El Renacimiento es una etapa histórica de un par de siglos de duración (1400-1600 aprox.) en la que algunas ciudades del mundo, principalmente las italianas, "renacieron" gracias a las ganancias acumuladas por el comercio con otras partes del mundo. Esta etapa dio lugar a una nueva clase social, la burguesía, que gracias a esa riqueza fue desplazando al poder feudal del poder político que habían disfrutado hasta entonces. Aquellos ricos comerciantes prestaron dinero a los señores feudales venidos a menos y les compraron sus propiedades apartándolos de los primeros lugares de la política y de la alta sociedad. Este hecho fue de gran relevancia en la culta Bolonia.
Su fortuna era de tales dimensiones que muchos de esos ricos comerciantes y banqueros apostaron por las artes y convirtieron sus ciudades en centro de la cultura y en verdaderos museos que servirían para disfrute de las generaciones presentes y futuras. Una de esas ciudades fue Bolonia, centro del saber y una de las principales ciudades de los Estados Papales. Bolonia es actualmente capital de la región de la Emilia-Romaña, situada en el valle del Po, entre los ríos Reno y Sávena, al norte del país y muy cerca de los Apeninos. Casco urbano medieval más grande de Europa, después de Venecia, y uno de los mejor conservados.
Bolonia fue fundada por los etruscos con el nombre de Felsina. Con su conversión en colonia romana dio comienzo en sus dirigentes el gusto por la cultura y desde ese mismo momento fue convertida en ciudad cultural. Es cierto que en la Alta Edad Media (s. V al X) tuvo un importante declive pero en el periodo comunal (s. XI al XIV) y con la llegada del dominio pontificio se recuperó completamente. Esta tercera etapa, que es también la del Renacimiento, nos lleva al nombramiento de Carlos V de manos del Papa Clemente VII en 1530. Tan importante suceso debía haberse celebrado en Roma pero el saqueo que ésta ciudad había sufrido en 1527 aconsejó su traslado a Bolonia.
Al hecho de ser importante centro del saber e importante ciudad de los Estados Papales se sumó el ser uno de los centros del comercio más importantes de Italia, gracias a los numerosos canales por los que viajaban entonces las mercaderías. Los impuestos cobrados a sus mercaderes servían para pagar a los insignes profesores de su famosa Universidad, fundada en el año 1088 y por tanto la más antigua del mundo occidental. Más de treinta Villas y Palacios y otros tantos museos se desperdigan por tan notable ciudad para alegría de quienes buscan en ella la Historia y la Cultura en mayúsculas. Casi una veintena de Teatros y Auditorios completan la riqueza de esta ciudad cultural por excelencia.
La ciudad de Bolonia tiene más de 50 Km. de pórticos. Solo el pórtico de San Luca (más grande del mundo) tiene 3,5 Km. de largo y 666 arcadas. Bolonia puede ser también un interesante punto desde el que realizar visita a otras interesantes ciudades italianas ya que, por ejemplo, en tren tienes a Florencia a 40 minutos y a Venecia llegas en poco más de una hora. Las playas de Rímini a 50 minutos. Claro que, antes de salir de la ciudad hay que visitar la catedral inconclusa, las iglesias o museos de nuestro interés y las torres inclinadas de Asinelli y Garisenda. Después caminar por sus bonitas calles y parar, como no, en sus múltiples y ambientadas terrazas.
Todos los medios de transporte se dan cita en su área metropolitana, convirtiéndola en el más importante nudo de comunicaciones italianos. Además de la multitud de carreteras de todas las categorías, cuatro autopistas llegan a Bolonia, por lo que son varias las estaciones de autobuses nacionales e internacionales. También es importante nudo ferroviario, con varias estaciones y apeaderos. Solo en la Estación Central pasan más de 70 millones de pasajeros al año. La estación de mercancías de San Donato es la más grande de Europa. El tráfico del Aeropuerto sobrepasa los 8 millones de pasajeros. ¿Que no habéis ido nunca a Bolonia?. Pues hay que ir amigos. ¡Hay que ir!.
RAFAEL FABREGAT
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