Ayer fue sábado 13 de Septiembre de 2014. Ya no madrugamos. La edad y el exceso de confianza impiden que las luces del alba nos pillen, como antaño, dentro de un coche aparcado en cualquier pinar del Maestrazgo turolense. Como tantas veces, en estos últimos tiempos, llegamos a nuestro destino a punto de dar las nueve de la mañana, sino más tarde. Junto a la pista de Mosqueruela a Cantavieja, todos los aparcaderos y entradas de caminos están repletos de coches. Sin duda hay setas pero, con tantos competidores, saldremos a pocas. Los "cobradores del frac" ya no hacen aspavientos como antes, parando la circulación. Parados en silencio junto a la carretera esperan que, sin presiones de ningún tipo, pague la cuota quien buenamente pueda y quiera pagarla.
Por fin se le encendió la luz a quien corresponda y quien corresponde no es otro que la Alcaldesa del bonito pueblo de Mosqueruela. Ni los de Fortanete ni los de Cantavieja se ponen ya junto a la carretera, parando el tráfico o sin pararlo. ¿Para qué?. La gente sabe demasiado y por lo tanto paga quien quiere pagar así que, han pensado que no es necesario molestar a los visitantes y si alguien quiere colaborar que lo haga por voluntad propia y no bajo amenazas. Está claro que menos guapos les habrán dicho de todo. A los cobradores, claro está. A los que no hacen otra cosa más que hacer lo que les mandan, intentando ganarse el jornal. Es tan fácil esquivar el pago, cuando no se quiere pagar, como decir que vas al pueblo de al lado.
Llegados al camino y esquivados media docena de coches, para poder parar el nuestro, nos pusimos las botas (nunca mejor dicho) y realizamos unos ejercicios de calentamiento. Dichos ejercicios consisten en hacer media cesta de rovellones en 30 minutos, simplemente buscando en las inmediaciones del aparcamiento. El 90% de la gente, una vez aparcado el coche, sale disparado hacia la habitual zona de búsqueda. ¡No hay tiempo que perder!. Lo que esa gente no piensa es que allí donde han dejado el coche hay tantas setas como en el lugar donde empiezan a buscar y por lo tanto el primer comentario es el siguiente:
- Vamos, vamos, no entretenerse que aquí está muy buscado.
Y, entre unos y otros, aquello que pensamos que está tan buscado, se queda sin buscar...
Vamos tres y en una hanegada de terreno hacemos media cesta de rovellones cada uno. Después subimos al coche y nos internamos por ese camino más de un kilómetro hacia adentro. Allí es donde realmente teníamos fijada nuestra meta. Allí es donde el año pasado 2013 los dejé delante mío (por dos veces) por no poder dar abasto. El primer día por falta de envases donde ponerlos y el segundo día, ya con envases sobrados, porque tras llenar la primera cesta hasta el asa empezó a dolerme el lumbago y tuve que dejarlo. Cosas que pasan, ¡a los viejos!. Pues bien, ayer llevaba cestas y no me dolía el lumbago, pero ¡ay...! Este año no es como el anterior. Ya me di cuenta la semana pasada, primer día que subía con mi mujer a la búsqueda del preciado manjar, que los robellones eran gordos y solitarios.
Llegados al punto culminante, en un primer momento apenas encontramos nada. Un "todo terreno" (4x4) había ocupado el lugar donde suelo dejar el mío y cinco catalanes hechos y derechos estaban arrasándolo todo. Nosotros no perdimos el tiempo buscando en "nuestra" zona, en la seguridad que ya estaba esquilmada y marchamos trescientos metros más arriba, allí donde los madrugadores todavía no habían llegado. Es lo que debe hacerse y el consejo por tanto que doy. El que busca avanza con lentitud por lo que, cuando llegas a una zona en segundo lugar, no debes amilanarte. Te internas rápidamente unos cientos de metros (sin buscar) y les tomas la delantera. No pasa nada, el monte es grande y hay zona para todos. Lo que no se puede hacer es buscar lo que otros ya han buscado. Seguramente encontrarás alguno, pero no tantos como te mereces...
Pues nada, volviendo a lo dicho, ya la pasada semana me di cuenta que contrariamente al año pasado 2013 esta temporada los rovellones encontrados eran inusualmente grandes y casi siempre aislados. Es un mal presagio. En año bueno las setas son pequeñas y salen en familias. La semana pasada encontré dos cestas (una grande y otra mediana) y dos cajitas pequeñas de otras variedades más finas incluso que el rovellón. Ayer no buscamos esas cosas y, aunque los tres llenamos las cestas, vimos pocas familias de robellón mediano. Mal va esto, me dije. ¡Menos mal que no hace viento...! Bueno es que vaya lloviendo, pero falta más agua y bajada de temperaturas. Buscar setas con polo de manga corta y bermudas no es lógico. Corresponde pantalón largo y jersey o anorak, etc.
Si no cambian las cosas la temporada acabará pronto. Claro que esto se circunscribe solamente a la zona del Maestrazgo. Igual tenemos suerte y cuando el tiempo de setas vaya bajando de altitud las cosas mejoran pero, ¡ay!. De momento en las comarcas del sureste, a pesar de estar a mediados de Septiembre, ni llueve ni marcha el calor. No es esto lo que la micología demanda. No pasa nada. Nuestro arcón ya está casi lleno y todavía nos quedan setas del año pasado. Aquí la cuestión no está en la cantidad, si no en la diversión, pero así es todo en la vida. Cuando eres joven te falta experiencia y cuando ya tienes esa experiencia te has hecho viejo. Qué malo debe ser Aquel que solo le da dientes a quien no puede comer...
RAFAEL FABREGAT
soy un aficionado me gusto mucho tu pagina suerte
ResponderEliminarGracias amigo. Yo ya soy viejo y no tengo pretensión alguna salvo ocupar mis muchas horas libres, escribiendo, buscando setas o lo que se tercie. Gracias, suerte en la búsqueda y un cordial saludo.
ResponderEliminarHola Rafa! Buen blog! Yo soy de Alicante y por aquí ni los rabos,a pesar que el norte de la provincia no es mal sitio... Esta semana que viene probaremos suerte por el norte de Castellón y sur de Teruel. Un saludo desde onil
ResponderEliminarCualquier lugar del Maestrazgo siempre es una excelente elección. Muchas setas, buena carne y mejor vino. Estas lluvias reactivarán la salida de setas y con el cambio de luna es de esperar que ya no salgan gusanos. Eso dicen los que saben, o no saben lo que dicen... Suerte.
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