No era siquiera el hecho de la deportación de aquellas gentes, sino la brutalidad con la que se llevó a cabo y que sería la principal causante de aquella carnicería sin precedentes. Fueron muchos los grupos étnicos deportados por los otomanos en esas fechas: Asirios, Serbios, Griegos de Ponto y especialmente los Armenios, en lo que puede considerarse también una forma de exterminio, puesto que su muerte estaba asegurada antes de la partida. El inicio de esta matanza dio comienzo el 24 de Abril de 1.915 cuando los otomanos detienen a 800 intelectuales armenios en Estambul. Pena capital peor que la muerte, unos días después los cargan en camiones y los abandonan en el desierto de Siria sin agua ni alimentos. No hubo respeto alguno por edad ni sexo. Mujeres, ancianos y niños fueron arrancados de sus casas y trasladados al desierto, donde sin duda murieron de hambre y de sed.
Hoy, más de un siglo después, las autoridades turcas no niegan los hechos sucedidos pero sí que se tratase de una masacre organizada por el Estado Otomano.
Eludiendo su responsabilidad, el gobierno turco achaca el genocidio a luchas interétnicas, al hambre y a las enfermedades. Los estudiosos del tema no solo lo consideran real, sino que la Historia incluso lo recoge como el primer genocidio sistemático de la era moderna, siendo el más estudiado tras el holocausto nazi.
Ya a finales del siglo XIX, las autoridades armenias cifraban su población en Turquía en tres millones de habitantes, la mayor parte de ellos en Anatolia, pero también con un importante número en la capital de Estambul. No hay razón alguna para pensar que esa cifra hubiera podido rebajarse al inicio de la I Guerra Mundial en 1.914, sino que es probable que incluso fuera mayor. Justamente por ser cristianos, los otomanos sentían desprecio por los armenios del Imperio. Al entrar en guerra en 1.915 con alemanes y austro-húngaros, los otomanos buscaban el colapso ruso, pero éste no se produjo y en plena guerra llevaron a cabo el genocidio armenio. Invadían sus casas y les daban 15 minutos para abandonar sus hogares, ejecutándolos al día siguiente.
En principio los otomanos solo ejecutaban a los varones en edad militar, entre los 16 y los 45 años de edad. Posteriormente se optó por la deportación de todos los miembros de la familia a los desiertos de Siria e Iraq, donde todos sin excepción morirían de hambre y de sed en una agonía indescriptible. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expoliada y mujeres y niños violados.
Los primeros problemas llegaron a mediados del siglo XIX cuando los armenios dieron los primeros signos de independentismo. Los otomanos quisieron impedir a toda costa que los armenios pudieran crear un estado independiente al este de Anatolia, previsiblemente favorable a los intereses de Rusia. Entre 1894-1897 alrededor de 300.000 armenios murieron en las "masacres hamidianas" llamadas así por ser dirigidas por el sultán Abdul Hamit II. Ante la indiferencia de las autoridades europeas, en 1.896 dirigentes del partido armenio se hicieron con el control del Banco Otomano y de inmediato cambió la opinión internacional que llegó a denominar a Hamid como "el Sultán Sangriento". (Lo que hace el dinero...)
El 13 de Abril de 1.909 militares del Imperio Otomano, en colaboración con estudiantes islámicos, quisieron recuperar el control para el Sultán. En el saqueo de los enclaves armenios en la provincia de Adana murieron de 15 a 30 mil armenios. El 29 de Octubre de 1.914 el Imperio Otomano entró en la I Guerra Mundial obligando a todos los menores de 45 años a alistarse en el ejército, so pena de pagar un desorbitado impuesto para ser excluidos, impuesto que solo los ricos podían pagar. Todos los armenios no pudientes fueron arrancados de sus casas y solo quedaron allí las mujeres, niños y ancianos que apenas podían subsistir sin el apoyo del cabeza de familia y de los hijos en edad de trabajar.
Enfrentados contra los rusos las derrotas se sucedieron. Ante el deseo de formar un estado independiente en la Anatolia Oriental, los armenios se revolvieron contra los turcos en la Batalla del Lago Van, motivo por el cual los otomanos fueron derrotados. A cambio los rusos ofrecieron el establecimiento temporal de una Armenia independiente en ese territorio. Sin embargo en Agosto de 1.915 los rusos se retiraron y Turquía lo reconquistó nuevamente. En Septiembre los rusos volvieron a conquistar Van. Dos veces más sería Van conquistada y reconquistada. Debido al caos de la revolución rusa, en 1.917 ambos bandos cesaron sus operaciones militares en la zona. En 1.918, abandonado el territorio por los rusos, los turcos recuperaron el territorio perdido en las diferentes batallas.
