Hace un año (19-7-2013) la nave espacial Cassini, de la NASA, capturó esta imagen de la Tierra y la Luna desde los anillos de Saturno. ¿Qué podemos decir al respecto?. Pues muy sencillo... Que somos UNO MAS de esos minúsculos puntos de luz que hay en la bóveda celestial. Un simple planeta como hay miles de millones en el Universo. ¿Son suficientes estas palabras para darnos cuenta de nuestra miserable existencia y para rebajar el orgullo que a todos nos atenaza?. Pues no. El método de supervivencia de todos los seres que habitan nuestro planeta es el de la competitividad. Comer y no ser comidos.
De que esta foto iba a realizarse, ya informé en mi entrada 1048- NO SOMOS NADA de fecha 19 de Junio de 2013, exactamente un mes antes de que se produjera el CLIC en tan sofisticada cámara espacial. También aconsejé que el personal saliera a la calle bien vestido y mejor peinado para salir lo más guapos posible... Hoy, por una de esas casualidades de la vida, he dado con la foto en cuestión. La he mirado con detenimiento, pero no me veo... Tal vez había que pagar algo y no pagué, pero lo cierto es por mucho que amplíe la imagen no he localizado a nadie de mi familia... ¿Será porque no somos lo suficientemente guapos?.
Bien amigos... Perdón por la broma. Efectivamente la distancia no permite ver el más mínimo detalle de nuestro planeta. Un simple punto de luz en la oscuridad del Universo. Suficiente para que cualquier cabeza pensante pueda darse cuenta de que todo y nada merece la pena. Estamos aquí sin pedirlo y sin razón alguna. No creo que haya ninguna razón ni ningún destino.
Estamos aquí por una de las casualidades de la vida, o de la naturaleza, y tal como vinimos a este mundo (sin nada) marcharemos del mismo. En un momento dado se apagará el interruptor y quedaremos en la oscuridad más absoluta, como si jamás hubiéramos nacido.
Todo es temporal y nada de lo que aquí acumulamos sirve para nada. Si la humanidad fuera lo suficientemente madura, que no lo es, todos los días de nuestra vida dedicaríamos unos minutos a pensar en el por qué de las cosas, en lo bonito del amor y en la inutilidad de las ambiciones y orgullo personal. Al final del camino, ¿nos han servido para algo?. Pues sí, han servido, pero solo para embrutecernos y para sacar lo peor de nosotros mismos. Para que al final del camino, si nuestra mente funciona correctamente, nos arrepintamos de algunas cosas hechas y de otras que quedaron sin hacer. ¡Podría ser todo tan bonito...!
Es el sino del ser humano. Simple animal, pero con el incorregible defecto de pensar. Una desgracia más que se nos ha dado por añadidura. El resto de criaturas vienen y se van de este mundo sin saber nada. Pura y simple intuición preside sus actos, realizados de forma sistemática desde el comienzo de los tiempos porque sus genes así lo tienen programado. Nosotros no es que sepamos mucho más, pero pensando podemos cambiar el mundo e incluso destruirlo. ¿Estaremos también nosotros programados y no nos damos cuenta de ello?. Porque uno, justamente por no saber, ya no sabe qué pensar...
RAFAEL FABREGAT
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