PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
4 de octubre de 2025
3235- MALOS TIEMPOS PARA ESPAÑA.
El siglo XIX fue un periodo muy convulso para España.
- Invasión napoleónica. (1807)
- Abolición de la Ley Sálíca, por Fernando VII. (1830)
- Isabel II de España y regencia de Mª Cristina de Borbón. (1833-1868)
- Las tres guerras carlistas.(1833-1876)
- La Desamortización de Mendizabal. (1936)
- La regencia de Espartero. (1840-1843)
- Revolución del 68 y exilio de Isabel II. (1868)
- Nombramiento Parlamentario de Amadeo I como rey de España. (1871-1873)
- Primera República española. (1873-1874)
- Abdicación de Isabel II en su hijo Alfonso XII. (1874)
- Restauración de la monarquía en Alfonso XII y fallecimiento. (1874-1885).
- Nacimiento de Alfonso XIII y regencia de Mª de las Mercedes. (1886-1931)
- Pérdida de las posesiones españolas en ultramar. (1898).
Vamos a generalizar, pues no podemos resumir uno de los siglos más trágicos para España en un simple folio. Se trata simplemente de plasmar una etapa grave de nuestro país, que tuvo los más grandes altibajos políticos y que poco a poco pudieron ser superados. Es de sobra conocida por todos la invasión francesa de Napoleón Bonaparte del año 1807 y la abdicación del rey de España Fernando VII, en favor del hermano del invasor José Bonaparte, lo que produjo la sublevación popular y nombramiento de la i Constitución de 1812, la Pepa. A todo esto Fernando VII, ya liberado de su represión en Francia durante casi seis años, no habiendo tenido hijos varones, abolió la Ley Sálica a fin de nombrar a su hija Isabel como nueva reina de España, lo que llevó a cabo en 1830, tres años antes de su muerte. Isabel era menor de edad (13 años) motivo por el cual actuó como regente su madre Mª Cristina de Borbón.
Estas acciones fueron contrarias a quienes, no habiendo heredero varón, apoyaban como rey legítimo al hermano de Fernando VII, el infante Carlos María Isidro de Borbón, provocando hasta tres guerras llamadas "Carlistas" en su lucha por situarle en el trono. El corregente de Isabel II y Presidente del Consejo de Ministros, General Espartero, a fin de subsanar el déficid por lo gastos ocasionados por las guerras carlistas propuso a Mendizábal, Ministro de Hacienda, una desamortización que aumentara los ingresos del Estado. y que apenas tuvo los efectos positivos que ambos creían. A todo esto crecía el descontento con Isabel II que provocó el destronamiento de la reina y el establecimiento de un Gobierno Provisional que acabó con el nombramiento de Amadeo I de Saboya como rey de España.
Amadeo I, elegido democráticamente por las Cortes españolas y contrario a la opinión de carlistas y republicanos, fue nombrado rey de España. Al año siguiente tuvo un grave intento de asesinato del que salió ileso, pero España era ingobernable en aquellos tiempos. Luchó por estabilizar un país inmerso en una revolución tras otra y finalmente, dos años después, hastiado por no poder enderezarlo, reunió a las Cortes y les anunció su abdicación alegando que todos los males y enemigos de España eran españoles. Tras su corto mandato se instauró la Primera República Española que no llegó a durar tanto (1973-1974) y que significó la restauración de la monarquía borbónica. Para facilitar las cosas Isabel II, exiliada en Francia, había abdicado en 1870 a favor de su hijo que había de reinar como Alfonso XII.
En 1874, con el apoyo del general Martinez Campos y del Presidente del Congreso Cánovas del Castillo, Alfonso XII fue proclamado rey de España, un reinado relativamente breve puesto que falleció en 1885, a los 27 años de edad, ya viudo de María de las Mercedes de Orleans y dejando a su segunda esposa María Cristina de Habsburgo-Lorena embarazada de tres meses. Sería un hijo, que gobernaría como Alfonso XIII, a partir de 1902 al cumplir los 16 años de edad. Hasta entonces había gobernado su madre, la reina María Cristina, como regente. Llegados a este punto hay que decir que, con una España todavía muy dividida políticamente y sin cabeza visible para gobernarla, Estados Unidos provocó la explosión de uno de sus barcos (Maine), fondeado en el puerto de La habana, a fin de provocar la guerra con España, adjudicándose todas sus posesiones de ultramar. Un negocio redondo para los expansionistas.
RAFAEL FABREGAT
2 de octubre de 2025
3234- EL FRATICIDIO DE CLEOPATRA.
