¡Hay la vida...!
¿Cuantas veces creemos estar en posesión de la verdad y después nos damos cuenta de nuestro tremendo error...?
Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur,
creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.
Ella se durmió en la orilla,
tu, en la cumbre de una rama.
RAFAEL ALBERTI
Somos muchos los que aplaudimos en su momento, cuando se puso fin a las dictaduras de Sadam Husein, Hosni Mubarak, Muamar el Gadafi, etc., etc. A la vista está que tales dictadores, asesinos de masas, hacían una labor trascendente y benefactora para los intereses de los países occidentales. Muertos ellos acabó la tranquilidad. Porque esta guerra emprendida por el islam más radical no parece que tenga relación alguna con la religión, dado que los propios musulmanes la odian y la temen al mismo tiempo. Mientras persista esta lucha nadie hay a salvo. En este tipo de guerras no se ve llegar al enemigo, eso sin contar que no hay enemigo mayor que aquel que no teme por su vida.
Por ideología e intereses que los profanos desconocemos, occidente en general y Norteamérica en particular, decidieron acabar con unos dictadores que ahora se añoran con la misma vehemencia con la que se piden las aguas primaverales. Se equivocaron, nos equivocamos todos. Muertos los dictadores y enterradas sus azadas, renacieron los verdaderos asesinos, crecieron las malas yerbas con virulencia inusitada. Si alguien tenía alguna duda sobre el atentado de Nueva York (2001) o el de Madrid (2004), el atentado de París supongo que la habrá despejado. Esa gente no tiene dogmas de fe, ni normas de actuación. Golpearán a quien sea y a donde sea, sin miramiento alguno.
A veces dicen seguir patrones que marcan caminos y metas, pero no parece que sea así. Primero fue Nueva York, después Madrid, ahora París y mañana serán otros. Es matar por matar. Simplemente odian (por envidia) la paz, el orden y el bienestar occidental. Tienen pereza ante la lucha descomunal que representa implantar esa sacrificada forma de bienestar, salido del esfuerzo común de tantos millones de personas. Hacen falta muchos años para lograr el bienestar general. De hecho nosotros, a pesar de nuestro esfuerzo, todavía no lo hemos logrado, pero estamos en ello y se ven ya los frutos de tanta lucha.
El último en hacerlo ha sido el comunismo chino y bien que les ha ido. Está claro que la perfección no existe y muchos son los que trabajan y pocos los que alcanzan el triunfo, pero bien estará porque el mundo nos mira con sana envidia y nadie quiere volver a la vida anterior. Sin embargo en este momento Oriente Medio tiene difícil solución. Ni siquiera acabar con todo lo que por allí se mueva puede ser en este momento una solución definitiva, puesto que el odio está sembrado desde mucho tiempo atrás y es en este momento cuando está fructificando.
Como tantas cosas de la historia del mundo necesitará de una evolución, que sin duda parece larga. Quizás dentro de cien años, se escriba y se hable de esta etapa, de esta guerra (porque guerra es) entre Occidente y el Islam, gente que en nombre de Dios mata de forma indiscriminada a los que, desde su punto de vista, no son otra cosa que infieles contra los que no se debe consideración ni misericordia. Es su punto de vista, su forma de ver el mundo y a la humanidad que no piensa como ellos. Es un proceso. Siglos atrás también algunos cristianos actuaban de forma parecida.
Es una guerra de cobardes que luchan amparados por la oscuridad, no plantando cara al enemigo en igualdad de oportunidades. Del mismo modo que el planeta fue asentándose a través de volcanes y terremotos, también sus habitantes hemos de sufrir un proceso de conocimientos y adaptación. Habrán de pasar muchos siglos más, pero yo tengo fe en el ser humano y estoy convencido de que, quizás en el siguiente milenio, la paz y la prosperidad general podrán llegar a todos los pueblos. Quizás sea una utopía que nunca vea la luz, pero soñar es lo que nadie puede quitarnos. ¿Por qué no ha de ser posible vivir en paz, cada cual con su trabajo, con su aportación al bien común?. Aquí nadie sobra, todos somos necesarios. Unos aportan el pan, otros la sal, otros el aceite. Unidos podríamos vivir más y mejor, en completa armonía. Quizás esté lejos pero, ¿por qué no ha de ser posible?.
