4 de agosto de 2012

0759- ANTONIO MACHÍN, EL REY DEL BOLERO.

EL HUERFANITO.
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Yo no tengo padre,
yo no tengo madre,
yo no tengo a nadie,
que me quiera a mí. (bis)
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Huérfano, huérfano soy
yo soy, el huerfanito. (bis)
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Que triste es vivir sin padre,
da pena un hijo que llora,
pero más triste señora,
es vivir sin una madre.
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Que desgraciado soy yo,
que desgraciada fortuna,
hay muchos que tiene dos
y yo no tengo ninguna.
.
Huérfano, huérfano soy
yo soy, el huerfanito. (Bis)
.
Los que ya peinamos canas sabemos que esta era una más de las famosas 
canciones de Antonio Machín, aquel cubano que llegó a nuestro país en 1.939 para quedarse hasta el final de sus días, hecho que ocurrió el 4 de Agosto de 1.977, a punto de instalarse en España las libertades democráticas. Treinta y cinco años ya sin Machín. Con él murieron las canciones con alma, las que hablaban de amores y sufrimientos, pero así es la vida. Los tiempos cambian y algún día, ¡quien sabe!, aquella etapa puede retornar.
Cuando Machín llegó a España ya había triunfado en los mejores escenarios de Nueva York, de Londres, de Paris... Antonio Machín llegó aquí, desde París, escapando de la II Guerra Mundial y  por la curiosidad de visitar el país de su padre, pero se metía de lleno en una España enfrentada en una Guerra Civil. A pesar de ese escenario de terror, se enamoró de Madrid, de Sevilla y de la playa de San Juan de Alicante, donde se recogía para descansar. Pero en fin, vayamos por partes...

Antonio Lugo Machín, era hijo de un emigrante español (José Lugo) y de una negra cubana (Leoncia Machín). Había nacido el 11 de Febrero de 1.903 en Sagua la Grande, una importante ciudad de la provincia cubana de Villa Clara. Era uno más de los 15 hijos de una familia humilde y prontamente tuvo que trabajar. Sin embargo lo que a él le gustaba era cantar y siendo un muchacho ya alternaba el trabajo de albañil con el canto en la iglesia y tras el telón de un cine mudo de su localidad. Con poco más de 20 años llega a La Habana y se inicia por los cafetines, alcanzando rápidamente fama que le lleva por emisoras y orquestas, siendo el primer cantante negro que actúa en el Casino Nacional, lugar donde se daba cita la burguesía mas racista y excluyente de Cuba. 

En 1.929 forma un sexteto y realiza sus primeras grabaciones marchando al año siguiente a Nueva York e integrándose en varias orquestas famosas y alguna propia. En 1.936 actúa en Londres y después en París. Allí se enamora de Line, una joven francesa con la que marcha de gira por Suecia, pero el frío no le gusta y regresa a la capital francesa...
Antonio Machín llega a España en 1.939, diciendo que viene de vacaciones, pero lo hace huyendo de la II Guerra Mundial. Le anima el hecho de que en Sevilla tiene un hermano, pero se encuentra con los últimos coleteos de la Guerra Civil y consiguientes problemas de toda índole. Su primera parada y consiguientes actuaciones las hace en Barcelona pero rápidamente marcha a Madrid donde se instala durante tres años. Finalmente se traslada a Sevilla donde, según él mismo decía, encuentra el amor. En 1.943 se casa con Mª Angeles Rodríguez y pletórico de felicidad se trae a su familia a España.

CIENTOS DE CANCIONES...
- El manisero,
- Noche triste,
- Madrecita,
- Como fue,
- Amor sincero,
- Angelitos negros,
- No me vayas a engañar,
- Quizás, quizás, quizás.
- Toda una vida,
- Bésame mucho,
- Dos gardenias...
Con más de 60 discos grabados, el "Sexteto Machín" cosecha éxito tras éxito por lo que en España encuentra también la consagración definitiva. Antonio encuentra entre los españoles todo lo que buscaba en la vida para triunfar y ser feliz. Su adaptación a esa tierra es tan grande que se llama a sí mismo: "El más cubano de los españoles y el más español de los cubanos". 

No muy conocido a su llegada, Antonio Machín empezó aquí desde abajo, adaptándose a nuestras costumbres y a los tiempos difíciles de un país en guerra y en posguerra. Tenía contrato con algunas salas que le pagaban 25 pesetas diarias, con la particularidad de que el cantante podía alternar sus actuaciones con esporádicos contratos que obtuviera con su sexteto. Su popularidad fue creciendo hasta alcanzar las más altas cotas y a través de la radio sus canciones formaron parte de la memoria sentimental de varias generaciones. Hasta el piropeo español, incorporó uno a él dedicado: "Nena, te mueves más que las maracas de Machín".
A mediados de la década de los años 60, como no podía ser de otra manera, Antonio Machín llegó a Cabanes (Castellón) de la mano del más singular de los empresarios que gestionaron el Teatro Benavente de nuestra localidad. Laureano Boira traía a su pueblo natal a los mejores artistas del momento y Machín, aunque ya con 60 años cumplidos, no podía faltar a esa lista de celebridades que pisaron las tablas de tan importante escenario.

Los cabanenses no se lo podían creer, ¡Antonio Machín, en Cabanes!. El más grande de los artistas en un pueblo de 2.401 habitantes, pero así era Laureano Boira y desde luego nunca perdió dinero en sus apuestas artísticas y cinematográficas.
La compañía traía consigo una breve orquesta que acompañaba a los diferentes cantantes que hacían de teloneros pero a la estrella no le hacía falta otra música que la que sus músicos le proporcionaban y la de su melodiosa voz que no se hizo esperar.
El "Sexteto de Antonio Machín" se situó en el escenario de tan histórico teatro y empezó a desgranar las primeras notas que arrancaron los aplausos del público. Sin más dilación y de entre las bambalinas laterales, hizo su aparición el más famoso cubano de todos los tiempos: Antonio Machín, cuyas maracas se incorporaron al compás que el cuarteto marcaba. La ovación pone los pelos de punta recordarla. Las canciones más famosas de su repertorio llenaron la sala: Angelitos negros, Toda una vida, Dos gardenias, El manisero y muchísimas más. Los sones cubanos levantaron en cada una de las canciones al público de sus butacas, en una actuación que se recordó durante décadas.

Aunque Cabanes rebosaba de alegría con la presencia de Machín y el deleite de sus canciones, Antonio no atravesaba su mejor momento puesto que una nueva música (el pop-rock) parecía arrasarlo todo en esas fechas. 
Aunque a Machín nunca le faltaron los contratos, los boleros ya no gozaban del favor de la nueva juventud y estaba perdiendo popularidad.
Siempre sobre los escenarios, el día 7 de Junio de 1.977 y en el Teatro de Alcalá de Guadaira (Sevilla) Antonio salió muy agotado de escena y ya no pudo regresar. 
Fue su última actuación. 
El 4 de Agosto de ese mismo año murió en Madrid a los 74 años de edad aunque, por petición propia, descansa en el Cementerio de San Fernando, de Sevilla, donde familiares y amigos visitan cada año su tumba que rocían con ron cubano y frente a la que cantan sus boleros. 
La gente de mi generación apenas gozamos de pasada su música pero, aún así, la recordamos con gusto, cariño y mucha nostalgia. 
Gracias Antonio. "Espéranos en el cielo". 
(Una más de tus bonitas canciones...)

RAFAEL FABREGAT

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