Sí amigos, lo digo ahora, a dos días de las nuevas elecciones municipales y sabiendo que no se presenta a las mismas, para que no digan...
Artemio Siurana probablemente no habrá sido el mejor alcalde que haya tenido Cabanes, porque le ha hecho falta la preparación y dureza que el cargo requiere en estos tiempos, pero sin lugar a dudas ha sido una de las mejores personas que ha ocupado la alcaldía de nuestra localidad.
Uno de los pocos alcaldes (yo no conozco a ninguno) que ha gobernado para todos por igual, fueran amigos o enemigos personales y votantes o contrarios del partido que él representaba. Tan bueno ha sido, repito, que incluso se ha pasado de bueno.
Durante las tres legislaturas en las que ha ocupado el cargo de alcalde y en su afán de ver crecer a su pueblo el máximo posible, ha dejado hacer a todos -amigos y enemigos- obrar a su antojo sin que nadie les llamara la atención. A su antojo es un decir, puesto que hay una legislación que nadie puede saltarse a la ligera, pero cerrando muchas veces los ojos para no ver algunas cosas que hubieran sido merecedoras de sanción.
Si ser demasiado bueno es también motivo de queja -que sin duda lo es- será pues el único fallo que puede achacarse a su mandato. Todo lo demás que puedan decir cuatro deslenguados, que están abriéndose paso a codazos, no son otra cosa que actuaciones barriobajeras de elementos que solo miran por su interés particular y político. Algunos están tan acostumbrados a mezclarse con la basura, que hasta su olor les parece perfume de lavanda.
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