Relativamente fácil puede ser derrotar a los islámicos que luchan en Oriente Medio contra las tropas locales, máxime si los países afectados son ayudados por los occidentales pero, ¿cómo luchar contra los que han nacido en Occidente y se creen discriminados?. La crisis en la que estamos últimamente inmersos ha dado alas a estos jóvenes insatisfechos, especialmente cuando ven que entre cuatro sinvergüenzas se llevan el beneficio conseguido con el esfuerzo de todos. La solución es difícil. La población está insatisfecha y la juventud sufre más que nadie el descontrol político y económico. ¿Qué puede hacerse contra la llegada de una arenga profética, que les habla de una vida mejor en el más allá?. Nadie puede detener a quien está dispuesto a perder su vida por ello. Hace falta tiempo, mucho tiempo, para estar a salvo de estas cosas...
RAFAEL FABREGAT
PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
16 de noviembre de 2015
15 de noviembre de 2015
1938- RESURRECCIÓN MICOLÓGICA.
Como ya se dijo en este mismo Blog en su día, la temporada micológica 2015 prometía y mucho debido a las lluvias caídas a finales de Agosto y primeros de Septiembre. Durante tres o cuatro semanas consecutivas los amantes del Maestrazgo cogimos importantes cantidades de boletus y robellones, cuando la temporada apenas había hecho más que comenzar. Sin embargo, a mediados de Septiembre, una semana ventosa y parte de ella con vientos cálidos de poniente, dio al traste con todo lo que prometía tan idílico comienzo. Yo incluso dejé de ir a buscar pero los aficionados ya saben lo que pasa: que si fulano ha encontrado boletus, que si zutano ha cogido una cesta de robellones... Pero, ¿cómo puede ser verdad, si no ha caído una sola gota de agua?.
Pero la afición puede más que la razón y con más pena que gloria vuelves al monte. De pronto, a primeros de Octubre, vuelve a llover. Las setas tardan en reaccionar. Para el Maestrazgo ya es tarde, demasiada altura, pero en las partes más bajas de nuestra región todavía puede haber luz al final del túnel. La ventada de mediados de Septiembre debió afectar al micocelio pero aquí la Fiesta del Pilar es fecha de inicio de temporada y los campos vuelven a estar sazonados. No tardan en escucharse las primeras voces afirmando que han salido las setas de cardo en cantidad y una semana después ya los níscalos hacen su aparición. Acabo de llenar el arcón-congelador con seta de cardo, pues nuestra zona tiene demasiada maleza para el níscalo.
Yo ya no hago caso de los níscalos, cuando la primera mitad de mi arcón-congelador está llena de ellos desde primeros de Septiembre y recogidos con "traje y corbata", como yo digo, puesto que el Maestrazgo son montes limpios de maleza. Claro que me quedaban dos capítulos por escribir y ayer (hoy pienso repetir) fui a ver si podía escribir el primero de ellos. Son muchas las setas que en nuestra casa gustan más que el robellón y más todavía si éstas son recogidas en la zona costera provincial, donde son más gustosas por tratarse de tierra ácida de rodeno. Se trata de la trompeta amarilla y lengua de vaca, que se crían en terrenos y localizaciones distintas, aunque ambas en nuestro término municipal.
Ayer sábado el día se levantó con importantes nieblas y por lo tanto con las calles totalmente mojadas. No había prisa alguna pues aquí en nuestra comarca son muy pocos los que conocen este tipo de setas y se pueden contar con los dedos de una mano quienes recogen estas verdaderas "delicatessen". Me levanté tarde y tras meterme entre pecho y espalda un buen revuelto de setas de cardo escribí mi entrada diaria al Blog. Como no conocí a mis abuelas, debo decir que el revuelto me sale como Dios... Hacia las 12 de la mañana, ya con la niebla disipada y el sol en lo alto, me fui al monte. La maleza, mayormente brezo, romero y alguna aliaga, superaba los dos metros de altura. ¿Qué ganas voy a tener yo de buscar níscalos en semejantes condiciones?.
