1663- LAS BONDADES DE LA PIZZA.
Masa tierna, con bordes altos para proteger los mil y un ingredientes que allí podemos encontrar... Un plato que ha conquistado el mundo de jóvenes y mayores. Sin embargo se ha descubierto recientemente que aunque el origen de la pizza pueda ser italiano, está claro que no es napolitano, como siempre se ha dicho. Mientras las primeras referencias escritas sobre la pizza napolitana datan de 1715, un documento encontrado en la catedral de Gaeta (Latina), al sur de la región del Lazio, la cita y describe el año 997. La historia de este alimento, actualmente popularizado en los lugares más remotos del planeta, parece tener una historia muy larga y compleja. Tanto que nadie podría asegurar cuando y quien la inventaría.
Con toda probabilidad, unas sobras de masa de pan y cualquier otro ingrediente (cocinado o no) harían el milagro de unirse para deleite de propios y extraños. Ya hacia el año 400 a.C. Platón narra una cena cuyo plato único viene a ser una especie de pizza, puesto que habla de un "pan delgado, sobre el que se han esparcido diferentes ingredientes".
Incluso cita el mismo Platón que este plato fue introducido hacia el año 600 a.C. por los griegos de la Italia meridional. También algunos autores romanos hablan de un alimento similar a la pizza. Catón el Viejo describe que la comida del romano medio consiste en un "pan plano aliñado con diversos condimentos"...
Lógicamente la pizza ha evolucionado con el tiempo y se ha perfeccionado notablemente, pero sus orígenes son mucho más antiguos de lo que cabía imaginar. No es hasta bien entrado el siglo XVIII cuando la pizza se convirtió en una comida popular, muy especialmente en las tierras napolitanas. Por su antigüedad y especialización, Nápoles se convirtió en el reino de la pizza. Su éxito está basado principalmente en la pasta, que todos han querido imitar pero tan pocos han logrado hacerlo. Después, para el tema de los ingredientes, hay mil maneras y sabores que cada cual añade a su gusto. Sin embargo la base fundamental y el secreto está en la pasta, como algunos productores dicen con razón. Actualmente las pizzerias están en cualquier parte del globo y en ninguna zona fracasan. Fenómeno de masas, siempre tienen éxito, sea cual sea la cultura a la que se dirigen. Otro secreto es también el horno...
La cocción debe ser un paso rápido por un horno muy caliente, que la deje húmeda y suave, pero no demasiado cocida. La auténtica pizza no tiene bordes en la masa, sino que son los propios ingredientes los que deben impedir que la masa se levante en el centro donde están depositados, pero que si lo haga un poco en la parte exterior donde solo hay masa. Es pues el horno el que hace el borde y no el panadero que la fabrica. En fin, no diré nada nuevo al añadir que la pizza es un plato genial, único y completo, capaz de satisfacer a los paladares más exigentes. En cuanto a la variedad, cada cual tiene sus gustos y hay tantos sabores como gente que las prepare.
Últimamente la competencia y la gran diversidad de ingredientes y sabores, han hecho de la pizza algo verdaderamente complicado de pedir. El problema ya no es el conseguirla, sino el encargarla. Otra cosa es encontrar, como en Italia, el horno de leña y los cientos de ingredientes que allí tienen de manera habitual. Cualquier momento es bueno para comerse una pizza, pero sin duda Italia y especialmente Nápoles son los lugares idóneos. No porque sean los inventores de tan sabroso plato, sino porque fueron los primeros en poner todo su interés en exprimir las diferentes posibilidades que este plato ofrecía. Lo curioso es que algo tan sublime lo puede preparar cualquiera en su casa. No hay que ser un lince. Harina y agua, unas sobras, un poco de queso y...
Mmmm, ¡genial...!
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