Demasiado sabemos de las ideas de los dirigentes alemanes, para permitir que gobiernen Europa y el mundo. Independientemente de su capacidad de trabajo y perfección en lo material, que no se puede negar, sus ideas democráticas brillan en el limbo de la ausencia. Lo suyo es la autocracia.
Son autoritarios y contumaces, cabezas cuadradas que no aceptan otro criterio salvo el que ellos vislumbran y que siempre pretenden imponer.
Para desgracia general y porque algunos países "lameculos" lo han permitido, ahora están sobre la cresta de la ola. Un lugar peligroso para los corderos que están a merced de tan hambriento león.
Si Europa no se da cuenta y se une prontamente en su contra no sería extraño, ni sería la primera vez, que estallara como lo hizo antaño por dos veces.
Gente como esa siempre saca tajada de la desgracia ajena porque ellos siempre hurgan en el dominio de lo político y de lo económico.
Los españoles estamos en lo más profundo del hoyo y poco o nada podemos hacer pero los "corderos" franceses, con dotes para ser lo que sin duda no son, es para pensárselo.
A la Merkel le bullen demasiadas cosas en su cabeza y ninguna buena. Solo le falta el bigote, pero no por falta de pelo, sino porque sin duda se lo rasura puntualmente.
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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