No hace falta que yo busque robellones en nuestra zona. Hay cientos que lo hacen por mí. Apenas entrar en el pinar ya vi las primeras agrupaciones de trompetas amarillas, mientras a tan solo medio metro las setas tóxicas estaban cortadas o arrancadas por los buscadores de níscalos. Bendita suerte la mía que nadie presta atención por estos lares a uno de los manjares micológicos por excelencia. Con toda la paciencia que se requiere (por su escaso tamaño) y siempre acostado o recostado bajo los brezos, ante la imposibilidad de levantarme por las zarzaparrillas que sujetan la maleza en su parte alta, llené la cesta que llevaba en algo menos de 30 minutos. La vista se me nublaba por la difícil postura y por las medicinas tomadas en el almuerzo contra la hipertensión.
Allí había (hay) setas para parar un tren y, aunque parezca mentira, nadie las mira a pesar de la avidez con la que persiguen otros tipos de seta y especialmente el robellón, del que vuelven heridos como si hubieran ido a la guerra. Para llenar la cesta de trompetas amarillas, en menos de media hora, apenas recorrí cincuenta metros. Teniendo en cuenta su pequeño tamaño, imaginad las que tiene que haber. Hoy, naturalmente, pienso volver. Cuando termine esta entrada al Blog me voy para allá. Antes de la una de la tarde pienso estar nuevamente en casa, con otra cesta llena de esta maravillosa seta. Una vez en casa me pongo a limpiarlas, una ducha y a comer. Hoy es domingo y, como es costumbre, vamos de restaurante. La vida son cuatro días...
RAFAEL FABREGAT
Pero la afición puede más que la razón y con más pena que gloria vuelves al monte. De pronto, a primeros de Octubre, vuelve a llover. Las setas tardan en reaccionar. Para el Maestrazgo ya es tarde, demasiada altura, pero en las partes más bajas de nuestra región todavía puede haber luz al final del túnel. La ventada de mediados de Septiembre debió afectar al micocelio pero aquí la Fiesta del Pilar es fecha de inicio de temporada y los campos vuelven a estar sazonados. No tardan en escucharse las primeras voces afirmando que han salido las setas de cardo en cantidad y una semana después ya los níscalos hacen su aparición. Acabo de llenar el arcón-congelador con seta de cardo, pues nuestra zona tiene demasiada maleza para el níscalo.
Yo ya no hago caso de los níscalos, cuando la primera mitad de mi arcón-congelador está llena de ellos desde primeros de Septiembre y recogidos con "traje y corbata", como yo digo, puesto que el Maestrazgo son montes limpios de maleza. Claro que me quedaban dos capítulos por escribir y ayer (hoy pienso repetir) fui a ver si podía escribir el primero de ellos. Son muchas las setas que en nuestra casa gustan más que el robellón y más todavía si éstas son recogidas en la zona costera provincial, donde son más gustosas por tratarse de tierra ácida de rodeno. Se trata de la trompeta amarilla y lengua de vaca, que se crían en terrenos y localizaciones distintas, aunque ambas en nuestro término municipal.
Ayer sábado el día se levantó con importantes nieblas y por lo tanto con las calles totalmente mojadas. No había prisa alguna pues aquí en nuestra comarca son muy pocos los que conocen este tipo de setas y se pueden contar con los dedos de una mano quienes recogen estas verdaderas "delicatessen". Me levanté tarde y tras meterme entre pecho y espalda un buen revuelto de setas de cardo escribí mi entrada diaria al Blog. Como no conocí a mis abuelas, debo decir que el revuelto me sale como Dios... Hacia las 12 de la mañana, ya con la niebla disipada y el sol en lo alto, me fui al monte. La maleza, mayormente brezo, romero y alguna aliaga, superaba los dos metros de altura. ¿Qué ganas voy a tener yo de buscar níscalos en semejantes condiciones?.

