Quizás recuerden que en 1.991 una pareja de montañeros alemanes, bajando de los Alpes suizos, descubrió el cadáver de un pastor del periodo neolítico, muerto hace más de 5.000 años. Los montañeros, una pareja que estaba descendiendo del Otztal, de 3.600 metros de altitud y ya en tierras italianas, observaron una mancha marrón que sobresalía y al acercarse comprobaron que se trataba del cadaver de una persona, con una bolsa de corteza de árbol y algunas armas y enseres. Llegados al refugio avisaron al propietario para que llamara a las autoridades del hallazgo. Un helicóptero llegó rápidamente a la zona para recoger el cuerpo pero éste estaba totalmente unido al hielo y el trabajo para liberarlo fué extremadamente dificultoso.
Ötzi es el apodo que se le dió a esta momia, por el lugar donde fué hallado, pero se le conoce más bién como "el hombre de hielo". Se estima que su muerte acaeció 5.300 años atrás y es de la 'edad del cobre', o sea, del Neolítico tardío. El cuerpo encontrado resultó ser el de un hombre de unos 45 años y 1.60 m. de altura que había sido asesinado a traición con el disparo de una flecha. Al caer, posiblemente se golpeó la cabeza en una piedra y quedó inconsciente lo que hizo que se desangrara. Esa fue la narración de los forenses que examinaron el cuerpo. Claro que esto no quedó ahí, ya que la momia en cuestión fue estudiada por expertos forenses desde entonces y resultó que no era el de una persona normal.
El cuerpo de esta persona tenía el torax ancho y hundido. El examen en 3D de sus costillas y columna vertebral fue comparada por los expertos como el de un humano antiguo, parecido al de un Homo sapiens, Homo erectus e incluso como un Neardental. Para su estudio se aportaron los datos de un especimen llamado Azlet, un fósil israelí llamado Ohalo y un moravo llamado Dolní, además de Ötzi. Al reconstruir los tórax de estos cuatro personajes prehistóricos, llegaron a la conclusión que el tórax de nuestro personaje (Ötzi) presentaba rasgos mixtos, ya que era más grande que el de los demás, aunque no tanto como la de los Neardentales. Su forma cilíndrica es innusual al de la especie a la que pertenece.
extremadamente fríos. Una ventaja evolutiva para su forma de vida. Esto demuestra una vez más que la forma de vida de los humanos esculpe nuestro cuerpo, dándole un forma mixta entre la genética y el entorno o vida que hagamos a diario.
En 2001 los radiólogos descubrieron una punta de flecha alojada en el omóplato izquierdo y una acumulación de sangre en la parte posterior del encéfalo, lo que indica que se trataba de un posible golpe de gracia por parte del autor del disparo de la flecha. Se supone una huída rápìda para despistar a sus perseguidores, que finalmente lo alcanzaron, o que fuera atacado de improviso. A tan gran altura la naturaleza hizo el resto. Las nieves eternas cubrieron el cuerpo, que ya no fue encontrado hasta 5.300 años después, con motivo de un aumento inusual de las temperaturas. Sus escasas pertenencias fueron depositadas en el Museo arqueológico del Tirol-Sur, en Bolzano.
Rafael Fabregat Condill
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