Para ver esta majestuosa torre de 161,53 metros de altura hay que viajar a Alemania y más concretamente a la bella ciudad de Ulm, en el estado de Baden-Württemberg y a orillas del bucólico Danubio que divide la ciudad en dos partes totalmente diferenciadas. La parte nueva llamada Neu-Ulm se encuentra al otro lado del río y en el estado de Baviera. Administrativamente se trata de otra ciudad distinta pero naturalmente la que nos ocupa en este post es la Ulm medieval, la que posee la catedral con la torre más alta del mundo.
Lo de querer ganar en altura no es algo actual. Porque Ulm ya se nombra en un escrito del año 854 y fue declarada ciudad por Federico I en 1164. La leyenda cuenta que el proyecto constructivo de la catedral de Ulm, cuyas obras se iniciaron en el año 1377 y finalizaron en 1890, tenía previstas unas agujas mucho más pequeñas pero finalmente los responsables de su construcción decidieron elevar su altura a fin de superar a la catedral de Colonia que hasta entonces era la más alta. Son 768 los escalones que separan el suelo del mirador que esta torre tiene instalado a 150 metros de altura. Esta catedral inició su construcción como iglesia católica, pasando a ser protestante tras la Reforma religiosa del año 1529. Desde el punto de vista eclesiástico no se puede decir que se trate de una catedral, puesto que nunca ha sido sede episcopal y de hecho el obispo responsable de la misma tiene su residencia en Stuttgart.
En aquellos tiempos del siglo XIV la iglesia parroquial distaba más de 1 Km. de las puertas de la muralla, motivo por el cual los vecinos decidieron construir una iglesia nueva dentro de la ciudad. Dedicados en buena parte a la producción y comercio textil, los ciudadanos de Ulm tenían una economía boyante y aprobaron un gran proyecto, aunque muy inferior a la realidad que hoy podemos contemplar. El 30 de Junio de 1377 empezaban las obras dirigidas por el maestro Heinrich II Parler. Originalmente se trataba de tres naves de igual altura, una torre principal al este de la catedral y otras dos sobre el coro. En 1392 cogió la dirección de las obras Ulrico Ensinger que había trabajado antes en la catedral de Estrasburgo e introdujo modificaciones de forma que la torre principal fuera la del oeste, tal como la vemos hoy. Aunque con un techo provisional, la iglesia fue consagrada en 1405. En los cincuenta años siguientes la dirección de la obra corrió a cargo del hijo de Ensinger pero, con algunos lapsos de inactividad, la obra duró más de 500 años y los diferentes cambios de director fueron modificando el proyecto inicial.
En este momento la catedral de Ulm ofrece asiento para 2.000 personas, aunque en circunstancias especiales tiene espacio suficiente para habilitar asiento a 4.500 feligreses. En la Edad Media era habitual que la gente asistiera a las funciones religiosas de pie, motivo por el cual se le estimó una capacidad para 20.000 personas.
Desde cualquier punto de vista, las medidas de la catedral de Ulm y muy especialmente las de su torre son, más que majestuosas, bestiales, desproporcionadas. Como se ha dicho antes su secreto mejor guardado es que, a falta de obispo, nunca ha sido catedral y que es su gran majestuosidad la que le ha dado popularmente este título que no le corresponde. Si no fuera porque sabemos que lo que se pretendía era el acto orgulloso de ganar a las más importantes catedrales del mundo en altura, podría decirse que una construcción de tal belleza y proporciones enaltecía la imagen de Dios en la tierra pero no, los motivos eran más mundanos, más terrenales. Cosas de la política, del dinero, del poder...
RAFAEL FABREGAT
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