Tanta fue aquella llamada de la fe que años más tarde acabaría ingresando en el mismo convento que ella fundara.
A la sombra del Monasterio de San Mamede crecería el Castillo que sería más tarde sede de la corte de los condes de Portugal y junto a ellos se desarrollaría la población de Guimaraes. Sin embargo en primera instancia, concretamente el año 968, la condesa Muniadona entregó el castillo al cenobio, debido a las constantes incursiones que sufría la comarca por parte de los musulmanes. Nada queda de aquella antigua construcción, si bien en su lugar tenemos actualmente la Iglesia de Nuestra Señora de la Oliva del siglo XIII y mezcla de estilos luso-mudéjar y románico-gótico-manuelino. La iglesia fue reformada en tantas ocasiones que su estilo es una extraña pero bella mezcolanza imposible de definir.
El Condado Portucalense fue constituido en 1095 por el rey Alfonso VI de León y ofrecido a su "yerno" Enrique de Borgoña como agradecimiento a su ayuda en la Reconquista de las tierras a los moros.
El de Borgoña se había casado aquel mismo año con Teresa de León, hija ilegítima de Alfonso VI y de su amante Jimena Muñoz.
Al nacimiento de Alfonso (1109), el que sería unos años después el fundador del Reino de Portugal y por tanto su primer rey, el joven matrimonio ya había tenido tres hijas y un varón que murió en 1110. El año 1112, cuando Alfonso contaba 3 años de edad, moría el conde Enrique y gobernó Teresa el condado como regente, tomándole gusto al poder hasta el punto de no querer abandonarlo.
Castillo de Lanhoso. |
Interior del Castillo de Guimaraes. |
A fin de distanciarse de los nobles norteños que se atribuían el triunfo en la Batalla de San Mamede, en 1131 Alfonso I trasladó la corte a Coimbra. Concretamente a la alcazaba árabe que anteriormente había sido pretorio romano y que en la actualidad cobija a la Universidad de Coimbra.
De todas formas poco o nada queda del antiguo palacio de Alfonso I puesto que el rey Manuel I de Portugal lo reformó en profundidad en el siglo XVI para ubicar la Universidad.
Retomando la vida y obra de Alfonso I decir simplemente que al estar la ciudad de Coímbra más al sur, casi en la frontera almorávide, el traslado de la corte también fue aprovechado por el rey para frenar las continuas incursiones moriscas.
Una vez instalado en la nueva ciudad, Alfonso I reforzó las defensas de Coimbra y aprovechó la mayor proximidad para destruir los centros militares moriscos de Lisboa y Santarem, aunque el reconocimiento a sus logros le llegaría demasiado tarde. No sería hasta el año 1179 cuando Alfonso recibiría del papa Alejandro III el título de rey y Portugal el de reino independiente y vasallo de la Iglesia, a través de la bula "Manifestus Trobatum".
Alfonso I ya tenía entonces 70 años...
RAFAEL FABREGAT
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