Los cambios son constantes y está claro que dentro de unos años (no tantos) alguien podrá reírse de nuestra perplejidad ante esta construcción de 1.007 metros de altura pero es que... Con todo lo grande que es el planeta, ¿qué necesidad hay de desafiar a la naturaleza construyendo edificios mastodónticos?. No lo entiendo. Bueno, sí lo entiendo. Se trata de ganar a los demás pero, ¿a dónde nos lleva esto y a qué precio?. Es una especie de juego de niños jugado por grandes. ¿Beneficio?. ¡Ninguno!. ¿Perjuicios?. ¡Todos!. A corto o largo plazo problemas, envidias, odios... ¡y hasta guerras!. Porque en este mundo nada es gratuito. Todo se paga y el éxito también. Nada, nada... nada es para siempre. Lo que hoy está arriba, más pronto o más tarde estará debajo y al revés.
¿El mirador les ha gustado?. ¡Bah, minucias!. ¿A quien se le ocurre construirlo en mitad de la torre?. ¡Un desastre oiga!. Para eso no se merece la pena estar subiendo con el ascensor 55 segundos... Porque eso es lo que le cuesta a ese ascensor subir 150 plantas. ¡Coño!, ni que fuera un Ferrari cuesta abajo...! Que no, que no, a mí que no me esperen, que las alturas me dan vértigo. Yo cuando quiero estar en lo alto me subo a un avión y ya está. Allí me puedo marear mirando a las azafatas ¡pero es otra clase de vértigo...!
En fin, pues eso. El monstruo se ubicará en Yeda (Arabia Saudí) y será el primer edificio del mundo que supere 1 Km. de altura. El proyecto inicial era de 1600 metros de altura pero al final, ¡como con 1007 igual ganaban...!. Serán 63 meses de trabajo y 1200 millones de dólares USA.
¡Lo dicho, una minucia...!
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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