Ya en los comics de muchas décadas atrás los dibujantes, que como los escritores son visionarios del futuro, nos mostraban en los entonces llamados "tebeos" naves espaciales en las que los viajeros iban colocados (es la palabra más idónea de decirlo) en una especie de habitáculo con asientos de posición casi vertical.
Se trataba de ahorrar al máximo el escasísimo espacio que la nave tenía disponible para los viajeros, habida cuenta la gran cantidad de combustible y motorización necesaria para situarlo en órbita.
Pues bueno, tal como también sucedió en algunas novelas de Julio Verne, la visión futurista de lo que podría ser un vehículo espacial, parece que vamos a verlo aplicado prontamente en lo que es un viaje convencional de avión.
Ahora no, porque con esto del Covid-19 todo está paralizado, pero el día que nos dejen salir con la seguridad de una super- vacuna y medicinas para combatir la enfermedad, se van a quedar en casa cuatro abuelos chochos... Yo, mientras tenga salud, no me quedo de brazos cruzados.
Las crisis disparan la inteligencia (no siempre para bien) y estando el vil metal de por medio, lo que deberían ser comodidades de 1ª clase para cualquier vuelo regular, en breve plazo va a convertirse en viajar "enlatados", si no al tiempo...
Por si viajar en clase "turista" no es ya suficiente suplicio, ahora esto: el asiento llamado "Jinete del cielo".
Ya sé que, cuando esto llegue, cada uno elegirá lo que quiera, pero es que hay inventos que no deberían de estar permitidos.
¿Alguien duda de si tendrá éxito?. ¡Pues claro que sí!
Lo barato siempre tiene éxito, pero cuando "la comodidad" que tenemos en este momento es de todo punto de vista inadmisible... ¿como es posible autorizar a que todavía sea rebajada?.
Naturalmente allá cada cual pero, desde mi punto de vista, las autoridades no deberían de permitirlo.
Para todas las cosas de la vida, tendría que haber máximos y mínimos. Ya que parece ser que nosotros (la plebe) no sabemos controlarnos debidamente, que sean otros los que, aprovechando los poderes que les tenemos conferidos, decidan por nosotros. Que nos manden por telefax en "Tarifa plana", así todo serán ganancias. Es que... ¡Ay que ver como esta esto del vil metal!.
Supongo que todos o casi todos los que estén leyendo esta entrada habrán visto ilustraciones de cómo transportaban en los barcos a los esclavos africanos hacia América y si no lo han visto en la foto adjunta lo tienen.
Cada uno de ellos disponía de un espacio de 1,83 x 0,40 metros. Aproximadamente el mismo en el que pretenden situar a los "turistas" aeronaúticos en breve.
Aunque en lugar de esclavos sean Udes. turistas, ¿se puede llamar a eso viajar?. Vale, vale, la comparación es exagerada, pero no me dirán Udes. que la cosa no va por ese camino.
Cualquier día los pasajeros viajarán en esa especie de nichos apilables en los que (ya ahora) duermen algunos chinos de las grandes capitales.
¿Es esa la modernidad que la juventud actual persigue?, porque yo, si es eso lo que quieren, ni fu, ni fa. Así no pienso viajar. De todas formas el loco no será el inventor, si no el usuario. ¡Allá cada cual!.
Hay tres formas de viajar: por trabajo, por necesidad y por divertimento. Ninguna de ellas admite la tortura como forma de ahorro.
TRABAJO.- Si lo haces por trabajo se supone que hay una compensación económica que justifica el viaje y, además, es conveniente llegar descansado.
NECESIDAD.- Cuando viajas por necesidad, tanto en el caso de que te hayan nombrado Gobernador, como en el de que se haya muerto tu tatarabuelo, son cosas que solo pasan una vez en la vida. ¡No escatimes medios!
DIVERTIMENTO.- La palabra ya lo dice bien claro, vas a divertirte no a sufrir.
Desde mi punto de vista, cada uno tiene que llegar a donde pueda llegar y nada más. Todo lo que vaya más lejos de sus posibilidades no tiene disfrute, sino fracaso y desgracia. Pongo por ejemplo una cosa actualmente bastante general, que son las vacaciones... Si solo tienes dinero para ir un fin de semana a Benidorm... ¿Por qué te marchas diez días al Caribe, a crédito?. Y total, ¿para qué?. ¡Si España está llena de playas! Después te pasas todo el año pagando los plazos y maldiciendo el dichoso viaje. ¡Eso si no te pilló un huracán por allí y tuviste que quedarte todo el tiempo en el hotel! ¡Por Dios, por Dios...!
Hasta hace apenas unas décadas, había muy poca movilidad. La gente de nuestra provincia hacía 10 viajes a Castellón en toda su vida y pare Ud. de contar. Muchos no conocían otro autobús que "el coche de la Ribera" y no todos, porque la mayoría bajaban con el carro o a pie. Sí, sí, ya sé que los jóvenes que leen esto se están riendo, pero las cosas eran así... Un 5% de la gente de Cabanes (como de cualquier otro pueblo) murieron de viejos sin ver nunca Castellón; un 70% no conocieron Valencia y un 95% no salieron nunca de España. El 5% que sí salió de la península, es porque fueron a Francia a la vendimia. ¿Vacaciones?. Desconocían el significado de esa extraña palabra. Todavía recuerdo cuando el 90% de la gente de Cabanes no conocía el significado de la palabra "souvenir".
Estas cosas actualmente han cambiado y las vacaciones no las perdona nadie. El que no puede ir a la China marcha al Caribe. Algunos (a ver eso quien lo entiende) van de compras a Nueva York, porque todo está más barato. (?)
Otros, menos pudientes o con un poco más de cabeza, viajan a Europa y se ilustran un poco, que buena falta nos hace. Otros, ya del montón o con el IMSERSO, lo hacen por España. Todos es válido.
Por último están los que no van a parte alguna que son los que mejor se lo pasan y los que menos dinero tienen que preparar. Esos, aunque a algunos les puedan parecer gente rutinaria y aburrida, abandonados de Dios y de los hombres, no tienen el por qué merecernos lástima alguna. A su manera son tan felices como los demás y, en todo caso, estoy seguro de que no son más desgraciados. Tal vez ellos se vean así, pero es que el resto de los mortales tampoco son felices, puesto que la felicidad es una utopía.
La felicidad es un estado de ánimo para el cual no hace falta dinero, solo predisposición.
Una persona, hablando un día de la Loteria de Navidad, única en la que jugaba, me dijo que si le tocaran dos millones de pesetas ya no trabajaría más. Me quedé perplejo y preocupado, yo tenía los tres ¡pero necesitaba cinco para comprar un camión de género para trabajar!.
Así es todo en la vida. Cuando somos jóvenes todos nos fijamos una meta. Lo que no sabemos entonces es que esa meta es muchas veces inalcanzable. ¿Por qué?. Pues por la sencilla razón de que cuando llegas a ella, ya vislumbras otra más alejada a la que también quieres llegar. No pasa nada. Eso hace de la vida algo ameno y divertido, aunque eso ya son cosas de cada cual...
RAFAEL FABREGAT
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