25 de noviembre de 2014

1583- MÁS PEREZA QUE HAMBRE.

Difícil entrada la de hoy. Sin duda levantará ampollas y más de una crítica, pero es una realidad que conozco desde demasiado tiempo atrás y con la que no puedo estar conforme. Cada cual tendrá su historia y serán muchas sin duda las personas que estarán buscando un trabajo sin encontrarlo, pero conozco un montón de gente que pudiendo trabajar no quieren hacerlo. Decenas de rumanos (y algún que otro español) abarrotan las terrazas de los bares, cerveza en mano, en horario laboral y si les hablas de trabajo se ríen en tu cara.


- No me interesa -dicen ellos. 
Y es verdad. No les interesa trabajar, a no ser que sea sin hacerlo constar en parte alguna y siempre que haya buena paga con escaso esfuerzo. Quien más quien menos, los matrimonios con hijos tienen una doble "ayuda social" (el marido y la mujer) que suma unos 852 euros; cajas de comida de Cruz Roja o Cáritas; ayuda económica para el alquiler de la casa, escuela, comedor y libros gratis para los hijos, además de cobertura sanitaria completa para toda la familia. Y sin tener que pagar IRPF ni Seguridad Social.


Protección para los de aquí y para los de allá, para los que alguna vez hayan cotizado y para los que no han aportado ni un solo céntimo a la economía global del país. ¿Justicia o injusticia...? Cada cual pensará lo que le parezca. Está claro que, si se puede, no vamos a dejar morir de hambre a nadie pero, ¿dinero?. Por mi ni un céntimo, ni a los de aquí ni a los de allá, si no es a cambio de trabajo. Y a los de allá, que no encuentren trabajo en un plazo determinado o no quieran encontrarlo, que se vuelvan a su tierra.


Ya lo he contado en otra ocasión... Cuando nació mi hija mayor, no admitieron a mi mujer en el Hospital General de la Seguridad Social porque solo hacía siete meses que nos habían dado de alta en la Seguridad Social, a pesar de hacer casi dos años que habíamos cursado petición para que nos admitiesen. ¡Cosas que pasaban antes y cosas que pasan ahora!. Vivíamos de la escasa tierra que teníamos, pero era insuficiente para admitirnos como autónomos... Cuando conseguimos que nos admitieran mi mujer ya estaba embarazada por lo que, en el momento del parto, tuvimos que ir al Hospital Provincial y pagar la factura correspondiente.


¿Cómo voy a estar conforme con que, con mi dinero, se proteja a tanto holgazán?. Me consta, ya lo he dicho al comienzo, que mucha gente quiere trabajar y no encuentra donde, pero todos sabemos también que estamos alimentando a demasiados golfos. Desde mi punto de vista la solución es fácil: ¡Que todo el mundo se gane la ayuda!. Dinero para todos sí, pero ganándolo con su trabajo: limpieza de montes y caminos, cuidado de jardines, etc. Siempre hay algo que hacer.

Pocos Ayuntamientos, seguramente ninguno, podrían decir que todos sus montes están limpios y todos sus caminos perfectamente transitables. Tampoco podrán decir que les iría mal una ayuda para tener parques y jardines limpios de malas yerbas, bien podados árboles y setos, etc. ¿No sería mejor que aquellos que no tengan trabajo, lo encuentren en la Administración que actualmente les paga sin trabajar?. Miles de caminos se pierden por falta de cuidados...


Si yo fuera presidente del Gobierno, que será que no (ni falta que hace) a todos los que ahora cobran la ayuda social de 426 € yo les daría 1000 € al mes, pero a cambio de ocho horas de trabajo en aquello que necesite el Ayuntamiento al que pertenezcan. Especialmente en la recuperación de caminos abandonados que llevan a parajes maravillosos. Claro que, de ser así, muchos se borrarían de las listas del paro... Tantos que, pagando más del doble, la Seguridad Social gastaría en pensiones la mitad que ahora. A todos los que duden de esa realidad, que miren a su alrededor.

RAFAEL FABREGAT

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