró cerca de 80 años.
Las luchas por la liberalización de Jamaica fueron constantes hasta mediados del siglo XX. Como primer paso hacia la independencia, en 1958 Jamaica se asoció a la Federación de las Indias Occidentales pero cuatro años después convocaba un referéndum y el día 6 de Agosto de 1962 alcanzaba la independencia absoluta. Los 10 primeros años tras la independencia su crecimiento medio fue del 6% anual. Sin embargo otros gobiernos no fueron tan eficientes y en la década de 1980 el país entró en crisis y la deficiente economía llevó a frecuentes protestas callejeras en las ciudades. Durante esos años la población adinerada marchó a segundas residencias enclavadas en zonas rurales o en zonas costeras de mayor tranquilidad.
Jamaica es fundamentalmente montañosa, rodeada de una franja costera llana en la cual están establecidos la mayor parte de sus habitantes. Gracias a su territorio montañoso, la mayor parte de los huracanes que pasan por la zona apenas afectan a esta isla puesto que suelen desviarse hacia el norte. El clima es tropical, con temperaturas cálidas y ambiente húmedo en el que proliferan zonas selváticas de gran belleza. Aparte de la isla principal hay numerosas islas menores con el mismo tipo de vegetación. Aunque sigue siendo un gran productor de azúcar, la principal fuente de ingresos es el turismo. Continúa también la extracción de Bauxita, el oro bendecido de los antiguos indígenas.
Su independencia, seguida de gobiernos conservadores, no evitó que la isla siga siendo históricamente dominada por un escaso número de familias adineradas, con lo cual la pobreza sigue presente en buena parte de su población. La actividad agraria se dedica también a la producción de café, tabaco, banana y especialmente la marihuana que curiosamente tiene prohibida su comercialización y consumo por lo que, en teoría, su producción está destinada íntegramente a la exportación. No faltan sin embargo las compañías que la incluyen dentro de la bandera nacional, por lo que hemos de suponer una cierta relajación de las prohibiciones al menos desde el punto de vista comercial.
RAFAEL FABREGAT