Se trata de la antigua Mesopotamia, cuna de la civilización humana y de la escritura cuneiforme. País del sudoeste asiático que comparte fronteras con Turquía al norte, Kuwait y Arabia Saudita al sur, Irán al este y Siria y Jordania al oeste. Irak tiene una estrecha franja de terreno que le permite salida marítima al Golfo Pérsico. Es el delta del Tigris y del Éufrates en cuyos humedales se asienta Basora (Basrah), la segunda ciudad más grande del país y la más rica, por su gran puerto, la fértil agricultura de la zona y sus pozos petrolíferos. Solo en esta ciudad se producen 140.000 barriles diarios de petróleo. La red de canales que recorren la ciudad le dieron el nombre de "la Venecia de Oriente Medio".
Auténtico paraíso, en el cuento de "Las mil y una noches"
Basora era el puerto del que partía Simbad el Marino. Sin embargo no son buenos tiempos para Irak. El final del siglo XX fue malo para estos países donde abunda el fanatismo y una religiosidad mal entendida, que gira alrededor de guerras continuas favorecidas por la riqueza petrolífera, como antes lo fuera por su rica agricultura. Tampoco el siglo XXI empezó con mejor pie. Más bien al contrario, se ha recrudecido. No apoyar el islamismo más radical está allí penado con la muerte y esta forma de actuar está acabando con todo el arte y la iconografía de culturas milenarias. No solo en Irak, sino también en sus países vecinos a los que salpica esta corriente autoritaria y radical disfrazada de religión.
Aunque abarca buena parte del desierto de Siria y del de Arabia, los ríos Tigris y Éufrates corren a lo largo de todo el país proporcionándoles miles de hectáreas de tierras fértiles donde se desarrolla una agricultura de gran riqueza. El clima y la irrigación de las tierras próximas al río permiten el cultivo de arroz, algodón y frutales de todo tipo. Lógicamente no falta una gran producción de dátiles y el cultivo del cereal en las tierras más altas. El intenso verdor de estos campos contrasta con el paisaje desértico que lo invade todo a medida que uno se aleja de las zonas de influencia de sus ríos. El paraíso, que transcurre en la zona de influencia de sus ríos, es de tal magnitud que todas sus ciudades se construyeron junto a su río.
En la antigüedad fue centro de los más grandes imperios del planeta. Sumerios, acadios, asirios, babilónicos y abasidas; pero también de los aqueménidas, macedonios, partos, sasánidas, omeyas, mongoles, otomanos y británicos, que invadieron Irak con el fin de llevarse buena parte de sus riquezas. Sin embargo y de forma curiosa, nadie se percató de que su mayor tesoro estaba en el subsuelo: principalmente el petróleo, pero también el gas natural, los fosfatos y el azufre. Irak es el cuarto país del mundo en reservas petrolíferas. Esta riqueza ha hecho que los dos millones de habitantes de principios del siglo XX hayan pasado a los 40 millones de habitantes del momento actual. Todo eso en medio de guerras constantes y asesinatos diarios.
Los Sumerios fueron la primera civilización conocida y los primeros en utilizar un sistema de escritura cuneiforme, que data del 4.000 a.C. aunque ellos llegaron de mucho más atrás en el tiempo. Esta civilización se mantuvo en la región cerca de 3.000 años. Hacia el año 2.500 a.C. fueron sucedidos gradualmente por los Acadios aunque dos siglos después los Sumerios volvieron al poder. La tercera dinastía de Ur acabó finalmente hacia el 2.000 a.C. al ser dominada por Asirios y Babilónicos que dominaron la región durante catorce siglos. A partir del siglo VI a.C. ya llegaron los Persas, Aqueménidas y un largo etcétera propio de aquellos tiempos de conquistas y reconquistas interminables que no vamos a pormenorizar en un Blog que no busca el detalle, sino la historia general.
A mediados del siglo VII toda la región fue conquistada por los árabes islámicos y Bagdad fue convertida en su capital. Alí, el yerno de Mahoma, trasladaría la capital a Kufa y los Omeyas a Damasco. Más tarde los Abasíes devolverían la capitalidad a Bagdad. Los Mongoles arrasarían Bagdad y los muertos se contarían por cientos de miles. En 1.831 los otomanos dominaron el territorio hasta la llegada de la I Guerra Mundial cuando, apoyando a Alemania fueron aniquilados y repartido el país entre los aliados. Tras la II Guerra Mundial y el nuevo dominio de los vencedores el dictador Sadam Husein consiguió alzarse con el poder de Irak. Ofensivas contra Irán y contra los Kurdos y la pretensión de anexionarse Kuwait llevaron a la Guerra del Golfo.
Sadam fue juzgado y ejecutado en 2006, pero parece que esta tierra está maldecida por un Dios que no permite ninguna paz duradera. Grupos insurgentes terroristas suníes afines a al-Qaeda incrementaron su dominio y proclamado un Estado Islámico que, asentado en Siria e Irak y alimentado por los beneficios petroleros, está acabando con la vida de miles de civiles de otras tendencias. Ninguna otra creencia religiosa tiene cabida y todos sus seguidores son asesinados. Su actual mandatario ha cortado lazos con al-Qaeda y se ha autoproclamado Califa con el nombre de Ibrahim, reclamando su autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del mundo. Así está Irak a día de hoy, en pleno siglo XXI...
RAFAEL FABREGAT
No hay comentarios:
Publicar un comentario