- Pero... ¿de verdad?.
Inmediatamente después un 30% afirmó: ¡Pues claro que sí... por supuesto!. Sin embargo el 70%, tras pensarlo unos instantes, reusó el ofrecimiento de distintas formas...
La mitad dijeron tener novia, mientras que la otra mitad... dudaron. El ofrecimiento les parecía muy apetecible, pero finalmente rechazaron la oferta pues les parecía extraña y muy sospechosa.
Respuestas extrañas las de algunos, que preguntaron si no tenían que pagar nada por ello, mientras que otros se alejaron echando pestes por la boca enfadados por la osadía.
Este mismo experimento se llevó a cabo unos meses antes con un chico joven y bien parecido que se ofreció de la misma manera, en plena calle, a mujeres de todas las edades. Como en el caso de la chica, se acercó a 100 mujeres solas que iban caminando por la calle y después de saludarlas con suma educación les ofreció sus favores sexuales de forma totalmente gratuita. Solo dos aceptaron y una de ellas era una prostituta (?). El 98% se negó en redondo, lo que demuestra que, para las mujeres, la cuestión del sexo no es una necesidad tan perentoria como para los hombres. Era de esperar. A los hombres nunca nos duele la cabeza...
RAFAEL FABREGAT
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