Mucho se ha escrito sobre la vida de Cleopatra VII, última faraona de Egipto pero, no sabemos por qué razón, ha trascendido muy poco su carácter criminal, hasta llevar a la muerte de su hemana Arsínoe IV, reina también por derecho, pero a la sombra de su hermana mayor. Ambas eran hijas de Ptolomeo XII, familia reinante en Egipto desde la conquista de ese país por Alejandro Magno. Cleopatra se convirtió en figura relevante por su alianza y amoríos con el emperador romano Julio César y posteriormente con Marco Antonio, senador y general romano que, en triunvirato, dirigió Roma y marchó a Egipto para acusar a la faraona Cleopatra de haber ayudado a Bruto en el asesinato de Julio César, en el año 44 a.C., lo cual era cierto. Sin embargo Marco Antonio se enamoró de Cleopatra y el castigo quedó impune.
A la muerte de Julio César el imperio quedó bajo las órdenes, en triunverato, de Octaviano, Lépido y Marco Antonio. Este último marchó a Asia y Lépido a África, mientras Octaviano quedó en Roma. Marco Antonio dejó su puesto en Asia y, como se ha dicho antes, marchó a Egipto viviendo durante algunos meses su amor con Cleopatra. Tal era el poder de ésta sobre Marco Antonio que éste se divorció de su esposa, hermana de Octaviano, y se casó con Cleopatra. Mientras ambos esposos se abandonaban a las orgías y el placer,
Lépido había regresado a Roma y. Octaviano, le convenció para que le cediera su parte del poder y le nombró Sumo Pontífice, título que ostentó hasta su muerte. Pero quedaba Marco Antonio, un hueso duro de roer que, además estaba unido a la faraona de Egipto.
Antes de todo eso Cleopatra, celosa de su hermana Arsínoe IV que había sido nombrada reina de Egipto por las facciones contrarias a las injerencias romanas, estaba incomodada por el carisma y ambición demostradas, aún siendo dos años menor. Con solo veinte años lideró las tropas que se enfrentaron contra los romanos en Alejandría y tras su derrota, Marco Antonio la capturó y la llevó a Roma como trofeo de guerra, muy humillante para una reina. Normalmente esas personas eran ejecutadas al final del desfile pero Marco Antonio le perdonó la vida y la confinó en el santuario de Artemisa, en Éfeso. Finamente considerándola un peligro latente para el reinado de Cleopatra ambos ordenaron su ejecución en las mismas escaleras del Templo.
Cleopatra (69-30 a.C.) fue la última faraona de Egipto, aunque le sucedió su hijo Cesarión, hijo ilegítimo de Julio César. Reinó a la sombra de su madre, como corregente, y murió aquel mismo año (30 a.C.) asesinado por los hombres de Octaviano, puesto que Cesarión estaba en Roma. Tenía 17 años. No contento con esto, Octaviano formó una flota y gran ejército para marchar contra Marco Antonio pero Cleopatra y Antonio habían marchado hacia Accio, glofo de Ambracia (Grecia) con su flota, considerando mejor lugar para derrotar a Octaviano. Tal era la confianza en el triunfo de la campaña que Cleopatra iba detrás en un barco dorado y velas de fina seda púrpura, con una tripulación vestida con trajes ostentosos. Al encontrarse ambas escuadras la lucha fue ta encarnizada que la faraona se asustó y emprendió la huída a toda vela.
Batalla de Accio. (Grecia) |
RAFAEL FABREGAT
NOTA.- A fecha de hoy, las tumbas de Marco Antonio y Cleopatra no han sido encontradas.
1 de octubre de 2025
3233- EL INVENTOR DEL DINERO.
Todos sabemos que antiguamente el dinero no existía y que era el trueque lo que se usaba a la hora de adquirir determinado producto. Tu me das esto y yo te doy aquello. Es natural que muchos nos preguntemos quién fue el inventor del dinero, que no me diréis que no tiene mérito. Porque, si tú quieres trigo y solo tienes patatas... Habría que buscar a alguien que le interesaran las patatas y que, además, tuviera trigo de sobra. Total, ¡un problema!. Sin embargo el dinero interesa a todos y, justamente por eso, con él todo puedes comprarlo. Un invento y de los gordos. ¡Hasta a la luna puedes ir, si tienen bastante!.
