Esta entrada es de hace diez años pero, con el Covid-19 vuelve a ser de actualidad. En tan solo un par de meses la venta de viviendas cayó un 20%. Desde hace seis años no se había dado una cifra tan baja de ventas. El dato rompe la racha de varios meses con aumentos consecutivos y viene a indicar que la tendencia bajista y toda la problemática que esto conlleva, seguirá vigente. Si se analizan los resultados con el mismo mes del año anterior, el resultado es doblemente negativo puesto que la caída es de más del 25%. Sin embargo ya nada nos sorprende y parece que estamos resignados a la debacle en la que se mueve la economía mundial y muy especialmente la española. ¿Tan mal estamos anímicamente, que vamos a dejarnos vapulear sin defendernos de aquellos que nos han metido en situación semejante?.
- ¿Qué podemos hacer nosotros? -dirán Udes.
Poco, claro está, pero al menos habremos de intentarlo. ¿Cambiar a los pastores del rebaño?. Pues quizás sea una primera solución... ¡A ver si nuevos pastores nos llevan a lugares con mejores pastos!. Al menos probarlo y, si no funciona, ya veremos que se hace después.
De haber estabilizado la cifra de paro, hemos vuelto a los más de 4 millones de parados y subiendo. Hasta ahora el gobierno, con la caja vacía e hipotecando al país, ha ido apoyando al trabajador sin subsidio de desempleo con las famosas "ayudas sociales" que, sea cual fuera su nacionalidad, les permite comer sin trabajar, además de casa, agua, luz, etc. Sin embargo, está claro que eso no podrá durar siempre. Ni este país ni ningún otro tiene poder económico suficiente para aguantar situación semejante durante tiempo indefinido. Si el grifo se cierra nadie mejor que el PSOE sabrá lo caro que pagará tal medida, pero ya debía haberlo previsto cuando la puso en marcha. Sin embargo, no nos engañemos, el cambio de pastor no es suficiente para garantizar la solución del problema. La solución es luchar entre todos para encauzar nuevamente la nave. Ningún gobierno podrá sacarnos del embrollo, salvo que cambie nuestra actitud. En primer lugar, al Cielo debemos pedirle trabajo, no ayudas. En cuanto a los gobernantes, debemos pedirles seriedad, que se hagan valer en los foros internacionales y que nadie pueda reírse de nosotros, como hasta ahora han venido haciendo los países del entorno y algunos de más allá.
Aunque nosotros somos los primeros en dudarlo, España es importante y necesaria para Europa y si es así debemos de hacernos valer. Es hora de dar dos puñetazos sobre la mesa. De todas formas, repito, también los españoles debemos cambiar el chip...
Si con todo el dinero gastado en ayudas se hubieran subvencionado aquellos productos que, por culpa de la Globalización, no son competitivos fuera de nuestras fronteras, se hubieran mantenido los puestos de trabajo y la balanza de pagos estaría más saneada que lo está actualmente. Dos pájaros de un tiro. Hace muchos años que en España se vive del cuento y creo que ese no es el camino. Si queremos salir del hoyo en el que nos han/hemos metido, creo que la única fórmula será ponernos a trabajar. Naturalmente el que haya trabajado toda su vida, que no se dé por aludido. Con estas actitudes, de vivir de ayudas y de compensaciones, no se va a ninguna parte. Queramos o no, queda demostrado una vez más que España no estaba preparada, ni agrícola ni industrialmente, para entrar en Europa.
¡España es diferente! -se decía en todos los ámbitos.
Lamentablemente era verdad. ¿Qué hicimos los españoles con todos los miles de millones de euros remitidos por la CEE para que pusiéramos al día el olivar, los campos de almendros, la industria, la ganadería, etc.?. Ya que nadie quiere decirlo yo lo diré y lo haré, como lo hacen los gallegos, preguntando a mi vez... ¿Se invirtieron todos esos miles de millones, aportados por el fondo de la CEE, en las mejoras a las que estaban destinados?. Rotundamente no.