Allí había (hay) setas para parar un tren y, aunque parezca mentira, nadie las mira a pesar de la avidez con la que persiguen otros tipos de seta y especialmente el robellón, del que vuelven heridos como si hubieran ido a la guerra. Para llenar la cesta de trompetas amarillas, en menos de media hora, apenas recorrí cincuenta metros. Teniendo en cuenta su pequeño tamaño, imaginad las que tiene que haber. Hoy, naturalmente, pienso volver. Cuando termine esta entrada al Blog me voy para allá. Antes de la una de la tarde pienso estar nuevamente en casa, con otra cesta llena de esta maravillosa seta. Una vez en casa me pongo a limpiarlas, una ducha y a comer. Hoy es domingo y, como es costumbre, vamos de restaurante. La vida son cuatro días...
RAFAEL FABREGAT
14 de noviembre de 2015
1937- EL MISTERIO DE SELINUNTE.
Selinunte fue fundada en el siglo VII a.C. por colonos de Mégara-Hiblea, al suroeste de la italiana isla de Sicilia. Importante ciudad y centro comercial, Selinunte, la antigua Pompeya griega, fue aniquilada el año 410 a.C. y todos sus habitantes muertos o esclavizados por las tribus norteafricanas de Cartago. Sus habitantes llevaron a cabo una defensa desesperada pero ya en una lucha cuerpo a cuerpo y casa por casa murieron 16.000 hombres y 5.000 fueron apresados y vendidos como esclavos. Solo unos 2.500 pudieron escapar con vida. A pesar de esta tragedia la ciudad se mantuvo en pie a los largo de los siglos, incluso algunos supervivientes llegaron a volver como tributarios de Cartago, pero la ciudad nunca volvió a ser lo que fue.
El historiador griego Estrabón (64 a.C. - 24 d.C.) cuenta en sus escritos que Selinunte era en su época una ciudad en ruinas. Claudio Ptolomeo (100 - 170 d.C.) menciona el río pero ni siquiera nombra a la ciudad.
Ese es el gran misterio que acompaña a tan importante enclave y es que ninguna noticia existe sobre la fecha exacta de su abandono total y el motivo que lo justificó.
Gradualmente fue enterrada por toneladas de tierra llevada por los vientos, hasta casi desaparecer de la faz de la tierra.
Ahora 2.500 años después Selinunte vuelve a ver la luz, tras las importantes excavaciones llevadas a cabo. Demasiado tiempo enterrados, para citar a sus diez templos los arqueólogos los designan por letras o números, puesto que se desconoce incluso la divinidad a la que estaban dedicados.
Son muchos los enigmas que los arqueólogos intentan desvelar y especialmente la fecha exacta en que esta gran urbe fue totalmente abandonada. Desde luego debió ser algo rápido e inesperado pues continuos hallazgos, de incluso restos de comida junto a copas que debieron estar sobre su correspondiente mesa, indican que alguna desgracia repentina debió sobrevenir para abandonar incluso la comida que estaban tomando. Aparte los edificios públicos o religiosos, la ciudad consta de unas 2.500 viviendas con sus correspondientes calles y avenidas, un puerto y una zona industrial en la que se supone trabajaban varios miles de personas. El duro terreno sobre el que se asienta y el buen estado de las ruinas han permitido elaborar una plano prácticamente exacto de esta antigua ciudad.
Selinunte es la única ciudad griega clásica que conserva toda su metrópolis, lo que permite el estudio de la actividad en sus días de gloria. Hasta ochenta hornos de cerámica se han encontrado, pero no el motivo de su abandono. Trabajaban elaborando todo tipo de vasijas y utensilios, incluso ataúdes de cerámica pero, a pesar de tantos detalles y hallazgos, los arqueólogos e historiadores siguen sin saber cuando y por qué fue abandonada. Está claro que la derrota del 410 a.C. fue determinante para acabar con sus días de gloria, pero se sabe que la ciudad volvió a habitarse años después y se mantuvo más o menos activa al menos hasta el 250 a.C. cuando los cartagineses la destuyeron una vez más. ¿Qué pasó entonces, para que todos desaparecieran en un solo día?.