Cuando tenías lo necesario para la manutención de la familia, venía la adquisición de joyas y elementos para hacer más cómoda la vida. Y también eso se conseguía a base de trueques, no había otra forma de pagar, porque el artesano también había de alimentar a su prole. Y es lo que pasa, que siempre hay alguien que piensa más que los demás y, en este caso, ese alguien fue Creso de Lidia, (595- 546 a.C.) gobernante de un pequeño pero próspero reino de Asia Menor, situado en lo que actualmente es Turquía Oriental, que se puso a pensar la forma de solucionar un problema que le acuciaba desde mucho tiempo atrás y no sabía cómo resolverlo. Quería algo y no sabía cómo comprarlo, puesto que no encontraba a nadie que le interesara producto suyo alguno con el que poder hacer el trueque.
Ya había oído que algunos hacían trueques con plumas, pieles, otrozos de cobre o bronce, únicos metales con los que poder hacer algún tipo de arma o herramientas. Pero esos metales, aún siendo importantes no eran de gran valor. El trozo de metal valía según el peso y material. Estaba también el oro y la plata pero, siendo su valor importante, ¿cómo valorarlo a trozos?. ¿Y cómo saber la pureza del material?. Puestos a creer en el peso y pureza de la aleación que te ofrecían, habría que unificarlo. Pues bien, a Creso de Lidia se le atribuye el invento de las monedas, como forma de trueque fiable. Este señor fue el primero que acuñó "trozos unificados" de metales variables y con el peso garantizado. Ya no se trataba de trozos de diferentes tipos, pesos y medidas, sino de trozos de peso igual y metal "garantizados".
Creso vertía el metal líquido en pequeños crisoles, creando discos metálicos idénticos en tamaño; porque el peso es variable, según su calidad. No contento con eso, creó troqueles para que su "moneda" no pudiera copiarse. Hacerlo ya era relativamente sencillo ya que, con el disco metálico todavía caliente, le daba un golpe de martillo sobre un troquel y en el disco se creaba la imagen por él requerida. El resultado ya no eran trozos de metal, sino algo unificado a lo que llamaron moneda. En principio todas eran iguales en tamaño y solo el ser de oro ó plata, cambiaban su valor. Después ya se fabricaron otros tamaños y metales inferiores. Las monedas de oro, al igual que las demás, tenían su pureza garantizada, por lo que su valor quedaba determinado por el tamaño de cada una.
Un tanto rústico pero, más o menos, lo mismo que en la actualidad. Craso garantizaba la pureza de sus monedas y tanto fue así que pronto se determinó que la pureza era correcta en todos los metales ofertados y por consiguiente fiable., dentro y fuera de sus fronteras.
En realidad Creso no fue el inventor de esta forma de pago ya que, antes de él, ya habían circuladp monedas de electro, una aleación de oro y plata en absoluto fiable, puesto que las proporciones eran variables y con ello su consiguiente valor. El mérito de este rey fue el garantizar la pureza de los metales empleados. Parece extraño, pero nadie lo había hecho antes. Además las monedas de Creso llevaban en el anverso un sello distintivo de su autenticidad y su reino respondía de su pureza.
Su fama se extendió de tal manera que ha llegado incluso a nuestros días. Cuando nos referimos a alguien muy rico suele decirse: Es tan rico como Creso. En esa época y para grandes transacciones ya circulaban lingotes de pureza y peso garantizados, pero no para el día a día de la gente común. Además de la riqueza, Creso difundió con sus monedas el simbolo de su país ya que figuraban el toro y el león, símbolos de Lidia. Su invento, el dinero, fue muy pronto implantado en todos los reinos conocidos. Cada país empezó a acuñar monedas diferentes ya que se consideró que hacerlo era una especie de publicidad de su capacidad para hacerlo. En la actualidad, lo primero que hace un nuevo país cuando se independiza de otro, es crear su nueva moneda.
Pero, como nada es para siempre, el año 546 a.C. Creso fue destronado por Ciro II de Persia y perdidas sus inmensas riquezas de oro, extraídas del río Pactolo, el mismo en el que se bañaba el rey Midas. Aquel que convertía en oro todo lo que tocaba, aunque eso ya son leyendas, que no vamos a creer, puesto que se decía era un don del diós Dionisio y motivo por el cual el río Pactolo se llenó de este mineral. Creso fue apresado por el rey persa y condenado a morir en la hoguera, pero una fuerte tempestad apagó el fuego y se salvó. Considerado un milagro divino, Ciro el Grande lo tomó a su servicio como consejero real. Bueno, bueno... eso dicen. Lo que sí está garantizado es que el tal Creso fue quien acuñó las primeras monedas de la Historia, con el león como símbolo de su país, y en el reverso dos cuadrados repujados que garantizaban su valor. A esta moneda la llamó "Estátero" y era de plata, las de oro estaban, pero no circularon.
RAFAEL FABREGAT
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