9 de enero de 2013

0894- LAOS, MISERIA Y NADA MAS...

Laos es la menos desarrollada y la más enigmática de las tres antiguas colonias francesas de Indochina. Los conflictos armados internos no ayudaron al despegue de un país que, en los años 70 se hundió económicamente provocando la emigración de más de un 15% de su población, la mejor y más preparada como siempre sucede en estos casos. Tras permanecer aislados del mundo durante casi 20 años, actualmente disfruta de un clima de paz y al estabilizarse sus estructuras políticas y económicas empieza a recibir a sus primeros visitantes. Sin influencias extranjeras, el visitante descubre el estilo de vida oriental más tradicional. Los viajeros que han explorado las tierras bajas del Mekong hasta las escarpadas montañas de Annam, califican a Laos como la estrella del sureste asiático. 

Este territorio, perteneciente hasta el siglo XVIII al reino de Lang Xang, fue invadido por Siam que asumió el control de los principados separados que quedaban en ese momento. Llegados los franceses a sus tierras, para evitar una costosa guerra el rey de Siam cedió a Francia las tierras interiores que actualmente ocupa la República de Laos y que fueron incorporadas a la Indochina Francesa en 1.893. Ocupado el territorio por Japón durante la II Guerra Mundial, al finalizar la contienda Laos declara su independencia en 1.945, aunque no obtiene la aprobación de Francia y queda como estado asociado hasta 1.949 cuando consigue la independencia absoluta y se declara monarquía constitucional. De todas formas Francia no abandonó el control del país hasta 1.954.

Los tensiones con el vecino Vietnam arrastran a Laos a la segunda Guerra de Indochina que aboca al país a una guerra civil y a varios golpes de estado. En esta confrontación bélica de Estados Unidos contra Vietnam y al ocupar estos últimos buena parte del norte de Laos, la aviación estadounidense bombardea el país a fin de eliminar las bases vietnamitas, cortar el suministro y evitar que Laos tome partido por el comunismo. La actuación estadounidense en estas tierras (1964-1973) se considera uno de los crímenes de guerra más brutal jamás cometido. En estos nueve años, los aviones de Estados Unidos llevaron a cabo miles de misiones, arrojando 260 millones de bombas de racimo sobre las zonas más pobladas del país. Media tonelada de bombas por habitante, una misión que los propios pilotos americanos consideraron desproporcionada y jamás conocida. Según su propio testimonio, no había distinción alguna entre militares o civiles pues la orden era bombardear todo lo que se moviera. Muchas de ellas eran bombas incendiarias de napalm que lo abrasaban todo a su paso y aunque miles de ellas no estallaron, no quedó en todo el país un solo edificio en pié. 

Niña abrasada por bomba de napalm.
En los años siguientes 12.000 personas murieron por explosiones accidentales.
En 1.975 el comunista Pathet Lao, respaldado por la Unión Soviética y el ejército norvietnamita, derroca al gobierno monárquico en Diciembre de 1.975. 
El rey Savang Vatthana murió en prisión meses después, al tiempo que las tensiones con Estados Unidos provocaron el embargo total entre ambos países. 
El nuevo gobierno republicano firmó acuerdos con los vietnamitas permitiendo el despliegue de sus tropas como ayuda para supervisar el país y con su apoyo se declaró formalmente abolida la monarquía y aclamada la República Popular de Laos. A pesar de tales nombramientos, las tropas vietnamitas no se retiraron de Laos hasta el año 1.990. 

Puente de la amistad.
El día 6 de Abril de 1.994 se inauguró sobre el río Mekong el Puente de la Amistad que sellaba la reconciliación de los pueblos de Laos y Tailandia, lo cual produjo el alejamiento de Vietnam. 
Más tarde esta unión se ampliaría también a Myanmar. 
En 1.995, veinte años después de su implantación, Estados Unidos levantó el embargo económico a Laos, un país con una extensión de 236.800 Km2. y una población aproximada de 7 millones de personas. 

Palacio presidencial de Vientian.

Su capital y ciudad más importante, con 800.000 habitantes, es Vientian. 
A día de hoy todavía se dedica a la agricultura de subsistencia el 80% de la población. 
La mayor parte del país es montañoso y muy arbolado, con algunas llanuras y mesetas interiores. 
Un 70% de Laos está cubierto de una vegetación densa, propia de las selvas subtropicales.  
La cordillera de Annamite conforma la frontera con Vietnam, mientras que una buena parte del río Mekong lo hace con Tailandia. 
El clima es tropical y caracterizado por la influencia de los monzones que riegan el país desde Mayo hasta Noviembre, mientras el resto del año apenas llueve. 

El Mekong, a su paso por Laos.
Aunque en su fauna abundaban los búfalos, tigres, leopardos, elefantes y un sin fin de animales menores, actualmente esta biodiversidad se encuentra amenazada.
 Gran parte de sus bosques están vacíos de vida pues la población rural ha ido cazando y comiéndose a la mayor parte de los animales grandes que había. 
Desde 1.986 el gobierno socialista descentralizó el control económico, alentando la empresa nacional muy positiva en sus comienzos, con un crecimiento medio del 7%. 
Sin embargo y a pesar de ese crecimiento el país tiene unas infraestructuras muy primitivas pues carece de ferrocarril y la mayor parte de sus carreteras son caminos de tierra, al tiempo que muchos núcleos rurales no disponen de electricidad. 

Debido a los miles de muertos habidos durante el cultivo de sus tierras, los laosianos solo trabajan los campos que les resultan seguros, practicando con ello una agricultura de simple subsistencia y la cría de animales. De los 4 millones de minas anti-persona sembradas en su país, solo un 1% han sido desactivadas. Aún así, la agricultura y especialmente el arroz en las llanuras del Mekong, es la principal actividad económica del país. Sin embargo los 3 millones de toneladas obtenidas el último año, no fueron suficientes para cubrir las necesidades de la población. Su economía recibe ayudas del FMI y de otras fuentes internacionales, así como inversiones extranjeras en el procesamiento de alimentos y minería.

RAFAEL FABREGAT

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