Ismail Enver Pachá, líder de la Revolución de los Jóvenes Turcos y Ministro de la Guerra, que en realidad controlaba todo el gobierno otomano, culpó a los armenios de las derrotas sufridas. Ordenó su desarme y su condena a trabajos forzados. Todos los que no fueron ejecutados quedaron como peones camineros para el resto de su vida. Ya cuando se produjo la revuelta de Van, 250 intelectuales armenios fueron apresados y ejecutados el mismo día. Más de un millón de armenios -entre mujeres, niños y ancianos- fueron deportados al desierto del sureste de Anatolia, actualmente territorio de Siria y, sin agua ni comida, abandonados a una muerte segura. Según testimonio del mercenario venezolano Rafael Nogales, el gobernador de Van mandó asesinar a todos los varones de la ciudad para que no se sumaran a la causa armenia. Tras la contienda con los rusos se construyeron hasta 26 campos de concentración donde se confinó a la problación armenia. Algunos de ellos se convirtieron prontamente en emplazamiento de fosas comunes, el resto lugares de represión extrema donde todos morían de miseria y de inanición. Espías británicos infiltrados aseguran haber presenciado la incineración de más de 5.000 armenios en un solo campo.
Varios han sido los militares y escritores que han dejado constancia de tales hechos. Naturalmente Turquía niega que tales muertes fueran un plan organizado por el gobierno para acabar con la población armenia bajo su soberanía y defiende que no hicieron otra cosa que luchar, dentro de su territorio, contra la sublevación de la milicia armenia respaldada por el gobierno ruso. Critican por tanto que desde el plano internacional se comparen estos hechos con el holocausto nazi, puesto que los judíos no se rebelaron contra los alemanes ni se aliaron con potencia extrajera alguna, como si hicieron los armenios.
Turquía no niega el número de muertos habido en estas actuaciones, pero sí que ellas supongan genocidio de ningún tipo. En todo caso -dicen ellos- tan solo se trató de defender el territorio y los intereses nacionales de las pretensiones independentistas de una parte de la sociedad, que no dudó en apoyar al enemigo para conseguir sus metas políticas. Fuentes turcas aseguran que también ellos perdieron más de medio millón de hombres. Claro que una cosa es morir en la batalla y otra ser asesinados. Casi un siglo después, las relaciones con Armenia siguen estancadas. Los armenios participaron activamente en el conflicto étnico de Azerbayán, territorio turco que se independizó de Turquía el año 1.991. La limpieza étnica continúa...
¿Ustedes qué opinan de todo esto?. ¿Por cuatro días mal contados que estamos en este mundo, vale la pena matarnos unos a otros?. Claro que, para ser esclavo bajo el yugo de los demás...
RAFAEL FABREGAT
NOTA.- Algunas fotos visualizadas, son de tal atrocidad que me ha sido imposible ponerlas en esta entrada. Creo que la muestra es suficiente para ver todo lo que pasó esta gente, antes de tener la "suerte" de morir.
En principio los otomanos solo ejecutaban a los varones en edad militar, entre los 16 y los 45 años de edad. Posteriormente se optó por la deportación de todos los miembros de la familia a los desiertos de Siria e Iraq, donde todos sin excepción morirían de hambre y de sed en una agonía indescriptible. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expoliada y mujeres y niños violados.
Los primeros problemas llegaron a mediados del siglo XIX cuando los armenios dieron los primeros signos de independentismo. Los otomanos quisieron impedir a toda costa que los armenios pudieran crear un estado independiente al este de Anatolia, previsiblemente favorable a los intereses de Rusia. Entre 1894-1897 alrededor de 300.000 armenios murieron en las "masacres hamidianas" llamadas así por ser dirigidas por el sultán Abdul Hamit II. Ante la indiferencia de las autoridades europeas, en 1.896 dirigentes del partido armenio se hicieron con el control del Banco Otomano y de inmediato cambió la opinión internacional que llegó a denominar a Hamid como "el Sultán Sangriento". (Lo que hace el dinero...)
