21 de mayo de 2025

3151- CREER EN DIOS.

El tema, no nos vamos a engañar, es peliagudo... ¡No es fácil desembarazarse de las creencias que nos han inculcado desde pequeños!. 
De todas formas, el día a día es quien nos da las pautas a seguir y por lo tanto el que nos enseña a vivir y a creer en Dios y en el prójimo.
Las piedras encontradas en el camino de la vida son sin duda las que más suelen decantarnos hacia una u otra forma de pensar. 
Después de todo me da la impresión de que, de una u otra forma, todos creemos que "algo" tiene que existir. Por muchos fallos que cometan los que nos han inculcado el temor a Dios, que no cabe duda alguna que son quienes más los cometen, seguimos pensando que nuestra vida no tiene sentido alguno sin que haya quien la haya favorecido de una manera tan especial.

Si esto es así, es obligatorio pensar que, los animales, grandes o pequeños, que habitan este mismo planeta, tienen el mismo derecho que nosotros a disfrutar de la vida que se nos ha dado. Otra cosa diferente es el comportamiento de cada cual... 
Unos matan a quienes pretenden atacar su castillo y otros quienes matan al mesajero que solo busca la paz. 
Yo, si quieren que les diga mi verdad, cuando veo imágenes de nuestro planeta en medio de un universo tan sumamente grandioso y extraordinario, no puedo evitar el preguntarme quienes somos y qué hacemos aquí. Es más; estoy seguro que somos muchos los que nos hacemos esas mismas preguntas. 
Por lo tanto, si eso es creer en Dios, está claro que, a nuestra manera, todos creemos en Él. Lo que ocurre es que no sabemos en quien creemos... 
La grandiosidad del universo es tan compleja y extraordinaria que es imposible no mirar al cielo, y hacerlo nos obliga a pensar que "algo tiene que haber". 
El problema es que el ejemplo de quienes dicen predicar en el nombre de Dios, no son precisamente quienes lo hagan con formas temerosas. A no ser, claro está, de que el pecado no exista y solo sea un invento suyo para tenernos controlados. Sea como sea, está claro que son justamente ellos los mayores pecadores y, por lo tanto, los culpables de nuestra pèrdida de fe. Yo, al menos, así lo creo.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario