Realmente se trata de dos aldeas distribuidas en varios caseríos que suman en total menos de 200 habitantes: Sainte Engrâce Bourg y Sainte Engrâce Caserne.
Pero no es el pueblo ni el maravilloso valle lo que nos interesa en el día de hoy...
El nombre de Sainte Engrâce está estrechamente ligado al de su iglesia, restos de una antigua Colegiata de gran importancia en la Edad Media, por ser una etapa significativa del Camino de Santiago.
Al parecer Santa Engracia, fue una bella y casta joven capturada el año 303 por facinerosos a las órdenes de un amante despechado, cuando se disponía a viajar cruzando los Pirineos, en busca de su prometido el duque de Narbona.
Tras martirizarla y darle muerte, como prueba del trabajo realizado, le cortaron un brazo y se lo llevaron consigo para darlo a quien les pagaba pero, al llegar a Urdaitx y pensando que pronto empezaría a descomponerse, procedieron a enterrarlo bajo un roble.
Al igual que sucede en otros mitos fundacionales, parece ser que un buey desenterró el brazo años después, con la natural sorpresa de que el miembro estaba incorrupto.
Siendo entonces común la creencia de que el roble era un árbol sagrado, se levantó allí un oratorio pre-cristiano, donde se veneró el supuesto milagro durante cientos de años.
La referencia más antigua que existe es del obispo Odón de Benac (1083-1101) que nos cuenta que en Urdaitx ..."había una colegiata que contaba con 12 canónigos".
El nombre de Sainte Engrâce está estrechamente ligado al de su iglesia, restos de una antigua Colegiata de gran importancia en la Edad Media, por ser una etapa significativa del Camino de Santiago.
Al parecer Santa Engracia, fue una bella y casta joven capturada el año 303 por facinerosos a las órdenes de un amante despechado, cuando se disponía a viajar cruzando los Pirineos, en busca de su prometido el duque de Narbona.
Tras martirizarla y darle muerte, como prueba del trabajo realizado, le cortaron un brazo y se lo llevaron consigo para darlo a quien les pagaba pero, al llegar a Urdaitx y pensando que pronto empezaría a descomponerse, procedieron a enterrarlo bajo un roble.
Al igual que sucede en otros mitos fundacionales, parece ser que un buey desenterró el brazo años después, con la natural sorpresa de que el miembro estaba incorrupto.
Siendo entonces común la creencia de que el roble era un árbol sagrado, se levantó allí un oratorio pre-cristiano, donde se veneró el supuesto milagro durante cientos de años.
La referencia más antigua que existe es del obispo Odón de Benac (1083-1101) que nos cuenta que en Urdaitx ..."había una colegiata que contaba con 12 canónigos".
Otro documento nos cuenta que, en 1.085, el rey de Aragón Sancho Ramírez se apoderó de la región y puso la colegiata bajo el control del monasterio navarro de Leyre.
El máximo esplendor de la Colegiata llegó a mediados del siglo XII puesto que, siendo parada obligada del camino de Santiago, adherido a sus paredes contaba con hospital de peregrinos.
También fue punto de encuentro y romería de toda la comarca, a la que solían acudir los príncipes de Navarra, Aragón y Bearm.
Las innumerables alternancias políticas de la zona pirenaica fueron degradando poco a poco la colegiata.
Las innumerables alternancias políticas de la zona pirenaica fueron degradando poco a poco la colegiata.
En el siglo XIV, en la Guerra de los Cien años, hubieron en la zona graves confrontaciones entre Inglaterra y Francia; en el siglo XV también se enfrentaron franceses y castellano-aragoneses por el control de Navarra; en el siglo XVI las Guerras de Religión, nada menos que ocho (1562-1598) asolaron completamente Francia.
La reliquia de Santa Engracia desapareció, cesaron las peregrinaciones a Santiago y se derrumbó el Hospital adyacente a la colegiata...
El Estado confiscó la colegiata y posteriormente la vendió.
El Estado confiscó la colegiata y posteriormente la vendió.
La iglesia, un espacio difícilmente aprovechable, quedaba abandonado a su suerte. Casi tres siglos después, cosas de la historia, sería clasificada por el gobierno francés como Monumento Histórico. (1.841)
Santa Engracia es un monumento románico vasco-francés del siglo XI, de planta rectangular y tres naves, cada una de las cuales termina en un ábside semi-circular y torre campanario cuadrada.
Aunque mirándola frontalmente no es muy agraciada, es de gran interés el portal y los doce capiteles historiados que adornan el interior aunque, debido a las numerosas restauraciones, hay muchas dudas de que éstos ocupen su lugar original.
Santa Engracia es un monumento románico vasco-francés del siglo XI, de planta rectangular y tres naves, cada una de las cuales termina en un ábside semi-circular y torre campanario cuadrada.
Aunque mirándola frontalmente no es muy agraciada, es de gran interés el portal y los doce capiteles historiados que adornan el interior aunque, debido a las numerosas restauraciones, hay muchas dudas de que éstos ocupen su lugar original.
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