16 de noviembre de 2025

3275- LA PIEDRA ROSETTA.

British Museum de Londres. Sección Egipto.

Nunca agradeceremos bastante el hallazgo de la Piedra Rosetta, un descubrimiento que fue la llave que dió paso al conocimiento de la Civilización Egipcia, una de las más interesantes del mundo antiguo. No siendo capaces de leer los geroglíficos, nada sabíamos hasta entonces de esta civilización tan destacada. Como tantos otros, en mi primer viaje al Reino Unido, ningún objetivo era mayor que el de visitar el British Museum, lugar donde se guarda tan grandioso hallazgo. Me interesaba y mucho ver los frisos del Partenón de Atenas, también allí expuestos, pero más todavía todo lo que a Egipto se refería. Por una parte me indigna que tan grandes reliquias mundiales estén acogidas tan lejos de su lugar de origen pero, por la otra, entiendo que sin el interés de aquellos que se lo llevaron a su país, Diós sabe qué habría sido de ellas.


Aunque es conocido por todos, reiteraré aquí que la Piedra Rosetta fue encontrada el 15 de Julio de 1.799 por el teniente Pierre-François Bouchard, en la ciudad de Rosetta (actual Rahsid), en el Delta del Nilo. El hallazgo se produjo durante la ocupación francesa de Egipto por Napoleón Bonaparte. En principio no era más que una estela de piedra, como hay otras, pero pronto se dieron cuenta de que contenía multitud de inscripciones. Creyendo que podía ser interesante enviaron aquella piedra negra al Institut d'Egypte, de El Cairo, donde Napoleón mandó abrir una asociación científica, habida cuenta la multitud de restos antiguos que iban encontrando. El primer informe constató que dichas inscripciones estaban redactadas en tres idiomas diferentes: Jeloglíficos, Demótico egipcio y Griego antiguo.


También se comprobó que había sido esculpida el año 196 a.C. y que las tres escrituras probablemente querían decir lo mismo. Hubo confusión con el segundo texto que, en principio pensaron que fuera sirio pero resultó ser un dialecto egipcio raramente usado en inscripciones y, por lo tanto, desconocido para los eruditos de la época. Se usó la propia roca para hacer impresiones de su contenido y se enviaron a París para que los expertos intentaran leerla. Sin embargo su posesión duró tan solo dos años ya que en ese tiempo el ejército británito invadió Egipto, obligando a los franceses a rendirse. Hubo grandes discusiones sobre la propiedad de lo que los franceses habían encontrado durante su estancia en Egipto pero finalmente los británicos se hicieron con ello y en 1.802 se lo llevaron todo a PortsMouth (Inglaterra), incluída la Piedra Rosetta.


Claro que para entonces los franceses ya sabían su contenido, descifrado por Pierre Champollion (1790-1832). Cuando se encontró la Piedra Rosetta, en 1.799 Champollion solo tenía nueve años pero pronto demostró ser un niño prodigio para los idiomas y pronto dominó el latín, árabe, copto, hebreo y otros, lo que fué determinante para conocer el texto de la famosa piedra y su aplicación a los jeroglíficos egipcios, en 1822. La curiosidad sobre la historia egipcia hacía ya muchos años que se experimentaba en la vieja Europa pero ignorar el significado de los jeroglíficos era una gran barrera para hacerlo a nivel mundial. Descifrar su significado fue determinante para que esa curiosidad aumentara. A finales del siglo XVIII todavía se pensaba que su significado era el del dibujo representado, peo nada más lejos de la realidad.


No fué fácil. Los jeroglíficos no eran un código con el que se pudiera descifrar fácilmente la escritura egipcia e hicieron falta grandes conocimientos del idioma copto, heredero del egipcio, para que Champollion pudiera dar con la clave para comprender la forma de escribir en jeroglíficos. La Piedra Rosetta mide actualmente 1,22 m. de altura, 75 cm. de ancho y 28 cm. de fondo. Su peso es 760 Kg. Parece ser que esta piedra estaba empotrada en la pared de un templo, motivo por el cual, su parte trasera está sin labrar. El trozo expuesto es el 50% de la piedra original. Solo está pulida la parte frontal, donde se encuentra la parte escrita. Es un mismo texto grabado en tres idiomas diferentes y tallado por grandes maestros artesanos. Desde su hallago se han encontrado otras estelas de este tipo, puesto que era un Decreto del Faraón Ptolomeo V Epífanes, dirigido al pueblo.

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