Este llamado Triágulo del Silencio está asociado al "Caso Manises". A las 23 horas del 11 de Septiembre del año 1979 el Super-Caravelle de la aerolínea TAE, con 109 pasajeros a bordo, procedente de Mallorca y destino Canarias, tuvo que aterrizar precipitadamente en el aeropuerto de Valencia perseguido por dos luces rojas de gran intensidad y velocidad inusualmente rápida. Las luces eran tan extremadamente cegadoras que impedían divisar el aparato al que supuestamente estaban instaladas. Con una trayectoria de colisión con el Caravelle se detuvieron a escasa distancia del aparato y así continuaron hasta que el avión descendió para aterrizar en el aeropuerto de Manises, en Valencia.
Lo mismo sucederá seguramente con los islotes de Ibiza y el Triángulo del Silencio. No hay mayor sordo que el que no quiere oír. El mayor responsable de las leyendas que giran alrededor de estos islotes ibicencos fue el beato Francisco Palau (1811-1872) fundador de los Carmelitas Terciarios españoles que, con ermita a tan solo dos leguas de la costa de Ibiza, era trasladado por los hermanos con una barca de pesca y después se volvían al convento, dejando a su abad en aquella voluntaria retirada de oraciones y meditación. Fray Francisco pasaba largas temporadas en el islote de Es Vedra, viviendo en una cueva y gracias sobre todo a una pequeña fuente que hay cerca de la misma.
El padre Palau es sin duda el ser humano que más tiempo ha pasado en esta minúscula isla donde decía unirse con Dios y su Iglesia con una armonía jamás hallada en otro lugar. También decía haber vivido experiencias místicas, describiendo "damas de luz" y "seres celestiales" que, tras el caso de manises, algunos han interpretado como avistamientos de OVNIS. Sin duda una consecuencia de la escasa alimentación. Una antigua leyenda afirmaba que nadie podría jamás escalar la montaña de la isla "Es Vedrá" y si alguien lo lograra cambiaría al instante de sexo. En 1949 los escaladores Manuel Puig y Francisco Martí pisaron la cumbre por vez primera. Tras unos minutos de descanso, sin rastro de los OVNIS, descendieron y naturalmente siguieron siendo tan machos como lo habían sido hasta entonces.
RAFAEL FABREGAT
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