2002- EN EL NOMBRE DE ESPAÑA.

España podría llamarse Manolo, pero se llama España. Lo que ya no saben todos es el por qué España se llama de ese modo. Los menos eruditos creíamos que el nombre procedía de la época romana y que fue esta cultura la que nos dio el nombre de Hispania, de la que procede el nombre actual. Según los historiadores Plinio el Viejo y Catón, Hispania era el nombre que los romanos le dieron a esta península dominada por ellos como una más de sus provincias y cuyo significado era "tierra de conejos". Lo cierto es que en realidad no eran conejos, sino damanes, una especie de roedores muy parecida a los conejos, aunque con cara de perro y orejas cortas. Los damanes eran de procedencia norteafricana pero también muy abundantes en la Península Ibérica y de carne muy apreciada. 

Sin embargo no todos coinciden con esta explicación, para dar procedencia al nombre de nuestro país, puesto que su origen no parece ser latino. Según expuso en 1767 el historiador y dramaturgo español Cándido María Trigueros, el término es anterior a la dominación romana. De acuerdo con su teoría, el nombre fue aportado por los Fenicios que, originarios de la zona costera de la actual Siria, comerciaban con todos los países norteafricanos y en su expansión llegaron al Estrecho de Gibraltar. Siempre bordeando las costas africanas, observaron que nuestra costa estaba al otro lado del mar y la llamaron "I-spn-ya" (tierra del norte).

La denominación fenicia de "I-spn-ya" está documentada en inscripciones ugaríticas desde el segundo milenio a.C. Los Fenicios fueron la primera civilización llegada a la Península Ibérica, tras Iberos y Celtas. Sin embargo los Fenicios, más adelantados e incluso inventores del vidrio, no eran guerreros sino comerciantes que, al igual que los chinos en la actualidad, nos cambiaban nuestro oro por utensilios o simples y llamativas baratijas. Hasta tal punto llegaron los intercambios entre los primitivos peninsulares y los Fenicios, que éstos últimos fueron los fundadores de la actual ciudad de Cádiz, entonces Gadir y la convirtieron en la ciudad más grande y antigua de Europa.

Teniendo en cuenta que esta parte del sur peninsular estaba ocupada por los Tartesos y que éstos eran expertos en la extracción y fundición metalúrgica, los historiadores modernos coinciden en afirmar que el significado real de la Hispania conquistada por los romanos proviene de una interpretación fenicia sobre "tierra donde se forjan los metales". En fenicio "spy" (raíz de span) significa batir metales. La gran riqueza de esta zona en metales preciosos, se considera pues origen del nombre actual de España. Las innumerables culturas que nos invadieron en aquellos siglos anteriores a la era cristiana, fue adaptando el nombre de Iberia hasta la España actual.

La primera persona que empleó la palabra España fue San Isidoro, arzobispo de Sevilla de origen visigodo. En una de sus crónicas sobre el origen de los pueblos Godos, Suevos y Vándalos que habitaban la Península Ibérica decía: 
..."Tu eres, oh España, sagrada y madre siempre feliz de príncipes y de pueblos, la más hermosa de todas las tierras que se extienden desde Occidente hasta la India..."
En el IV Concilio de Toledo del año 633, en busca de la unidad peninsular, fue excomulgado el rey visigodo Suintila, hijo de Recaredo I. En su lugar accedió al trono Sisenando, XVI rey de los Godos y al que el arzobispo de Sevilla, San Isidoro, le nombra rey "Totius Spaniae" (de toda España). 
Con la invasión musulmana la denominación de nuestro país fue 'Isbâniyâ', volviendo a la de España tras la Reconquista y muy especialmente con la unificación territorial llevada a cabo por los Reyes Católicos. 

RAFAEL FABREGAT