28 de febrero de 2018

2573- LA BESTIA DEL ESTE.

¡Ay qué risa!. Las genialidades al poder. Ya no basta con decir que en España hace un frío del carajo, que ya la palabreja se las trae. No, no. Eso ya ha quedado anticuado. Hay que buscar otras palabras grandilocuentes  y especialmente llamativas para aseverar una realidad tan simple como que... Europa y España también, (por aquello de que Europa empieza en los Pirineos) están tiritando de frío, nevando a cualquier cota y con todos los niños y abueletes encerrados en sus casas, sin asomar la nariz. Me hace gracia ver en la televisión cómo muchísimos trabajadores, alegando las muchas dificultades propiciadas por estas condiciones meteorológicas adversas, no han acudido al trabajo y están correteando por las playas españolas ante el extraordinario fenómeno de ver la arena nevada. Véase, si no, la playa de San Sebastián...

¿En qué quedamos?. ¿No se puede salir de casa para ir a trabajar, pero sí para jugar con la nieve?. ¡Hay los españoles, cuanto nos gusta que sean otros quienes nos saquen las castañas del fuego!. En fin, es lo que hay. Pues eso... Los españoles, que somos muy dados a exagerarlo todo, no conformes con decir que hace mucho frío, nos hemos inventado que lo que está cruzando todo el continente europeo no es una ola de frío siberiano, sino que lo hemos bautizado como "La Bestia del Este". La verdad es que queda bonito y más aún si sirve para justificar el no acudir al trabajo. En honor a la verdad debo decir que mis padres, que dicho sea de paso eran bastante tacaños, cuando nevaba no trabajaban. Y eso que ellos no se ganaban el sustento al aire libre. ¡Increíble pero cierto!.

No, no. Puesto que en aquellos tiempos no había predicciones meteorológicas, cuando mis padres se asomaban a la calle y veían nevar, lo cual solo sucedía una vez cada 5 años (ahora es cada 20) con toda parsimonia encendían la chimenea, preparaban el almuerzo, sacaban un puñado de cacahuetes y un porrón grande de vino de la bota de 200 litros que guardaban en el corral donde estaban las gallinas y aquí paz y después gloria. Había que calentar el cuerpo y muy especialmente en una casa sin puertas divisorias. Pues eso... Nada de nada, ni golpe. Para otras cosas no sé, pero en eso de guardarse del frío excesivo tenían muchas luces. Contra la naturaleza desbocada no hay que luchar, sino protegerse. La gente se muere de frío y mientras eso sucede, antes mis padres y ahora yo, calentitos en casa, con la chimenea encendida y con un buen bocata de jamón de bellota y la botella de vino más cerca que lejos.

Vamos, que ya está bien de sufrir para engordar a los cabrones (políticos) de siempre, mientras ellos destinan el dinero a sus amigos o para si y mientras los pensionistas se mueren de inanición. ¡Pandilla de sinvergüenzas!. Para los bancos y grandes empresarios siempre hay dinero, pero los pobres y los abuelos que se mueran de hambre. Ya lo dije no hace muchos días... El 85% de los pensionistas no cobran el sueldo mínimo interprofesional, sino entre los 500 y 700 € al mes; el 10% no llegan a los 1000 € y el 5% restante cobran entre 1000 y 3000 euros al mes. Por supuesto, cuando hay alguna subida es proporcional, con lo cual las distancias entre ricos y pobres no paran de aumentar. 

Mientras los pobres ven subir su pensión 1,45 € al mes, a los ricos les suben 100 €. Esa es la justicia de quienes nos gobiernan en este momento. Y ante las presiones de los jubilados, que se han echado a la calle, la solución que se les ha ocurrido es rebajar el IRPF; un impuesto que solo pagan los ricos, con lo cual una vez más se beneficia a los que más tienen. ¡Qué lástima que no haya elecciones al menos una vez al año!. ¡Sinvergüenzas, que son un atajo de sinvergüenzas...! Y naturalmente no hablo del Partido Popular, que es quien gobierna en este momento. ¡Son todos iguales!. Caiga quien caiga, lo primero es hacer que la economía nacional vaya por buen camino, lo cual nos parece a todos perfecto. Pero para lograr eso, solo se piden sacrificios a los que no tienen más que un mísero sueldo, o una pensión que no llega a fin de mes. ¡Ah y otra cosa...! Atención a los Fondos de Pensiones, ¡que son un timo como una catedral!

