Una más de las joyas del románico, éste erótico y montañés, que tenemos en una España invadida por el turismo mundial, en busca de este arte cada día más apreciado.
La iglesia que vemos en la foto adjunta, fue monasterio donado en el año 853 por los obispos Severino y Ariulfo al obispo Serrano de Oviedo, según la "Kártula testamenti" en la que se reflejan otros lugares e iglesias bajo su dominio. En esa donación se especificaba que el monasterio había sido construído por ellos mismos con la inestimable ayuda de Ramiro I, rey de Asturias entre los años 842 y 850. Nada se sabe de la vida monástica de este enclave ni del motivo de su extinción. La última noticia es del año 1031, siendo abad Poncio de Yermo. Esta bonita construcción, como tantas otras, vería muchos cambios a lo largo de los siglos...
Lo que vemos hoy es una iglesia románica, con algunos arcos ligeramente apuntados restaurada a finales del siglo XII cuando ya nadie se acordaba de su carácter monástico.
La iglesia conserva perfectamente una notable decoración escultórica, interesantes relieves y modillones bajo las cornisas, que representan figuras en forma de S o de personajes, algunos en actitud impúdica.
Está situada en la aldea de Yermo, perteneciente al municipio de Cartes (Cantabria) y de todo su pasado esplendor solamente ha sobrevivido la iglesia del concejo, de modestas dimensiones, de una sola nave, ábside semicircular y espadaña, amén de una amplia iconografía que parece aludir a la caza y a los vicios terrenales.
Queda patente documentalmente que este antiguo monasterio y su "coto privado" fue establecido por el rey Ordoño I, por lo que reunió gran poder y territorio, no exento de pleitos hasta el papado de Lucio III, que encomendó en Enero de 1152 la solución de los mismos a los obispos de Sigüenza y Orense, nombrándolos jueces e incluyendo más tarde al obispo de Palencia. En 1184 este tribunal de Sahagún logró un acuerdo por el que Oviedo renunciaba a las iglesias de Asturias de Santillana, a favór de Burgos y que éste hacía los propio con cuatro iglesias concretas. Fueron muchas más y muy variopintas las luchas entre el poder eclesiástico y el político a las que, naturalmente, Nuestra Señora la Virgen de Santa María de Yermo fue siempre ajena...(!)
RAFAEL FABREGAT
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