Era el 30 de Mayo de 1431 cuando Juana de Arco murió al ser condenada a morir en la hoguera, en el mercado de Rouan. Debe ser esa una de las muertes más horrorosas que pueden llevarse a cabo y así nos lo cuenta ella en una última carta que pidió escribir como última voluntad...
"Hace frío. La paja de mi camastro está húmeda. Tengo los huesos helados y el cuerpo dolorido. Los grilletes que me mantienen encadenada desde hace meses han hecho llagas en mis tobillos. Comienza a despuntar el alba y la claridad ilumina esta oscura mazmorra, ¿Será este mi último amanecer?".
Tengo miedo. En cualquier momento van a sacarme de mi celda para llevarme a la plaza deL Mercado Viejo de Rouán, donde el tribunal leerá mi condena en público y seré quemada en la hoguera entre los insultos y las miradas de desprecio de una multitud ansiosa por contemplar ese espectáculo tan atroz. Si estoy aquí encerrada en esta torre y sometida a un juicio por hereje y cismática, es por mi lealtad al legítimo rey de Francia Carlos III Vaois.Todo lo que he hecho ha sido a través de Diós. Y no culpo a nadie de mis errores. Ni a Él y al rey. Si hay alguna culpa, es mía solamente. Hace seis años, cuando era todavía una niña de 13 años, Tu me ecomendaste mi sagrada misión."
"Era verano y yo estaba en el huerto de mis padres cuando una luz me cegó y oí la voz. Al principio me asusté mucho, pero después comprendí que era uno de tus mensajeros, Y pasó el tiempo y me exigiste más, hasta que me anunciaste que debía devolver el reino de Francia a su legítimo dueño, el rey Carlos, que había sido obligado a renunciar en favor de Enrique VI de Inglaterra. Tu me enviaste en su auxilio para liberar al pueblo francés de las calamidades que sufría bajo el yugo extranjero. Derrotamos a los ingleses y sus aliados los borgoñeses en Orleans y Reims, tal como manda la tradición.
Si, ya sé que me acusan de ser una bruja, y dicen que las voces que oigo son demoníacas, pero los más eminentes teólogos de la Universidad de París no han podido demostrar nada más contra mi que el hecho de vestir como un hombre. Eso, para ellos es un fracaso. Preferirían que confesase que soy una hereje cuyos actos no están guiados por Dios, sino por Satanás. Esto tal vez me salvara del fuego, pero significarñia que el ejército de Carlos de Valois estaba comandado por una b ruja y que su coronación fue auspiciada por el mismo Diablo. Señor, Tu sabes que he resistido toda tentación de renunciar a Ti y no me importa morir. No es eso lo que temo. Estoy lista para afrontar la muerte. Lo que si tengo miedo es a la hoguera y te pido que me des fuerzas para resistir el terror que me infunde".
"Por el camino deberé soportar, una vez más, los insultos de los soldados ingleses, tachándome de ramera y bruja. Junto al verdugo, sé que al ver la siniestra estaca en la que me atarán antes de encender el fuego me asaltará una angustia terrible ante la espeluznante idea de ser consumida por las llamas. Preferiría ser decapitada siete veces a que mi cuerpo, hasta hoy sin mancillar, sea consumido hasta convertirse en cenizas. No puedo dejar de pensar que esa muerte no es inmediata ni dulce. Con suerte, el humo de la hoguera me adormecerá hasta dejarme inconsciente antes de ser abrasada por el fuego. Pero hasta que eso ocurra, me asfixiaré lentamente cuando el humo ocupe poco a poco el espacio del aire puro a mi alrededor y me impida respirar."
"Cuentan que puedes experimentar un gran dolor en la cabeza y una extrema irritación de ojos y graganta. El calor se hace insoportanle y pierdes el conocimiento entre convulsiones, vómitos y delirios, antes de que el hollín invada las fosas nasales y los pulmones y te asfixie por completo. Pero lo que más me aterra es que el fuego sea grande y llegue a mi cuerpo antes que el humo. Las llamas desgarrarán mi piel y moriré hervida en mi propia sangre entre gritos pavorosos. Si así ocurre, permite que las últimas palabras que salgan de mis labios sean el nombre de tu Hijo.
Oigo pasos allá afuera. Alguien abre la puerta. Tal vez vengan ya a buscarme y hoy, al fin, termine todo. Señor dame fuerzas..."
RAFAEL FABREGAT
NOTA.- Juan de Arco, nacida el 12 de Enero de 1412, murió el 30 de Mayo de 1431, a los 19 años de edad, tras haber devuelto al rey de Francia la Corona usurpada por las tropas del rey Enrique VI de Inglaterra.
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