Hombre de Java. Homo erectus de 1,8 millones de años. |
Mujer de Qafzeh. Homo sapiens. |
Con esas pinturas rupestres no solo mostraban su evolución artística, sino el interés en contar a las generaciones futuras su forma de vida.
La verdadera evolución del hombre llegó al pasar de cazadores-recolectores a agricultores y ganaderos, es decir, a trabajar la tierra y a domesticar y criar a los animales con los que alimentarse, lo cual sucedió hace apenas 10.000 años atrás.
Volviendo a las cifras, se estima que el año 10.000 a.C. había menos de 1 millón de habitantes en el planeta y que el año 8.000 a.C. la población había aumentado a los 5 millones. Un cambio bestial que demuestra que la evolución está relacionada con la comida. El hombre primitivo había dejado de ser cazador-recolector pues había descubierto la forma de producir los alimentos que necesitaba. A mayor disponibilidad de alimento, higiene y medicinas, aumenta la cantidad de habitantes. Solo era pues el primer paso. Aquel primer millón de habitantes del año 10.000 a.C. (que costaron más de 1 millón de años en alcanzarse) pasaron a 300 millones de habitantes en el año 1 d.C.
De todas formas hasta el año 1650 de nuestra Era solo se habían alcanzado los 500 millones de habitantes, crecimiento excepcionalmente lento debido a la peste negra que se llevó la vida de más de 100 millones de personas. A partir de ese momento y con menor natalidad, el número no ha parado de crecer. Con mas y mejores alimentos y ya con remedios medicinales, la humanidad bajó la cifra de nacimientos del 80 al 40/1000 y a pesar de ello llegó al siglo XX con una población mundial de 1650 millones de personas. Al llegar al siglo XXI los nacimientos eran del 23/1000 y sin embargo la población había superado los 6000 millones de personas.
Está claro que una guerra, epidemia global, o falta de recursos, tiene que poner fin a esta locura. Los datos no pueden ser más devastadores y una vez más la Naturaleza o la Humanidad habrá de poner coto a nuestra falta de control. Nadie sabe cuando ni como va a pararse esto, pero todos sabemos que tiene que parar, voluntariamente o a la fuerza.
La solución la pondrá como siempre la propia Naturaleza. A medio plazo acabarán los combustibles fósiles y los fertilizantes que hoy permiten cosechas masivas de cualquier tipo de alimento. Cuando eso suceda, que no está tan lejos, no habrá comida para todos.
RAFAEL FABREGAT
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