Probablemente ya nunca fue reconstruida...
RAFAEL FABREGAT
El historiador griego Estrabón (64 a.C. - 24 d.C.) cuenta en sus escritos que Selinunte era en su época una ciudad en ruinas. Claudio Ptolomeo (100 - 170 d.C.) menciona el río pero ni siquiera nombra a la ciudad.
Ese es el gran misterio que acompaña a tan importante enclave y es que ninguna noticia existe sobre la fecha exacta de su abandono total y el motivo que lo justificó.
Gradualmente fue enterrada por toneladas de tierra llevada por los vientos, hasta casi desaparecer de la faz de la tierra.
Ahora 2.500 años después Selinunte vuelve a ver la luz, tras las importantes excavaciones llevadas a cabo. Demasiado tiempo enterrados, para citar a sus diez templos los arqueólogos los designan por letras o números, puesto que se desconoce incluso la divinidad a la que estaban dedicados.
Son muchos los enigmas que los arqueólogos intentan desvelar y especialmente la fecha exacta en que esta gran urbe fue totalmente abandonada. Desde luego debió ser algo rápido e inesperado pues continuos hallazgos, de incluso restos de comida junto a copas que debieron estar sobre su correspondiente mesa, indican que alguna desgracia repentina debió sobrevenir para abandonar incluso la comida que estaban tomando. Aparte los edificios públicos o religiosos, la ciudad consta de unas 2.500 viviendas con sus correspondientes calles y avenidas, un puerto y una zona industrial en la que se supone trabajaban varios miles de personas. El duro terreno sobre el que se asienta y el buen estado de las ruinas han permitido elaborar una plano prácticamente exacto de esta antigua ciudad.
Selinunte es la única ciudad griega clásica que conserva toda su metrópolis, lo que permite el estudio de la actividad en sus días de gloria. Hasta ochenta hornos de cerámica se han encontrado, pero no el motivo de su abandono. Trabajaban elaborando todo tipo de vasijas y utensilios, incluso ataúdes de cerámica pero, a pesar de tantos detalles y hallazgos, los arqueólogos e historiadores siguen sin saber cuando y por qué fue abandonada. Está claro que la derrota del 410 a.C. fue determinante para acabar con sus días de gloria, pero se sabe que la ciudad volvió a habitarse años después y se mantuvo más o menos activa al menos hasta el 250 a.C. cuando los cartagineses la destuyeron una vez más. ¿Qué pasó entonces, para que todos desaparecieran en un solo día?.
Probablemente ya nunca fue reconstruida...
RAFAEL FABREGAT
1936- IDÍLICO MARRUECOS.
Kasbah de Aït Ben-Haddu.
Marruecos es, por sus tradiciones y su variedad, otro mundo que todos deberíamos conocer. Próximo a Europa, pero más allá de los montes del Atlas africano, las casas siguen construyéndose todavía en adobe. No creo que sea por necesidad o pobreza, pues también allí hay piedra con la que levantar paredes de mampostería a coste similar.
Más bien lo harán sin duda por la protección que el barro ofrece contra las altas temperaturas que tienen al exterior de sus casas, durante buena parte del año. La antigua e imaginativa solución del barro mezclado con paja, que resiste impertérrito el paso de los años a poco que se haga un poco de mantenimiento bianual. Porque allí llueve poco pero llueve y, por extraño que nos parezca, las paredes de estas construcciones y especialmente sus techos planos, aguantan la lluvia y protegen a sus moradores, animales y negocios durante décadas, siglos a veces. Aït Ben Haddu es uno de esos pueblos, ciudad fortificada o Ksar a 185 Km. de Marrakech, donde algunos turistas descubren formas de subsistir para ellos desconocidas.
