De todas formas la cosa se está poniendo fea. El uso de insecticidas, las plagas y la destrucción de sus hábitats naturales están mermando notablemente a la población de abejas. Recientes estudios han revelado una merma del 15% de las abejas. Por si esto fuera poco, los científicos avisan de un preocupante descenso de todos los insectos voladores a nivel mundial. De todas formas en el tema de la polinización las abejas no lo son todo ya que hay miles, quizás millones, de insectos que también trabajan en ese menester. El abejorro es uno de ellos. Está claro que las abejas son primordiales en este campo, pues ellas son las principales polinizadoras de las grandes zonas de cultivo, pero no las únicas. La pérdida del número de abejas y de los insectos en general dañaría sin duda la producción de alimentos.En EEUU las granjas ya cuentan con diferentes especies de abejas que nada tienen que ver con las que pueda haber en las granjas vecinas. Esta diversidad juega un papel muy importante a la hora de preservar la salud de su población. Además de eso, cada especie juega su papel en el ecosistema y protegerlas a todas asegura la correcta polinización de los cultivos y su productividad. Esto sucede porque se ha demostrado que cada especie de abeja, aunque visiten numerosos tipos de plantas, destaca en la polinización de una en concreto. De ahí el interés de tener diferentes especies allí donde se producen diferentes cultivos, eso sin contar con la necesidad de que también las abejas silvestres puedan visitar nuestros cultivos. Todo es poco para unas obreras que tan poco piden a cambio...
RAFAEL FABREGAT


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