23 de agosto de 2019

2841- FILIPO II DE MACEDONIA.

Macedonia era un territorio extenso pero poco habitado, unas veces perteneciente a Grecia y otras a Persia. Su ejército era escaso, viejo y mal organizado. Es por ello que los reyes duraban poco en el trono, muriendo casi siempre asesinados. Ser rey de los macedonios no era pues algo apetecible, pero las cosas cambian y bien que esto cambió con la llegada al trono de Filipo II, hijo de Amintas III y padre de Alejandro Magno. En esos tiempos, para mantener una estrecha colaboración con un reino cercano, la costumbre era mandar como rehén a uno de tus sucesores al trono. Era sin duda la mayor garantía de que no había duda alguna de tus buenas intenciones. Ese fue el caso de Filipo II que, con nueve años, fue enviado a Tebas por Ptolomeo, amante de su madre Eurídice, regente del reino.

Monedas con la imagen de Filipo II de Macedonia.
Tras la muerte de sus hermanos Alejandro II y Pérdicas III, Filipo II se proclamó rey de Macedonia a los 22 años, no dudando en librarse de sus rivales al trono: Arquelao, Arrideo y Menelao, hijos ilegítimos de su padre con su amante Gigea y que también querían acceder al trono macedonio, especialmente Arquelao que era mayor que Filipo.
Solventadas las disputas Filipo se dedicó a extender su territorio apoderándose de los reinos vecinos. Con todos los estados griegos, a excepción de Esparta, formó la Liga de Corinto confirmando su dominio sobre Grecia y buscando la invasión de Persia bajo su autoridad. A tan compacto ejército añadiría un equipo de ingenieros que construyera las mejores máquinas de asedio y edificaciones de campaña.

Alejandro III Magno, hijo de Filipo II.
El año 337 a.C. Filipo II se divorció de su esposa Olimpia. Para aplacar el descontento surgido entre los nobles de Molosia, de donde descendía Olimpia, organizó un matrimonio de conveniencia entre su hija Cleopatra y Alejandro de Epiro, hermano de Olimpia y rey vasallo de Molosia. 
Hubo un gran banquete tras el cual todos los invitados se dirigieron al teatro para finalizar la fiesta. Filipo II entró en el recinto vestido de blanco para la ocasión y se le abalanzó uno de sus guardaespaldas hiriéndole en un costado. Murió al instante. 
Tras el asesinato su hijo Alejandro III, conocido como Alejandro Magno, heredó el trono y la dirección de tan poderoso ejército, sin duda el mejor de la antigüedad. Pero esa es ya otra historia, bastante más conocida que la de su padre Filipo II de Macedonia.

RAFAEL FABREGAT

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