11 de mayo de 2012

0677- EL FIN DEL MUNDO PUEDE ESPERAR.

Es la noticia del día de hoy.

Al famoso calendario Maya le ha salido un competidor. En los aposentos de unas ruinas, Mayas también, han encontrado otro calendario bastante más antiguo y por lo tanto "padre" del que se conocía hasta ahora. Este, igual de (poco) fiable que el anterior, determina que 2.012 fue solo el final de un ciclo y por lo tanto la vida continuó, si es que se puede llamar vida al actual deambular de mucha gente en busca de trabajo y comida para los suyos. Al menos, si es que alguien creía en las profecías del dichoso calendario, ya podrá dormir tranquilo pensando que el mundo no acabará, al menos de momento. Si acaso lo haremos sus habitantes, muy especialmente los humanos que parece que no estamos preparados para vivir en paz y tranquilidad. Al final tendremos que creer aquello de que somos objeto de una maldición divina. Cuando no es una cosa es otra y cuando no, dos a la vez. Menos mal que, según las últimas noticias, el fin del mundo esperará. ¿O no?.

Al parecer, ese fin no está tan lejos. Miren, el chico de la foto ya ha llegado.
Perdón por bromear en un asunto tan serio, pero es que hay tanta tontería... En fin, vayamos al meollo de la cuestión.
Nunca se ha salido de una crisis sin que hayan mediado consecuencias fatídicas, casi siempre bélicas. Todos esperamos y deseamos que la situación económica actual, aún siendo la más grave que ha conocido la humanidad a nivel global, pueda resolverse sin el uso de las armas pero, ¿quien puede saberlo?. No hay que ser muy listo para saber que lo que está sucediendo escapa a lo que hasta ahora se ha dado en llamar "la crisis del ladrillo". Aquí hay mar de fondo y esto empieza a derivar en cosas más serias, mucho más graves. La utopía se ha convertido en realidad. Alguien ha conseguido convertir el mundo en un huevo y se lo está comiendo. La pregunta es: ¿hasta cuando serán capaces de aguantar los gobiernos mundiales?. Pues seguramente hasta cuando los ciudadanos en masa empiecen a asfixiarse. ¿Actitudes anticuadas y fuera de lugar?. Pues ya veremos, todo es cuestión de lo que apriete el collar. Mientras se va respirando la gente está quieta, pero a la correa se le están acabando las perforaciones y el aire empieza a faltar...

Que nadie dude que el pasado puede volver. Lo de la modernidad es palabra hueca solo posible en tiempos de vacas gordas, pero esta etapa finalizó hará pronto cuatro años. Estamos comiéndonos los ahorros de aquel tiempo de bonanza. ¿Qué sucederá cuando la hucha se acabe?. Lo que ocurre no es nuevo. Sucede lo que siempre ha sucedido desde tiempo inmemorial. Mientras unos se mueren de asco, otros no saben donde colocar los billetes. La crisis nunca es para todos. Las marionetas se mueven con hilos y quienes los sujetan son quienes las hacen caminar en la dirección que les conviene. Te aprieto, pero no te ahogo. El ansia de dominio está siempre presente en la especie humana, lo que sucede es que las condiciones no siempre son favorables a la aplicación de esa fuerza invisible.


Aquí no hay buenos ni malos, ni todos los que votan a la derecha son fascistas, ni todos los socialistas son sociales. Buenos y malos hay en todas partes. El gen del egoísmo va unido al de la supervivencia y por consiguiente todos lo llevamos dentro. Cada cual va a lo suyo y el que diga lo contrario miente.

Cualquier recién nacido, cuando le das una galleta alarga la manita, pero cuando pretendes cogérsela la echa hacia atrás. ¿Quien le ha enseñado a hacer eso?. Nadie, está en los genes, es el instinto natural, el que permite la vida. El más débil siempre queda en el camino. La diferencia de la especie humana con la naturaleza, es que los humanos tenemos capacidad de discernir, de desarrollar defensas superiores a las físicas. No hay que tener una buena musculatura para ganarle al enemigo, basta tener cerebro. Cuando el collar aprieta hasta asfixiar a quien lo lleva, cualquier cosa puede pasar. Pero estos collares no se abren a fuerza bruta, sino con el cerebro y con el trabajo. Pero los "listos" también pueden morir de hambre, que tomen nota. 

Desde un tiempo a esta parte nuestra guerra particular es la crisis. ¿Qué va a pasar con ella?. Bién, no vamos a echarnos a la calle con pistolas de juguete porque hay mucha gente, que hasta ahora no ha dicho nada, que se las comprará de verdad y con varias cajas de cartuchos. En tiempo de crisis los "listos" no tienen futuro, de lo cual nos alegramos muchos. Pero, ¡algo habrá que hacer, digo yo!.

Importantes economistas americanos tienen claro que la deuda pública occidental solo podrá financiarse mediante la impresión de dinero a gran escala, lo que provocaría un inflación desbocada, proteccionismo económico y conflictos armados.
Occidente ha crecido de forma desmesurada y ahora se encuentra en la tesitura de que no puede pagar... ¿Y ahora qué?. Al collar le quedan algunos agujeros, no demasiados. Primero caen los mercados, después lo hacen los gobiernos. Antes de abandonar la nave fabrican billetes en cantidad superior a sus reservas, a fin de que les dé tiempo a recuperarse o a escapar de la quema. Cuando todas las puertas se cierran, vienen las guerras. Esta es la triste historia con la que siempre se han solucionado estos conflictos. ¿Se volverán a repetir estos acontecimientos?. Esperemos que de los episodios anteriores se haya aprendido algo y que no sea necesario llegar a tanto.

Los entendidos se temen que los remedios están agotándose y la inflación está a la vuelta de la esquina y con ella el hambre. La Reserva Federal intentará proveer de liquidez a la Unión Europea a fin de rescatarla del colapso financiero pero la dimensión de endeudamiento es tan elevada que no creen que pueda solucionar el problema. Si esto es así, los políticos intentarán evitar la subida de impuestos reduciendo gastos, pero la hora de la verdad se acercará igualmente.

Solo dos acciones serán posibles: contraer la economía o imprimir dinero. La primera solución no la quiere nadie, no es popular, por lo que la inflación cabalgará a galope tendido. Con ella morirá la globalización y el libre comercio; las fronteras y los aranceles volverán a ser una realidad insalvable. El mercado nacional será prioritario y volveremos al pasado; el rico más rico y el pobre más pobre, como siempre ha sido y como en unas décadas podría volver a ser si los zánganos no se ponen las pilas.

El argumento de la película siempre es el mismo, matan al zángano, sale el fin y se encienden las luces de la sala.
Lo de ser todos ricos fue un sueño pasajero y más pasajero aún será lo de que los pobres vivan mejor que los ricos. ¿Donde se ha visto eso?. No hace falta ser muy listo para saber que eso es tan solo una utopía revolucionaria que jamás fue posible aplicar. La pregunta es cuanto tardaremos en ver todas estas cosas, porque mucho me temo que no tardaremos demasiado. El dinero jamás cayó del cielo y aunque ha habido unos años que así lo parecía, las aguas volverán a su cauce y solo los valores sólidos mantendrán su cotización. La manzana está madurando a marchas forzadas. El dinero que no esté respaldado por el oro, será papel mojado. Los sueños están a punto de acabar. También para los que tengan billetes, a no ser que tengan algo más sólido guardado en alguna parte.
Hay cosas que no pueden ser... al menos de forma permanente.

RAFAEL FABREGAT