16 de mayo de 2011

0358- ESTADO DE LUISIANA. (EEUU)

Estado de Norteamérica situado en el delta del río Mississippi, de 134.265 Km2. y un total aproximado de 4,5 millones de habitantes. Limita al norte con Arkansas, al este con Mississippi, al oeste con Texas y al sur con el Golfo de México, en el Atlántico. Su capital es Baton Rouge, de 225.000 habitantes, aunque la ciudad más poblada es Nueva Orleans, que cuenta con 350.000 habitantes. El 63% de la población es blanca, el 32% negros y 5% restante latinoamericanos y asiáticos.
El nombre de La Louisiane (tierra de Luís) fue puesto en 1.682 por René Cavelier de la Salle en honor del rey francés Luís XIV, al que servía. En 1.722 la importancia del río Mississippi en operaciones comerciales y militares hizo de Nueva Orleans la capital civil y militar, aunque a partir de esa fecha España y Francia se turnarían en el control de la región hasta que finalmente, en 1.803, Francia la recuperó y Napoleón la vendió a los Estados Unidos.

En el siglo XVI, tras ser conquistada por los españoles (1.541), la Corona de Castilla repobló la región con gentes de las Islas Canarias. Se ofertaron tierras gratuitas y se mandaron multitud de familias con aperos de labranza y materiales para la construcción de viviendas. Las nuevas tierras y su posibilidad de traslado a otros puntos de interés del continente entusiasmaron a los viajeros y el éxodo aumentó hasta el punto de que el rey Felipe II tuvo que prohibir la salida de canarios a fin de que quedara gente suficiente para defender las islas. Sin embargo prontamente la llegada de extranjeros, principalmente franceses, se generalizó y la Corona, para fortalecer la defensa, pidió nuevamente el envío de canarios con el llamado Tributo de sangre. Según cédula de 25 de Mayo de 1.678, Carlos II impuso como condición para comerciar con los territorios de ultramar el envío de 5 familias por cada 100 toneladas de productos que se exportaran. Esta orden estuvo vigente durante más de un siglo y tuvo como consecuencia la emigración de más de 15.000 canarios. 

Sin embargo los franceses también estaban ya presentes y muchas de las ciudades fueron fundadas por colonos galos hasta el punto de que en 1.682 Francia reclamó para sí estas tierras. Tras continuas disputas, los franceses las devolvieron a España con el Tratado de París de 1.763, en agradecimiento por su alianza contra los ingleses. Luisiana pasó pues a ser provincia española durante casi 40 años en los que, dentro del Virreinato de Nueva España, perteneció a la Capitanía General de Cuba. En esa época Luisiana tenía unos 50.000 habitantes y una extensión de 2.140.000 Km2., lindando con Canadá y ocupando por tanto hasta doce de los actuales estados de la Unión. El año 1.800 y mediante el Tratado de San Ildefonso España, a cambio de Florida, vendió en secreto el territorio a Francia que la ocupó durante algo más de dos años, vendiéndola posteriormente a EEUU (1.803) por 80 millones de francos. 


Oficialmente el 30 de Abril de 1.812 Luisiana sería incorporada a los Estados Unidos de América. Hacia 1.840 Nueva Orleans, entonces capital del país, se había convertido en el principal mercado de esclavos de los Estados Unidos, habiendo constancia de que se llevaron a efecto compra-ventas superiores a un millón de personas con destino a otros territorios.

Se dice que Nueva Orleans es el diamante del Mississippi y la única ciudad norteamericana que ha conservado la herencia cultural de sus antecesores españoles, franceses y africanos. También la única ciudad importante construida bajo el nivel del mar. Inicialmente era una isla rodeada por el río Mississippi y con zonas pantanosas a su alrededor. A los descendientes de los antiguos pobladores de la región se les llama criollos y destacan por su forma de vida, muy diferente a la de la población autóctona. Sus raíces están en una música y cocina muy particulares, así como en el acento de sus habitantes totalmente diferente al resto de los estados sureños.
En Agosto de 2.005 Nueva Orleans fue devastada por el huracán Katrina, de categoría 5 y por lo tanto uno de los más duros que se han conocido en la zona. Una gran sección de los diques que separan la ciudad del lago Pontchartrain no resistió los embates de los fuertes vientos e inundó prácticamente toda la ciudad. 

La catástrofe afectó principalmente a la población afro-americana que habitaba viviendas más humildes de una sola planta por lo que fue ordenada por gobernación la evacuación total de las mismas.
Sin servicios de ningún tipo hasta después de cinco días de la catástrofe, pronto florecieron las bandas de delincuentes que saquearon los almacenes en busca de alimentos. Unos días después fue aprobada una ayuda de 10 millones de dólares pero, un año después, la ayuda prometida y la recaudación llevada a cabo por el Congreso no había llegado a la población. Para entonces ésta había descendido en más del 40%. Hoy, 16 años después, se calcula que todo ha vuelto a la normalidad, pero solo en un 90%.

RAFAEL FABREGAT

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