El colegio abre a las 9,30 de la mañana. Los niños entran y se organizan en filas y cuando ya están todos (que esa es otra) van entrando por filas a las clases. Yo jamás me voy hasta que la última de mis nietas marcha hacia clase, desapareciendo de mi vista, porque ellas miran para saber si estás y muchas veces se despiden saludando. Solo por eso ya merece la pena esperar esos minutos más. Total que, como la búsqueda de setas no se anuló, la salida hacia Mosqueruela se llevó a cabo cuando faltaba poco para las diez de la mañana y sin almorzar, por lo que cuando llegamos al pinar las once ya habían dado en el reloj de la Puerta del Sol de Madrid y en el Micalet de Valencia. Teníamos claro que con tal "madrugón" el éxito estaba asegurado y así fue. Por increíble que parezca no había nadie en el lugar donde fuimos a buscar ni, por lo visto, había ido nadie en toda la semana.
No pudimos almorzar junto al coche a la llegada pues los rovellones y las llanegas negras nos miraban desde todas partes invitándonos a que los pusiéramos en la cesta.
Comiéndonos el bocadillo empezamos la búsqueda, que no fue tal. Aquello no era la fiesta de buscar setas, sino el trabajo de cortarlas. En menos de dos horas cogimos alrededor de 20 kilos (una caja de plástico de las grandes, una cesta grande y otra mediana). Nos quedaba una cesta más y los rovellones seguían mirándonos pero, reventados de cansancio, no quisimos seguir. Sabíamos un punto interesante hacia la salida donde sale llanega blanca y negrilla, así que fuimos a por ellas. Había casi una docena de coches aparcados pero todos pasaron sin coger el más exquisito de los manjares.
Llenamos la última cesta restante de estas dos variedades y un buen puñado de trompetas amarillas y nos dirigimos hacia Mosqueruela. Eran las dos de la tarde, pero hacía demasiado poco que habíamos almorzado y no pudimos comer allí como es lo acostumbrado. En la fuente junto a los lavaderos nos lavamos las mugrientas manos y bebimos la fresquísima agua que mana en ese lugar turolense. Era pronto y casi sin mediar palabra nos encaminamos hacia Vistabella del Maestrazgo, cogiendo la pista que hay antes de llegar a Puertomingalbo y que pasa por el famoso túnel. La clara intención era la de comer en el Rostidor de l'Alforí y ver si había salido alguna seta de cardo. No teníamos cesta alguna, pero en el maletero habíamos encontrado una bolsa de plástico.
De todas formas no confiábamos encontrar gran cosa pues la semana anterior habíamos estado allí y no encontramos casi nada. Eran 50 Km. más de carretera estrecha y con muchas curvas así que cuando avistábamos Vistabella eran las tres de la tarde. Sabemos un lugar excelente antes de llegar al rostidor y entramos a mirar puesto que sabíamos que a esa hora el restaurante estaría lleno y no tendríamos mesa. Encontramos algo más de un plato de setas de cardo y cuando entramos a comer eran más de las tres y media. Todavía quedaba mucha gente pero había un par de mesas vacías y nos sentamos. Pedimos espárragos con jamón serrano, surtido de quesos y ensalada; chuletas de cordero a la brasa con patatas nuevas y postres caseros. Para beber, un litro de fresquísima cerveza.
Tras la comida el correspondiente café y copa de brandy. Nos levantamos de la mesa a las cinco de la tarde y nos fuimos a buscar las famosas setas de cardo y el pie azul que también sale en un bosquecillo próximo. Aunque nos las habían pillado, todavía cogimos bastante cantidad de setas pero (no sé por qué razón) el pie azul no había salido. Eran casi la seis y decidimos regresar a casa. Fue entonces cuando yo hice una propuesta... la más loca del día.
- Oye, ¿y si en lugar de regresar por... regresamos por...? Total hay la misma distancia...
Y allá que nos fuimos, con un cielo raso y soleado que disimulaba la hora real. El resultado fueron media docena de boletus, un buen puñado de Cantharella y media docena de rovellones que no queríamos para nada. Llegábamos a casa a las 8 y terminamos de limpiar a las 11 de la noche. Una locura, que no pensamos repetir. ¡Y eso que no era año!.
RAFAEL FABREGAT
Hola de nuevo Rafael, soy Angels, y es verdad como este año no habiamos recogido tantas setas y de todas clases , solo quiero a ser posible donde se encuentran las TROMPETAS AMARILLAS, pues es una de nuestras favoritas pero por Mosqueruela no las hemos visto nunca. Muy agradecida por tu bolg y por compartir tus experiencias. Un cordial saludo.
