5 de abril de 2011

0322- MOROS DE PIEL BLANCA.

Está claro que el color de la piel tiene que ver y mucho con la latitud en la que uno se encuentre, pero esto no es cuestión de pasar el verano en el Congo. Hacen falta cientos de miles de años para que la naturaleza proteja, sin artilugios, del sol abrasador que allí se disfruta o padece. Se cree que los humanos descendemos de un raza de primates evolucionada. Esta evolución eliminó poco a poco el pelo, a la vez que les protegía del duro sol oscureciendo su piel. De la misma forma se cree también que tan solo hace unos 120.000 años que los primeros homínidos empezaron a emigrar hacia otras zonas, alejadas del entorno donde nacieron y fue entonces cuando el color de la piel, una vez más, se adaptó al entorno donde estos seres se establecieron. 
Por muy interesante que esto pueda parecer a más de cuatro, sabido es que un servidor es poco dado a escribir de cosas tan serias y de las que tan poco sabe. 

Por consiguiente, al hablar en el título de esta entrada de moros de piel blanca, no quería yo referirme al color de la piel de los individuos, ni a la falta o exceso de pelo. Tampoco quería yo hablar, aunque resulte obligado, de nuestros vecinos del otro lado del Estrecho de Gibraltar, sino de lo bien que se lo montan en algunos sitios al aceptarse socialmente el tener cuantas mujeres le vengan a uno en gana, con la única premisa de ser capaz de alimentarlas, ¡y hasta incluso sin poder hacerlo!. Por lo visto lo adelantado de una sociedad va parejo con el poder que tengan las mujeres en todos los órdenes de la vida. Que en la familia han mandado siempre, lo saben hasta los negros... pero que den codazos a diestro y siniestro para apartar de los puestos destacados al macho (ibérico o nórdico) no hace tanto tiempo.


Que los hombres establecieran la poligamia, como una forma de dominio sobre la mujer, parece una cosa injusta pero lógica. Puestos a pensar en nuestra raza como otra especie animal más, es bastante lógico que el macho, generalmente más fuerte, predomine sobre la hembra y como cualquier otro animal le dé protección a cambio de sus favores sexuales, aunque no esté obligado a su manutención. La evolución natural y la educación alcanzada, han ido mermando estas desigualdades. Aún hoy, en muchos lugares del planeta, la mujer tiene un papel secundario. Tanto es así que hasta incluso es ella la que lleva el alimento a la casa, mientras el hombre conversa con sus iguales. En pueblos, africanos y asiáticos, está bien visto que el hombre tenga tantas mujeres como sea capaz de alimentar, pero demasiadas veces es la mujer la que más trabaja.


Aquí los tiros van en otras direcciones. En los países adelantados nadie habla de poligamia. ¿Para qué?. Lo interesante no es hablar si no actuar y las estadísticas hablan de un porcentaje de practicantes no inferior al 40% de las personas emparejadas, casadas o no. Con estos datos, no me extraña en absoluto que las parejas actuales duren lo que duran... 
A mí me sorprende la ingenuidad de algunos (hombres o mujeres) que pondrían su mano en el fuego por su pareja, por la simple razón de que ellos jamás les han engañado. Lo siento, pero la fidelidad no inmuniza. La primera pregunta es: ¿Han tenido la oportunidad?. Hasta la persona más fiel puede, en un momento dado, dejar de serlo. La pregunta es sencilla... Si estuviera garantizada la discreción absoluta, en momento puntual y lugar apropiado, con persona de tu elección, ¿quién puede garantizar una negativa perpétua?. 

Pero ¡ojo!, que eso no siempre indica falta de amor, lo que ocurre es que la carne es débil y a veces (además) pica...

Por cierto, hablando de carne, ¿por qué se dice que los negros...? ¡Nada nada, todo tonterías!. Bueno, vamos a ver... Yo nunca he visto a un negro desnudo pero mi criterio es que palmo arriba o abajo... Lo que si está claro es que hay unas personas a las que, en reposo, les desaparece y a otras no, pero a la hora de la verdad...
Dicen que la pasada semana un blanco y un negro estaban meando por un puente muy alto y el blanco dijo:
- Oye Katumba, ¿Te has dado cuenta lo que tarda en llegar el chorro al agua?.
- ¡Hostia y lo helada que está...! -respondió el negro.
Bueno, hablando en serio y por lo tanto de anatomía, se dice que a diferentes razas diferentes órganos tanto en hombres como en mujeres. Los europeos estamos en el promedio, por lo tanto lo único a evitar es que un asiático se junte con una negra, nada más. Porque si es al revés parece ser que no hay reclamaciones...

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario