Claro que en aquellos tiempos la gente no era tan culta como ahora.
Por increíble que nos parezca, a principios del siglo XIX solo un 6% de la población española sabía leer, lo cual nos hace pensar que el resto de países tampoco andarían muy sobrados.
Hasta 1.838 no se dinamizó en España la creación de escuelas y no fue hasta 1.857 cuando se promulgó una ley de enseñanza primaria obligatoria (que no gratuita) para los niños entre 6 y 9 años.
Decir también que la proporción de escuelas para niños era muy superior a la de niñas hasta el punto de que, en algunas regiones, llegó a ser de diez a una.
Decir también que la proporción de escuelas para niños era muy superior a la de niñas hasta el punto de que, en algunas regiones, llegó a ser de diez a una.
Cierto es que el problema fue corrigiéndose rápidamente y en la década de 1.850 la cifra de analfabetos había bajado al 80% y en la década de 1.880 ya solo era del 75%.
¡Datos espeluznantes, sin duda...!
No había tasa fija que pagarle al maestro, pero algo había que darle (patatas, una sandía, etc.), puesto que el gobierno apenas les daba ni para comer.
No había tasa fija que pagarle al maestro, pero algo había que darle (patatas, una sandía, etc.), puesto que el gobierno apenas les daba ni para comer.
Lo de las dádivas quedó tan arraigado en la población que en las últimas décadas del siglo XX algunas madres todavía llevaban al maestro alguno de esos presentes, esperando algún trato de favor para sus hijos.
Al menos en el medio rural las clases solía darlas el secretario del ayuntamiento, el cura, el barbero del pueblo, etc. puesto que lo de ser maestro no daba ni siquiera para comer.
Al menos en el medio rural las clases solía darlas el secretario del ayuntamiento, el cura, el barbero del pueblo, etc. puesto que lo de ser maestro no daba ni siquiera para comer.
En alguna ocasión anecdótica, aún hoy, en pleno siglo XXI, se suele decir la popular frase: "Pasar más hambre que un maestro de escuela".
Todo esto para decir, con relación al comienzo de la entrada, que los lectores de Julio Verne inicialmente debieron ser muy pocos... ya que la única cultura espacial que la gente corriente tenía era la de saber si estábamos en fase de luna llena o menguante, a fin de llevar a cabo la siembra o recogida de determinado producto agrícola. Eso no solamente lo sabían, sino que lo creían a pies juntilla...
El 30 de Octubre de 1.938 Orson Wells, con sello de la CBS, adaptó un guión para la radio, de la novela "La guerra de los mundos".
Para darle un mayor realismo, el relato se daba en forma de noticiario y aunque hubo una introducción aclaratoria al inicio de la transmisión, no todos la oyeron o la entendieron.
Todo esto para decir, con relación al comienzo de la entrada, que los lectores de Julio Verne inicialmente debieron ser muy pocos... ya que la única cultura espacial que la gente corriente tenía era la de saber si estábamos en fase de luna llena o menguante, a fin de llevar a cabo la siembra o recogida de determinado producto agrícola. Eso no solamente lo sabían, sino que lo creían a pies juntilla...
El 30 de Octubre de 1.938 Orson Wells, con sello de la CBS, adaptó un guión para la radio, de la novela "La guerra de los mundos".
Para darle un mayor realismo, el relato se daba en forma de noticiario y aunque hubo una introducción aclaratoria al inicio de la transmisión, no todos la oyeron o la entendieron.
La cuestión es que a modo de noticia de carácter extraordinario, la emisora informaba a los oyentes de la llegada de miles de naves marcianas que, mediante rayos de fuego y gases venenosos, estaban acabando con la humanidad sin que los ejércitos del mundo pudieran hacer nada para impedirlo.
La emisión empezó diciendo que se habían detectado explosiones en el planeta Marte y con ciertas interrupciones, que daban más realismo al relato, informaban de la invasión de extraterrestres que diezmaban rápidamente a la población terrícola.
El propio Wells interpretaba al científico Pierson que relataba el suceso:
- Ultimo boletín de Intercontinental Radio News. Esto es lo más horroroso que jamás he presenciado -decía el supuesto científico- ¡Espera un minuto!. Alguien o algo está saliendo del hoyo... Dos discos luminosos nos miran desde allí... ¿Son ojos?. Parece como una cara. Puede que sea una... ¡¡¡Aaaaaaaah!!!
Los oyentes que no habían escuchado la introducción del programa pensaron que era realmente un noticiario y que el mundo estaba siendo invadido por seres de otros mundos.
Los oyentes que no habían escuchado la introducción del programa pensaron que era realmente un noticiario y que el mundo estaba siendo invadido por seres de otros mundos.
El horror invadió a los oyentes que se lanzaron a las calles de Nueva York y Nueva Jersey, lugares de emisión del programa, intentando escapar de aquel peligro inminente.
Las comisarías quedaron bloqueadas por las llamadas de gente horrorizada que buscaba protección.
El programa duró 59 minutos y finalizaba con la supuesta muerte del locutor, en la azotea de la emisora, por los gases emitidos por las armas de los invasores que, a su vez, morían finalmente a causa de incompatibilidades atmosféricas.
La histeria colectiva demostró el poder de los medios de comunicación.
Fue algo de lo que se habló durante varios de los años siguientes...
Al día siguiente se exigieron responsabilidades y el propio Orson Wells pidió perdón por aquella emisión de tan dramáticos resultados.
Al día siguiente se exigieron responsabilidades y el propio Orson Wells pidió perdón por aquella emisión de tan dramáticos resultados.
Ya ha llovido mucho desde entonces...
Hoy, en pleno siglo XXI, la humanidad es quien ha llegado a Marte.
De momento solo por medio de naves espaciales trasladadas por potentes cohetes que nos han desvelado la composición del planeta vecino, su atmósfera y la nula posibilidad de que contenga tipo alguno de vida.
En pocas décadas, seres humanos (los terrícolas) serán sin duda los invasores reales de Marte y no al revés como se creyó en la emisión radiofónica relatada en el Halloween de 1.938.
Y es que, ¡lo que no hagamos los humanos...!
NASA 1975 foto sonda Wiking Lander I.
Así son las cosas. Ficción y realidad se unen para hacer historia del ser humano y de su entorno.
Así son las cosas. Ficción y realidad se unen para hacer historia del ser humano y de su entorno.
Nuestros científicos sondean, cada día con mayor profundidad el Universo y la ciencia está descubriendo que la vida, algo tan natural a lo que apenas damos aquí importancia, es algo tan complejo y maravilloso que solamente puede darse en condiciones muy extraordinarias.
Tanto que, a pesar de los muchos planetas ya detectados en el Universo por nuestros astrónomos, ninguno de ellos puede desarrollarla, que nosotros sepamos. ¡Al menos no en la forma conocida en nuestro planeta...!
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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