Copa Warren, encontrada cerca de Jerusalén. Siglo I d.C. Se llama así por haber sido comprada por Edward Perry Warren a un vendedor de Jesuralén en el año 1911, que dijo haber sido encontrada junto a monedas de la Dinastía Julio-Claudia, emperadores de Roma desde el año 27 al 68 d.C. Es posible que sea de la época de Tibero Claudio. La Copa es de plata repujada y pertenece al British Museum desde 1999. Por la calidad de la pieza, se cree que es el encargo de un cliente romano a un artesano griego. Se fabricaba por parejas y usado en fiestas y banquetes por amantes o matrimonios. Tiene signos de haber sido muy usada y le faltan las asas que en un principio tenía. Aún así el estado de conservación es óptimo.
En la otra cara de la copa otra representación de una cópula anal, en la que un hombre joven sin barba penetra por detrán a otro chico más joven que se encuentra tumbado lateralmente. Se trata de un trabajo artísticamente representado, por estar también dibujados los lechos, las telas del fondo y hasta instrumentos musicales. En la cara 1 una lira y en la 2 un oboe doble (aulos) típico de la Grecia Antigua.
A esta Copa, en 1950 le fue denegada su entrada en Estados Unidos y también rechazada por el British Museum de Londres por considerarla inexhibible. Con la llegada del SIDA en 1980 murieron buena parte de los más famosos homosexuales coleccionistas de este tipo de objetos y algunas de estas piezas salieron a la luz. Especialmente porque se había relajado la actitud social sobre el tema de la homosexualidad. La Copa fue prestada por su propietario a exposiciones del Museo de arte Antiguo de Basilea y al Metropolitano de Nueva York y la expectación por estas piezas, desconocidas hasta entonces, captaron el interés de los mercados. La Copa fue adquirida por el British Museum por 1.800.000 libras esterlinas, cuando su propietario la había comprado por 2.000.
Tanto hombres como mujeres usaban a sus esclavos o esclavas como juguetes sexuales. Los romanos aceptaban la homosexualidad siempre y cuando el penetrado fuera inferior. Con las mujeres pasaba lo mismo. Ellas podían acostarse con esclavos o esclavas y todo estaba bién si la parte activa era de rango superior. Tan aceptado estaba este asunto que incluso circularon monedas con tan explícito temario.
RAFAEL FABREGAT