RAFAEL FABREGAT

27 de febrero de 2018

2572- FIN DE LA GUERRA AÉREA.

Con poco más de un siglo de vida, ¿quien iba a pensar que los combates aéreos habían de finalizar tan rápidamente?. Todo hacía pensar lo contrario. La modernización de los aparatos presagiaban que aquel que dominara el cielo dominaría la tierra y así ha sido, pero no por medio de la aviación. Donde ha ganado la aviación ha sido en los viajes comerciales, públicos y privados, pero no en la guerra. La frase "quien domina el cielo domina la tierra" sigue vigente, pero la técnica de bombardeo a largas distancias han hecho innecesario que los aviones dejen caer su pesada carga sobre el objetivo y que, con toda seguridad, reciban las represalias del enemigo. Actualmente los grandes misiles crucero viajan a distancias inimaginables y se estrellan en el blanco sin posibilidad de error.

Los poderosos dominan el mundo desde sus despachos y mullidos sillones, con una taza de café en la mano y solo apretar un botón. La aviación de combate está prácticamente obsoleta dado que drones, auténticos aviones sin piloto, pueden hacer vuelos de vigilancia e incluso bombardear al enemigo. También desde satélites espaciales, a más de 500 Km. de altura, son capaces de ver corretear a los conejos. Claro que los principales enemigos también disponen de estos adelantos y solo el miedo común nos protege a todos. Si la aviación militar está prácticamente obsoleta, imaginemos qué papel puede tener actualmente la infantería... Cualquier atrincheramiento rebelde en los casos urbanos de las ciudades se resuelve rápidamente por medio del lanzamiento de misiles. 

Ya no tiene sentido que la solución se aplique con la técnica del "cuerpo a cuerpo" y tampoco por medio de la artillería pesada o la aviación. ¿Para qué arriesgar hombres y aparatos?. A las primeras de cambio sueltan unos cuantos misiles y "solucionado". Claro que la llamada solución es que el 80% de los muertos sean civiles, gente inocente, muchas veces mujeres, niños y ancianos que nada tienen que ver con la guerra. Por si la destrucción de sus casas no fueran suficiente castigo, el hambre y los impactos de las bombas hacen el resto con esa pobre gente a la que nadie tiene en cuenta mientras, a cientos de kilómetros, los culpables festejan el éxito de la operación. Y todo eso sin que ningún avión militar tenga que despegar del aeropuerto.

Ya solo en el cine se pueden ver los combates aéreos entre aviones de uno y otro bando. En la guerra moderna apenas se reseña el derribo de algún aparato que, en cualquier caso, será también por medio de algún misil tierra-aire y no por el enfrentamiento entre aparatos. Ya no son los "ases" de la aviación quienes ganan las guerras actuales. Demasiado peligroso, teniendo en cuenta que también los actuales aviones de combate luchan con misiles y no con las ametralladoras pesadas como en las guerras del siglo XX. Acabaron las luchas en los cielos del planeta. Hoy más que nunca el resultado de una guerra se decidirá en el cielo, pero ya no serán los pilotos quienes tengan que ver con ello. Para lo bueno y para lo malo, en solo un siglo las técnicas han cambiado mucho.

RAFAEL FABREGAT

23 de febrero de 2018

2571- LA MOMIA DORADA.

Por muchos años que pasen jamás estará todo dicho sobre egiptología. Tantos milenios de historia dan para mucho. Cuando no es una cosa es otra. Hallazgos, descubrimientos e investigaciones, han permitido y permitirán que las novedades sobre la civilización egipcia nunca esté completada.

Tal como hiciera Howard Carter, cuando descubrió en 1922 la tumba de Tutankamón, otros egiptólogos han podido posar sus ojos en Madrid sobre imágenes jamás vistas hasta ahora. Cuando Carter asomó su cabeza en el hueco de la tumba del faraón, vio las maravillas que habían estado escondidas a la vista de los humanos durante más de 32 siglos, pero lo que vieron los especialistas en la primavera del pasado año también tenía su mérito.
En la Clínica Quirón de Madrid se les practicó un TAC a cuatro momias, tres egipcias y una guanche. La más importante de ellas era sin embargo la de Nespamedu, sacerdote del dios Inhotep y médico del faraón. Naturalmente ya no había cura para él, pero sí mucha curiosidad sobre los secretos que su figura pudiera aportar a la ciencia.

