Téngase en cuenta que el título de esta entrada es general y que un servidor también está incluído en la lista de los señalados cuadrúpedos. La expresión viene a consecuencia de que este animal es el único que tras el destete y hasta incluso antes del mismo, ya corre por el campo como si no hubiera un mañana y su madre tiene que estar siempre detrás para que no le pase nada. Total, ¡que están como una cabra!. Otros animales como las ovejas, vacas, caballos, cerdos, etc. se quedan junto a su madre, tranquilos y sin ser protagonistas de nada. Ese y no otro es el motivo de esta expresión. Pero hay otras muchas... Estar como una regadera, faltarte un tornillo, etc. ¡Que te falta un hervor, vaya...!
En el día de hoy el asunto va del Juego, la Lotería en general y muy especialmente la de Navidad. El origen es la ciudad de Cádiz y fecha 18 de Diciembre del año 1812, mismo año de la Primera Constitución Española, llamada coloquialmente "La Pepa" por haberse promulgado el día de San José, o sea, el 19 de Marzo de 1812. La verdad es que la Constitución duró poco, un par de años a lo sumo, como poco suele durarles el dinero a los agraciados a quienes les sale "El Gordo". Sí, sí, curiosamente, aquel primer año de la Lotería, llamada "La Moderna", salió en Cádiz, allí donde se celebró el sorteo. Cuantas casualidades. Total, que ya van más de 200 años de aquel evento.
No era la primera lotería que se implantaba. La primera la creo el rey Carlos III con el asesoramiento del Marqués de Esquilache y que tuvo lugar el 10 de Diciembre de 1763 en la sala principal del Ministerio de Hacienda. Esta Lotería se llamó La Primitiva, quizás como una manera de llamar "primitivos" a todos aquellos que jugamos cada año, a sabiendas de que a quién toca siempre y de verdad es al Estado. Desde el primer sorteo y hasta el día de hoy sabemos de antemano lo difícil que es que te toque, habída cuenta la infinidad de números que juegan y las series y participaciones en que cada uno de ellos se divide. Cualquiera podrá decir que salir, sale. Y es verdad. Sale de nuestros bolsillos pero, antes de repartir los premios el Gobierno se queda casi la mitad de lo jugado y posteriormente otra cuarta parte en el momento de declarar la Renta. Todo un chollo... ¡Para el Gobierno!. Los demás, a currar.
La creación de semejante invento llegó a las "cabezas pensantes" tras la invasión napoleónica. La pérdida de vidas y el deterioro económico de nuestro país fue tan grande que el Gobierno tuvo que idear un plan para hacer frente a los gastos militares y sin que ello acabara de hundir, más si cabía, a las familias de la patria. La Lotería Primitiva de Carlos III había dado escasos beneficios pero, ¿qué se perdía con probar de nuevo?. La llamaron la Lotería Moderna, a fin de que no se relacionara con la anterior, pero la cantidad de números era incluso mayor y el premio Gordo era solamente uno. Los demás, igual que ahora, miserias que no te sacaban de pobre.
Y llegó la Lotería de Navidad, la que dice "que nos une", como borregos que somos. La gente del Gobierno no es tonta y juega con la ilusión de las personas y su ignorancia, ya que cuantos más números juegan y en cuantas más series se divide cada número, más participaciones quedan sin vender y más porcentaje de posibilidades hay para el Gobierno. Son muchos los millones que sacan con la venta de las papeletas, pero más aún son las posibilidades de que a ellos les toquen miles de millones y de forma legal. Una manera de recaudar dinero del contribuyente sin castigarles directamente a base de impuestos. Y cada día se suman nuevos juegos y de todos ellos el Gobierno recauda su porcentaje. No hay año que (a ellos) no les toque el Gordo o cualquiera de los premios mayores. ¡Buen invento!.
"Sarna con gusto no pica" ya que son millones las personas que juegan cada día. Y en lo que se refiere a la Lotería de Navidad... ¡En esa caemos todos!. Si hacemos cuentas es tan improbable que nos toque que me atrevo a decir que "Estamos como una cabra". Es una verdad tan grande, que hasta el más torpe de los mortales es consciente de que así es. Pero sin embargo seguimos jugando. ¿Y si cae aquí?. Es el slogan que les faltaba. Y los burros a empujar la noria. No tenemos remedio. ¿Qué le vamos a hacer?. El mundo es así y así seguiremos trabajando para que otros se rían de nosotros y de nuestro dinero.
RAFAEL FABREGAT
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