ResponderEliminarHola Angels. La trompeta amarilla sale en la pinocha y es una seta que requiere una humedad constante durante muchos días. Solo en años como el presente hay esa humedad que esta seta requiere, ya que justamente la pinocha es lo que más pronto se seca. Búscala en umbría, siempre mirando al norte y donde solo haya pinocha. Te advierto que es muy escasa. Suerte.
ResponderEliminarHola Rafael, soy Dani , como veo el dia fue mas que completo y es que cada vez me reafirmo mas en que cuando sales al monte sin ninguna ansia de llenarlo todo y enseguida sino que vas con el animo de disfrutar del dia del monte y de la compañía, mucho mejor te sale todo y al final te vas a casa mas contento que unas pascuas. Tal como esta el monte en Vistabella hasta cuando suelen salir los boletus? Y bueno también decirte que con la gente que acude al termino de Mosqueruela a por níscalos, es increíble que no hubiera pasado nadie, claro esta que la majoria va por donde ve coches. Saludos.
EliminarGracias por contestar y haber si tenemos suerte. Un saludo
ResponderEliminarLa suerte Angels está en la constancia, pero no olvides que me has preguntado por el oro... y el oro es un bien muy escaso en el Maestrazgo. Sin embargo ¡ánimo! porque merece la pena. Las trompetas y la cantharella que puedas encontrar aquí, no tienen nada que ver con lo que se recoge en el norte peninsular, donde están hartas de agua y no tienen sabor a nada. Esto es manjar de dioses, te lo digo yo. Si encuentras, te haces un revuelto y ya me dirás. El caviar ruso... ¡pura basura!.
EliminarHola Dani. Lo que está pasando este año (humedad constante) se suele ver pocas veces por estas tierras, así que me resulta difícil responder a tu pregunta sobre los boletus. Si que te diré que (normalmente) suele ser una seta temprana que aparece a finales de Agosto y suele durar unas tres semanas, por lo que empieza a mermar en la segunda mitad de Septiembre. Sin embargo no tengo idea de su comportamiento en un año de humedad y temperatura ideal. Este año se rompen todas las estadísticas... Mucha suerte.
ResponderEliminarBuenas tardes Rafael, que alegría da ver que las cosas se están dando bien, por Madrid la temporada ha empezado con fuerza en algunas zonas de la región, el problema lo de siempre la gente que no respeta nada ni a nadie, pues si quieres coger setas a caminar toca y punto, en fin el único consuelo es que cada uno al final encuentra su sitio y yo tengo los míos muy bien escogidos y controlados con lo cual siempre consigo lo que quiero, también tengo la suerte de vivir en un entorno privilegiado en Madrid, en un alto al pie de la sierra donde desde la ventana de mi casa puedo ver donde llueve.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por tu magnifico blog.
Hola Alfredo. Me alegra ver que desde Madrid alguien tiene interés en la modesta opinión de un aficionado de Castellón que apenas sabe salir del Maestrazgo turolense, ni falta que hace. Cuando llueve es sin duda una de las mejores zonas de España. El problema es que esto suele ocurrir muy de tarde en tarde. Yo es que soy viejo y me he vuelto algo señorito por lo que la abundante maleza del litoral mediterráneo (léase castellonense) me molesta mucho. Las aliagas no son lo mío. Yo al monte voy a disfrutar, no a pincharme. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola, Rafael nosotros tambíen somos de Castellón y a igual que tu preferimos ir para el Maestrazgo, coincidimos con todo lo que tu has descrito, de nuestro bosque , no hay color , pasear por los montes de Teruel es una gozada, aunque no recogas setas. Un saludo.
ResponderEliminar.
Efectivamente es una gozada pasar el día por aquellos parajes, pero están lejos y los que ya tenemos 47 años de Permiso de Conducir a nuestras espaldas necesitamos una excusa para hacer los 250 Km. que hay de ida y vuelta. Antes no la necesitábamos. Ayer mismo, con dos cestas de "seta de cardo", completamos el arcón-congelador. Tanto fue así que hube de sacar una barra de pan que había puesto mi mujer y que impedía el cierre. A pesar de eso ella se ha empeñado en que volvamos este próximo sábado puesto que parece necesitar despedirse, no sé si de las setas o de los pinares. En fin... ¡Habrá que volver, aunque solo sea una vez más!.
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