El 13 de Abril de 1.909 militares del Imperio Otomano, en colaboración con estudiantes islámicos, quisieron recuperar el control para el Sultán. En el saqueo de los enclaves armenios en la provincia de Adana murieron de 15 a 30 mil armenios. El 29 de Octubre de 1.914 el Imperio Otomano entró en la I Guerra Mundial obligando a todos los menores de 45 años a alistarse en el ejército, so pena de pagar un desorbitado impuesto para ser excluidos, impuesto que solo los ricos podían pagar. Todos los armenios no pudientes fueron arrancados de sus casas y solo quedaron allí las mujeres, niños y ancianos que apenas podían subsistir sin el apoyo del cabeza de familia y de los hijos en edad de trabajar.
Enfrentados contra los rusos las derrotas se sucedieron. Ante el deseo de formar un estado independiente en la Anatolia Oriental, los armenios se revolvieron contra los turcos en la Batalla del Lago Van, motivo por el cual los otomanos fueron derrotados. A cambio los rusos ofrecieron el establecimiento temporal de una Armenia independiente en ese territorio. Sin embargo en Agosto de 1.915 los rusos se retiraron y Turquía lo reconquistó nuevamente. En Septiembre los rusos volvieron a conquistar Van. Dos veces más sería Van conquistada y reconquistada. Debido al caos de la revolución rusa, en 1.917 ambos bandos cesaron sus operaciones militares en la zona. En 1.918, abandonado el territorio por los rusos, los turcos recuperaron el territorio perdido en las diferentes batallas.
Ismail Enver Pachá, líder de la Revolución de los Jóvenes Turcos y Ministro de la Guerra, que en realidad controlaba todo el gobierno otomano, culpó a los armenios de las derrotas sufridas. Ordenó su desarme y su condena a trabajos forzados. Todos los que no fueron ejecutados quedaron como peones camineros para el resto de su vida. Ya cuando se produjo la revuelta de Van, 250 intelectuales armenios fueron apresados y ejecutados el mismo día. Más de un millón de armenios -entre mujeres, niños y ancianos- fueron deportados al desierto del sureste de Anatolia, actualmente territorio de Siria y, sin agua ni comida, abandonados a una muerte segura. Según testimonio del mercenario venezolano Rafael Nogales, el gobernador de Van mandó asesinar a todos los varones de la ciudad para que no se sumaran a la causa armenia. Tras la contienda con los rusos se construyeron hasta 26 campos de concentración donde se confinó a la problación armenia. Algunos de ellos se convirtieron prontamente en emplazamiento de fosas comunes, el resto lugares de represión extrema donde todos morían de miseria y de inanición. Espías británicos infiltrados aseguran haber presenciado la incineración de más de 5.000 armenios en un solo campo.
Varios han sido los militares y escritores que han dejado constancia de tales hechos. Naturalmente Turquía niega que tales muertes fueran un plan organizado por el gobierno para acabar con la población armenia bajo su soberanía y defiende que no hicieron otra cosa que luchar, dentro de su territorio, contra la sublevación de la milicia armenia respaldada por el gobierno ruso. Critican por tanto que desde el plano internacional se comparen estos hechos con el holocausto nazi, puesto que los judíos no se rebelaron contra los alemanes ni se aliaron con potencia extrajera alguna, como si hicieron los armenios.
Turquía no niega el número de muertos habido en estas actuaciones, pero sí que ellas supongan genocidio de ningún tipo. En todo caso -dicen ellos- tan solo se trató de defender el territorio y los intereses nacionales de las pretensiones independentistas de una parte de la sociedad, que no dudó en apoyar al enemigo para conseguir sus metas políticas. Fuentes turcas aseguran que también ellos perdieron más de medio millón de hombres. Claro que una cosa es morir en la batalla y otra ser asesinados. Casi un siglo después, las relaciones con Armenia siguen estancadas. Los armenios participaron activamente en el conflicto étnico de Azerbayán, territorio turco que se independizó de Turquía el año 1.991. La limpieza étnica continúa...
¿Ustedes qué opinan de todo esto?. ¿Por cuatro días mal contados que estamos en este mundo, vale la pena matarnos unos a otros?. Claro que, para ser esclavo bajo el yugo de los demás...
RAFAEL FABREGAT
NOTA.- Algunas fotos visualizadas, son de tal atrocidad que me ha sido imposible ponerlas en esta entrada. Creo que la muestra es suficiente para ver todo lo que pasó esta gente, antes de tener la "suerte" de morir.
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