10 de noviembre de 2015

1933- LAS ISLAS PALAOS.

Cuesta creer que tanta belleza fue décadas atrás territorio español cuando la mayor parte de nuestro país, a miles de kilómetros de distancia y al menos en las llanuras castellanas, son tierras secas y áridas, secano donde solo el cultivo del cereal es ajeno a los fríos matinales del invierno. 


Porque efectivamente estamos hoy en las islas Palaos, actualmente una República insular del Pacífico, independizada de los EEUU desde 1994, casi un siglo después del "atraco" que éstos le hicieran a la España de 1898, envuelta en revoluciones por los derechos al trono y junto al que los norteamericanos se anexionaron las islas Filipinas, las Marianas, las Carolinas y Guam, así como las islas caribeñas de Cuba y Puerto Rico. Guerra provocada, al solo objeto de expoliarle a España todas sus colonias insulares. Sin embargo este no es el fundamento de esta entrada al Blog. 


No caben aquí más datos sobre la voracidad estadounidense, sino los idílicos paisajes de unas islas que en la encrucijada de Filipinas, Micronesia e Indonesia, acogen en su territorio de 488 Km2. a unos 20.000 habitantes. Escasa densidad para tan bello lugar. Casi 340 islas volcánicas y coralinas, en su momento vendidas por la corona española a Alemania, en previsión de perderlas también como ya se perdió todo lo demás, al carecer de flota para defenderlas. Las islas pasaron a manos de los japoneses tras la I Guerra Mundial, para ganarlas los EEUU en la segunda Gran Guerra.


Solo nueve islas están habitadas, siendo Babeldaob la mayor de todas ellas y unida a la isla Koror por el puente del mismo nombre y ciudad antigua capital del país. 
Lejos de la influencia de tifones y terremotos y clima tropical durante todos los meses del año, con casi 4.000 mm. de lluvia anual, hacen de estas islas un paraíso de difícil superación. Su riqueza principal fue antiguamente la copra y la pesca, actualmente superadas por el turismo. La moneda oficial sigue siendo el dólar estadounidense pues carece de Banco central.


Los principales productos de exportación son el atún, la copra, los mariscos y los cocos, con un volumen anual de 18 millones de dólares. Sin embargo, con unas importaciones de 99 millones de dólares, la República de Palaos sigue siendo totalmente dependiente de la ayuda financiera de los EEUU. Esta dependencia económica se compensa por medio de un Tratado que permite al gobierno estadounidense la instalación de bases militares en su territorio. Esta permisividad le proporciona a Palaos una riqueza per cápita (6.000 USA$) superior en un 200% al de Filipinas.


Con algo más de 100.000 visitas anuales, también el turismo es actualmente un importante ingreso económico para las islas. Sus principales clientes son en este caso los japoneses, norteamericanos y los viajeros procedentes de Taiwán. Un destino todavía virgen para los europeos que cuando viajan por estos parajes siguen eligiendo la Polinesia Francesa, pero que a buen seguro irán tomando conciencia de que las Islas Palaos son una opción a tener en cuenta. Actualmente y debido al crecimiento imparable del sector turístico, la obra pública y la construcción privada es la principal actividad de los isleños. El 70% de la población es nativa, de origen melanesio, aunque van aumentando rápidamente los inmigrantes filipinos, chinos y algunos norteamericanos y europeos.

RAFAEL FABREGAT

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