13 de julio de 2025

3173- EL AGUA ES LA VIDA. (2ª entrega)

CENTENARIO DE LA TRAÍDA DE AGUAS A CABANES. (1925-2025)
Edición 13-7-2025.  

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HISTORIAS DE CABANES.
 (2/13)
Colecciónalas ya que la Historia es larga y hay que contar muchas cosas... 
¡Y NO OLVIDES IMPRIMIRLAS!.
Ruínas del Castillo de Albalat.

El Cabanes musulmán.

Nuestra entrada anterior (3172) finalizaba con la antigua dominación romana, invasora de los enclaves griegos. Pero los tiempos cambian y con los años aquellos poderosos ejércitos romanos también fueron dominados por otros (los visigodos), que también acabarían con su derrota contra los árabes.  Así de "bárbaros" eran aquellos tiempos ya que, en poco más de tres siglos, unos y otros aparecen y desaparecen de la Historia del mundo. Como yo digo ¡nada es para siempre! pero, entre unas cosas y otras, los musulmanes dominaron casi ocho siglos nuestra península. 
Según nos cuentan los cronistas, en el año 1880 un pastor halló en las ruínas del castillo de Albalat una lápida sepulcral que, entre otras cosas, decía: "Aquí yace Aafra, hija de Farach, la cual murió el miércoles, a seis días de la luna de Xaval del año 400. Allah se compadezca de los que orasen por ella". La fecha corresponde al día 6 de noviembre del año 1061, fecha en la que se pobló de musulmanes el castillo de Zufera.

Peña sobre la que están los restos del Castillo de Sufera.
La historia árabe de Cabanes ha quedado patente por las noticias sobre Miravet y Albalat puesto que, el castillo de Zufera (o Sufera), siempre ha quedado eclipsado por la historia del prepotente Miravet. Sin embargo se sabe actualmente que Sufera fue el primero de nuestros castillos. Castro íbero inicial, posteriormente árabe y dominante del territorio que llega hasta la costa cuando, según documento de San Juan de la Peña del año 1100, transcrito por Ramón Menendez Pidal, el rey Pedro I de Aragón donó a Muño Muñoz "el castello de Azafaz, inmediato a Auropesa, in mense Julio in Orpín (?) in anno quando fuit fabricata Azafuz" 
fecha que, según teoría que fue expuesta en 1967 al ilustre filólogo Manuel Sanchis Guarner, éste la consideró plenamente admisible.

Ruínas del Castillo de Miravet.
Tenemos constancia que Azafuz (Sufera) y Miravet fueron conquistados el año 1091 por el Cid Campeador personaje, tan importante en ese momento, que eclipsó incluso a sus superiores en rango. En aquellos tiempos, gobernaba Aragón Ramiro I y le acompañaba en todas sus gestas su cuñado y lugarteniente Bocallá Ferrench, casado con su hermana Sancha. En aquella expedición por tierras valencianas Ramiro I no formó parte de ella, pero quiso que lo hiciera Bocallá y su primogénito Pedro, que reinaría pocos años después como Pedro I de Aragón. Quiere dejarse constancia, en este punto, que Bocallá Ferrench era Señor de Luna, por la conquista de esa villa y castillo aragonés y que, nombrado por el rey con este honor, en adelante quiso llamarse a sí mismo Bocallá de Luna. Creador de una dinastía, de tal importancia, que dió lugar a personajes como Benedicto XIII (el Papa Luna) o el Condestable de Castilla, Álvaro de Luna. Pero sigamos... La prepotencia de Azafuz (Sufera) sobre Miravet duró pocos años, puesto que su accesibilidad era de gran dificultad, para posibles invasiones, pero también para sus moradores. Llegar allí es un suplicio que, mi mujer y yo, junto a nuestras tres hijas, hemos soportado. Ya pasado el aljibe musulmán, a los pies del peñasco sobre el que el castillo se asienta, volvimos la vista atrás y el vértigo de tan empinado paraje nos impresionó de tal manera, que nos volvimos hacia el coche sin llegar a coronar.

