25 de abril de 2014

1352- DESCENDIENTES DEL CIELO.

Los Tabat son una comunidad de artesanos del cobre (caldereros) que tiene sus raíces en el pueblo de Konkan, estado de Maharashtra (India). La propia palabra Tambat significa, en lengua marathi, cobre.
Las gentes de este gremio se consideran a sí mismos descendientes de Twashta, hijo de Vishwakarma, ingeniero de los dioses. 


Esta comunidad se extendió con los años y actualmente tiene parte importante de su población en Mumbai, Pune, Thane, Nasik y Kolhapur. La fabricación artesana de todo tipo de ollas cacerolas y utensilios de cobre es un trabajo hereditario, propio de esta comunidad, por lo que no suele ejercerse por individuos ajenos a ella. 


Con la llegada del plástico y todo tipo de utensilios modernos, estos artesanos han reorientado sus talleres artesanales para la fabricación de piezas de decoración que llevan a cabo con el propio cobre y la introducción de latón, mucho más dúctil. 
Para poder desarrollar el oficio de calderero, llevan a cabo los rituales brahmanes de iniciación. En tiempos antiguos, este rito era especialmente significativo puesto que para los hindúes se asociaba a las castas superiores. De hecho se emplea también en todo tipo de ceremonias como las bodas, etc. Es como pedir permiso a los dioses.


Estas colonias se denominan Tambat Ali y vienen a ser un laberinto de calles estrechas e interconectadas donde todos sus vecinos llevan a cabo el mismo oficio de calderero. 
La religión propia de todos ellos es el hindú. Adoran a la diosa Kali. Se presenta como consorte del dios Shiva al que domina.  La diosa Kali devora el tiempo, trae los cambios, la destrucción y la propia muerte, por lo que es también la diosa de los crematorios.  Los Tabat tienen una población numerosa en todas las ciudades importantes y son muchas las figuras notables que han salido de su comunidad.

Desde luego, hasta hace bien poco, fabricar todo tipo de utensilios de cocina en cobre debía ser no solo un arte, sino la atención y servicio a todo tipo de necesidades domésticas que debió gozar de gran popularidad. Baste visitar cualquier bazar o zoco, en este caso árabe, para darse cuenta del grado de artesanía y buen gusto de estos artesanos del metal. Un oficio que se aprende en la misma cuna.

RAFAEL FABREGAT

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