Los medios de comunicación, abrumados por las incesantes noticias económicas y ya cansados de repetir cada día las mismas noticias sobre Libia, hace ya algún tiempo que son parcos en informar sobre la vida y milagros del viejo golpista Gadafi. Hoy, sin embargo, nos refrescan la memoria informando de que el dictador sigue aferrado a su trono particular, sabedor de que retirarse ya no es para él una solución válida. Es tarde y haga lo que haga sus días están contados.
El ministro francés de Asuntos Exteriores Alain Juppé, en un intento de eliminación voluntaria del esperpento, ofrece a Gadafi la posibilidad de quedarse en Libia a cambio de que abandone cualquier actividad política pero él, como cabía esperar, dice que "a otro perro con ese hueso". Sabe que ya es tarde y tal solución no tiene cabida.
O sea, que no se va... Era la respuesta previsible. ¿Es que acaso Juppé cree que el interlocutor es tonto?.
Una prueba de reconocimiento a los rebeldes libios la dio el presidente francés al reunirse ayer mismo con una representación del Consejo Nacional Transitorio de Libia. Al mismo tiempo que EEUU reconoce la legalidad de los libios rebeldes, en la reunión de reconocimiento celebrada en Estambul, la ausencia de Rusia y China dejaba en entredicho la legitimidad del mismo. Finalmente, en previsión de lo que pueda suceder, los reunidos dieron un paso atrás reconociendo a la representación rebelde solamente como simples "interlocutores legítimos". Cosas de la prudencia política.
Los más de treinta países allí reunidos, acordaron también aportar ayudas económicas directas a la zona rebelde, que en su conjunto superaban los 1.000 millones de euros. Sin embargo lo más decisivo del encuentro fue la orden de que se abran las puertas de los fondos libios, hasta ahora congelados en los diferentes bancos mundiales. "Poderoso caballero es Don Dinero" y el acceso a dichos fondos permitirá a los rebeldes la financiación que ayudará sin duda a asestarle al dictador el golpe final.
Sin embargo Gadafi no cede. Tiene claro que solo el escape hacia adelante puede darle una mínima posibilidad.
Sus amenazas solo pueden prolongar la agonía que sufre su pueblo y él mismo, pero a estas alturas es la única arma que le queda. Gadafi es un ególatra y por lo tanto no sufre por el pueblo, pero si lo hace por los suyos y por sí mismo. Con su canallesca tiranía no solo adelanta su final, sino que acaba también con los suyos y ese si debe ser sin duda su lamento mayor. De todas formas, es de suponer que los suyos no serán mucho mejores que él mismo.
Acorralado ha lanzado su última amenaza. Dice tener a toda Trípoli minada y cientos de misiles preparados para, si los rebeldes toman la ciudad, hacerlos estallar haciendo desaparecer la capital de la faz de la tierra. El representante ruso en el conflicto asegura que estas aseveraciones son ciertas y facilitadas directamente por el primer ministro de Gadafi, es más, está convencido de que tales palabras no son un farol con el que frenar los avances del enemigo, sino una realidad a toda prueba.
- Pienso que realmente Gadafi tiene un plan suicida de ese estilo -ha dicho.
Se tiene constancia de que, hasta ahora, las fuerzas de Gadafi no han utilizado ni uno solo de los muchísimos misiles tierra-tierra de los que dispone.
En teoría se sabe que al coronel pueden empezar a faltarle municiones para los tanques y armas ligeras, pero de explosivos y misiles tiene un arsenal impresionante del que no ha hecho uso todavía.
Las fuerzas internacionales mantienen la presión, pero nadie quiere arriesgar más allá de lo razonable, ni exponer las vidas de los hombres movilizados. Se considera pues que ha sido una gran idea la de liberar los fondos libios a favor de los rebeldes para que sean ellos quienes, ya sin problemas económicos, puedan adquirir el armamento necesario que permita defender en condiciones los intereses de los libios que luchan por la democracia y la libertad de su pueblo.
Está claro que, con esta medida, el cerco se estrecha y mucho al dictador, incluso hasta llevarle a la tumba...
EL ÚLTIMO CONDILL
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