Hoy, cuando vislumbra el final de las ayudas, al tiempo que somos menos competitivos de lo que lo hemos sido nunca y la situación de paro se hace insostenible, vienen las lamentaciones y el crujir de dientes. ¡Listos, que somos unos listos...!
¡España es diferente! -rezaba el slogan de los años 60, que llamaba con esta frase al turismo internacional. Ninguno de nosotros se paró jamás a pensar, cuan acertada era esta frase...
Unos años atrás, no hace tanto, el grupo Marina d'Or celebraba la tradicional cena anual de socios. Ante la falta de verdaderos empresarios capitalistas interesados en el asunto, su gerente elevó a categoría de socios a los propietarios de tierras que, pensando que se harían millonarios prefirieron entrar en sociedad a cobrar las fincas vendidas. También a algunos miembros de su plantilla de trabajadores, a los que no podía abonarles su jornal. Según el largo discurso, previo a la cena, con este nombramiento quedaba reconocido el trabajo y la implicación de los mismos con la empresa. Los trabajadores ya están todos al paro y los propietarios de terrenos viéndolas venir. En el intenso discurso se valoró la situación actual de la compañía, las ventajas de su diversificación y conclusiones positivas para el futuro. Para llegar a tales objetivos, pidió la colaboración de todos los presentes, y expuso el análisis permanente de la situación y el férreo control de los gastos. ¿Que se deduce de todo esto?. Yo creo que más claro no puede estar... ¡No eran esas las actitudes de unos años atrás!. Como en todas las compañías, socios sí, pero no para que sean una carga, sino para que ayuden a soportarla. Eso es y ha sido siempre así, no tiene por qué extrañarnos, es lo natural. En los negocios muchos son los que ponen el dinero y pocos los que mandan...
Actualmente las miradas ya no se dirigen hacia la costa donde, hasta que no cambien las cosas, todo el pescado está vendido o (mejor dicho) sin vender.
Estos días un documental de "la sexta" (al parecer de profundas raíces catalanas) nos obliga a dirigir nuestras miradas hacia el aeropuerto de Vilanova. Una vez más y siempre en negativo, la dura oposición saca lo peor de aquellos que promocionaron esta infraestructura que, al margen de su mayor o menor necesidad y digan lo que digan, engrandecerá siempre a nuestra provincia. ¿Acaso el aeropuerto de Reus fue rentable en sus inicios?. Tampoco después, pues ya se han llevado a Barcelona a sus clientes...
¡AEROMERDA! -escribían los detractores del aeropuerto de Vilanova, hoy "senadores de partido", en las paredes de nuestros pueblos, al tiempo que zancadillas de todo tipo se pusieron desde el primer día a su construcción. Lo mismo ocurrió con la carretera Cabanes-Oropesa, aún paralizada y que tan bien nos iría para los habitantes de la comarca. ¡Seguramente eran los mismos...!
No hay que ser un lince para saber que, en una pequeña provincia como la nuestra y con la paralización de la economía, el aeropuerto de Vilanova (actualmente) no puede ser rentable. Pero cuando se programó su construcción, las previsiones eran bien distintas y muchos los planes para el desarrollo de nuestra costa y de toda la comarca.
Otras provincias (con menos zancadillas en el camino) también comenzaron así y hoy son un referente para el turismo nacional e internacional de nuestro país. Yo no estoy a favor ni en contra de este señor al que se denigraba en la citada emisora y al que no conozco de nada, pero todo lo que sea crear puestos de trabajo y engrandecer nuestra comarca, obligatoriamente tiene que parecerme bien. No puedo entrar ni salir sobre los trapicheos de que se habla en el documental y si los hubo, bien está que se destapen y se castiguen. Pero seriamente, en un juzgado y con pruebas, no en un irónico programa de televisión, del que todos conocemos su trayectoria sensacionalista. Dicho esto mi particular opinión es que ,cuando se crea riqueza, en mayor o menor grado a todos nos llega. Por lo tanto, todo aquello que sea hacer cosas para crear puestos de trabajo y engrandecer nuestra comarca, nuestra provincia y nuestro país, siempre será bueno. ¿O no? ¿Es preferible acaso, la miseria y el paro que actualmente nos corroe...?
RAFAEL FABREGAT
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