Las gentes del mal llamado "primer mundo" nos preguntamos a veces cómo se puede vivir sin apenas nada, pero se puede. Se puede, porque está demostrado que el ser humano necesita muy poco para vivir. Son los vicios de nuestro mundo, los que nos muestran como indispensables cientos de cosas que no lo son en absoluto. Incluso me atrevería a decir que esas gentes, que apenas reúnen lo necesario para alimentarse cada día, pueden ser sin duda más felices que los que nos permitimos el lujo de viajar hasta sus casas y ciudades, pensando incluso que estas gentes viven peor que los animales. ¿No seremos nosotros acaso los que vivimos peor?. Demasiadas veces nos esforzamos, dejándonos la piel en el camino, por ganar un dinero que después malgastamos en cosas innecesarias. ¿Merece la pena tanto esfuerzo para nada?.
Ellos, esos que nos parecen poco civilizados trabajan la décima parte que nosotros y, con el fruto de ese mínimo esfuerzo, tienen lo suficiente para vivir según sus costumbres. Tienen sus amigos, su religión, sus animales, horas interminables de ocio y charla con sus vecinos y lo que es más importante: el alimento necesario. No será un chuletón de buey con ciento veinte días de curación pero, ¿qué más da?. Un puñado de mijo o cuscús, un trozo de cabra y un vaso de leche es alimento más que suficiente y, para ellos, tan placentero como pueda serlo la carne de un animal que dejó de existir meses atrás. ¡La vida...! La vida en el mundo civilizado es muchas veces un sinsentido, un peregrinaje de sinsabores del que solo unos pocos se benefician.
¿Qué tienen ellos que envidiar de nuestra vida o de nuestras ciudades?. Siempre con prisas, polución irrespirable, infidelidades, amigos que no existen, políticos que se ríen de nosotros y de nuestras miserias. ¡El primer mundo...! El primer mundo se podría llamar a un mundo de amor y bienestar, sin miserias pero sin abusos, donde fuéramos generosos con el necesitado y amigos de nuestros amigos, pero no es el caso. En estos pueblos de barro, que parecen de otro mundo, existe una amistad y una convivencia que aquí ya no tenemos. No es que sean mejores que nosotros, tan solo nos van unas décadas atrás. También ellos acabarán perdiendo esa forma de vida. Es el precio que se paga por la civilización. Ciudades más grandes y casas más altas, ¡pero también de barro!.
RAFAEL FABREGAT
Marruecos es, por sus tradiciones y su variedad, otro mundo que todos deberíamos conocer. Próximo a Europa, pero más allá de los montes del Atlas africano, las casas siguen construyéndose todavía en adobe. No creo que sea por necesidad o pobreza, pues también allí hay piedra con la que levantar paredes de mampostería a coste similar.
Más bien lo harán sin duda por la protección que el barro ofrece contra las altas temperaturas que tienen al exterior de sus casas, durante buena parte del año. La antigua e imaginativa solución del barro mezclado con paja, que resiste impertérrito el paso de los años a poco que se haga un poco de mantenimiento bianual. Porque allí llueve poco pero llueve y, por extraño que nos parezca, las paredes de estas construcciones y especialmente sus techos planos, aguantan la lluvia y protegen a sus moradores, animales y negocios durante décadas, siglos a veces. Aït Ben Haddu es uno de esos pueblos, ciudad fortificada o Ksar a 185 Km. de Marrakech, donde algunos turistas descubren formas de subsistir para ellos desconocidas.
Las gentes del mal llamado "primer mundo" nos preguntamos a veces cómo se puede vivir sin apenas nada, pero se puede. Se puede, porque está demostrado que el ser humano necesita muy poco para vivir. Son los vicios de nuestro mundo, los que nos muestran como indispensables cientos de cosas que no lo son en absoluto. Incluso me atrevería a decir que esas gentes, que apenas reúnen lo necesario para alimentarse cada día, pueden ser sin duda más felices que los que nos permitimos el lujo de viajar hasta sus casas y ciudades, pensando incluso que estas gentes viven peor que los animales. ¿No seremos nosotros acaso los que vivimos peor?. Demasiadas veces nos esforzamos, dejándonos la piel en el camino, por ganar un dinero que después malgastamos en cosas innecesarias. ¿Merece la pena tanto esfuerzo para nada?.
RAFAEL FABREGAT
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