Siena tuvo que esperar la llegada de los normandos que en el siglo IV llevaron el cristianismo y la prosperidad a la región. Las antiguas vías Aurelia y Cassia estaban expuestas a los ataques bizantinos por lo que éstas fueron trazadas nuevamente, pasando esta vez por Siena y haciendo de esta ciudad el centro comercial de los peregrinos que iban a Roma o procedían de ella.
La nobleza de Siena establece sus orígenes en la época en que Carlomagno conquistó el territorio a los lombardos en el año 774.
Una oleada de dirigentes francos se casó con la nobleza sienesa y fundaron extraordinarias abadías que hoy se pueden todavía admirar. Esta época feudal fue la que modeló la ciudad que hoy conocemos.
Una oleada de dirigentes francos se casó con la nobleza sienesa y fundaron extraordinarias abadías que hoy se pueden todavía admirar. Esta época feudal fue la que modeló la ciudad que hoy conocemos.
A lo largo del siglo XIII fue construida la Catedral de Siena, de estilo gótico italiano, que alberga las esculturas de San Pedro y San Pablo realizadas por Miguel Angel.
En el siglo XIV fue programada una ampliación de la misma, que no se llevó a cabo por los estragos de la Peste Negra de 1348.
Los diferentes intereses feudales entre Siena y Florencia tenían a estos pueblos frecuentemente enfrentados.
Apoyados por el rey Manfredo de Sicilia, el 4 de Septiembre de 1260 Siena derrotó a los florentinos en la Batalla de Montaperti con un ejército muy inferior.
Antes de la contienda todos los habitantes de Siena se encomendaron a la Virgen María.
En solemne procesión su general en jefe Bonaguida Lucari caminó descalzo, destocado y con un dogal en el cuello hasta la catedral donde esperaba el clero.
Lucari y el obispo se abrazaron como señal de unión entre la Iglesia y el Estado, para posteriormente dejar en manos de la Virgen el destino de la ciudad. La leyenda dice que una espesa nube blanca (?) se posó sobre el campo de batalla dando protección a los sieneses. Parece ser que tras lanzar los florentinos varios ataques infructuosos contraatacaron los de Siena que, matando al portaestandartes, provocaron el caos entre el ejército florentino que se disgregó y huyó del campo de batalla.
Para entonces la mitad de los de Florencia (15.000) habían muerto. Tras el triste episodio de la Peste Negra y diferentes gobiernos de la nobleza, Siena se alió con Florencia en contra del rey de Nápoles.
Con la elección del Papa Pío II de Siena, la nobleza regresó al gobierno temporalmente.
Tras la muerte del Papa el control volvería al pueblo.
De todas formas el personaje de Siena, más importante de la Iglesia católica, sería Santa Catalina (de Siena) nacida justamente en esas fechas (25 Marzo 1347) fue una de las grandes místicas de su época.
Catalina Benincasa era la penúltima de los 25 hijos del tintorero Jacobo Benincasa y de su esposa Lapa Biagenti, ambos de clase media-baja.
Catalina Benincasa era la penúltima de los 25 hijos del tintorero Jacobo Benincasa y de su esposa Lapa Biagenti, ambos de clase media-baja.
Su educación fue mínima puesto que con tan solo siete años mostró su gusto por la oración y la soledad, hizo voto de castidad y se consagró a la mortificación.
Sus padres no advirtieron sus tendencias y con tan solo doce años hicieron planes de matrimonio para ella.
Para dejar patente su contrariedad Catalina se encerró en su habitación cortándose el pelo.
De nada valieron las presiones de sus padres para persuadirla.
Durante uno de aquellos castigos y mientras ella oraba, una paloma se posó sobre la cabeza de la niña y Jacobo quedó convencido de que estaba destinada para la oración.
A los dieciocho años tomó los hábitos de la Orden Tercera de los Dominicos, sometiéndose al cilicio y al ayuno prolongado.
En 1370 "una Voz" le mandó abandonar su retiro y entrar en la vida pública, rogando por la paz de las diferentes repúblicas italianas y por el traslado del Papa de Aviñón a Roma.
En 1376 la República de Florencia la mandó a Aviñón para lograr la paz de los Estados Pontificios y reconcilió a los florentinos con el Papa Urbano VI, sucesor de Gregorio XI.
