1694- EL MITO DE SAN BRANDÁN.

San Borondón, en realidad Brendar de Clonfert, era un entusiasta viajero irlandés que llegaría a ser santo durante casi 15 siglos. Parece ser que la titulación no siempre es eterna y depende mucho de quienes ostentan el poder eclesiástico en determinados momentos. Tras ceder sus muchas riquezas a los pobres y a la Iglesia entró en un monasterio del que más tarde llegaría incluso a ser Abad. Según cuenta la tradición el hombre, como nos sucede a muchos, tenías sus manías y la suya era la de encontrar el Paraíso Terrenal y aconsejado por un ermitaño conocido, que dijo haber estado allí (cosas del hambre) emprendió un viaje por mar para encontrarlo. El ilustre monje partió el 22 de Marzo del 516 en busca de tan mítico destino y con fines totalmente evangélicos. 

No iba solo ni está clara la cifra de monjes que le acompañaban, pero se considera que eran 18 en total. Sean los que fueren en Europa se habló durante siglos de viaje tan peculiar, en busca del Paraíso. La cuestión es que el barco navegó durante mucho tiempo para llegar a un mar lleno de islas y se especula sobre si era el Caribe o simplemente las Canarias, aunque se cree que fueron estas últimas. Al atardecer de uno de esos días, los navegantes encontraron una isla y decidieron bajar a descansar de tan ajetreado viaje. Todos se entregaron al sueño mientras el padre Brendar se dedicaba a rezar. 

Observando las estrellas mientras rezaba, el padre Brendar se dio cuenta de pronto que lo que parecía tierra firme se movía hacia Oriente. Al alba reunió a sus compañeros de viaje y les dijo que ya no necesitaban barco puesto que Dios les había provisto de uno que no precisaba velas ni remos. Estaban sobre una ballena de tales dimensiones que en su lomo se había desarrollado vegetación, lo que nos indica que leyenda y realidad se entremezcla y es cada cual quien debe decidir donde acaba una y empieza la otra. Navegaron durante algunas semanas hasta que la ballena los dejó en una isla de aguas cristalinas y tierra surcada de riachuelos, con diferentes animales y frutos de todo tipo.
- ¿Será el Paraíso? -se preguntaron.

La habitaron durante siete años y le pusieron el nombre de su descubridor (Brendar) que después derivó a San Borondón. En las Islas Canarias persiste la leyenda de una isla con este nombre, que inexplicablemente aparece y desaparece. Algunos dicen haberla visto e incluso hay fotografías de la misma, pero cuando se la busca no se la encuentra. Dicen que está entre las islas de La Palma, La Gomera y el Hierro. 

Su ubicación está llena de controversias pues nadie sabe con exactitud donde recalaron. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la leyenda de la Isla de San Borondón cobró tal fuerza en Canarias que fueron muchas las expediciones que salieron decididas a encontrarla. El propio Cristóbal Colón, en su diario de a bordo anotó el 9 de Agosto de 1492 haber visto tierras al oeste de las Canarias. Tambié desde la Gomera afirmaban otro tanto. Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias, describió sus dimensiones y localización, hablando de la llegada de algunos marinos a tierra.

Junto a otros santos, San Brandán (Borondón) fue eliminado del santoral por el papa Pablo VI por falta de pruebas reales de su existencia, pero está claro que su figura no es una leyenda, como tampoco lo es que se trataba de un abad irlandés que evangelizó grandes territorios del mar del Norte. Nació el 484 en Tralee, condado de Kerry (Irlanda) y murió en Nachduin en el año 578. En 1958 el fotógrafo Manuel Rodriguez Quintero logró captar la legendaria isla de San Borondón en su cámara (al fondo en el centro de la imagen) e incluso su cartografía figuró en los mapas de navegación durante siglos. Los romanos la llamaron "Aprositus" (isla a la que no se puede llegar). Solo el lector puede decidir si existe o existió...

RAFAEL FABREGAT

NOTA.- Con casi 1700 entradas al Blog es fácil repetirse y esto ha sucedido con esta entrada que, a pesar de ello, no voy a eliminar. Lo cierto es que ya escribí sobre este personaje en mi entrada 1206, en fecha 10 de Diciembre de 2013, pero una enriquece a la otra que naturalmente está escrita de forma muy distinta. Aconsejo pues la lectura del post 1206, a fin de tener más elementos de opinión sobre este tema.