Hay que ver, lo que hay que ver... 
En pleno siglo XXI y desde el Museo Nacional de Madrid, la momia de Nespamedu acudía a Urgencias de la Clínica Quirón a hacerse un TAC. 
Una escapada perfecta para personaje tan especial. Puerta de Alcalá, Cibeles y Gran Vía, para salir de la capital en dirección al hospital. Un día histórico, sin duda. 
Los médicos del Quirón esperaban a su colega con respeto y curiosidad. 
La perfección de las imágenes permitieron recomponer la imagen exacta que el sacerdote tenía en el momento de su muerte. Un momento de la era Ptolemaica y por lo tanto con mucho más de veintitrés siglos de antigüedad. 
No hubo necesidad de desenvolver la momia para conocer la historia nutricional del personaje, ni los amuletos adheridos al cuerpo bajo el vendaje. Un proceso de momificación solo al alcance de los más poderosos. 

Primero la extracción de las vísceras, guardadas en los vasos canopos. Cuarenta días en sal mineral de natrón, para deshidratar los tejidos del muerto. Al cumplirse el día número 70 se le ponía la máscara de Anubis y se le introducía en el ataúd.
Hubo que hacer algunos esfuerzos para contrastar las débiles imágenes de algunos amuletos detectados bajo las vendas del cuerpo de Nespamedu, debido a que eran de una especie de cartón... Símbolos de eternidad y de poder, así como unas sandalias para caminar por el Más Allá. También de los ojos de Horus, el dios sanador. 
Soñando con alcanzar la inmortalidad, Nespamedu ordenó que le embalsamaran con un rito solo reservado a los grandes personajes. 
Efectivamente logró ser inmortal, pues todavía en el año 2018 d.C. estamos hablando de él.

RAFAEL FABREGAT

19 de febrero de 2018

2570 EMIGRACIÓN DEL SIGLO XXI.

Emigrantes subsaharianos a España.
No hay el por qué extrañarnos de los miles de subsaharianos que cada año llegan a España a través del Estrecho de Gibraltar... Buscan una vida mejor de la que tienen en su país, de la misma manera que miles de españoles viajaron años atrás a Alemania donde había más trabajo y mejores sueldos. También a Francia o a Sudamérica tras la Guerra Civil. Unas veces es una forma de escapar de problemas políticos y otras intentar mejorar una vida con escasas perspectivas en tu país de origen. Eso ha sido siempre así y así sigue siendo en el momento actual. La fronteras son actualmente muy fáciles de saltar y mientras unos sueñan con llegar a España, muchos españoles viajan a Europa o América intentando mejorar sus perspectivas profesionales. La historia se repite.

Emigrantes españoles en Alemania.
Ha sido siempre así y cada año aumenta esta problemática. Digo problemática porque nos llega abundante mano de obra sin preparación alguna y marcha de España gente licenciada en todas las materias. No es lo mismo, no. Está claro que salimos perdiendo mucho con el cambio ya que, a pesar de nuestras limitaciones económicas con respecto a Europa, exportamos a la gente mejor preparada e importamos a africanos y a obreros de países del este sin preparación alguna. Desde el inicio de la crisis (2008/2009) las cifras siguen en crecimiento. Empezó la problemática con 1,3 millones de españoles trabajando en el extranjero y actualmente esa cifra ha llegado a los 2,5 millones. Claro que de solo 800.000 son nacidos en España, el resto son nacionalizados, lo que no impide un aumento del 25%.

Universidades públicas españolas.
Alemania y Francia siguen siendo los destinos preferidos por los españoles a la hora de emigrar en busca de una vida mejor. La baja tasa de paro y los sueldos más elevados es la justificación que todos esgrimen a la hora de marchar. La mayoría van con excelente preparación académica, pero con nula práctica y sin dominar la lengua. A pesar de que los diferentes gobiernos no paran de pregonar que estamos saliendo de la crisis, el número de españoles trabajando fuera no para de crecer. Argentina, Estados Unidos y el Reino Unido son otros destinos preferidos por los españoles a la hora de emigrar. Como se ha dicho antes, lo peor de todo esto es que marchan los mejor preparados. Estudian con dinero público y después ejercen en el extranjero. No sabemos si esto es justo, pero así son las cosas.

RAFAEL FABREGAT