En el Cisma de Occidente tomó parte por el Papa Urbano VI que la convocó a Roma hasta su muerte, el 29 de Abril de 1380, contando tan solo 33 años de edad.
El Papa Pío II la declaró santa en 1461.
El papa Pío II, nacido en 1405 como Eneas Silvo Piccolomini, vino al mundo en Corsignano pequeña aldea a escasos kilómetros de Siena.
El papa Pío II, nacido en 1405 como Eneas Silvo Piccolomini, vino al mundo en Corsignano pequeña aldea a escasos kilómetros de Siena.
Sus padres tuvieron 18 hijos, de los que solo sobrevivieron tres.
Con 18 años sus padres le enviaron a Siena para cursar estudios jurídicos pero, su interés era escaso. Intelectual sin dinero, tuvo que elegir entre la abogacía o la Iglesia.
Como ni una cosa ni otra le gustaba, tomó un camino intermedio. Entró como secretario al servicio del obispo de Fermo, favorito del Papa Martín V.
Su periplo profesional fue extenso y variopinto, una veces al servicio de la Iglesia y otras en la corte. En 1446 fue nombrado diácono y después sacerdote.
Aún siendo contrario a las jerarquías eclesiásticas, su carrera fue meteórica: En 1447 fue nombrado obispo de Trieste y en 1449 arzobispo de Siena. En 1458 el enemigo de la supremacía papal fue elegido sucesor del Papa valenciano Calixto III (Borgia).
Abrazando la religión bien cumplidos los 40 años tuvo decenas de aventuras amorosas, propias de la liberalidad de su tiempo. Se le conocen al menos dos hijos naturales y como escritor, fue el único Papa que ha escrito una novela erótica: Historia de dos amantes.
Con más de 35 ediciones, antes del año 1500, fue con diferencia una de las obras de mayor éxito de todos los tiempos.
Habría un Papa más de Siena (Pío III). Nacido en la propia Siena el año 1439 con el nombre de Franceso Nanni Todeschini. Era sobrino del que fuera Pío II que le nombró arzobispo de Siena y cardenal con tan solo 21 años de edad y participó en cuatro cónclaves. Encargó una biblioteca para la catedral de Siena que ensalzara la obra de Pío II, con frescos en la bóveda y diez paneles con escenas de la vida de su tío y benefactor, constituyéndose en un auténtico monumento del Alto Renacimiento en Siena. Ante los disturbios sucesorios tras la muerte de Alejandro VI la curia se inclinó por Todeschini, un Papa de transición que tomaría el nombre de Pío III y cuyo pontificado solo duraría 26 días. Aunque algunas fuentes abogaron por la ulceración de una pierna, otros contaron que había sido envenenado por el gobernador de Siena, Pandolfo Petrucci. El Renacimiento italiano, propio de los siglos XIV al XVI seguía su camino por la Historia, impulsado por los grandes artistas de la época. Miguel Angel, Da Vinci, Boticelli, Rafael, Bramante, etc. desarrollaron nuevas técnicas escultóricas, pictóricas y arquitectónicas, que nos han legado obras de belleza irrepetible.
RAFAEL FABREGAT
Habría un Papa más de Siena (Pío III). Nacido en la propia Siena el año 1439 con el nombre de Franceso Nanni Todeschini. Era sobrino del que fuera Pío II que le nombró arzobispo de Siena y cardenal con tan solo 21 años de edad y participó en cuatro cónclaves. Encargó una biblioteca para la catedral de Siena que ensalzara la obra de Pío II, con frescos en la bóveda y diez paneles con escenas de la vida de su tío y benefactor, constituyéndose en un auténtico monumento del Alto Renacimiento en Siena. Ante los disturbios sucesorios tras la muerte de Alejandro VI la curia se inclinó por Todeschini, un Papa de transición que tomaría el nombre de Pío III y cuyo pontificado solo duraría 26 días. Aunque algunas fuentes abogaron por la ulceración de una pierna, otros contaron que había sido envenenado por el gobernador de Siena, Pandolfo Petrucci. El Renacimiento italiano, propio de los siglos XIV al XVI seguía su camino por la Historia, impulsado por los grandes artistas de la época. Miguel Angel, Da Vinci, Boticelli, Rafael, Bramante, etc. desarrollaron nuevas técnicas escultóricas, pictóricas y arquitectónicas, que nos han legado obras de belleza irrepetible.
RAFAEL FABREGAT
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