Font de Miravet.
En cuanto al tema del agua, los habitantes de estos castillos nunca tuvieron problemas al respecto. Los castillos de Cabanes contaban con interesantes fuentes naturales cercanas, además de grandes cisternas construidas a pie del castillo, e incluso en su interior. Eso sin contar con que el clima de aquellos tiempos era mucho más lluvioso que el actual y tendrían que haber sufrido un asedio muy largo, que nunca se dió, para sufrir una seria escasez de agua. Aledaños a Zufera o Miravet estaban los manantiales de la Font de Miravet, Perelló, Font de Roc, Font Tallá, etc. que nunca dejaron de brotar; sin contar que las cisternas siempre estaban repletas de agua de lluvia.
Con respecto a la conquista de Miravet por Pedro I a los musulmanes cabe señalar que, tras la derrota musulmana, habiendo dejado escasas fuerzas de vigilancia y protección, doce años después (1.103) los moros, en principio escapados hacia el llano de L'Arc o montañas próximas, regresaron y conquistaron de nuevo el castillo de Miravet, dominándolo durante más de un siglo; exactamente hasta 1.223 cuando lo reconquistó Jaime I de Aragón. Menos interés tenían con respecto al castillo de Zufera puesto que, en aquellas fechas, apenas contaba ya con tres o cuatro fuegos. El duro acceso, tan importante en tiempos primitivos, acabó por deshabitarlo por completo pocas décadas después. Según los estudios arqueológicos llevados a cabo, en Zufera se encontraron artefactos neolíticos, tales como puntas de flecha, hachas y hoces, todo ello de silex, así como restos de cerámica hecha a mano, sin torno, lo que determina que su antigüedad es de la Edad del Bronce.

Castillo de Alcalá de Xivert. (En restauración)
A la llegada del rey Jaime I al Castillo de Miravet en 1223, procedente del fracasado asedio de Peñíscola, se estima que en Miravet habitarían unas 20-25 familias, además de sus gobernantes y tropa, amén de las muchísimas masías habitadas, que había en su entorno próximo. Claro que, antes de su conquista, ya estaba prometida su donación a los obispos de Tortosa puesto que, buscando la colaboración de la Iglesia en la expulsión musulmana, en 1178 el rey Alfonso II de Aragón ya había prometido el Castillo de Miravet y todas sus tierras a la Catedral de Tortosa, cuando se materializara su conquista. Por su colaboración en la victoria y respeto a la promesa hecha por su abuelo, el 27 de abril de 1.225 Jaime I le hizo donación a ese obispado tortosino del castillo de Miravet y de las muchas tierras que lo acompañaban, en las que se incluían el castillo de Albalat y los lugares de Cabanes, Benlloch y Torreblanca. Benlloch, tras la repoblación, llegó a los 80 habitantes, Cabanes 200 y Torreblanca se cedió a 38 familias (?) con las tierras limítrofes entre los castillos de Xivert y Albalat. 

Como se podía pensar, nada de todo lo dicho fue gratuito. El Señor de todos ellos fue, a partir de entonces, el Obispo de Tortosa y Barón de Miravet don Poncio de Torrella. 
El primer dato que tenemos de Torreblanca, nos dice que el año 1.379 tenía 40 fuegos (unos 160-180 habitantes) todos ellos catalanes traídos por el Barón de Miravet.
A cambio de todo ello, Poncio Torrella exigió para sí el valor de un pan, cada veinticinco a los panaderos; una mesura de cada siete para los molinos de grano o aceite y la décima parte de las cosechas a los agricultores.
A los herreros, media faneca de trigo y otra media de cebada, por ejercer el negocio. 
Obligatoriamente, el señor o su delegado, debían recibir del vasallo la ayuda que estos necesitaran y hacerlo gratis y en primicia, es decir: que la parte correspondiente al señor era la primera en apartarse o arreglarse, aunque los primeros dos años de actividad no tenían que abonar estas estipulaciones. ¡Menos mal...! El señor feudal se reservó también el derecho de justicia, garantías y hospedaje durante seis años. 
Previo pago, todos los habitantes de estas tierras podían disfrutarlas al completo, excepto la caza. Para ejercer el derecho a cazar te obligabas a la entrega de dos conejos por Navidad. 
¡Ay Señor, danos paciencia!, debian rezar aquellas gentes...
(Continuará el próximo domingo, día 20 de Julio, fecha en la que ya empezaremos a encontrar agua...)

Rafael Fabregat Condill
Yo también soy "Pardo", nieto de Teresa, primogénita del matrimonio Bellés-Cubedo.

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